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幻肢z90; por ReedVIII

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Nunca le demostró su afecto. Nunca le demostró qué era lo que sentía por él.
Porque era así, MinHo no podía demostrar su afecto, nunca tuvo una buena imagen de él, y no supo cómo era o debía ser. Por eso era que cuando comenzó a sentir cosas por Jonghyun sólo calló. Porque tampoco sabía si lo que sentía por él era bueno o no. Simplemente sabía que en cuanto veía al más bajo se sentía como una adolescente de mierda.
Y vaya que había odiado esa etapa de su vida. Por eso era que ignoraba o al menos intentaba evadir ése sentimiento.
Por eso era que MinHo odiaba profundamente cuando se topaba siquiera por error con Jonghyun, porque él solía ser tan pesado que aveces le causaba nauseas. O mariposas, quién sabe.

 

[ . . . . . . ]

— El ser humano destruye todo lo que ama, y ama todo lo que destruye, MinHo. — Dijo Jonghyun, regalándole unas últimas caladas al cigarrillo que ya estaba por acabarse.

— En el fondo quizá siempre quisiste ser amado, y aunque te engañabas haciéndote creer que él lo hacía, te mentías, y solo te quedabas más solo. Estabas mejor solo desde un principio. — Porque las cosas eran así. Jonghyun declaraba 'amor verdadero' a cualquier persona que le prometiese el mundo entero, las estrellas, y quién sabe cuántas mierdas más. Y a él le parecía patético.

— No sé cómo puedes ser tan indolente con eso, en serio. Necesitas enamorarte, y sufrir. Cuando te enamoras tienes tres fases; eres feliz, estás neutral, y al final solo quedas llorando y sufriendo. Quizá no con el corazón roto, pero con algunas grietas. Pero aun así es una experiencia hermosa. No sé qué estás esperando para sentirlo. ¿Qué sientes tú, MinHo? Si es que acaso lo haces.

— No estoy muy seguro.

— Vamos, dime lo que quieras.

— Siento que me estoy alejando del amor. — Respondió.

[ . . . . . ]

 

 

¡Hey! Éste es Minho. No alcancé a responder. Deja un mensaje y después me encargaré de devolverte la llamada.


                    — ¡Minho! Estoy feliz, ¿dónde estás tú cuando necesito compartir mi felicidad contigo, idiota? ¿Podemos reunirnos después? Podemos comer algo, y, no lo sé. Necesito contarte sobre mi vida. Llámame.

¿A qué se estaría refiriendo. . ?

 

 

— ¿MinHo? ¿Eres tú? — Repentinamente ahora Onew estaba a su lado, saludándolo felizmente. De todos los lugares de la gran ciudad de Seúl es en un bar donde menos esperó encontrarse con él. Así que sólo lo saludó con extremo cuidado. Porque MinHo estaba ebrio, y aún así estaba en dos de sus sentidos.

— Onew, hombre, ¿Qué haces por aquí? — Un simple estrechón de manos fue suficiente para que el moreno continuara con sus acciones, importantes, según él; beber y fumar. Unas buenas rondas de vodka y tequila junto con más de dos y media cajas de cigarrillos fueron suficientes para estar al tope. Nunca era bueno que el rubio bebiese alcohol solo. Era un descontrol.

— Vine con Key y unos amigos. ¿Qué haces tú aquí? — Al ver los miles de vasos que tenía el moreno ante de sí identificó uno en especial, recriminándolo de inmediato.— Sabes que el tequila te vuelve mierda, no deberías de estar tomándolo. — Tomó asiento a su lado, encargándole al cantinero un vaso de cerveza. Onew no era el tipo de persona que bebiera demasiado. Pero al notar que MinHo sólo sonrió vagamente ante su pregunta decir se acercó un poco más a él.— ¿Todo bien?

— Mis bebidas y sentimientos son un jodido desastre, están mezclados. — Espetó, dándole un largo trago a su bebida.

— ¿Tú tienes sentimientos? — Se escuchó más allá una voz chillona, después se pudo ver al chico merecedor de todas las miradas en el bar, porque así era Kibum, fuese a donde fuese siempre captaría la atención de todos. Pero ése chico tan cotizado era de Onew. Él lo dejaba bien en claro siempre. No fue diferente ésta vez, que al el azabache acercarse a su pareja éste le rodeó firmemente por su esbelta cintura, y le dió un casto beso.

