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Please Don't por Yoru no Dezain

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Notas del fanfic:

Este es un one-shot que tiene que ver con dos de mis parejas favoritas de Seventeen, y sí, me gusta ver de pasivo a Vernon, no me juzguen [?]. Esta basado en el video de la canción Please Don't de K.wil. Espero que sea de su agrado.

 

Notas del capitulo:

El cabello de Vernon aquí es el bonito castaño durante la era Pretty U.

La letra cursiva hace referencia a recuerdos.

 

Finjo estar loco y me aferro a ti pero 
Pero mi cuerpo no me escucha 
Intoxicado con tu esencia en el auto 
No quiero despertar para siempre 


 


Cuando le conoció pudo percatarse que tenia el olor más delicioso y dulce que pudo haber alguna vez percibido a lo largo de su vida. 


Aquel omega era simplemente perfecto, piel de porcelana, suave al tacto, ojos expresivos, labios ni muy gruesos pero tampoco demasiado delgados, simplemente perfectos y provocativos, y que decir de sus despeinados castaños cabellos, aquella cabellera que era algo larga cuando le conoció, y que ahora tenia un corto moderado, más varonil según alguna vez el menor dijo, que evitaba que uno pudiese confundirle fácilmente con una dama, cosa que le pasó cuando le conoció en aquella epoca que su cabello era apenas algo más largo; pero que aún así no dejaba de ser encantador.  


La conexión entre los dos desde el principio fue buena, era como si estuviesen destinados a estar unidos, era notable la atracción entre los dos, pero en aquel entonces, siendo apenas un joven alfa, eligió "disfrutar de su libertad" en vez de a él. 
 
El tiempo continuó, al igual que su amistad, y del daño que le hacia y se hacia a si mismo, porque sí, era un daño mutuo el no estar juntos, el que no fuese capaz de reclamarle como su única y real pareja los destrozaba a ambos, y podía notarlo muy bien, aunque el castaño intentara ocultarlo y él hiciera lo posible por negarlo.  Pero esa atracción que los unía no se podía negar, y así vinieron las muestras de afecto, los abrazos despistados, y en más de una ocasión unos cuantos besos robados, los cuales le daba sin pensar y siempre terminaba disculpándose por estos, aunque agradecía que siempre pasara cuando estaban solos, pues sabia bien lo que la sociedad podía pensar de un omega que dejaba que hiciera eso un Alfa del cual no era pareja, y no quería que él fuese tachado de ese modo, y a pesar de que llegaba a disfrutar aquello, solo complicaba las cosas para ambos. 
 
"–MinGyu... ¿Qué es ese horrible olor? ¿Acaso trajiste a alguien aquí? 
 
–Ese es mi problema Hansol, no tuyo.
 
–Pero MinGyu... 
 
–¡Ya hemos discutido esto antes! ¡Es mi problema si traigo a alguien aquí o no!"
 
 
Y como esa, hubieron más y peores discusiones, y en todas y cada una de ellas el omega terminaba con una mueca que intentaba ser una sonrisa, solo para tratar de ocultar lo mucho que le dolía el trato que le daba en esos momentos y el saber que estaba con otras personas... Dios, como se arrepentía ahora de haber sido tan idiota, es que nunca se imaginó que las cosas pudiesen cambiar, tenia la seguridad de que al final estaría él, esperándole... 
 
"–Hansol, él es SeokMin, un buen amigo de la infancia, por trabajo viene a vivir a la ciudad, se quedará unos días aquí en mi departamento en lo que consigue un lugar para él 
 
–Un gusto conocerle, y bienvenido a Seul.
 
–El gusto es todo mío, muchas gracias por tu bienvenida."
 
 
¿Como no lo vio? ¿Cómo pudo haber ignorado aquello? Había sido obvio que su "buen amigo", un alfa también, había percibido el dulce aroma del castaño, la belleza física de este mismo y fue claro que no tardaría darse cuenta de que hasta su forma de ser era bella, y no, no tardó en ser así.  
 
