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Nuevo comienzo por seirei

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Quería someterlo desde que regresaron a la escuela y sus deseos tan solo aumentaban junto a las preguntas que rodeaban su cabeza. La herida en su cuello se había cerrado por completo, aunque la sensación permanecía como punzante y caliente. La cercanía de su cuerpo era como un veneno que te atraía a su trampa, pero una y otra vez su presencia…. Cerro los ojos tratando de alejar esos pensamientos, la sangre de Ruka… haber recurrido a usarla en lugar de Yuki quien tan solo generaría preguntas que no deseaba escuchar. Abrió los ojos mirando la ventana mientras escuchaba el sonido de alguien llamando a la puerta de su estudio, no se molestó en contestar puesto que sabía de quien se trataba.

 

Takuma abrió la puerta mostrando su sonrisa habitual que escondía en el fondo preocupación por lo que había sucedido antes.

-Kaname me alegra ver que te encuentras mejor… Pero no deberías recurrir tanto a las atenciones de Ruka, podrías ocasionar malentendidos con los demás alumnos.-

-¿Dices que debí llamar a Yuki?-

-Somos aristócratas, puede malentenderse fácilmente que un pura sangre prefiera beber de esa sangre que la de su pareja.-

Lo miro molesto levantándose de su sitio y acercándose a la chimenea encendida, su único amigo de la infancia simplemente lo miro en silencio durante un momento para después acercarse a la mesita que ocupaba el tablero de ajedrez y sentarse observando las piezas.

-¿No se lo dirás?-

Cuestiono. 

-¿Decirle que interfiero con la asociación y además le doy mi sangre?-

Ríe ocultando su rostro con una mano.

-Qué tan absurdo suena…  que un pura sangre haga eso por un simple nivel D.-

-¿Has preguntado a Yuki lo que piensa sobre Zero?-

No era común lo que estaba haciendo, pero la obsesión que sentía el líder de la familia Kuran por él lo era aún menos.

Entre cierra los ojos ante el golpe que dio Kaname con la mano extendida en el centro del tablero haciendo que las piezas amenazaran con caer.

-No es necesario, yo sé lo que ella siente.-

Sus miradas se topan apenas un segundo… Los sentimientos que compartía con Yuki ¿Por qué lo molestaban tanto? Da un toque suave a la reina negra y esta gira por el tablero hasta caer por el borde de la mesa sorprendiendo a Takuma.

 

Un par de cartas rozan el brazo de Yagari hiriéndolo al instante a lo que dispara en contestación, sin embargo los nuevos enemigos no caerían con simples ataques. La espada de Kaito fue repelida por una de la guadañas de Zorin obligándolo a retroceder, mientras Seras no lograba despejar el camino al ser atacada por el capitán, teniendo que ser Pip el que alejara de su posición los constantes ataques para acercarse a los cazadores y ayudarlos, aunque no creía que fuera mucha la diferencia, era imposible salir vivos de esa situación.

Vio preocupada como Pip retrocedía ante el ataque de varias Zorin y las chicas con los largos rifles disparaban hacia los cazadores quienes sorprendidos, veían las balas moverse de un lado a otro entorpecidas en el avance por los mismos ghouls que eran eliminados al instante y que si no fuera por ellos les hubiera dado de lleno.

Golpeo al militar estampándolo contra unos cuantos hombres que portaban cartas, sin embargo estos desaparecieron al envolverse con las mismas creando unas versiones de ellos y apareciendo frente a ella tras evitar que el capitán les cayera encima. Rápidamente esquivo el ataque, los naipes eran como cuchillas de rápidos movimientos como si estuvieran controladas por hilos.

Entonces lo sintió un presentimiento,… o era algo mas como la cercanía de algo sumamente oscuro que se arrastra lentamente a tu posición, parpadeo un par de veces sin comprender para cubrirse el rostro con sus brazos y voltear dando una patada a uno de esos tipos llevando consigo a otros dos ghouls. Se detuvo repentinamente levantando el rostro ¿Acaso era…?

 

Ambos permanecían apuntándose con las pistolas, no hacía falta seguir con la conversación. La gran cantidad de soldados que acababan de invadir el área acompañados de los nuevos enemigos, aun si le disparaba sabía que no sería suficiente para terminar con todo.

-¿Qué pasa fraulein?-

La enorme sonrisa torcida la obligo a apretar el agarre en su arma y morder su labio con frustración.

Algo pareció distinguirse en el cielo pero tan solo fueron Seras y Pip quienes lo notaron.

El fuerte golpe que produjo al frente de la nave asombro a todos los presentes, incluyendo a los enemigos.

Integra casi soltó el arma pero se mantuvo ante la cara de sorpresa y clara molestia que demostraba el mayor. La enorme hasta plateada se había clavado en el suelo cerca de donde se encontraban combatiendo. Pero lo que atravesaba, aquel hombre o lo que fuera se encontraba atravesado desde la boca hasta salir de entre sus piernas, lo poco que dejaba ver de su cuerpo la gran cantidad de sangre que lo bañaba, aun presentaba ligeros espasmos con los ojos mirando hacia arriba, estaría sufriendo en ese momento tan próximo a su muerte un increíble y desgarrador dolor. Sin duda era lo que había mantenido entretenido a Alucard hasta el momento.

-¡Imposible!-

Grito el mayor con furia, eso era lo que se suponía detendría al vampiro, pero… Aun podía ganar,  se tranquilizó forzando una sonrisa que aun demostraba su molestia y junto sus manos aplaudiendo.

-Impresionante…-

Ríe, sin embargo es lanzado hacia atrás debido a que Integra había disparado.

- ¿Qué? Al final disparaste… Fraulein-

Sonríe desde el suelo.

Esta se sorprende aún más por lo que estaba viendo frente a ella que por lo que acababa de caer del cielo y avanza a pasos medidos hacia el mayor.