— Amor, no seas así, dios. Discúlpalo, Min. — Onew mostró un gesto de disculpa. El recién llegado encargó un Cóctel.

— Olvídalo, ya da igual.

— ¡Deberíamos de hacer una reunión los seis! Así alegramos un poco la vida triste y sola de Minho. — El delineador en sus ojos resaltaba su felina mirada. Pero no sólo era eso lo que resaltaba; su fachada de zorra era increíble. No sabía cómo a Onew le pudo gustar Key. — No es por nada, pero luces como un ebrio cincuentón. — Onew le pegó una ligera nalgada al menor para indicarle que callase.

— ¿Los seis? — Preguntó de repente el rubio. Pareció pensarlo un momento, pero luego volvió a estar seguro de que su cuenta había estado correcta.— Pero si somos sólo cinco. Jonghyun, Taemin, ustedes, y yo.

— ¿No lo sabías? — Dijo Onew, y al otro negar éste hizo un gesto de disgusto, mientras que el que había encargado un cóctel movió con gracia su brilloso cabello. — Jonghyun tiene un nuevo novio, Jongdae, ¿lo conoces?

— ¿Chen? — Mencionó. Se notaba la cólera y rencor que había en su voz.

— Sí.

No supo cómo reaccionar. Parecía que lo único que podía sentir MinHo era cabreo. Genuino y puro cabreo. Pero con el tiempo ya se tuvo que acostumbrar, porque Jonghyun era así, buscaba 'amor y compromiso' a toda costa, y ahora era con Jongdae con quien se está metiendo. Se está metiendo con el mismo chico que hace poco Minho le había confesado al castaño que odiaba profundamente. Incluso se golpeó con él, pero al parecer ésto le importó poco, porque se terminó metiéndose con el mismo.
Su vida era una mierda.

— Pues felicitaciones a él. — Masculló, ahora encargando tres nuevas rondas de tequila.

Así que de eso se trataba.

                             *             *                 *

Despertó, y todo el lugar en que residía estaba en completo silencio. Su cabeza dolía como mil demonios por la jodida resaca, y su cuerpo de igual modo. Se sentía sudado y pegostoso. Se preguntó en qué clase de mierda se habrá metido.
Abrió poco a poco los ojos, e identificó de inmediato que cualquier otra cosa hubiese sido mejor que despertar donde lo hizo.
Unas hebras azabaches se removieron con cuidado al sentir que el adverso se había despertado, y el recién despertado rostro de Taemin lo recibió con un simple asentimiento, volviendo a recostarse para volver a dormir; porque ya desde hace mucho era así, antes ambos hubieran despertado en la misma cama y Taemin le daría los buenos días junto con un par de besos y caricias, pero ahora solo había un asentimiento, un puto y mísero asentimiento. El azabache desde siempre había estado enamorado de MinHo, y aún sabiendo que lo más probable sería que este nunca le correspondiera se enamoró de él. Pero desde que el moreno prácticamente le gritó hace unos pocos días que nunca sentiría nada por él las cosas se habían vuelto tediosas, y no se volvieron a hablar. Se sorprendió cuando al parecer un ebrio Choi logró volverse a acostar con él.

 

[ . . . . ]

— No es el momento indicado para que te enamores de mí, Taemin. Sólo estoy siendo honesto.

Le dijo MinHo al chico que acababa de declarársele.

— Te he dejado en claro que sólo follamos, más nada. Nunca qusie que pensaras segundas cosas.

Así que antes de irse del lugar le dejó un pequeño beso en sus pequeños pero carnosos labios, retirándose del lugar, dejando solo a un lloroso Taemin con el corazón roto.

[ . . . . . . ]

 

Se dispuso a ponerse en pie, estuvo a punto de vomitar, y su cabeza daba vueltas. Se puso sus ropas y caminó hasta la sala, directo a la puerta de salida. En cuanto llegase a casa se daría una ducha, y dormiría. Maldeció cuando la puerta de entrada tenía cerrojo. Restregó su rostro con su gran mano y se encaminó nuevamente hasta la habitación del menor, quien estaba sentado en la cama; asimilando haber despertado.
Se preguntó por qué en lugar del castaño no podía sentir ésas cosas por Taemin. Es decir, el pobre chico era casi ideal; pálido, más bajo que él, y follaba de maravilla. Al notar que el mayor había entrado de nuevo a la habitación le dedicó una mirada fría, en verdad fría.

