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Nuevo comienzo por seirei

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-¿Escuchaste las noticias?-

-¿Sobre los ataques terroristas en Inglaterra? sí que horrible-

-Oh, qué miedo-

-Yo también lo escuche... espero que todas esas personas estén bien-

-Tonta como podrían estarlo, los demás países deberían ayudarlos ¿No lo creen?-

-Es extraño no han dado mucha información al respecto, tal vez no es tan grave y puedan controlarlo-

-¿Tú crees?-

 

Zero levanto ligeramente el rostro enderezándose en su asiento, no podía evitar sentirse preocupado al escuchar lo que murmuraban sus compañeros, todo eso estaba sucediendo tal como le había dado a entender Alucard que pasaría, una guerra… Debería estar a su lado para enfrentar las cosas juntos como antes, pero en su estado actual no sabía si le seria de utilidad ¿Tan solo debería esperar? ¿No había nada que pudiera hacer?

 

 

Apretó los puños fijando su vista en la mesa para después soltar el agarre. No… esa era la respuesta, podría ser solo una carga en esos momentos, el sonido de la campana que anunciaba el descanso lo saco de sus pensamientos, tenía que despejar su mente.

Camino fuera del salón dirigiéndose al bosque vería a Lily, la había dejado desatendida unos pocos días antes. Después de cepillar su pelaje se sentó sobre la paja descansando, ya no importaba se saltaría el resto de la clase.

Escucho un leve relinchido a su lado viendola acomodarse en una esquina para tomar una siesta, no parecía tan mala idea.

Soltó un suspiro cansado mirando el techo de madera que crujía suavemente por el viento, parpadeo un par de veces viéndolo cambiar por un extenso cielo azul como si se tratase de un deja vu, esa sensación que no podía explicar, volteo en su lugar sintiendo el cuerpo de Vlad debajo del suyo y trazo con los dedos la intrincada armadura tallada con pequeñas escamas negras hechas de un fuerte material que era levemente iluminado por el sol bajo el árbol donde se encontraban, una mano se posó sobre su cabello y levanto el rostro observando los ojos azules tan profundos con esa nota de deseo, posesión, amor y demás significados que sentía al mirarlo, la mano lo atrajo más cerca hasta juntar sus labios... el sabor de la sangre y la cálida lengua, abrió los ojos mirando los cerrados frente a él, el rostro tranquilo mientras el beso continuaba.

El viento paso entre ellos conforme afianzaba el agarre en sus hombros sintiendo como lo recostaba sobre el pasto, se separaron apenas unos centímetros mirándose fijamente, cada parte de él lo completaba como piezas perfectas, subió las manos hasta su rostro y este sonrió entrecerrando los ojos, acercándose nuevamente para besarlo.

 

 

El fuerte sonido lo obligo a abrir los ojos, los gritos… el sonido de una batalla. Se encontraba de pie en medio de la pelea, giro buscando a Vlad mirando a las personas correr en todas direcciones dando lugar a lo que estaba a punto de ocurrir.

 

-¡Zero!-

 

Reconoció la voz de inmediato y ahí estaba él, cabalgando rápidamente en su dirección, se inclinó y tomándolo con un brazo por la cintura lo subió al caballo rodeándolo, sujetando las riendas sin detenerse.

 

-¿¡Que está sucediendo?!-

 

-No creí que harían algún movimiento tan pronto, pero con el tratado suspendido estamos solos.-

 

-No puede ser ¿Quién...?-

 

-Francia-

 

Solto con molestia.

 

Zero frunció el ceño, así que sería de esa forma. Entraron a los terrenos del castillo y pronto las tropas comenzaron a movilizarse bajo las órdenes de ambos reyes, con Suiza y la frontera de Austria bajo ataque si no reunían las suficientes tropas a tiempo perderían el país a manos del rey Louis.

 

Se apresuró a su caballo después de separarse de Vlad, el ataque había sido sorpresivo, ni siquiera un pequeño indicio de lo que pasaría, con el tratado terminado sería cuestión de tiempo para que comenzaran a luchar por los territorios, pero había algo extraño incluso para el rey Louis.... atacar sin previo aviso no era algo que fuera con su actitud.

 

Se dirigió a la frontera blandiendo su espada contra los soldados que amenazaban con atacar a las personas e incendiar sus casas, los cuerpos caían uno tras otro conforme pasaba cabalgando a su lado, el fuerte grito de retirada para el ejército enemigo lo sorprendió aún más, sus tropas... reunirlas en ese momento, probablemente sería imposible lograr defender el país, aun si no lo aceptaba tenía pocas posibilidades de ganar, el enemigo conocía ese hecho ¿entonces porque mandaba una retirada cuando estaba a su favor?

