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Escuela Dúo Maxwell por KAZUKI MAXWELL

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Notas del capitulo: Nota:  Esta historia esta basada en la serie de anime Gundam wing, la cual no me pertenece

 

 

La verdad es que esto lo escribí como un reto, para ver si podía hacer algo sobre esta pareja, no hay muchos fícs de ellos, fue como un desafió.
Escuela Dúo Maxwell

 

 

 

Todo estaba tan apacible, solo se escuchaba las hojas de los árboles moverse al compás del viento, viento que a su vez espacia el aroma de todas las flores que había en aquel lugar, un lugar muy silencioso, podía oír el sonido de mis pasos sobre la calzada de piedra.
Me costo seis meses venir aquí y visitarte, seis largos meses sin poder aceptar lo que paso, por eso estoy aquí, me dijeron que era la única manera, solo yo se lo que deseo dar la vuelta y correr, correr sin mirar atrás, ni volver nunca mas.
El lugar esta prácticamente solo, deslizo la vista por todo el lugar y solo puedo ver a una persona sentado en una banca, visitando a alguien y hablaba con ella, pero estaba de espaldas y no vi su rostro. Bien aquí esto justo frente a ti.

 

- Hola, se que debes estar enojado conmigo por no venir a visitarte en todo este tiempo, pero debes entender lo mucho que me ha costado, llegar hasta este sitio.  Te traje esto, son tus favoritas, espero te gusten – le entrego un ramo inmenso de flores, un gran ramo de violetas y me siento en una banca frente a él.

 

- Sabes, te he extrañado mucho, ni te imaginas cuanto, no me acostumbro a estar sin ti. Los chicos están bien y me dijeron que han venido a visitarte  muchas veces, se que Quatre viene casi todas las semanas y puedo ver que te tiene muy consentido. Espera un momento, parece que viene alguien.

 

Volteo a ver y esa persona que vi antes se acerca a mí, creo que me es conocido, no quiero hablar con nadie, haré como si no lo hubiera visto.
Siento los pasos acercarse lentamente, siento su mirada sobre mi y me siento nervioso, me voy a alejar no quiero que te vea.

 

- Buenas tardes, es una sorpresa encontrarte en este sitio Heero Yuy.

 

- Sr. Peacecraft, que hace usted aquí?

 

- Vine a visitar a un viejo amigo Yuy, pero que haces tu aquí, no te veía desde hace… no se, tanto tiempo.

 

- Tres años señor.

 

- No me digas así, puedes llamarme por mi nombre, ya no soy un militar.

 

- Es cierto, pero aun sigue siendo un príncipe.

 

- No!, no lo soy mas, así que por favor no me llames así.

 

- Esta bien Peacecraft.

 

- Bueno, por lo menos es un adelanto.

 

- No sabia que te encontrabas en esta cuidad Peacecraft.

 

- Solo estoy de visita, vine a ver a un viejo amigo, pero aun no me dices a quien viniste a visitar Yuy.

 

- Vine a verlo a él – me aparto un poco.

 

Milliardo Peacecraft se acerco a ti y no pude evitar enojarme. Porque esta él aquí, porque no se va y nos deja solos, tengo tantas cosas que decirte.

 

- Desde cuando esta en este sitio?, Porque no me dijeron nada?, que paso Yuy, como sucedió?

 

- Desde hace seis meses, nos prohibieron decirlo, supongo que usted esta aquí visitando al general Khushrenada, no es así?

 

- Así es, fue mi mejor amigo, pero no cambies de tema, aun no me has dicho porque él esta aquí, Yuy?

 

Me acerco a ti nuevamente y acomodo las flores sobre tu tumba, luego me levanto y lo encaro para contarle.

 

- Fue hace seis meses, estábamos en una misión, se suponía que no habría problemas, era solo obtener la información y regresar, entonces… yo cometí un error… si, quien iba a decirlo, el soldado perfecto se confió y no me di cuenta de que era una trampa hasta que fue muy tarde. Pero el se dio cuenta y se coloco frente a mi en el momento que nos dispararon – unas lagrimas resbalaron por mis mejillas y se me formo un nudo en la garganta, no podía decir su nombre.