 

— ¿Qué quieres? — Se limitó a decir, con la voz carrasposa.

 

— La puerta está cerrada. ¿Tienes llaves? — Preguntó, mientras terminaba de acomodarse su camisa. Tenía una gran mancha de algo. Joder, lucía como un mendigo. No quiso ni siquiera mirarse en un espejo; siempre que MinHo despertaba con resaca tenía una mirada como que quisiese matar gente, y su cabello era un asco. Taemin sólo sonrió por pura cortesía, esa sonrisa suya falsa.

 

— Llaves. . — Murmuró. Negó varias veces con la cabeza y deslizó unos pantalones por sus largas y pálidas piernas, luego una camisa en su torso, que a diferencia de la del otro estaba totalmente limpia. Se puso de pie y sin medirle palabra al adverso atravesó el umbral, y se dirigió a la cocina, tomando de un bol unas llaves. Pero no le abrió la puerta al ajeno de inmediato, al contrario, se sentó en las sillas ante la barra, jugando con las llaves mientras miraba a la nada.

 

— Taemin, necesito irme. — Espetó el más alto al ver la tranquilidad que tenía el azabache. Le comenzó a molestar.

 

— ¿Por qué lo hiciste, MinHo? — Preguntó. Por alguna razón el rostro triste de Taemin lucía hermoso.

 

— Hablemos después de esto, en verdad necesito irme.

 

— ¿Ah, si? ¿Qué harás? — Esta vez giró su rostro hasta verlo.

 

— Necesito llegar a casa y hacer unos papeles del trabajo. Luego tengo que enviar unos documentos, y tengo que ayudar a Jonghyun . . — Paró en seco, no recordaba que él estuviese entre sus planes del día de hoy.

 

— Jonghyun, claro. . Siempre es él, ¿No es así?

 

— Taemin, sabes que no es así.

 

— ¿Por qué viniste anoche? — Sabía que todo se reducía a eso.

 

— Estaba ebrio. Quizá solo necesitaba despejarme un poco, no lo sé. ¿Puedes ahora abrir la maldita puerta?

 

— Despejarte, ya veo. Minho, — hizo una breve pausa, mordiendo su labio inferior — ¿Qué sientes por Jonghyun? ¿Qué sientes al verlo? ¿Qué sentiste al saber que estaba con Jongdae? Porque lo sabes, ¿no? Por eso viniste anoche.

 

El ápice de su lengua delineó su dentadura, dando a relucir sus facciones. Estaba comenzando a impacientarse, y un Minho con resaca y cabreado no era la mejor persona.

 

— No me jodas, Taemin. Vete a la mierda. Ábreme la puta puerta o la derribaré.

 

— Todo éso que sientes por él, o crees que lo haces, y todo eso que te molesta al verlo con otra persona lo siento yo. ¿Nunca te pasó eso por tu cabeza? — Rió, porque unas lágrimas ya empezaban a dar asomo, y reír era lo que siempre hacía momentos así — La única diferencia es que tú crees, y te haces creer a ti mismo que no estás seguro de lo que sientes o no sientes por Jong. Pero yo sí, y duele, MinHo.

 

— Que te den por culo, Taeminnie. — Ya había explotado. Una vena de su sien había había dado a relucir, y golpearía al azabache. Al fin y al cabo, ya había sucedido. En un arranque había golpeado a Taemin, no era que se sintiese muy orgulloso, pero lo había hecho, y estaba a punto de hacerlo de nuevo. Le arrebató sus llaves, y mientras se dirigía cabreado hasta la puerta buscó la llave indicada, introduciéndola después de miles de fallidos intentos en el cerrojo. Cerró la puerta con demasiada fuerza, molestando quizá a algunos vecinos y asustando a algunos niños del conjunto residencial.
Dejando solo a Taemin, como siempre.

 

                         * * *

— ¿Qué coño te pasó? — Preguntó SuHo al abrirle la puerta a Minho. Desde hace ya un tiempo vivian los en un apartamento compartido. El recién llegado olía a mierda.