 

El sonido cortando el viento en dirección a su rostro lo hizo voltear y sorprendido atrapo el objeto con la mano, mirando la flecha que había sido disparada hacia él. Los soldados se retiraban y levanto la vista mirando al responsable... el rey Louis, que se encontraba a una distancia considerable desde lo alto de una montaña ¿que se supone que significaba? le presto atencion al pequeño papel finamente doblado que sujetaba la punta.

 

: Esta es solo una advertencia que espero haya sido de tu agrado rey Zero.

Ten por seguro que no soy el único que desea tus tierras, aun que seguramente ya lo sabes.

 Mi oferta sigue en pie, espero verte muy pronto. 

.-Louis.

 

 

Arrugo el papel y lo tiro, incluso al leerlo podía escuchar el molesto acento francés y la presencia acosadora.

 

-Una advertencia… y seguramente la ultima-

 Apreto los dientes.

 

Pero tenía razón, no sería el único en intentar atacarlos. Su país corría peligro. Miro a las personas que se abrazaban unas otras, padres buscando a sus hijos, hombres apagando los incendios. Apretó los puños ¡Odiaba las guerras!... ver a las personas sufriendo por semejantes actos. Si Francia no se hubiese retirado… cerro los ojos un momento sintiendo la presencia de Vlad acercarse.

 

 

 

Los miembros del consejo se acercaron rápidamente a él, los últimos días habían recibido constantes amenazas y acababan de regresar al castillo de Rumania donde la guardia real de Vlad junto a su ejército aguardaban órdenes.

 

 

-Mi rey, nos alegra que hayan regresado a salvo-

 

Realizaron una reverencia.

 

Zero asintió esperando a que continuara.

 

-Me temo que… nos han llegado constantes comunicados de nuestros informantes-

 

Uno de los miembros del consejo avanzo unos pasos entregándole algunos documentos que rápidamente comenzó a leer, el hombre dudo en continuar mirándolo de forma preocupada pero sus compañeros asintieron.

 

-Nos informan que hay ejércitos preparándose para atacarnos, no podemos estimar el número de soldados ni la cantidad de grupos que abarcan o bajo que países están siguiendo las órdenes... sin embargo son demasiados y cada vez están más cerca.-

 

Entre cerro los ojos mirando los documentos… ¿Alemania habría comenzado a moverse?

 

-Entiendo-

 

El hombre parecía nervioso a unos pocos pasos de distancia, al parecer ahí no se acababan los problemas.

 

-¿Hay algo más?-

 

Lo vio tragar saliva dándose valor.

 

-Hay un rumor entre los miembros de la familia real… se está formando un golpe de estado y hasta el momento no sabemos quién lo está incitando-

 

Abrió los ojos sorprendido. Un golpe de estado… no había razones para tal cosa, sus habitantes no padecían hambre ni ninguna otra necesidad, estaban bajo un buen gobierno… ¡¿Entonces  porque?!

Imposible, pero si ese fuera el caso... con la situación actual.

Apretó los dientes ¿Cómo se supone que se lo diría a Vlad? él quien comandaba los ejércitos y había hecho tanto por su país ¡¿ahora querían revelarse?! un fuerte mareo lo obligo a retroceder unos  pasos bajo la atenta mirada de los miembros del consejo, quienes intentaron acercarse enseguida siendo detenidos por un gesto de la mano del rey.

La misma presencia… volteo alrededor, había algo y lo que fuese escapaba de su visión de vampiro, soltó el aire con una mano en el rostro enderezándose y miro seriamente a los preocupados hombres quienes asintieron comenzando a retirarse.

 

-Rey Zero... por favor vea a un médico, su seguridad es primero-

 

Realizo una reverencia  y continúo su camino.

 

Miro la puerta hasta que por esta terminaron de salir, para caminar hacia el trono y dejarse caer de forma cansada, cerró los ojos un momento, debía calmar su mente y pensar en algo que le fuera de utilidad ¿Quién podría incitar un golpe de estado?... un rey enemigo con infiltrados o tal vez… hizo una seña con la mano y uno de los hombres que se mantenían en las sombras cerca de la entrada se acercó rápidamente a su lado, inclinándose para escuchar alguna orden.

Enviaría a un miembro de la guardia a investigar.

 

Si tan solo fuera tan fácil como eso, esperaba el regreso de Vlad, había ido a las fronteras a advertir a cualquiera que intentara atacar sus dominios, seguramente tendría un buen efecto pero desconociendo el número de enemigos era realmente peligroso.