 

El militar se abalanza sobre Seras a lo que contrarresta el ataque disparándole con la Harkonnen, no importaba él estaba cerca podía sentirlo acercarse cada vez más. Sin embargo el militar había notado el disparo hacia el mayor y se apresuró a su encuentro corriendo en su dirección sorprendiendo a Seras cuando paso a su lado. Esta reaccionó rápidamente, de ninguna manera ese monstruo debía acercarse a su líder. Se inclinó levemente y tomo una posición como los corredores profesionales impulsándose con fuerza hacia adelante, era rápida y mucho, pero no sabía si alcanzaría al capitán.

Pip la miro y su larga trenza fue jalada por uno de los hombres de cartas amenazando con cortarle el cuello cuando estas se reunieron alrededor de su garganta. Apretó los labios y agachándose lo pateo en las piernas tirándolo al suelo. Las cartas se precipitaron sobre él y logro cubrirse con el rifle y su mano la cual fue atravesada por un par. Cerró los ojos con dolor y soltó una maldición sacándoselas. La herida se cerró sorprendiéndolo, de inmediato y tras golpear fuertemente el rostro del hombre de cartas contra el suelo se apresuró hacia el capitán. Él estaba más cerca y podía interceptarlo. Cuando el capitán saltó hacia el zepelín Pip apareció frente a él adelantándose a su movimiento y ambos quedaron de frente.

-¿A dónde crees que vas?-

Negó con la cabeza y recibió el golpe en el rostro que impidió con el brazo aunque realmente dolió,  pero apunto su rifle hacia el capitán y disparo,  este movió el rostro apenas dejando una marca cerca de su ojo desde donde salía sangre cubriéndole gran parte de la mejilla. El capitán retrocedió y aquel tono azul nuevamente apareció, pero Seras quien esperaba ansiosamente interceptarlo estaba justo atrás de él y el disparo de Harkonnen le dio de lleno mandándolo contra más de esas criaturas en una explosión ¿Eso sería todo para el capitán?

Pip miro hacia la posición de Integra, el mayor estaba en el suelo pero ella estaba a salvo y esa cosa en el hasta realmente… escalofriante, con toda esa sangre goteando hacia unos ghouls que lo rodeaban desde abajo.

Seras se sorprendió retrocediendo a su altura haciendo que se pusiera en guardia, aunque no se esperaba realmente ver a ese tipo levantarse una vez que se dispersara el humo, para caminar en su dirección arrebatándose el abrigo, su uniforme estaba destrozado por el fuego y al quitarlo dejó ver por completo su torso. Ese tipo era de piedra, al parecer no podía sentir nada y no estaba herido pero maldición… tenía un buen torso. Volteo de forma molesta y nerviosa hacia Seras para ver su expresión considerando quitarse él también la parte de arriba del uniforme, sin embargo esta apenas lo miro para voltear muy preocupada hacia su líder.

Se regañó mentalmente para concentrarse en la batalla, no era momento de ser indeciso y menos por el jodido enemigo.

Seras miro a los cazadores quienes peleaban contra todos esos tipos y otros cuantos se dirigían hacia ella y Pip. Apretó los puños notando la atención de kaito y Yagari que asintieron seriamente con la cabeza, al parecer entendían lo que estaba pensando, relajo levemente su expresión y miro al militar con una ligera sonrisa que incluso asombro a su compañero.

Kaito golpeo limpiamente a uno de esos hombres con cartas mandándolo al suelo junto a su estúpida risa, pero una de las balas lo rozo por la espalda lanzándolo hacia el frente donde Yagari lo sostuvo por el hombro

-¿Estas bien? -

-Sí...-

Tosió limpiándose la boca. Esas balas eran rápidamente peligrosas lanzadas desde esas tipas que se limitaban a cantar a coro extrañas canciones de victoria en alemán, frustrante era la palabra que buscaba pero esos tipos y las Zorin no los dejaban avanzar, sin embargo tenían que hacerlo. La mirada que les lanzo Seras indicaba lo preocupada que estaba por la líder de Hellsing. Apretó la espada con ambas manos bajo la mirada de su maestro ¿En qué momento podrían alejarlos lo suficiente para avanzar?

 

 

El padre Alexander retrocedió cubriéndose de las balas y con un par de bayonetas se precipito al frente, Arcad esquivo los múltiples ataques con un poco de esfuerzo.

-Alguien peligroso-                               

Mostro una ligera sonrisa agachándose cuando el filo rozo su sombrero cortándolo, no tenían asuntos con la iglesia, pero tratar de convencerlos sería inútil.

-¿Realmente… que es usted padre?-

Frunce la boca mostrándole los dientes, evitando una de las pistolas de Arcad al golpearla con su par de bayonetas.

-Asesino, ejecutor, bayoneta, polvo de ángel, regenerador ¡Padre Alexander Anderson!-

Suelta una fuerte risa inclinándose hacia adelante sobre él para hacerlo retroceder, Arcad apretó el agarre en las pistolas tratando de seguir en su posición, pero su fuerza era tal que lo estaba haciendo ceder, movió una de las pistolas al centro evitando el filo y le disparo en la frente. Lo vio  bajar las bayonetas y el rostro, pero parecía que no sería todo, la sangre salió como una pequeña línea pintando el suelo y estaba pronunciando algo en leves palabras,  rezos… significativos para los miembros de la iglesia. Pero al levantar el rostro este mantenía esa enorme sonrisa torcida y sus gafas reflejaron la poca luz producto de disparos en los alrededores provenientes de los ghouls. Como lo pensaba no estaba muerto y el grito que escucho solo lo mantuvo alerta conforme el padre se abalanzaba en un rápido movimiento que casi le corta el cuello.

Los ojos grises parecieron inmutables sin embargo podía notarse su emoción y molestia combinados en una mueca donde apretaba los dientes inclinándose hacia atrás para esquivar las bayonetas que se cerraron frente a él cual tijeras. Miro a los gemelos, a Chirsy y Jen, incluso a Milo pero sus oponentes no parecían igual de peligrosos que aquel padre, por el momento la fuente seguiría en sus manos a salvo.