— ¿Qué? — El moreno sabía que se refiría a su rostro cabreado y colérico. Así que pasó de largo, tirándose en el sofá de la sala, descansando. Estaba cansado de todo.

— Tu ojo, hombre, ¿Te has peleado de nuevo en un bar de mala muerte? — SuHo lo siguió, sentándose en el brazo del sofá.

— ¿Mi ojo? — No comprendió. Así que sacó su móvil del bolsillo de su pantalón, y se visualizó en el reflejo que le ofreció el aparato; tenía un ojo morado. — A la verga.

— ¿Qué sucedió, Minho? — Suho siempre había sido la persona que más se preocupaba por el moreno. Y el mismo siempre tenía la suficiente confianza en él como para contarle lo que sea. Siempre estaba al día de la catastrófica vida de Minho.

— Bebí demasiado. Sabes cómo soy. — Se excusó. Esa era siempre la excusa que le daba a Suho cuando llegaba con resaca, y más aún, golpeado.

— Traeré el botiquín.

Después de haberle desinfectado la herida al moreno, y después de haberle dado el sermón de siempre, volvieron a pláticas normales.

— Por cierto, Onew llamó, dijo que hoy habría una reunión en su casa. Aunque no creo que lo mejor sea que vayas.

— Estoy bien. ¿No quieres ir? — Sugirió.

— No, gracias. No me llevo con Key. — SuHo era el ex de aquel chico, y su ruptura no había sido la mejor.

                         * * *

Al principio de la reunión estuvo llena de risas, sólo habían cuatro personas en el lugar, aún estaban en espera de los otros dos miembros faltantes; Jonghyun y Chen. Pero todo se compenetraba bien, porque entre cervezas y buenos amigos todo era genial.
Onew y Key prácticamente se comían a besos, y Taemin hacía chistes sobre ellos dos. MinHo sólo se reía. A pesar de que no hablaba desde que llegó con Taemin se reía de Taemin, porque él podía ser el más simpático cuando se lo proponía. Pero toda la felicidad de MinHo se fue cuando vio llegar a la feliz pareja. Jonghyun llegó y saludó a todos. Lo mismo hizo Chen, sólo que exceptuando a MinHo.
Se sentaron y parecieron ser el alma de la fiesta. Ahora había dos parejas comiéndose a besos; y dos parejas que recibían chistes de Taemin a los cuales todos reían. Excepto Minho, Minho no reía.
MinHo sólo caía en cuenta que ha sido un total hijo de puta con Taemin. Porque ahora reflexionó sobre lo mal que debía hacerlo sentir. Porque cada vez que MinHo veía cómo Jonghyun se besaba con Jongdae cayó en cuenta cómo se sentía Taemin. Incluso lo podía describir a la perfección; se sentía solo. Se sentía como si sólo fueras un juego. Se sentía como si en realidad ya nada valiera la pena. Y dolía. Debía pedirle unas disculpas al azabache. Pero quizá muy ensimismado en sus pensamientos que volvió a la realidad fue cuando Jonghyun le preguntó a Minho por qué llevaba lentes de sol.

 

— Ah, no es nada. — Respondió, intentando restarle importancia.

 

— ¡Pues quítatelos! No puedes esperar lucir más fabuloso que yo. Nadie lo hace, ¿cierto, amor? — Preguntó Key a Onew, el cual alimentando su ego le respondió que nadie era más fabuloso que él.

 

— No, estoy bien. — Dijo Minho.

 

— Quítateloos. No seas idiota. — Insistió Key.

 

— No hace sol, Min, quítatelos, vamos. — Continuó Jonghyun.

 

— En realidad estoy bien, no quiero quitármelos.

 

— Ups. — Dijo Jongdae, quien para su desfortuna se había sentado en un principio todos excepto Taemin se asombraron al ver el ojo morado del chico. Más el responsable de que este ahora no tuviera lentes luchaba por contener unas risas.

 

— Dios, Minho, ¿qué te ha pasado? — Preguntó Key, colocando dramáticamente su mano en sus labios, cubriendo su boca.

 

— MinHo. .— Comentó Jonghyun, impresionado de ver su rostro.

 

— Ven un momento, MinHo. — Llamó Onew al moreno, bajando al felino de su regazo y dirigiéndose a la cocina, para hablar de una forma más privada con el chico.

