Aparecieron en la habitación donde había despertado y al fin pudo liberarse del hombre frente a él viéndolo detenidamente.
-¿Quién rayos eres tú? ¿Por qué me trajiste a este lugar y dónde estamos? ¡¿Qué pretendes?!-
-Demasiadas preguntas mi pequeño vampiro-
Esa sonrisa le helaba la sangre, retrocedió un paso mientras el otro se acercaba, pero no cedería tan fácilmente, frunció el ceño molesto.
-¡Contesta!-
-Soy Alucard-
¿Alucard? ¿De dónde había escuchado ese nombre antes?
-Estas en la mansión Hellsing en Inglaterra-
Su espalda toco la pared, no podía seguir retrocediendo y el vampiro quedo muy cerca de él agachándose y apresándolo con sus brazos en la pared a cada lado de su cuerpo hasta quedar cara a cara, los ojos rojos tan profundos lo paralizaban le recordaban a la sangre.
-Te traje aquí porque me perteneces-
Su aliento chocaba contra su boca y estaba terriblemente cerca, no podía apartar los ojos de él.
Sentía algo removerse dentro de él que iba del miedo al terror y la incredulidad de lo que estaba sucediendo.
La sonrisa del vampiro desapareció.
Sentía su corazón latir fuertemente y sintió como su cabeza tocaba la pared y el vampiro acorto la distancia completamente uniendo sus bocas en un beso suave y frio.
Su corazón latió con fuerza. ¿Qué era esa sensación?
Algo hizo clic en su cabeza y apoyando con toda su fuerza empujo con las manos el pecho de aquel hombre para apartarlo, pero este apenas se movió un poco hacia atrás y parecía que lo había hecho a propósito.
-¿Que rayos crees que estas…?-
Un dedo del hombre frente a el sobre su boca impidió que terminara la frase.
-Es mi derecho-
¿Acaso ese hombre estaba loco?
-¡¿Que hago aquí?!-
Exigió saber, ese hombre lo exasperaba.
-Ya te lo dije, me perteneces-
Sonrió con burla.
-Yo no te pertenezco maldito chupasangre, ahora ¡Contesta!-
Su corazón latía con fuerza y lo podía sentir en la garganta, estaba débil sus ojos se empezaban a tornar rojos y la sed de sangre lo golpeo con un ardor insoportable en la garganta, se sujetó el cuello rasgando con sus dedos a lo largo de la garganta y el tatuaje.
Su cabeza golpeó contra la pared mientras veía el techo pero poco le importo, el dolor era mínimo comparado al ardor insoportable, se deslizo contra la pared hasta quedar sentado en el piso siendo observado por el vampiro a escasos pasos de él.
-Es el sello, no puede retenerte más tiempo, gracias a él tuve muchos problemas para encontrarte-
Se fue acercando al cazador.
Sus ojos se nublaban miro al hombre y como se arrodillaba frente a él.
-Me desharé de él y tú volverás a ser lo que deberías ser-
Sonrió y lo tomo entre sus brazos cargándolo.
No entendía ni una palabra solo sentía el dolor esparcirse a todo su cuerpo.
Fue depositado en la gran cama con el hombre de cabello negro y largo sobre él, los ojos rojos lo miraban anhelante.
-A... ¡Apúrate!-
Lo que sea que iba a hacer tenía que apresurarse no soportaría más tiempo y no lograba calmarse, su cuerpo temblaba.
El vampiro solo sonrió y soltó esa risa retorcida, destrozo con una mano la parte de arriba del uniforme militar, movió el rostro del chico hacia un lado dándole espacio suficiente y mirando los ojos amatistas que cambiaban a rojos por momentos mirándole con temor. Era una imagen que recordaría.
Poso su mano enguantada frente al tatuaje y el sello de su mano reacciono tornándose rojo brillante y moviéndose, un enorme sello apareció encima de ellos.
-Cromwell restricción del sello de contención nivel 3, 2 y 1 liberada, consume la restricción impuesta, verificando el reconocimiento de sellos para la activación de Cromwell. Iniciando la cancelación de restricción impuesta hasta que esta desaparezca-
Mandaba órdenes al sello mientras juntaba sus manos en unos movimientos frente al sello contrario.
Sintió la mano sobre su cuello, sello contra sello y su tatuaje comenzó a evaporarse en rojo siendo absorbido por el otro sello, el ardor quemaba y no pudo evitar gritar, el dolor era indescriptible. Sus ojos no lograron retener unas cuantas lágrimas que se deslizaron por su rostro. Se aferró fuertemente a la gabardina roja del hombre frente a él y su respiración se volvió rápida y descontrolada.
-Restricción liberada-
Miro al chico, sus manos habían soltado el agarre en su gabardina y habían caído sin fuerza sobre la cama, su respiración aún era rápida pero empezaba a calmarse, tenía la mirada fija en algún punto del techo ya no era roja sino lila.
Poso una mano sobre el abdomen del chico y ambos se miraron fijamente mientras Zero entrecerraba los ojos.
-Esto aún no termina, tus poderes aún están sellados y si permaneces así te consumirán lentamente-
Zero lo miro con sorpresa.
Se acercó a su rostro y lamio una de las lágrimas bajando hasta su cuello y sus miradas se cruzaron rojo y amatista, paso su larga lengua recorriendo el lugar donde hace unos momentos había estado el tatuaje.
Un escalofrió recorrió su cuerpo y antes de poder procesar la información unos largos colmillos se clavaron en su cuello con fuerza.
-¡Aaaahhh!-
Gimió con fuerza aferrando sus manos a las sabanas, la mano del vampiro en su abdomen impedía que se moviera presionándolo contra la cama.
Sentía su sangre ser succionada, nadie lo había mordido después de que lo hiciera esa detestable sangre pura, pero era diferente esta vez, si bien era igual de salvaje, le invadía una pequeña ola de placer y sentimientos que no supo descifrar.
Su mente se quedó un momento en blanco ¿Acaso ese vampiro pensaba succionar toda su sangre? Pero algo que no se esperaba sucedió, el vampiro sobre él le acerco su cuello y con una mano lo sujeto de la cabeza pegándolo a este, quería que lo mordiera.
Zero no era estúpido sabía que si lo mordía se crearía un vínculo de sangre entre ellos, sus ojos estaban rojos y la sed insaciable regresaba pero no sedería, que lo matara, ya no le importaba.
El hombre sintió la negativa de Zero y sonrió sin despegar sus colmillos ni dejar de beber esa deliciosa sangre, dejo de sujetar al chico y se quitó uno de los guantes.
Zero noto las uñas pintadas de negro y el sello de la mano igual al que tenía en los guantes dirigirse al cuello.
Hizo un corte, y pego la cabeza del menor a su cuello con rapidez.
El olor de esa sangre lo invadió, era terriblemente exquisita e infinidad de veces diferente y superior a cualquier sangre, su mente se nublo y perdió el control de sí mismo, enterrando los colmillos en el cuello del mayor.
La sangre era exageradamente poderosa y concentrada, sintió el poder entrar en su cuerpo como lava deliciosa, liquida y caliente, su respiración era errónea y su corazón palpitaba con fuerza, se sujetó fuertemente de los hombros del mayor acercándose más y pegando su cuerpo contra el del vampiro, era exquisito, delicioso y sofocante.
Un sello se formó entre ellos dispersándose como una holeada de poder.
El lazo había sido formado ahora estarían juntos por toda la eternidad.