 

Milo peleaba contra Yumie, de algún modo había terminado de esa forma y realmente le desagradaba la situación, miro a los gemelos quienes peleaban contra la que parecía un chico.

-Hey ustedes ¡Cambiemos!-

Estos lo miraron mientras esquivaban las balas y a los demás ghouls que andaban por ahí, para después mirar a la chica vestida de monja contra la que peleaba.

-¿Tanto trabajo te cuesta derrotar a una simple monja?-

Ambos ríen levantando una ceja con incredulidad.

-¿Te volviste creyente o algo así?-

-¡No es eso!-

-No queremos-

Canturreo.

- Arréglatelas tu solito., luce muy tenebrosa-

-Maldita sea par de inútiles…-

Miro a Chirsy, pedirle un favor a ese sujeto no sería algo tan simple además de que sabía que se negaría, mientras combatía contra los soldados creyentes resguardando a Jen quien llevaba la mercancía, no había forma. Regreso la vista al frente donde Yumie se había detenido y permanecía de pie con el flequillo negro ocultándole la mayor parte del rostro y una espada en la mano.

-Maldición-

Mascullo entre dientes, ver eso lo pondría mal, sobre todo cuando esta levanto el rostro mostrando esos ojos de asesina y una enorme sonrisa que tan solo aumento en un sonido extraño que parecía su risa.

Se estremeció ligeramente incomodo ante la samurái monja asesina o lo que fuera y le arrojo unos cuantos aros esperando que le dieran de lleno y terminar esa desagradable pelea, esta tomo un pedazo de concreto de los edificios y casas en ruinas que rodeaban el lugar como si no le presentara ningún peso para cubrirse del ataque.

-¿Qué cosa eres?-

Soltó asombrado con una mueca de casi depresión, al parecer con ella asombrarse ya no era extraño y realmente perdía motivación para encararla, siempre había detestado ese tipo de personas.

Miro a su líder y al padre detenerse dejando cierta distancia viendo el cielo, ¿que era esa sensación tan amenazante que se empezaba a sentir?

 

Anderson mostro una gran sonrisa junto a su risa satisfecha. Así que finalmente había decidido aparecer ese vampiro.

Uno de los miembros de la iglesia se acercó a él desde atrás.

-…Padre Anderson es sobre el equipo 9-

Este no pareció escucharlo estando enfocado en la presencia.

-Es por Enrico Maxwell, el comandante del equipo 9… no están aquí-

Aparto el rostro lentamente, al parecer había captado su atención sin embargo no le respondió de inmediato.

-¿Dónde está Maxwell?-

Cuestiono, a lo que Heinkel que se encontraba disparando con una mano hacia los gemelos lo miro apartando el cigarrillo de su boca.

-¿Ah? ¿No fue ascendido?-

Murmura sin interés para retomar el agarre en ambas pistolas, moviéndose a un lado y esquivando los cuchillos.

-Estará disfrutando de su nuevo cargo llevando a cabo su propia guerra-

-Tsk… Así que era eso.-

-Padre And..-

No pudo terminar la frase pues fue apartado rápidamente hacia un lado evitando el ataque de unos cuantos ghouls que destrozo al momento.

La cara de enfado y los dientes apretados con furia le indicaron que debía dejar de hablar.

-Con su nuevo cargo puede hacer lo que quiera con su escuadrón, pero sus motivos ¡No los apruebo Enrico!-

Esquivo el ataque de Arcad quien se limitó a golpear su rostro con una patada que detuvo el padre después de recibir el golpe. Atrapando su pierna para lanzarlo lejos.

Arcad retrocedió ágilmente cayendo y levantándose como si nada, no le importaba la plática del cura ni quien era ese tipo Maxwell. Miro la mercancía. Ese tipo estaba cerca y representaba un gran peligro debían apresurarse y salir de ese lugar.

 

 

Del otro lado de la ciudad, enormes naves custodiaban el panel del centro donde Maxwell parecía fascinado con la vista. Todos esos ghouls esparcidos por el lugar, Milennium sin lugar a dudas había creado un infierno propio. Su enorme sonrisa solo aumento pegándose contra el cristal que lo protegía para ver más de cerca, el sonido de las naves a su alrededor ocasionaba que se despejaran los gritos de auxilio. Cerro los ojos quería escucharlos pero era casi imposible, frunció los labios pareciendo herido y se acomodó mejor en su lugar, arreglándose la sotana que recién le habían otorgado y mirando alrededor a sus soldados, el escuadrón 9 quienes vestían completamente de blanco con los rostros cubiertos y esa enorme cruz carmesí al frente, con sus lanzas y escudos, él los comandaba ahora ¡Su ejército privado! Encendió las luces puesto que comenzaba a anochecer y tomo el altavoz con gran emoción estrechándolo entre sus manos para después colocarse una expresión confiada y arrogante.

-Dios salvara a aquellos que le alaben… Todos ustedes que merecen descanso eterno, se han abierto al santo juico en su contra y serán sometidos… El demandado ¡Es Europa! Y el acusado ¡Inglaterra! Los compadezco por no obtener el perdón ¡Vuelen como mariposas y mueran como moscos!-

Lo escucharon, aquellos humanos que aún se encontraban con vida combatiendo contra los monstruos con lo que encontraban y los que se hallaban escondidos esperando un milagro. Por las luces incandescentes habían creído que se trataba de ángeles, cualquier cosa que pudiera darles salvación en ese momento.

Los que miraban sorprendidos las enormes naves se precipitaron al frente, querían sobrevivir, pero aquellas palabras……. Era el vaticano entonces ¡¿Por qué?!...

-¡¿Que… que está sucediendo?!-

-Son del vaticano… no… deberían ¡¿No deberían de salvarnos?!-

-¡¿No están aquí para salvarnos?!-

-¡Son el vaticano!-

-¡El vaticano!

-¡¡La iglesia!!-

La risa retorcida se escuchó por todo el lugar debido al altavoz,  precedida por una mueca de incredulidad burlona, dejando a las personas inmóviles.

-¡Sálvennos!