 

Minho estaba estático, porque por una parte quería golpear al que estaba situado a su lado. Y por otro lado se sentía mal consigo mismo. Porque Jonghyun siempre se había decepcionado de Minho cada vez que peleaba con alguien, y su mirada de desaprobación indicaba que lo había hecho de nuevo. Dedicándole una última mirada de odio infinito a Jongdae se fue hasta la cocina, para hablar con el mayor, que después de Suho era el que siempre lo recriminaba.

 

— ¿Qué pasó ahora, Minho? — El rostro de seriedad de Onew asustaba. Porque él era todo menos eso. Él era infantil, no serio.

— ¿No podemos sólo dejarlo pasar? — No quería hablar de eso. La verdad es que no.

— Sabes que no puedes estar peleándote por ahí con quien te de la gana. ¿Con quién fue esta vez? ¿Jong In, Niel, Jooheon, WonHo, Hyoung?

— No lo sé. No lo recuerdo.

— MinHo. . ¿Qué estás haciendo con tu vida?

 

Minho sólo sonrió. Porque no sabía qué responder.
Después que MinHo 'habló' con Onew se sentía incómodo en aquel grupo. Así que se fue a casa temprano.

* * *

¡Hey! Éste es Minho. No alcancé a responder. Deja un mensaje y después me encargaré de devolverte la llamada.

— ¿Por qué lo hiciste? ¿Por qué peleaste con. . ¿Con quién peleaste? Sabes que no me gusta que lo hagas. Es tan. . ugh. Eres tan desesperante. Joder, ¿qué intentas demostrar siempre que peleas? No me gusta, estoy cabreadísimo contigo. Llámame, no te creas que te has escapado de mis regaños, Choi.

*            *              *

Su semana había sido un asco total. Lo fue, porque estaba deprimido, algo lo afligía. No sabía qué, pero algo no estaba bien. Lo sabía porque ya no tenía ánimos de nada.

 

[ . . . . ]

 

Jueves.

 

MinHo tuvo una fuerte pelea con su jefe, porque no había llevado los últimos informes que suponía tenía que llevar hace más de una semana. Lo mandó a la mierda, y fue despedido.
Se disculpó con Suho, porque por las proximas semanas no podría ayudarlo con la renta.

 

Viernes.

 

Sus sospechas fueron más que confirmadas cuando éste viernes sus amigos lo invitaron a beber, pero él no quiso, dijo que no se sentía de humor. Incluso Suho había salido con su nueva novia.
MinHo se había bebido completamente solo una botella de Vodka. Estaba deprimido; no sabía por qué. Pero internamente sabía que esa razón era Jonghyun, porque ya había recibido miles de mensajes de él, preguntándole cómo estaba, y antes se los respondía en apenas un segundo, pero los dejó en el buzón de mensajes, sin ánimos de siquiera abrirlos. Y porque se sentía mucho peor al pensar en que el castaño estaría con Jongdae. Y que Jongdae estaba besando ésos labios, cuando deberían ser suyos. Que Jongdae le decía a Jonghyun las dulces palabras que Minho nunca sería capaz de decirle. Que Jongdae lo hacía feliz, y Minho no. Sólo quiso escuchar uno de los miles de mensajes de voz que le dejó el otro.

 

¡Hey! Éste es Minho. No alcancé a responder. Deja un mensaje y después me encargaré de devolverte la llamada.

— Quizá te eche de menos, sólo un poco. ¿Podemos hablar? No me devuelves los mensajes ni las llamadas. Me preocupas, Minho. Llámame.

 

La idea de no estar con Jonghyun lo deprimía. Y aunque el moreno insistía en decir que no estaba enamorado de él sabía que lo hacía.
Nunca se había enamorado, no sabía cómo era que se debería saber cuando pasaba. Pero según las cosas que le contaban sus amigos sentía que no estaba enamorado; eso era demasiado compromiso. Pero tampoco iba a aceptar que Jonghyun le gustaba.

 

Sábado.

 

— M-mgh, ah.

