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d47;Weird but Adorabled47; «Billdip» por littlesataeminnie

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Notas del capitulo:

Bueno, es mi primera vez escribiendo acá. Vengo de Wattpad, holi :3

Hoy les traigo la fic que estoy escribiendo en la app anteriormente nombrada, espero que sea de su agrado.

—Auch —se quejó Dipper—, me corté.


El castaño se había pasado toda la tarde tratando de conseguir un pez y lo único que se había ganado eran cortaduras, moretones y heridas. Además, tuvo que huir de un oso hambriento que le arrebató el único pez que había logrado conseguir.


  —Parece que hoy tampoco comeremos —murmuró desilusionado— Lo siento, Mabel.


Mabel era un hámster que Dipper había encontrado meses atrás. Hasta ahora, era su única compañía y viceversa. La nombró así en honor a su difunta hermana.


Dipper arrojó nuevamente su caña de pescar hecha con ramas y lianas al agua.


Espero poder encontrar al menos un pequeño pez. Pensó.


Y así fue.


El pequeño Dipper sintió el anzuelo ser jalado con fuerza hacia el. Tiró y tiró exhaustivamente y entonces, observó con orgullo el no tan pequeño pez que había conseguido.


  —¡Mira Mabel! —le enseñó la presa a su hámster— ¡Te lo dije, te dije que hoy era nuestro día!


Mabel giró su cabeza en señal de confusión, tan linda.


Dipper tomó el pez en sus manos sin pudor y salió corriendo hacia la cueva donde habia estado durmiendo lo últimos días seguido de Mabel.  El castaño se sentó en posición de indio y encendió fuego con ayuda de dos ramitas, luego de que se empezó a sentir el acogedor calor, cocinó la trucha sobre dos troncos alineados.


   —Hmmm Mabel, huele delicioso, ¿A qué sí? —tomó un trozo ya dorado y se lo metió a la boca— ¿quieres? 


Y como si hubiera entendido, Mabel asintió rápidamente a lo que Dipper le dio la mitad de la deliciosa cena.


Después de haber comido Dipper se acostó sobre una almohada hecha con hojas junto a su acompañante...había sido un día muy difícil, casi se iban a ir a la cama sin haber comido nada, y esa no sería la primera vez.


Es muy duro tener 12 años y vivir solo ¡más si es en un bosque! Pero su perseverancia e inocencia eran la clave de su sobrevivencia, era un chico ejemplar. 


Dipper cerró sus ojos esperando dormirse, pero un sonido extraño lo despertó de repente.


  —¡Rayos! —dijo entredormido—  Mabel, quédate aquí.


Cogió a su hámster y la dejó atrás de una roca, esta pareció entender y no se movió.


  —¿Q-quién e-está ahí? —se asomó—.


Y entonces esuchó un rugido y sus pupilas se dilataron al ver de lo que se trataba.


  —M-mabel...u-un tigre, ¡un tigre!  —gritó en un susurro y sus ojos se cristalizaron— Es igual al que se llevó a mis padres...


Caminó de puntitas hacia la roca donde había escondido a Mabel y la tomó en sus manos, no podía dejar que nada malo le pasara. Fue hacia el final de la cueva en busca de refugio y colocó la cabeza entre sus piernas, esperando a que el tigre se fuera de ahí y no decidiera entrar en la cueva.


Pero no fue así.


La sombra del animal se fue haciendo cada vez más grande. Dipper tragó saliva y empezó a sollozar cuando aquellos recuerdos de infancia llegaron a su mente.


Tenía cinco años, pero recuerdo todo perfectamente. Todavía me acuerdo de la cara de papá y mamá, también de la cara de Mabel cuando esa bestia se acercó a nosotros. Mamá me tomó en sus brazos y clavó sus uñas en mi brazo, me dolió bastante, ella tenía miedo. Aún recuerdo cuando el tigre saltó hacia Mabel y posteriormente, papá saltó también hacia este. El grito desgarrador de mi mamá cuando ese animal desfiguró a Mabel y a mi padre juntos permanece fresco en mi memoria. Mamá se tiró al suelo y empezó a llorar. "Mami, ¿qué está pasando?" pregunté, pero ella solo lloraba. Al parecer el tigre no tuvo suficiente con mi papá y mi hermana, quería a mi madre; la devoró delante de mis ojos. Mientras ella moría me dijo en susurro que corriera, que me salvara, que me fuera lejos. Yo solo tenía cinco años, no entendí lo que quiso decir así que solo salí corriendo con las lágrimas corriendo por mis mejillas. Me subí en un árbol y permanecí allí dos días, hasta que me di cuenta de que efectivamente, mi familia no volvería.