 

 

Levanto la vista conforme el cielo se tornaba de un azul oscuro que simulaba la mirada de Vlad, afianzo el agarre sobre el gran balcón cerca de la terraza del castillo afilando la mirada, a lo lejos podía distinguir las antorchas y los campamentos que montaban sus propios soldados en espera del enemigo ¿Acaso se convertirían en desertores y apoyarían el golpe de estado...? 

Una mano se posó sobre la suya, subiendo lentamente hasta su rostro en una carica.

 

-Es inevitable, el poder y la conquista siempre ansiaran por mas-

 

-Entonces solo queda ganar-

 

Vlad sonrió ligeramente, tomándolo del menton para que lo mirara.

 

-Venceré a quien entre en mis dominios, nadie escapara a mi espada no importa cuantos sean.-

 

-¿No importa el número de inocentes que serán sacrificados?-

 

Apretó los labios viendo los ojos azules entrecerrarse.

 

-En una guerra importa más el número de vidas que salvas-

 

Las muertes en una guerra eran inevitables, lo sabía demasiado bien ¿porque había dicho tal cosa?

Se volteo por completo frente a él acercándose a su cuerpo, necesitaba dejar su mente en blanco al menos por ahora. Con la guerra a las puertas del país y enemigos desconocidos planeando un golpe de estado, los problemas aumentarían en cualquier momento donde estallarían por completo.

 

Aferro las manos sobre los hombros de Vlad y este lo rodeo con sus brazos, podía sentir el acero de la fría armadura rozar su rostro.

 

-Odio las guerras-

 

Murmuro contra su pecho y aun sin verlo sabía que estaba sonriendo en ese momento.

 

Entraron a la habitación atravesando una de las paredes entre besos húmedos y caricias que denotaban un poco de desesperación, condujo a Zero a la gran cama de sabanas de seda dorada donde comenzó a desvestirlo. Llevo una mano a su armadura para quitarla siendo detenido por una mano sobre la suya.

 

-Déjala puesta...-

 

Miro la sonrisa burlona mientras sentía su rostro arder por la vergüenza de lo que acababa de decir. El cuerpo sobre el suyo, los besos, las calientes caricias y el frio aliento chocando contra su vientre mientras las grandes manos sujetaban sus piernas.

Miro el techo respirando con dificultad debido a los jadeos que inundaban su boca mientras era preparado por su esposo, en ese momento podía olvidar cualquier cosa que rondara su mente.

Los largos dedos llenaron su interior una y otra vez conforme la boca ocupaba su miembro, lo tomo de la cadera posicionando su miembro en la entrada metiéndolo lentamente.

 

Podía disfrutar la imagen frente a él, donde Zero se retorcía de placer apretando las sabanas con una mano, la dulce boca semi abierta que dejaba escapar esos obscenos sonidos y los ojos lilas entre abiertos que lo miraban con deseo.

Llevo la mano a su pecho en una caricia conforme las embestidas comenzaban, más arriba pasando por su cuello, su rostro y su boca para abrirla, se inclinó sobre él sin detenerse y sacando la lengua saboreo la suya, el aliento de ambos chocaba en un beso apasionado mientras las manos se posaban en la armadura de su pecho rozando el negro cabello.

Sujeto las pálidas piernas acariciándolas y acelerando el ritmo, el sonido húmedo que producía el contacto de sus cuerpos rodeado de los fuertes jadeos, el suave tacto de la piel caliente y los leves espasmos del cuerpo debajo de él.

Agrando la sonrisa descubriéndose el cuello, los brazos lo rodearon rápidamente acercándolo y aceptando la invitación, ladeo el rostro haciendo espacio para que ambos intercambiaran la preciada substancia.

 

 

 

El frio viento que dejaba entrar la ventana ligeramente abierta logro despertarlo rodeado en aquellos fuertes brazos y se movió debajo de estos para liberarse del agarre, beso los palidos labios, cubriéndose el cuerpo. Junto a él se sentía bien, a salvo, pero no podía dejar de preocuparse por lo que sucedería.

 

La amenaza del rey Louis solo había sido el principio, pronto Alemania se movería y no solo eso, el golpe de estado... desertores que al parecer estaban dispuestos a unírseles.

 

Salió a la terraza con la brisa pasando a traves de él, pero eso no era lo único y la situación parecía solo empeorar. Ocultarse ese hecho a sí mismo solo volvería más difícil el aceptarlo, llevo una mano a su vientre y cerró los ojos, podía sentirlo, un pequeño atisbo de vida, apretó los labios temblando ligeramente… que pasara tal cosa en el peor de los momentos... ¿Qué diría Vlad? …¿Tan solo debería decirle?