Insistió uno de aquellos humanos caminando torpemente hacia el frente.

-¡Mueran miserables! ¡El único dios protestante es uno muerto!-

Se aferra al micrófono pegando el rostro al cristal mostrando la locura que poseía en su rostro.

-¡Los paganos anti cristianos no son humanos, ellos sirven a satanás y se interponen en el reino de dios! ¡Deben desaparecer! ¿Que ven aquí? ¡Solo veo  monstruos!-

Levanto los brazos viendo a las personas temblar y los rostros molestos de aquellos ghouls y vampiros modificados.

-¡No tengo duda, todos son paganos que merecen la muerte, nuestros enemigos el antema a nosotros! Ahora… ¡Disparen!-

Las personas comienzan a correr asustadas, pero el grito de afirmación de la gran cantidad de soldados llega hasta ellos junto con las balas que llevan consigo todo a su paso, las metralletas de las naves que no solo perforaban edificios, ghouls y humanos. Todo era considerado su enemigo.

La risa envuelve sus gritos.

-¡Seremos quienes los derriben y acaben con ellos. No muertos que caminan en legiones, privados de cualquier razón, usando sus poderes para saciar su glotonería y profanando la ley de dios!  ¡Su ira caerá sobre todos ustedes! ¡¡Tiemblen de miedo bastardos ante la cara de la muerte, el apocalipsis que liberara a Europa!!-

Los cuerpos caían por todo el lugar, hasta hace un momento era imposible que su situación empeorara, pero ahora aquel infierno se había vuelto aún más aterrador donde incluso una esperanza se vuelve en tu contra, sus gritos al escapar, el sonido de las balas y las naves, la risa estremeciendo sus cuerpos. Impensable que aquellos fueran la iglesia… pero lo eran y ahora un enemigo más.

 

 

Abrió los ojos un poco sobre saltado, no había sido un sueño como era costumbre, esta vez había sentido la presencia de Alucard cerca aunque sabía que era imposible en ese punto, pero después de eso, esa terrible sensación de que algo terrible estaba por suceder y que él estaba en peligro aún continuaba rondando su mente. Cubrió su rostro con ambas manos apretando ligeramente los dientes, si algo le sucedía a Vlad… no podría soportarlo debía haber ido con él aunque este se negó de forma tan definitiva. Cerró los ojos con molestia, él no quería que fuera a ese lugar. Miro la ventana mientras se levantaba de la cama, debía sacarse ese pensamiento de la cabeza y que mejor forma que ir a clase con los nocturnos.

 

El aura que desprendía no permitía a los demás acercarse por más que lo desearan, estando recargado a un lado de la entrada después de saltar el muro y quedar de frente con la clase del sol. Había ido temprano para la clase nocturna y no le apetecía esperar del otro lado con los vampiros hasta que el director abriera las puertas. Todos los estudiantes lo miraban con insistencia y conforme más llegaban, los murmullos y pequeños gritos de parte de las chicas pronunciando su nombre aumentaban comenzando a ser una molestia, pero como era costumbre el director llegaba tarde, seguramente siendo entretenido por más estudiantes para que descuidara la guardia del cambio de clase. Cerro los ojos un segundo escuchando del otro lado como se agrupaban los vampiros casi en completo silencio de no ser por algunos, quienes molestos por lo sucedido entre él y el Kuran bufaban diciendo lo despreciable que era aquel nivel E. Sonrió ligeramente y las chicas que se habían acercado a su dirección ensimismadas con la imagen se detuvieron de inmediato viéndolo entre cerrar los ojos con molestia, algo que casi las hace estremecer.

El director llego prácticamente corriendo y de inmediato mostro una gran sonrisa al ver a Zero.

-¡Hijo!-

Grito yendo en su encuentro con los brazos abiertos de forma dramática y topando con la pared al ser esquivado. Se froto la cara debido al golpe que le dejo roja la nariz y parte de la frente.

Zero levanto una ceja.

-Tarde otra vez-

Cross lo miro apenado apunto de contestar una tontería a no ser porque sabía que llegaba tarde y que Zero no estaba de humor.

-Es duro ser el director…-

Murmuro depresivo.

-Ahórrate las excusas y abre de una vez la maldita puerta-

Murmuro en voz baja algunas quejas mientras se volteaba a encarar la entrada, mirando de reojo a Zero que se apartó a un lado con los brazos cruzados y una cara de fastidio hacia los estudiantes evitando que se movieran de su lugar, estos lo observaban de momentos y después a la entrada, parecían no decidirse a quien querían ver más.

El director soltó una risita, Zero cada vez era más popular aunque era una lástima que eso le molestara, su situación con Kaname parecía ser algo que le disgustaba enormemente hablar con él, pero no podía evitar preocuparse. Si tan solo aceptara beber la sangre de los humanos podría darle la suya o incluso conseguirla de algún hospital, pero se negaba cada vez que sacaba el tema y lo hacía preguntarse cuanto aguantaría en esa situación con el peligro de que descubrieran la verdad sobre él estando rodeado por vampiros.

-Director-

Lo llamo mirándolo fijamente, se había quedado pensando con las manos en la puerta sin moverse.

Lo escucho soltar un suspiro y se acercó a su lado reprochándolo con la mirada a lo que este simplemente le sonrió como disculpa retrocediendo y evitando el avance de los estudiantes, mientras Zero abría las puertas recibiendo las miradas rojizas enfocadas en él por parte de todos esos vampiros. Los ignoro sin apartarse de la entrada ya que estos por alguna razón no se atrevían a avanzar, les sonrió ligeramente aunque no era su intención, sorprendiendo a la mayoría y en ese justo momento se acercó Kaname quien había permanecido a un lado junto a su sequito. Quedo de frente a él y subió una mano para tocar su rostro bajo la atenta mirada de todos los vampiros, sin embargo Zero no mostro sorpresa y en un instante se apartó evitando el toque. Yuki se acercó lentamente y con torpeza se situó tras Kaname, ella al igual que el resto se preguntaban que había sucedido hace unos segundos.