 

 

- Maxwell te salvo la vida, fue así – dijo Milliardo sin dejar de ver la cara de Heero, la cual estaba como siempre, sin mostrar  ningún sentimiento, mientras narraba lo que sucedió, de pronto vio que Heero cerro sus ojos, recordando y de sus ojos resbalaron lagrimas silenciosas y se sorprendió, era la primera vez que veía un gesto humano en la impasible cara de Heero y vio una pequeña sonrisa en sus labios, era toda una incongruencia, el rostro serio, la pequeña sonrisa y las lagrimas. 

 

- Si así fue, Dúo murió en mis brazos al salvarme la vida y antes de morir me miro y sonrió – cerré los ojos recordando ese maldito momento cuando lo perdí, fue mas rápido, se coloco frente a mi justo en el momento que se escuchaba una ráfaga de disparos, yo solo extendí mis brazos y lo recibí, mientras Trowa y Wufei acababan con el enemigo, oí el llanto de Quatre, yo solo te veía a ti mi querido Dúo, me sonreíste y yo te sonreí, me dijiste – te amo Heero – y yo te respondí que también te amaba y bese suavemente tus labios y te fuiste, me abandonaste, me dejaste solo y llore, sentí las lagrimas caer por mis mejillas, tal como caen en este momento, sin importarme que Peacecraft este aquí, justo frente a mi.

 

 

De pronto sentí unos brazos alrededor de mí, confortándome con un abrazo y llore, llore por Dúo. Fueron solo unos minutos, me separe de él, sin verle a la cara.

 

- Gracias Peacecraft.

 

- Lo siento, lamento tanto la muerte de Maxwell, no puedo creerlo, el era tan alegre, tan lleno de vida, lo amabas?

 

- Si, pero solo me di cuenta cuando murió.
- Siempre es así, no sabemos lo que tenemos ni sentimos, hasta que lo perdemos, me sucedió igual, al menos ustedes estaban juntos.

 

- Si, pude decírselo antes de que muriera.

 

- Yuy, te invito a comer y así me cuentas lo que haces ahora. Conozco un buen sitio cerca.

 

- Esta bien, vamos.

 

 

Durante el almuerzo me entere que Milliardo Peacecraft después de la guerra, estuvo un año encerrado, al salir trabajo como consejero de Relena unos meses, después volvió aquí, para ayudar a levantas las casas, de los que un día fueron  súbditos de su  padre, con su propia fortuna, la ayuda de Relena y de empresarios, entre ellos Quatre, había levantado casi todo el pueblo, solo necesitaba el dinero, la mano de obra era  la gente del pueblo y él mismo, ya el hospital estaba funcionando, faltaba la escuela, no había podido terminarla por falta de fondos. Entonces sin pensarlo mucho le dije.

 

- Peacecraft, yo te daré el dinero para la escuela a cambio de un favor.

 

- Tú dirás Yuy.

 

 

Le entregue a Milliardo el dinero que Dúo había  ahorrado aquellos años, además del seguro de vida que Dúo puso a mi nombre, me dejo todo en un testamento con la única condición de que lo usara para ayudar a otros y la escuela para niños me pareció la mejor obra.

 

- Que harás después Yuy, volverás a preventers?

 

- No, de hecho quería preguntarte si necesitas otro trabajador que te ayude a la escuela.

 

- Pues, la verdad es que necesitamos ayuda, pero temo no poder pagarte.

 

- Eso no me importa, mientras tenga cama y comida.

 

- Eso se puede arreglar, bien Yuy, bienvenido.