 

Miro el oscuro paisaje conforme el viento mecía su cabello, el peor de los momentos pero... Aun así, miro su delgado vientre comenzando a formarse una leve sonrisa en su rostro, un hijo suyo.

Sintió una presencia acercarse, sacándolo rapidamente de sus pensamientos y apartando el agarre de su vientre.

 

 

La miro... un miembro de la familia real ¿Por qué se encontraba en ese lugar? Lucia nerviosa y al encontrarse con su mirada bajo la vista, mordiéndose el labio mientras apretaba el agarre de sus manos.

Observo el documento que portaba, seguramente más amenazas de invasión. Demasiados enemigos acechando y la situación podía volverse demasiado peligrosa para encontrar una solución, pero no podía aceptar la oferta del rey Louis, incluso eso seguramente ya no serviría en su condición actual, comenzó a sentir un fuerte mareo que lo obligo a apretar los dientes y darle la espalda a Carmina intentando ocultarlo, no debía dar indicios  de su condición, aun no.

Incluso un pequeño rumor extendiéndose por el reino los haría verse vulnerables ante los enemigos y un blanco fácil, sobre todo estando en presencia de un miembro de su familia quienes ansiaban su trono, cerró los ojos un momento intentando retomar la calma, era extraño que fuera ella a entregarle el mensaje en persona en lugar de algún consejero. 

 

 

Su respiración se pauso un segundo y el tiempo pareció detenerse a su alrededor sacándolo de cualquier pensamiento. Algo… abrió los ojos lentamente, su cuerpo se había inclinado por un leve empujón a su espalda, levanto los brazos intentando reaccionar al filoso y plateado pico que sobresalía desde su pecho atravesando sus ropas que se iban tiñendo rápidamente con el rojo de su sangre.

El ardor y la sensación de adormecimiento  comenzaron a extenderse por su cuerpo, una estaca bendecida... Intento hablar, pero la sangre inundo su boca. No había sido buena idea dudar en ese momento siendo tan descuidado, solo tenia que sacarla de su pecho rápidamente para sanar pero... llevo una mano a su vientre asustado ¿Sería demasiado tarde?

 

Unas palabras extrañas lo hacieron reaccionar y miro a su prima nuevamente, esta recitaba del papel en sus manos ¿Qué estaba sucediendo?

Algo aprisiono su cuerpo llevándolo unos cuantos metros hacia atrás, apretó los puños intentando zafarse del fuerte agarre que se incrementaba cada vez más envolviendo su cuerpo, mientras se exptendía la enfermiza risa aclamando su victoria, esta se acercó caminando con arrogancia.

 

-¡Al fin! ¡Al fin me desharé de ti y ya no serás más un estorbo! El... El me querrá ¡Estoy segura!-

 

Mostro una enorme sonrisa de locura sorprendiendo a Zero.  

 

Todo había sido muy rápido, lo empujó hacia el acantilado que alejaba esa parte del castillo y donde tantas veces había estado con Vlad, su vista se concentró en el cielo oscuro, sentía su presencia acercándose conforme el tiempo pasaba en cámara lenta, pero lo sabía... era demasiado tarde.

 

El aire escapaba de su cuerpo cortado por el fuerte viento y sus lágrimas mojaron sus mejillas en un silencio que perforaba su piel, viéndolas difuminarse en el aire. El sentimiento… el significado de todo lo que perdería en ese momento.

 

-Vlad….-

 

Cerró los ojos en la oscuridad.

 

 

 

Abrió los ojos asustado, inclinándose en su lugar con la respiración entre cortada y sujetándose con una mano el pecho, la sensación no se iba.

Miro su pecho y abdomen bajando la mano lentamente hacia este ¿Qué había sido…?  Conocía la respuesta y apretó los dientes sintiendo esa sensación de vacío y perdida que carcomía su interior, vio las lágrimas que se desbordaban por sus mejillas mojar en pequeñas gotas sus piernas, cubrió su rostro con ambas manos intentando que la sensación desapareciera junto con el dolor en su pecho.

 

Alucard… ¿Lo sabría?... Intento calmarse limpiando las lágrimas.

 

Podía sentir algo, esa presencia… levanto el rostro sorprendido ¿Cuánto tiempo había estado ahí? ¿Cuánto había visto?