Zero permaneció a un lado, siendo rodeado de alumnos del sol que dejaban cierto espacio a su alrededor como demostrando respeto aunque seguían gritándole cosas ridículas, incluso proposiciones indecorosas. De algún modo agradecía que le dieran ese poco espacio a pesar de todo, aunque lo mejor era el rostro del vampiro, esa imagen que demostraba confusión y desconfianza en sus propias acciones, había mejorado su día después de lo que sintió al despertar.

Camino delante de todos siendo el primero en entrar al salón, los demás parecían furiosos por la falta de respeto hacia su líder a pesar de que este los detuvo de ir a su encuentro, las veces que pronunciaban su nombre llamándolo despreciable, realmente no le importaba y  aunque quería sacar ese pensamiento de peligro hacia Alucard no podía hacer nada al respecto.

Cuando las clases terminaron no tenía ganas de levantarse, durante toda la clase había visto una que otra vez el rostro pensativo de Kaname reflejado en la ventana, lo que lo hacía sentir mejor sin duda, casi al punto de sacar en él una sonrisa de satisfacción. Lo había escuchado dar órdenes para mandarlo a llamar. Se levantó después de un rato bajo la atenta mirada de los que aún no salían del salón y se encontraban hablando sobre el olor de la sangre de su líder suponiendo el por qué.

En cuanto salió comenzaron a seguirlo Shiki y Rima, lo miraban con curiosidad mientras comían dulces de una bolsa provocando un molesto sonido con las envolturas. Se detuvo y estos lo hicieron al mismo tiempo, dudo en continuar su camino aunque sabía que si lo hacía imitarían sus acciones como en un ridículo juego hasta colmar su paciencia, de todos los vampiros ellos dos que eran miembros del sequito del Kuran, eran los más extraños y desinteresados de lo que sucedía a su alrededor, aun cuando era de la clase del sol estos siempre se mostraron de la misma forma ante él, simple curiosidad como si fuesen niños y raramente los veía separados, tampoco les importaba mucho romper las reglas o seguirle el juego a los demás. Se volteo mirándolos y estos simplemente permanecieron en su lugar, después de un rato en silencio que ya le parecía una escena absurda ambos le sonrieron y Shiki extendió la bolsa en su dirección.

Zero se sorprendió levemente aunque no lo demostró, con ellos no sabía que esperar a diferencia de los demás vampiros. Dudo en voltearse nuevamente para ignorarlos pero la voz de Rima lo detuvo.

-Kaname sama quiere que te presentes en su estudio-

Pronuncio secamente con su cara sin expresión que tan solo le sonreía cálidamente a Shiki y a Takuma.

Mostro ligera molestia en su rostro sintiendo a su espalda dos vampiros de la clase, al parecer era una exigencia por parte del Kuran, pero por el momento le seguiría el juego. Vio a Rima darle la espalda y siguió a ambos hacia el edificio siendo custodiado por los otros.

 

Cuando llegaron,  Rima y Shiki se apartaron alejándose varios metros junto a los otros vampiros esperando a que abriera la puerta. Zero no se tomó la molestia de llamar y simplemente entro.

-Estaba sintiendo una presencia de odio, así que eres tú.-

Lo miro apenas un momento para darle la espalda caminando hacia el sofá y extendiendo una mano haciendo ademan de bienvenida.

-Por favor, pasa.-

-No actúes como si no me esperaras, fuiste tú el que me llamo.-

-Es verdad, aunque no esperaba que vinieras tranquilamente.-

-Cuál es el punto ¿Qué es lo que quieres?-

Lo miro seriamente contrastando con las amatistas que no desviaban la vista.

-En el pasado eras la mayor parte de mis preocupaciones mientras rondabas a Yuki viéndola con tanta sed. Aunque ahora no pareces seguirla de esa forma.-

Se recargo en el escritorio bajando un momento el rostro pareciendo cansado.

-¿Y no querías deshacerte de todas tus preocupaciones?-

Lo vio levantar la mano cubriendo su rostro de forma elegante.

-Entonces… debí simplemente destruirte ya que eres una de mis preocupaciones.-

-Hazlo…-

Murmuro con desdén mirando en otra dirección cruzándose de brazos para después mirarlo.

-Y en ese momento te destruiré-

Kaname oculto su molestia apretando ligeramente los labios y apartándose del lugar.

-Los descendientes del clan Kuran son fuertes, poseen sangre original de los vampiros.-

Se acercó lentamente tras escuchar la sutil risa de Zero y la mirada de molestia que le dirigía.

-...La herida no sano fácilmente gracias a ti-

-No te hagas una idea equivocada, tú fuiste el único en ofrecerme tu sangre-

-Lo hago, dentro de mi cuerpo está la sangre que te permitió vivir ¿Recuerdas la primera vez que te di mi sangre? La tomaste sin ningún refreno. En ese momento lo hacía por Yuki no por ti ¿Entonces te pareció desagradable que tu sangre se mezclara con la mía?-

-También lo hacia por ella, la respuesta es clara. Aun me es desagradable recordarlo.-

Aparto los mechones de cabello de su rostro en un gesto con su mano casi obligando a Kaname a mirarlo.

-He retrasado el cambio al nivel E todo ese tiempo incluso ahora-

-No seas tan engreído Kaname-

Se apartó mirando alrededor de la habitación, había sido llamado para recordar juntos el pasado, aun siquiera entendía por qué molestarse en ir.

-El alboroto de saber que te di nuevamente mi sangre altero al dormitorio en un estado de ira incontrolable, deberías aceptar la realidad y quedarte a mi lado por tu propio bien-

-No me amenaces Kuran-

Ladeo el rostro mirando la ventana. Una total pérdida de tiempo.

-¿Cómo cuando te dije que te deseo?.... es la mejor opción ¿pero no te agrado no es así?-

Sonríe mirándolo y acercándose lentamente.

-Creo tener mis propias razones para detestarte-

Lo evita, sin embargo este sigue acercándose.