 

Gimió Taemin.
Minho acariciaba la delgada cintura que poseía el chico, mientras que se encargaba de dejar húmedos besos en su cuello y clavículas. Mordía, dejaba marcas, y hacía lo que quisiese con él. Porque era así. Cuando Taemin y él estaban solos en una habitación el azabache le pertenecía, y era propiedad de Minho.
Y Taemin lo aceptaba, porque le gustaba ser el centro de atención de Minho. Le gustaba que lo tratase como si fuese el único en el mundo.
A continuación sin pudor alguno, colocó ambas palmas de sus grandes manos a reposar en sus glúteos, los cuales comenzó a apretujar y masajear, sosteniéndolos con firmeza a medida que Taemin saltaba sobre la polla del rubio. MinHo siempre le dijo a Taemin que le gustaba su culo. Y por eso era que cada vez que tenían un rápido polvo al inicio siempre la atención de Minho iba a estar en él.
Lamió un poco de la fragil piel del más pálido. Los dos cuerpos estaban perlados en sudor. Y Taemin no tenía la oportunidad de retener gemidos.Y Minho no se preocupaba por eso, al contrario, quería escucharlo gemir. Quería escucharlo, porque Taemin era como su escape de la realidad.

— Minh, joder. . — Jadeó. Por la comisura de su labio ya estaba corriendo un pequeño hilo de saliva.— Minho, ngh.

— J-Jonghyun. . — Gimió Minho, quizá muy abstraído en sus pensamientos.

A Taemin no le importó, rompió aún más su corazón, pero a pesar de que una pequeña lágrima corrió por su rostro no le importó. Porque era él quien estaba ahí, él era quien tenía ahora, al menos físicamente toda la atención de Minho. No Jonghyun.
Y aunque le dolía sabía que no quería estar en otro lugar.

 

Domingo.

 

Este día Taemin preparó un buen desayuno que MinHo no comió. Porque le dolía el estómago. Le preguntó si se sentía bien, porque a la hora del almuerzo tampoco quiso comer, pero le respondió que era un simple dolor de estómago, que podía volver tranquilo a su casa.
Taemin le dijo que quería quedarse con él, pero el otro le pidió que se fuese, que 'no quería molestarlo'.

 

Lunes.

 

Suho estaba ahí. Y todos excepto Jonghyun fueron a visitar a MinHo al hospital. Fue llevado a emergencias cuando MinHo se desmayó saliendo de su apartamento, y una vecina llamó a emergencias.
El doctor le había dicho que era porque no había comido nada en todo el día.
Mientras Onew, y Taemin estaban con Minho Key le dijo a Suho que amaba la manera en que cuidaba a Minho. Con sarcasmo, claramente. Suho le respondió que había salido, y no estaba en casa cuando todo sucedió.

— Entonces ¿qué pudo ser más importante que tu amigo? — Dijo Kibum.

— Había estado con mi novia, Kibum. Llegué veinte minutos después que todo sucedió.

— No sabía que ahora le ibas a lo heterosexual.

— No sabía que tú y Onew planeaban vivir juntos.

— ¡Kibum! — Jinki corrió hasta donde estaban los dos chicos, y saludó al otro. Onew era ciego en cuanto a la relación pasada de esos dos. — La enfermera dice que ya podemos llevarnos a MinHo.

— Yo me lo llevaré. — Sentenció Suho.— Después de todo, soy su compañero.

 

Martes.

 

Suho parecía un idiota, despertó a Minho a las seis de la mañana para darle un desayuno. Y se lo daba como si fuese un bebé, con aquella pasada técnica del 'avión'. Se encargó de darle todas sus comidas, y a pesar de que Minho se sentía perfectamente bien el otro insistía en prepararle su comida. Y dársela, además.
Parecía lo más tonto del mundo, pero MinHo se dejó mimar por lo menos éstos seis días.

[ . . . . . ]

 

Pero nada lo hubiese preparado para lo que estaba a punto de pasar el miércoles.

' ' ¡Hey! Éste es Minho. No alcancé a responder. Deja un mensaje y después me encargaré de devolverte la llamada.

— ¿M-MinHo? — Esa voz la reconocería en cualquier lugar.— Minho, soy yo. T-Te necesito. Chen y yo. . — Su voz pareció romperse, y jadeó por puras lágrimas que seguramente estaba soltando, lloraba, y su voz llorando era lo único que podía ablandar al otro. — ¿Puedes venir hoy? Si no estás ocupado, me gustaría que lo hicieras, por favor, Minnie. ' '

 

Se quedó paralizado. Quitó con suma lentitud el teléfono de su oreja, analizando lo que acababa de pasar. Le rompería la cara al hijo de puta primero.