Tan ensimismado estaba en ese recuerdo que ni siquiera lo había notado hasta ese momento, se inclinó hacia atrás involuntariamente bajo su atenta mirada que lo escudriñaba completamente, intentando encontrar la razón de su estado y comenzó a caminar en su dirección tranquilamente.

                                                                                         

-No pareces encontrarte bien-

 

Dicto al parecer algo satisfecho, viéndolo entrecerrar los ojos con cansancio mientras respiraba con algo de dificultad.

Se detuvo frente a él, viendolo apartar el rostro reteniendo el aliento. 

 

-No estoy de humor para tus tonterias Kuran...-

 

-¿Crees que no me he dado cuenta?-

 

Aprieta los labios sorprendido por sus palabras ¿A qué se refería con eso?

Kaname se arrodilla a su altura, obligándolo a retroceder sobre la paja, inclinándose hacia atrás evitando el sonido de la sangre a causa de la sed que el pequeño malestar le estaba produciendo cada vez más fuerte.

La sangre de Kaname lo llamaba, reconocía el sabor en su boca. Apretó los dientes cubriéndose el rostro con una mano, debía salir de ese lugar, se apoyó con uno de los brazos contra el inestable suelo, pero fue sujetado, deteniéndolo y haciendo que terminara recostado sobre la paja, 

Lo miro molesto mientras este se aproximaba al punto de  quedar sobre él.

 

 -¿Que estás haciendo Kuran?-

 

Soltó con algo de esfuerzo reteniendo el aire en sus pulmones mientras lo obligaba a retroceder empujándolo por los hombros, recibiendo una sonrisa como respuesta, sintió una de las piernas colocarse entre las suyas.

 

 

-Tus ojos se están volviendo rojos ¿Intentas contener tu sed?-

 

Frunció el ceño mandándole una mirada de furia he intento levantarse bruscamente empujándolo, pero había sido un mal movimiento y el vampiro había aprovechado para tomarlo con una mano sujetándole ambas sobre su cabeza ejerciendo presión.

 

-¡Suéltame!-

 

Acerco su rostro al de él al punto de rozar sus labios mirando las ahora lilas molestas. Zero volteo el rostro rápidamente no quería ser besado por ese tipo, una mano sobre su cintura lo hizo sobresaltarse, mirándolo sorprendido.

Kaname comenzo a deshacerse del nudo de la corbata de su pulcro uniforme, abriéndose la chaqueta quitando los botones con solo una mano ante la atenta mirada sorprendida que tanto le atraía, hasta descubrir su cuello acercándolo hasta su rostro.

 

-Esto es lo que deseas Zero y yo puedo dártelo-

 

Paso una mano por su cuello rozándolo, sintiendo el cuerpo debajo de él estremecerse con fuerza intentado liberarse conforme la sangre se escapaba en una fina línea que amenazaba con manchar el blanco uniforme, los ojos lilas se tornaron rojos rápidamente mostrando una mezcla de sorpresa y temor que junto a la rápida respiración le asemejaban a una presa atrapada.

Sonrió con superioridad inclinándose sobre él, unas cuantas gotas cayeron sobre el pálido rostro que parecía ya no estar completamente en sí, los labios se abrieron lentamente mostrando los filosos colmillos que deseaban aquel líquido y el forcejeo seso, paso la mano por los cabellos plateados atrayéndolo hacia su cuello, este pareció resistirse un momento pero al final sintió el triunfo cuando enterró de forma salvaje los colmillos en su cuello succionando con hambre su sangre, obligándolo a sonreír mostrando sus ojos color vino en la oscuridad, mientras las pálidas manos se aferraban a su chaqueta, el calor del cuerpo de Zero y su fragancia, estando tan cerca llegaba al punto de embriagarlo, después de un momento se obligó a despegarlo de él, no pareció reaccionar enseguida. Lo vio abrir los rojos ojos y por su pálida boca escurría su sangre, se acercó lamiendo un rastro de esta hacia sus labios y fue cuando este retrocedió apartándose.

Sonrió levemente levantándose con un movimiento elegante cubriendo su cuello con una mano.

 

-No eres el único que ganara algo con esta acción no lo olvides-

 

Le dirige una última mirada saliendo del establo y Zero aprieta los dientes con fuerza mirando en alguna dirección mientras se limpia los rastros de sangre con el brazo, aprieta los puños y se deja caer hacia atrás cubriéndose el rostro.

 

-¡Maldita sea!-

 

Había caído en su juego completamente una vez más, y de alguna manera se sentía como una traición. no había podido soportar la sed ni la invitación de su sangre. 

 

 

 

Notas finales:

...


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