-¿Lo dices por Yuki?-

Zero retrocede cuando el vampiro queda frente a él.

-¿Por qué yo?-

El Kuran gira el rostro entre cerrando los ojos de forma seria.

-Como lo veo Yuki es mi amante, mi consorte pero tú…. No tengo una palabra específica para ti.-

Es acorralado en la pared y Kaname bloquea su paso con una mano junto a su rostro.

-En cambio yo si tengo una palabra específica para ti, así que apártate.-

Lo mira con molestia pero su rostro es tomado por su mano moviéndolo a un lado de forma un poco brusca.

-Aun ahora ¿porque esconder la marca que te hace esclavo de una sangre pura muerta? ¿Sientes vergüenza o es desprecio a que otros la miren?-

-No es de tu incumbencia… suéltame.-

-En el tiempo que no estuvimos ¿Que sucedió exactamente?-

Nota la ligera sonrisa de burla en Zero.

-¿Acaso te interesa?-

Se acerca aún más hasta rozar sus cuerpos quedando a escasos centímetros de su rostro.

-Me intriga, todo lo que pase a tu alrededor es de mi completo interés.-

Acaricia su brazo hasta la muñeca sintiéndolo tratar de alejarse,  sin embargo lo toma con fuerza contra la pared.

Aferra su mano a la muñeca de Zero sosteniéndolo contra el lujoso tapiz color vino, mirando su cara de clara molestia con las amatistas perforándolo. Deslizo su mano hacia el guante sintiendo la piel hasta entre lazar sus manos y acerco su rostro besando aquellos labios que lo llamaban incesante mente.

Por un momento recupero la sensatez alejándose lentamente pero sin apartarse, aun la atracción parecía retenerlo a la fuerza junto a las dudas que seguían rondándolo. Zero no demostró ninguna emoción ante aquello, simplemente se dejó hacer sin interés esperando a que se apartara, pero por algún momento creyó ver una expresión de burla en su rostro que lo atormentaba en frustración. Se acercó casi rosando con sus labios el cabello plateado.

-Aun el vendaje en tu cuello ocultando la marca… pero ¿por qué llevar estos guantes, que es lo que escondes?-

Murmuro deslizando sus dedos sobre la mano de Zero hasta el borde del guante y metiendo un dedo para quitarlo deslizándolo levemente hacia arriba.

Enseguida su mano fue aparta de una forma brusca y por primera vez desde que entro Zero a su estudio le mostro una expresión de sorpresa con el ceño fruncido y con un ligero atisbo de temor que no logro ocultar a tiempo.

- Los vampiros deben temer y respetar a los Sangre Pura, en cambio tú me muestras los colmillos sin vacilar.-

-En realidad no tienes la intención de alejarte de mí ¿No es así Kuran?-

Levanta una mano rosando el rostro frente a él apenas tocándolo, sorprendiendo al vampiro quien solo lo demostró en sus ojos que dudaron un segundo en alejarse.

-Es cierto, si te mato por accidente Yuki quedara devastada y yo no descubriré la verdad de lo que ocultas.-

Zero se acercó lentamente a su rostro ladeando levemente el suyo y sacando la lengua lamio cerca de su cuello casi sintiendo su estremecimiento, haciendo que una sonrisa se formara sutilmente.

-Que pobre excusa me está dando el líder sangre pura de la clase, la reacción de tu cuerpo es muy obvia.-

Desliza una mano hacia la cadera de Kaname y su lengua recorre suavemente hacia su mejilla donde los ojos borgoña lo miran ocultando su deseo.

-¿Crees que aun siento algo por Yuki?-

Susurra cerca de su rostro pero Kaname parece molestarse en cuanto pronuncia el nombre de ella y no el suyo. Toma la mano de Zero apartándolo con suavidad en sus movimientos que ocultan un fuerte agarre y desliza su mano sobre el aferrándolo a su cuerpo.

-Qué nivel E más imprudente. Es imposible para ti refrenar tu sed de sangre, aun ahora dependes de mí.-

Acaricia su rostro bajando hasta su cuello donde aprieta ligeramente el agarre y se acerca para susurrarle al oído…

-Escucha Zero, todavía puedes beber mi sangre, tienes aun una utilidad para mí-

Zero pega el rostro a su cuello.

-Eres tan engreído como siempre-

Se aparta caminando hacia la puerta en un rápido movimiento.

-No tienes necesidad de sacrificarte. Tú me ofreciste tu sangre por eso la tome-

-Es tal como dices, nunca olvides que yo te la di.-

-En ese caso te tomare la palabra Kuran, pero solo eso serás, una fuente de alimento.-

Cuando toco la puerta, los brazos del vampiro lo atrajeron por la cintura y su rostro rozo peligrosamente el vendaje en su cuello.

-Tu nuevo grado de apatía también me atrae, tus acciones y tu extraño comportamiento ¿Por qué no funcionan mis poderes en ti? –

Zero desliza las manos sobre las de él apartándolas.

-¿Por qué debería contestar eso? ¿No es acaso por tus sentimientos confusos hacia mí?-

A pesar de darle la espalda puede notar la expresión de sorpresa y confusión que invaden su rostro junto a una clara molestia que va en aumento.

-Simplemente olvídalo, mantente al margen y regresa con Yuki.-

Salió sin esperar respuesta, la conversación se estaba tornando aún más desagradable de lo que ya era y no estaba interesado en participar en un triángulo amoroso.

 

 

 

-¡Sí, nosotros hemos jurado sacar a Inglaterra de la inmundicia!... ¡Ardan bestias asquerosas! ¡No dejen de dispararles! Uno a uno… todos y cada uno de ellos. ¡Limpiaremos a Europa!-

Los gritos, las personas corriendo y el fuego esparciéndose hacia los caídos. Todo eso lo mantenía en constante excitación. Por fin estaba sucediendo ¡Nada impediría que acabara con los infieles!