          *                    *                   *

— Vamos, bebé. . — Decía Jongdae mientras besaba el cuello de aquella rubia en ése bar que sí era de mala muerte.

— ¡Jongdae! — Gritó un fúrico Minho, mientras prácticamente corría y empujaba a toda la gente que se atravesaba en su camino.

— Pero, qué. .

Un golpe residió en su rostro. Y no bastó, porque el moreno se montó encima de él, y golpeó varias veces su rostro, empleando toda su fuerza para después estampar su rostro varias veces al suelo.
Hubiera seguido de no ser porque dos chicos lo separaron.

* * *

— ¡Minho! — Jonghyun abrazó al moreno cuando abrió su puerta y lo vió a él allí.

 

— ¿Estás bien? ¿Todo bien? — Dijo mientras entraba a su hogar. Acompañados uno al otro sentándose en el sofá de su sala. Minho observó atentamente el rostro del castaño, y sus ojos estaban inchados y su nariz rojiza. Estaba llorando. — ¿Qué sucedió, Jong?

 

— Es Jongdae. Terminamos, ah. Por alguna razón ya lo presentía, ¿sabes? Él siempre estaba ocupado, y nunca tenía tiempo para mí. Pero aún así duele. Es decir, ¿Cómo te preparas para algo que sabes que pasará pero que aún así quieres evitar, Minho?

 

— Jonghyun, cálmate. — Estaba comenzando a llorar de nuevo, y el moreno intentó relajarlo, porque Jonghyun llorando parecía tener hipo, así que decidió romper el hielo. — A éste paso debo de empezar a cobrarte por cada vez que te tenga que consolar al romper con alguien.

 

Ambos rieron, y el castaño se recostó del gran pecho adverso, reposando allí un largo rato.

 

— Lamento no haberte ido a visitar al hospital. .— Estaba avergonzado, se veía. Sus mejillas adquirieron ese color durazno que era tan típico de él.

 

— Da igual. Tienes que ir cuando esté de viejo muriendo, no ahora.

 

Incluso después se recostaron en el sofá, uno sobre otro, cómodamente, compartiendo un momento íntimo entre ambos.

 

— Minho. . A ti, te gusta Taemin, ¿no es así? — Preguntó. No se esperaba eso. No esperaba esa pregunta, mucho menos viniendo de Jonghyun.

 

— ¿A qué viene eso? — Sorprendido por aquella repentina actitud por parte del otro detuvo las caricias que daba en sus hebras. Jonghyun alzó su rostro, lo suficiente como para ver a la persona sobre la que estaba recostado.

 

— Respóndeme. — Y sólo lo hizo, porque Minho nunca pudo negarle nada al chico.

 

— No, no me gusta Taemin.

 

— Es un alivio saberlo.

 

— ¿Por qué? — De repente una curiosidad latente nació en Minho.

 

— Porque ahora pasarás todo el tiempo conmigo.

 

Y el moreno sólo sonrió, porque la idea le agradaba.

 

* * *
Taemin se aislaba del grupo, estaba deprimido. Y aún Minho sabiendo que él era el responsable no hizo nada para mejorarlo.

* * *


¡Hey! Éste es Minho. No alcancé a responder. Deja un mensaje y después me encargaré de devolverte la llamada.

— ¿Por qué tienes un teléfono si nunca lo contestarás? La pasé bien anoche, espero que tú también. Nos reíamos como idiotas cuando vimos a aquel perro en disfraz. Deberías ayudarme a disfrazar a Roo después, ¿bien? Eh, te llamaba para saber si querías venir a beber esta noche, sólo cervezas, no he cobrado en el trabajo y estoy como un pobre, así que eso es todo lo que este pobre pero guapo chico puede ofrecerte a ti, chico no tan guapo. Como sea, te espero.