Dipper cerró sus ojos y espero lo peor, el estaba seguro de que podía sentir la respiración del felino en su cara. Entre abrió los ojos y ahí estaba, el corazón casi se le sale del pecho al ver a un animal de aquella magnitud frente a el.


  —S-solo vete...no me hagas daño —sollozó— 


Y como si sus palabras hubieran sido un hechizo, el tigre solo se alejó dejando a un Dipper en shock llorando desconsoladamente recostado sobre una pared.


Al día siguente, no muy lejos de allí...


Bill Cipher estaba enojado con sus padres, y no era por cualquier cosa. El no quería hacer una excursión en el bosque. No, no y no.


  —Madre, ¿en serio debo ir? —preguntó irritado— ¿Hay wifi en el bosque?


  — Si, no y tampoco te vas a llevar el celular.


  — ¡NOOOO!  —se arrodilló y gritó exageradamente— ¿¡POR QUÉ DIOS?! ¿¡QUÉ HECHO PARA MERECER ESTO?!


Su madre lo vió mal, se quitó su tacón y se lo lanzó.


Por pendejo. Pensó.


Bill lanzó una maldición silenciosa y tomó su equipaje, sería el día mas largo de toda su existencia.


Salió hacia el jardín y su mayordomo le abrió la puerta de el lamborghini.


  —Las damas primero —sonrió el señor amablemente—.


  — ¡Oh vamos Arthur! Ya te he dicho mil y un veces que soy un chico. Tengo pene.


 —Entonces, ¿cómo explicas que tengas la cara tan afeminada? ¿eh? 


  — Porque soy gay, adiós  —subió la ventana del auto y este empezó a moverse


   Bill buscó en su bolso su celular, lo había metido sin que su madre se diera cuenta. Pero por alguna razón no estaba...y esa razón tiene nombre: Arthur.


 


Mayordomo pendejo. Pensó.


  —Hey Sergei, —dijo dirigiendose a su conductor— mi madre no está aquí, ¿quieres romper este auto?


  —¿Eh?


 —Que conduzcas a toda velocidad, obvio.


  —Lo siento joven amo, —se acomodó la corbata— pero su madre me matará si me excedo de velocidad, por lo que creo que es mejor que se mantenga en su asient-


 — ¡DAME ESO! —lo interrumpió y agarró el volante del móvil haciendo que este se moviera en distintas direcciones— ¡ASÍ ES COMO SE CONDUCE!


  — ¡J-joven amo! ¡Deme eso! —forcejeó— 


Bill perdió el control del auto y este dio vueltas sobre si mismo hasta chocar contra lo que parecía era un árbol...se perdieron en la selva, genial.


 — ¡BILL CIPHER, ERES UN PENDEJO! ¿¡Sabes cuanto me costó este auto?! ¡CUATRO MILLONES DE DOLARES MAS LA VIRGINIDAD DE MI PRIMO!


Bill rió. No podía tomar en serio a Sergei si tenía ese acento ruso.


  —Si, ajá. —dijo sin prestarle importancia a la situación— 


Sergei se agachó y  tomó su propio pelo y empezó a arrancarlo mientras gritaba.


 —¿Qué estás haciendo? —preguntó el rubio asqueado. Si Sergei se agachaba de esa forma, sus piernas huesudas podían apreciarse perfectamente.


  —Iré por ayuda —respondió— Tu no te muevas de aquí.


Dicho esto, se dio la vuelta y empezó a correr con destino a la gran mansión.


Por supuesto, el gran Bill Cipher nunca le haría caso a Sergei, por lo que agarró su equipaje y también se fue corriendo hacia el gran bosque frondoso.


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