-¡El veredicto final! La inquisición dio su veredicto. ¡Culpables, Culpables, Culpables! ¡Su sentencia es la muerte! ¡No merecen misericordia!-

Los soldados del vaticano se enfrentaban a los ghouls quedando de por medio los humanos quienes eras arrasados entre ambos ejércitos, el fuego los rodeaba mientras caían al suelo cadáveres indistinguibles de ser un enemigo, simplemente eran pasados de largo mientras se continuaba el ataque. La  sangre se acumulaba cada vez más junto a los cuerpos y el hedor se disipaba en el humo y pólvora de las armas. Los miembros de la división 9 disparaban a todo frente a ellos imitando al enemigo. Los gritos de muerte retumbaban contra el sonido de las balas desapareciendo.

En algún punto pareció formarse el silencio casi sepulcral, ambos bandos se detuvieron de un momento a otro sin moverse y tan solo unos cuantos humanos corrían fuera del alcance de las balas.

Maxwell se precipito molesto mirando alrededor tanto como le permitía la cabina de cristal, esa sensación tan sumamente escalofriante… apretó los dientes con infinita molestia. ¡Él no debía estar ahí… esa cosa se supone que no estaba!

Tiro el micrófono produciendo un fuerte golpe de parte de los altavoces rompiendo el silencio y sin embargo pese a ello los soldados no se atrevían a moverse.

Todos podían sentirlo, algo tan perturbador que se aproximaba directamente a ellos. La sangre de todos los caídos comenzaba a moverse y filtrarse por el suelo hacia alguna dirección.

-¡¿Qué está sucediendo?!-

Grito más para sí mismo y el ruido retumbo en la cabina y en sus oídos.

Alucard se encontraba muy arriba por encima de todos ellos descendiendo a su posición y transformando lentamente su cuerpo.

-El nostálgico olor a guerra…, las muertes de inocentes y culpables, el fuego devorando todo a su paso y la sangre inundando las calles.-

Mostro una gran sonrisa que dejo escapar una risa sádica obligando a todos los humanos a temblar, incluso los vampiros modificados y ghouls previstos de razón miraron en su dirección queriendo alejarse lo más rápido posible.

Cayo suavemente justo en medio de ambos ejércitos, obligando a los más próximos a clavarse en su posición debido a su presencia.

Su gabardina se movió sutilmente cuando metió las manos para tomar ambas pistolas ladeando el rostro y reflejando en sus gafas los rostros expectantes que de un momento a otro y sin importar el bando lo apuntaron con sus armas dejándolo completamente rodeado.

Maxwell se arrodillo en la cabina pegando el rostro al frio cristal mirando con insistencia en su dirección.

-Pueden sentirlo, al vampiro Alucard… ¡Deben destruirlo antes de que sea tarde!-

-¿Oh?-

El rostro del vampiro se movió sutilmente hacia su dirección mostrando una ligera sonrisa obligándolo a retroceder de inmediato.

Todos dispararon contra él, miembros del vaticano, monstruos, no querían arriesgarse… pero eso no importaba, al final tomarían el mismo destino que ellos habían dado a los demás.

La sangre subió desde el suelo cubriéndolo por completo como si aquello impidiera las balas y se formó en líneas gruesas siendo absorbidas a su cuerpo, su mirada feroz de un rojo del mismo color que la sangre con un fondo oscuro junto a su sonrisa eran suficiente para alejar a la mayoría si es que se atrevían a moverse.

Maxwell apretó los dientes con fuerza y con gesto tembloroso tomo el micrófono.

-¿¡Que mierda está sucediendo aquí?! ¡Disparen! ¡¡Disparen!! ¡¡¡Disparen!!! -

Las balas atravesaron su cuerpo descomponiéndolo debido a la gran cantidad, destrozándolo y manteniéndolo en el aire hecho pedazos, con las balas de ambos bandos sin detenerse. Aun así era una pena.

-Mía es la sangre…-

Se escuchó levemente seguida de la misma risa y las balas se detuvieron. El humo salía por sus armas y los ojos miraban en todas direcciones buscando de dónde provenía.

Los trozos comenzaron a formarse rápidamente ante las miradas asustadas. La sangre se agrupaba y muy pronto su figura estaba intacta.

Ambos comandantes dieron las órdenes de fuego a discreción, pero Alucard fue más rápido y sus sellos brillando en rojo debido a la sangre, llevándolos a su rostro, la sombría atmosfera se volvió roja y las amorfas figuras aparecieron como manos muy largas que se dispersaron cual lanzas hacia ambos escuadrones. Los gritos no se hicieron esperar y pronto los cuerpos aumentarían enormemente en cantidad. La sonrisa de Alucard demostraba gran excitación a la batalla y miro nuevamente a Enrico quien permanecía en el suelo de su cabina pensando en abandonar su lugar en la guerra.

Devoraría a todos y cada uno de ellos. Extendió el brazo pronunciando unas palabras sutiles que bajo todos esos gritos no alcanzo a ser escuchada por nadie.

-¡¡¡No me jodas soy un arzobispo, un arzobispo!!! ¡Ataquen dispárenle!-

Sus ruegos fueron innecesarios, el escuadrón 9 estaba casi destruido, los ghouls y vampiros artificiales que no se habían retirado no estaban en una mejor situación. Todo aquel desastre era obra de ese tipo ¡Ese tipo!

Los helicópteros militares que disparaban aun, comenzaron a explotar siendo derribados mientras se incendiaban.

-¡¡no, no… imposible!!-

Las naves que sostenían la cabina explotaron también al ser alcanzadas por las balas de Alucard, y muy pronto su cabina se balance hasta perder el balance estrellándose contra el suelo.

La cabina no se rompió aun después del choque y un aturdido Maxwell que se sujetaba la cabeza comenzó a reír con incredulidad, aquel vampiro seguramente creía que con eso se desharía fácilmente de él.

Pero al abrir la cabina para contemplar el paisaje de fuego, fue rápida su huida de regreso para encerrarse nuevamente, en cuanto una gran cantidad de ghouls notaron su presencia yendo rápidamente a su encuentro y aun cuando la cabina resistía lo suficiente, quien sabe cuánto sería capaz de aguantar bajo el ataque de tantos de esos monstruos… no podía salir.