 

Ambos chicos reían como los dos tontos que eran, porque para Jonghyun eran suficientes unas cervezas para ponerlo imbécil, y para Minho era suficiente Jonghyun para ponerlo imbécil.
El castaño tenía todas sus hebras revueltas, al igual que el rubio, porque habían estado discutiendo sobre quién tenía el mejor cabello, y uno desarreglando el del otro fue toda la competencia que tuvieron.
Jonghyun tenía en mano a su móvil, pues estaban jugando a verdad o desafío, y sacaba las ideas de retos o preguntas de un sitio web que había encontrado.
Reían como los dos idiotas que eran, regalándose miradas cómplices y sonrisas que eran sólo una para el otro. Últimamente ambos se habían vuelto más cercanos, incluso Minho varias veces se había quedado a dormir en casa de Jonghyun éstos últimos días. Porque llovía mucho, y a Jonghyun le daba miedo.

[ . . . . . ]

— ¡Ah!

Gritó Jonghyun, asustado. La electricidad había sido cortada por las fuertes tormentas. Y ahora estaba en el sofá literalmente sobre el rubio, porque los repentinos relámpagos no hacían más que asustarlo.

— No seas un llorón. — Se quejó Minho.

— Ya, no soy llorón, simplemente. . ¡Mierda!

Se asustó nuevamente al ser testigo de dos truenos seguidos y más estruéndosos que los anteriores, abrazándose a Minho. Mientras que el moreno se reía de él.

[ . . . . ]

— Vale, vale, sigo. — Dijo Jonghyun.— ¿Verdad o reto, señor Choi?

 

— Reto, señor Kim. — Respondió. Y ese había sido un reto. Que ambos se tratasen de usted durante todo el juego.

 

— Mh. . Aguarde, por favor. — Esperó mientras la página formulaba algún reto, y sus ojos se abrieron como platos, para luego reír. — Aguarda, éste no.

 

— ¿Por qué no? ¿Qué es?

 

— No creo que usted quiera que se haga ésto, señor Choi. Sería inapropiado.

 

— Pruébeme, Kim.

 

Y le enseñó la pantalla del celular, y quedó perplejo ante lo que decía en ella, ante lo que se veía reflejado en ella. 'Besa por siete segundos a tu compañero de juego'.
Minho rió.

 

— Pues, señor Kim, no me conoce nada bien.

 

El corazón de Minho latía demasiado rápido. Pero por una parte, no sabía si era por la cerveza, pero no se avergonzaba, cuando creía que debía estarlo.

Giró su rostro hasta observar de mejor manera al que contenía una sonrisa contrayendo notablemente sus comisuras. Se acercó hasta él, y ahora toda su atención estaba en esos rósaceos y carnosos labios, los que siempre había deseado besar. Olían a cerveza; pero joder, no se podía ser tan exigente.
Antes que nada tomó con sus dientes su labio inferior, tirando de él, arrancándole un suspiro al castaño. Y luego besó los labios adversos, al principio con calma, saboreándolos, y humedeciéndolos para moverse en ellos de una mejor manera. Inclinó su cabeza para encajar en ellos. Pasaron siete segundos, y en lugar de detenerse ambos se acercaron mucho más al otro, intensificando toda la situación, ahora Jonghyun había soltado su teléfono, y había tomado la iniciativa de morder los labios del moreno.

Se separaron, y los labios de ellos estaban perlados en saliva del otro. Se rieron. Jong estaba sonrojado. Y Minho estaba totalmente lúcido, porque era éso lo que siempre había querido.

 

— Vaya que no conocía esa parte de usted, señor Choi.

 

— Pues sí, Kim, no sabía esa parte de mí, no lo negaré.

 

Jonghyun se subió al regazo de Minho, y colocó sus manos en los grandes y anchos hombros ajenos.

 

— Me gustaría descubrir más partes así de usted.

 

— Bienvenido sea, señor Kim.

 

Y sellaron aquel pacto con un casto beso; sin prisas, sin apuros. Porque ahora tenían todo el tiempo del mundo para descubrir más cosas del otro.

Notas finales:

Bueno. Nadie quiere a Taemin¿? Ah.

De hecho, planeaba un final totalmente diferente, planeaba que Suho terminase  con su novia, y volviese con Key. Y que Onew salga con Taemin. Pero no quería alargarlo más, así que Taemin sufrió las consecuencias.

Bueno, como sea, espero les haya gustado.

También pueden pasarse por mi otro fic, 'En ausencia de ángeles', que también es Jongho y sí tiene Ontae, ah¿?.

En unas tres horas y media o cuatro lo actualizaré.

Nos vemos despós.


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