 

 

Pasaron dos meses de arduo trabajo y la escuela estaba lista, lo único que hacia falta eran los niños y los maestros, ese día hubo mucho calor y después de culminar los trabajos, Milliardo me llamo y me pidió que lo siguiera, durante este tiempo que convivimos juntos, nos habíamos tratado con respeto y  habíamos llegado a conocernos mejor. Íbamos caminando por un claro en el bosque que rodeaba el castillo Peacecraft y llegamos a un pequeño lago cristalino, hermoso, todo verde alrededor, inmediatamente Milliardo se desvistió sin ningún pudor y se lanzo al agua, yo no supe que hacer en ese momento, no podía quitarme de la cabeza ese hermoso cuerpo bien formado, espalda ancha, piernas fuertes y trasero firme y apretado, el deseo volvió a mi.

 

- Que esperas Yuy, el agua esta deliciosa, no me digas que sientes vergüenza.

 

Dios, lo que estaba delicioso era el con el cuerpo brillante por el agua y las gotas resbalando por su blanco cuerpo.
Me desnude, me lance al agua y nade hasta el. Enseguida me rodeo con sus fuertes brazos y me beso con violencia, mientras llevaba sus manos a mi trasero y lo apretujaba, su lengua recorrió toda mi boca quitándome el aliento. Una de sus manos abandono mi trasero y subió hasta mi pecho, acaricio mis pectorales, tocando mis pezones que se endurecieron al igual que mi sexo y arquee mi cuerpo hacia el, buscando placer en el roce de mi miembro sensible contra su piel, yo no podía pensar en nada mas que en el placer que sentía. El subió una de mis piernas a su cintura, dejándome expuesto, tomo mi sexo con una mano, masturbándome, yo rodee su cuello con mis brazos, mientras seguía besándolo, al mismo tiempo la otra mano en mi trasero comenzó a moverse y un dedo de esa mano acariciaba mi entrada haciéndome estremecer y gemir. De repente introdujo el dedo en mi y grite, comenzó a moverlo en un suave vaivén y luego en forma circular y siguió así, hasta tener tres dedos insertados, me ordeno levantar la otra pierna y me aferre a sus caderas y sin sacar sus dedos salimos del agua y me tumbo en el pasto, allí me hizo suyo, me poseyó varias veces, con fuerza, yo estaba fuera de mi. No supe que paso después, ni como llegue a mi habitación, cuando desperté a la mañana siguiente, pude ver claramente las huellas de pasión sobre mi cuerpo, me sentí fatal,  pensé en Dúo y llore, le había fallado.  

 

Pasaron varias horas, cuando sentí la puerta abrirse.

 

- Hola Heero, vine a ver si te sentías bien.

 

- Bien, como crees que estoy bien, después de lo que hice.

 

- Querrás decir lo que hicimos Heero y no me arrepiento de haberlo hecho y se que tu lo disfrutaste tanto como yo.

 

- Es que no entiendes.

 

- Que no entiendo?, que te sientes mal porque crees que le fallaste, que lo engañaste. Dúo esta muerto Yuy y tu no, eres joven, tienes deseos, además creo que el hubiera querido que fueras feliz.

 

- Felices, nosotros?, como?, si somos tan diferentes.

 

- Puede ser, pero ayer no parecíamos tan diferentes, sentimos igual Heero, porque no intentarlo, no te digo que estemos locamente enamorados o que nos amaremos siempre, pero podemos consolarnos mutuamente, hacernos compañía si lo deseamos y tener sexo cada vez que nuestros cuerpos lo deseen, así como ayer y como en este momento…

 

- No se de que hablas.

 

- Vamos Heero, puedo ver tu entrepierna tan abultada como la mía, pero me temo que tendremos que esperar. Ven, quiero mostrarte algo que te hará sentir mejor.

 

Salimos del palacio hacia la escuela y al llegar, en la entrada de la misma, había una placa donde se podía leer el nombre.

 

 

Escuela Dúo Maxwell
En memoria de un héroe que hizo posible este sueño.

 

 

- Que te  parece?

 

- Gracias Milliardo.

 

- Bien, ahora regresemos, tenemos que hacer algo para remediar estas ganas que tengo de poseerte otra vez…

 

 

Fin

 

 

Nota: honestamente, no me gusto mucho lo que hice, mate a Dúo, por favor amigas perdónenme, pero lo creí necesario.

 

 


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