Pronto dejó de ser el único que compartía mucho tiempo con Hansol, empezaron a ser los tres la mayor parte de tiempo, se volvieron pocos los momentos en los que estaban los dos solos, pero muchos los que el menor comenzó a compartir con SeokMin y él dejó que eso pasara, preocupándose más por seguir como un adolescente, buscando otras personas.  
 
Todo llegó al punto de que el omega dejó de quejarse del 'repulsivo' olor que otros dejaban en la casa, o en él, ahora las peleas surgían de cosas como que Hansol le molestaba bromeando, o intentaba ponerse mimoso y él le rechazaba constantemente ante su insistencia, llegando al punto de ser grosero y algo agresivo,  ante lo cual SeokMin terminaba apareciendo, dejando que el menor se esconda tras su espalda, mientras este aún en actitud bromista le sacaba la lengua o soltaba algún comentario que hacia ver aquello como una pelea de niños de 5 años y él no tenia otra que hacer una mueca y de mala gana calmarse. Con eso poco a poco se dio cuenta de que las cosas estaban cambiando...Dejó de ser quien constantemente sostenía entre sus brazos al omega, quien le calmaba cuando algo le preocupaba, simplemente dejó de ser con quien más pasaba tiempo. 
 
Ah... Recordaba tan bien esa tarde que le pudo sentir por penúltima vez tan cerca. Aquella tarde donde ambos estaban en su auto, el castaño de copiloto, le llevaba a casa luego de haber compartido un momento mirando una película. Mentiría si dijera que no sintió en todo el tiempo juntos que pasaba algo extraño, que el menor tenia algo para decir, que todo en ese momento auguraba dolor. 
 
"–MinGyu... 
 
–¿Si? 
 
–Yo... Yo solo quería agradecerte. 
 
–¿Qué? 
 
–Hemos pasado muy buenos momentos juntos ¿Verdad?. Me he dado cuenta que nunca me he detenido a agradecerte, por tu amabilidad, por tu cariño, por tu amistad... Digo, a pesar de muchas cosas, te haz mantenido a mi lado, y no te imaginas como lo aprecio. Eres de las mejores personas que he conocido, y de corazón espero que encuentres lo que estas buscando"
 
 
Cuando Hansol terminó no supo que responderle y es que aquel momento en su auto, rumbo a la casa del omega, le generó un gran sentimiento de perdida, era como si el castaño se estuviera despidiendo de él.  
 
Y solo lo comprendió un par días después de aquel suceso, mientras celebraban el nuevo departamento de SeokMin. 
 
"–Me alegra que no te molestaran del trabajo hoy, hay algo de lo que debemos hablar– comentó SeokMin con cierta seriedad, sentado en uno de los sofás al igual que él, observando como Hansol se acercaba con tres copas y una botella de vino previamente abierta.  
 
–¿Acaso sucedió algo grave? – Cuestionó con notoria curiosidad, pues no entendía el porqué del cambió de actitud de su amigo cuando solo hace unos momentos habían estado bromeando 
 
–Eso depende de como lo quieras ver– aquel fue el omega, quien le ofrecía una de las copas con el rojizo liquido. Luego de haber tomado esta, observó como ahora Hansol le ofrecía otra de las copas al otro alfa, para quedarse ya con la ultima. Por su parte no dijo más, solo bastó la expresión en su rostro para que los otros dos supieran lo intrigado que estaba. 
 
–Este ultimo tiempo han pasado muchas cosas, y lo principal es que debo agradecerte por haberme permitido quedarme en tu casa todo este tiempo, nunca imaginé que seria tan complicado encontrar un buen lugar. 
 
–Hey, eres mi amigo, es un gusto para mi ayudarte, no tienes que agradecer... 
 