 

Alucard se detuvo levantando el rostro mientras disparaba la casull una última vez dejando un montón de cadáveres que acompañarían a los que ellos mismos crearon. Un leve aliento azul salió de entre sus labios mirando el oscuro cielo sin luna. Viejos tiempos y viejas batallas y aun el sentimiento era el mismo, pensó mostrando una sutil sonrisa.

-Este olor a nostalgia... el olor de un hombre siendo empalado, una mujer siendo destripada, un niño quemado vivo y un anciano acribillado por las balas, la esencia de la guerra. Ahora el bosque de lanzas se hizo realidad.-

 

 

Seras recupero el agarre en ambas Harkonnen y se precipito al frente, el militar la esquivaba con gran agilidad haciéndolo ver casi como si solo estuviera jugando con ella. Apretó los dientes con frustración sin lograr darle ante sus movimientos, el hombre quien aún lucia exasperadamente serio, golpeo un pedazo de metal a su lado proveniente de la nave, arrojándoselo a la vampira quien al distraerse apenas un segundo no pudo evitar que la hiriese en el rostro marcándolo con sangre. El capitán se abalanzó sobre ella tratando de golpearla, dándole de lleno en el estómago y siendo detenido por una mordida en su brazo que logró arrancarle un pedazo. Seras retrocedió antes de que la golpeara en el rostro y escupió la carne,  limpiando con el brazo la sangre que escurría de su boca.

El hombre pareció enfadarse viendo como le faltaba un pedazo de carne, lo que sería una herida de gravedad si fuera humano. Y por un momento a la vampira le pareció que el rostro de este cambiaba dejando ver una bestia de gran proporción.

Pip soltó maldición tras maldición esquivando las balas mágicas que se movían en toda dirección queriendo atinarle, debía impedir que les dieran a los cazadores o estos definitivamente morirían, casi suspiro fastidiado al tiempo que combatía con las Zorin y los hombres que manejaban cartas. Había notado algo muy diferente a la Zorin normal que sin duda las diferenciaba, estas eran más débiles y aunque mantenían la misma expresión de desagrado junto a la enorme sonrisa sádica, no parecían más que simples robots siguiendo órdenes sin ningún pensamiento de por medio, como simples máquinas de matar.

Unas cuantas cartas se clavaron en el abrigo de Kaito, quien en un rápido movimiento se lo había quitado distrayéndolos de ser el objetivo mientras atacaba a los jugadores.

Yagari por su cuenta estaba enfrentando a una Zorin mientras los ghouls los rodeaban, en ese momento su sombrero salió volando debido a las balas de uno de los ghouls al cual disparo justo en medio de la frente, para esquivar el ataque de la guadaña. A ese paso dudaba ya de poder alcanzar a la líder de Hellsing.

Pip les hizo una señal a ambos cazadores quienes retrocedieron hacia la nave siendo perseguidos de inmediato.

Los enemigos y buena cantidad de ghouls fueron detenidos por Bernadotte quien ocasiono una explosión de bajo nivel con un par de granadas pertenecientes a vampiros artificiales.

 

 

-Londres está pereciendo ¡Puedes sentirlo! Desde sus cimientos y muy pronto no quedara nada y junto a ellos se les unirá el vaticano, los creadores y Hellsing. Al final los únicos que quedaremos seremos nosotros y Alucard por la pelea de Europa ¡Es excelente, todo va como debería ir!-

Integra quien aún lo apuntaba, bajo levemente el arma mirando el cuerpo del mayor.

-¡Escucha mi canción de victoria Alucard y mírala desde tu caída!-

-Así que era por eso, ningún humano sería capaz de hacer lo que tu haz hecho mayor y eso es porque tu ¡No eres un humano!-

-¡Lo soy! ¡Completamente soy un humano!-

-Vives creyendo tu propia mentira, engañándote a ti mismo para crear tu propia guerra, odiando aquellos que crees son como tu… cuando tu simplemente eres ¡una maquina!-

-¡¿Quién es una maquina?! ¡¿A quién le importan la piel y los órganos, la sangre y la cubierta, cuando todo es superficial?! Soy humano tanto como quiera serlo ¡incluso más que la mayoría!-

-Ahora entiendo tu grado de locura… un hombre cruel que remplaza a la gente como guantes sin ningún remordimiento dejándolos convertirse en monstruos-

-¡No somos diferentes! Incluso tú, Integra Hellsing dejaste a tus propios hombres al calor del infierno para valerse por sí mismos ¿Qué haces cuando uno de ellos muere? ¡Simplemente lo remplazas!-

-Somos diferentes, nosotros tenemos un propósito ¡algo que una maquina jamás entenderá!-

-Fraulein… un objetivo ¡Mi objetivo es la guerra, arrebatare lo que tenga que arrebatar y otros me harán lo mismo, hasta que al final un vencedor sea decidido, así es la humanidad! ¡En este mundo existen aquellos que deciden no tener un objetivo para cumplir sus deseos y aquellos que los hacen realidad!-

-…..En la historia los tiranos siempre mueren envenenados y su arma más letal, es su debilidad. Tu mayor, eres una maquina creado por los mismos a quienes quieres destruir.-

Le dispara nuevamente ante la expresión de desprecio notando un líquido oscuro que sale en lugar de la sangre.

-Es cierto, el final de cada villano es el último golpe ¡El golpe maestro!-

Ríe estruendosamente.

Pronto los cazadores llegan acercándose hasta quedar atrás de la líder de Hellsing, mirado con asombro al enemigo. Decir que jamás habían visto esa era decir poco, incluyendo a la terrible guerra con esos pseudo vampiros, ahora estar frente a una máquina que finge ser un humano….Ambos miraban a Integra quien volvió a disparar.

-Algo como tú solo merece morir, tú no eres un humano eres una simple y monstruosa maquina sin sentimientos-

 

 

 

Notas finales:

Si lo se....


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