–Si tengo que hacerlo, pues si no hubiese sido por lo mismo, sé bien que no hubiera tenido la oportunidad de conocer a Hansol, y es lo que más agradezco, el que me lo presentaras– hizo una corta pausa– por eso, luego de discutirlo con él, pensamos que seria lo correcto pedirte a ti que seas nuestro padrino. 
 
–¿Padrino? 
 
–Si, SeokMin y yo nos casaremos"
 
 
Eso fue como un baldado de agua fría ¿Cómo había sido tan poco detallista como para no fijarse del radiante anillo que llevaba en su anular el menor? En aquel momento deseó gritar, hacer un escandalo, tomar lo que consideraba suyo, pero la sonrisa en los labios de Hansol  al tomar la mano de SeokMin no se lo permitió, lo único que hizo fue felicitarlos y sonreír, aunque hasta ese simple acto le dolió como si una aguja hubiera cocido sus labios. 


Esta vez fue obvio el cambio, el omega se alejo de él y, diablos, como se notaba su ausencia. 
 
La fecha del gran día no tardo en llegar, al menos para él llego más rápido de lo que esperaba y hubiese deseado. Ese día... Ese día Hansol se veía hermoso, llevaba un traje como cualquier otro, de un blanco tan puro que solo contrastaba con algunos de los accesorios de color negro que llevaba, allí tenia totalmente bien representados sus colores favoritos, hasta algunas rosas blancas tenia... Ah, recordaba haber regalado varias así cada vez que cumplía años, pues sabia bien que esas eran las favoritas del menor... Al verle así, las ganas de decirle que se escapara con él no se hicieron esperar, pero tal como venia aquella idea se iba, o el procuraba dispersarla, sabia que no seria algo conveniente, no podría hacer ese daño, a ninguno de los dos, sabia que había tenido muchas oportunidades, y cada una de ellas se había encargado de arruinarlas.  
 
La ceremonia fue una tortura, especialmente los votos, pero teniendo la oportunidad de irse, prefirió quedarse, solo para ver un poco más la radiante sonrisa que Hansol le dedicaba a su ahora esposo y alfa, sonrisa que en más de una ocasión le había sido dedicada, sonrisa la cual él opacó en más de una ocasión al lastimar al menor, y claramente tampoco pensaba en desaprovechar un ultimo baile con este. 
 
Agradeció tanto que fuese una canción lenta, esta le dio la oportunidad de sostenerle cerca por una ultima vez, y así le abrazo, como si su vida dependiera de ello, como si quisiera que aquel instante no acabase nunca, como si fuesen solo ellos dos en ese momento, dándole igual que ahora el menor estuviese emparejado, dándole igual que todas las personas allí presenten miraran, pues solo quería tenerle así un momento más y sentir su aroma tan cerca una ultima vez. Al final tuvo que separarse de él, aun cuando quiso que cada segundo, cada minuto de ese baile se alargara, pero solo le quedó ver como otro hombre lo tomaba en sus brazos, le besaba y se lo llevaba, arrancándolo totalmente de sus brazos, matando cualquier posibilidad que pudo haber tenido, haciéndole caer en cuenta que no era ni seria quien arrancara más de esas sinceras sonrisas, le abrazaría en las noches, ni le diría cada día de su vida que le amaba... 


Terminó subiendo a su auto, mientras recordaba cada momento en que sintió al menor solo suyo, observando en ocasiones el asiento del copiloto, ese asiento que más de una vez le perteneció a él, y cuan traicionero era que aún conservaba su aroma, ese aroma que amaba, y lo distraía, tan fuerte que llegó a pensar que todo era un mal sueño y el omega estaba a su lado, como antes, pero pronto se daba cuenta que era una jugarreta de su mente, una jugarreta tan malvada que hasta podía escuchar su voz llorosa suplicarle como muchas veces lo hizo antes. 


"–MinGyu, deja todo eso, quédate conmigo. 
 
–Hansol, no empieces 
 
–Por favor... Te amo." 

 


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