No sabía cuánto tiempo había pasado solo sentía su cuerpo pesado y envuelto en algo tibio y cómodo, intento mover su mano pero esta simplemente tembló, sus ojos no podían diferenciar si estaban abiertos o cerrados, el silencio envolvía todo a su alrededor y todo lo que veía era oscuridad, cayo dormido dejándose llevar.
No había manera de saber cuánto tiempo había estado inconsciente, abrió sus ojos lentamente intentando enfocar la vista, todo era negro, movió su mano, esta vez si respondió y la dirigió a su rostro, la veía frente a él, estiro los brazos hacia arriba a la oscuridad y se topó con una pared lisa, por el toque helado retiro rápidamente los dedos para después volver a tocar la pared ¿Qué era eso?
Su mente pareció reaccionar y con ambas manos empujo la pared sintiéndose incómodo y entrando poco a poco en pánico, su cuerpo recobraba la movilidad y con fuerza empujo la pared y esta se abrió, eso era ¡Estaba en un ataúd!
Inclino su cuerpo intentando levantarse y fijo su vista al rededor enfocándola, era una habitación grande, cerca de él se encontraba una gran cama roja, muebles y demás.
¿Por qué se encontraba en ese lugar? ¿Qué había pasado?
Se tocó la cabeza intentando recordar pero un fuerte mareo solo le recordó que no había bebido sangre en un tiempo y tenía que calmarse, a su mente llegaban pequeñas imágenes borrosas de la academia.
Al fin pudo salir del ataúd camino despacio hasta la cama y se sentó. ¿Quién lo había traído a ese lugar y con qué fin?
Se acercó a un espejo de la habitación, esa no era la ropa que traía puesta la última vez, ahora llevaba un pijama de seda blanco y lo habían curado, tenía vendajes en el cuello y torso.
Recordó aquella risa perturbadora, tenía que salir de ese lugar, lo primero era buscar su bloody rose la encontró sobre una mesa a un lado de una botella de vino y copas, la tomo y se dirigió a la puerta, lentamente acerco su mano para girar la perilla esperaba que no estuviera trabada ya que no había ventanas en aquella habitación, la giro y esta se abrió, no entendía lo que estaba sucediendo.
A paso firme pero cauteloso salió del lugar encontrándose en un largo pasillo y unas escaleras, no noto a nadie y siguió caminando, entraba luz iluminando las escaleras, se tapó los ojos acostumbrándose rápidamente al resplandor y subió sin hacer ruido, al final había una puerta semi abierta por donde entraba la luz, pego su cuerpo a la pared y se asomó con cuidado, lograba ver al parecer el recibidor de una casa, una gran sala iluminada, y no sentía ninguna presencia, con cuidado abrió más la puerta y salió con el arma lista para disparar en su mano.
Camino unos pasos pegado a la pared parecía ser una mansión muy elegante estilo victoriano, frente a él a algunos metros yacía la enorme puerta de entrada, sintió la presencia de humanos en la casa, corrió hacia la entrada la abrió y salió al exterior, era de noche, frente a él se hallaba un camino largo y despejado no podía ir por ahí lo verían fácilmente y seguramente la entrada tendría guardias, necesitaba encontrar otra salida, rodeando la mansión se hallaba un bosque y sin pensarlo se adentró en él.
Las imágenes regresaban a su mente, algo un hombre… aquella lava negra y roja y esas grotescas formas, la horrible y espeluznante risa, se sujetó la cabeza, esos ojos rojos mirándole.
Se detuvo recargándose en un enorme árbol, no entendía nada, un escalofrió recorrió su cuerpo, lo mejor sería salir de ahí lo antes posible y comenzó a correr de nuevo.
-Parece que ya despertó-
Sonrió mirando a la mujer frente a él, la cual solo se limitó a encender un puro y llevarlo a su boca.
-No hagas un desorden-
Lo miro desaparecer contra una de las paredes escuchando la última palabra.
-Esto será entretenido-
Sintió la presencia de muchos humanos y al acercarse más logro ver tropas militares con campañas, vehículos, tanques y armamento. ¿Quién podría tener en el jardín de su casa un ejército militar?
Pero ahora sería fácil salir de ese lugar, sigilosamente se acercó a uno de los soldados que más parecido físico pudo encontrar y lo jalo desde los arbustos dejándolo inconsciente, tomo su ropa colocándose las botas y una vez arreglado salió del lugar, por suerte le quedaba bien el uniforme y se puso la gorra para no ser reconocido en caso de haber avisado a esos tipos de su apariencia, parecían estar muy bien equipados como si fueran a una guerra, miro detenidamente el lugar y aquellos hombres, definitivamente no estaba en Japón, apretó los puños con fuerza, no creía haber sido secuestrado para que lo reclutaran como soldado no era lógico.
Intento pasar desapercibido pero una presión en el aire y la sensación de que lo estaban observando lo altero, todos los soldados se agruparon en un lugar y tuvo que seguirlos para no levantar sospechas, frente a ellos se encontraba una chica de cabello rubio que parecía actuar infantilmente pero percibió el olor que despedía... era un vampiro, todos bromeaban con ella y esto descoloco a Zero, la chica lo miro de reojo y sonrió para después mirar a otro lado, pero él lo entendió lo habían descubierto, estaba a punto de marcharse y pensar en su siguiente movimiento cuando la chica sorpresivamente grito.
-¡Atención!-
Todos los soldados se pusieron firmes y a un lado de ella comenzó a materializarse un hombre alto, muy alto cerca del 1.96 de altura, vestía una gabardina roja y debajo de esta un traje negro con botas, mostraba una sonrisa torcida enseñando parte de sus dientes y colmillos, sintió el aura peligrosa y terriblemente amenazadora que desprendía.
No tenía un plan ¿Acaso debería correr? ¿Serviría de algo?
-¿Sucede algo maestro?-
Pregunto la chica con una sonrisa graciosa en su rostro mientras miraba a su maestro.
-No, solo vine por algo que me pertenece y decidió jugar a las escondidas-
Sonrió aún más y todos los soldados lo miraron extrañados por el comentario.
Zero se quedó estático. ¿Algo que le pertenecía?
Lo miro y este desapareció para después aparecer frente a él.
¿Cómo podía hacer eso? ¿Qué clase de truco había utilizado? Volteo su cuerpo intentando huir pero fue sujetado de un brazo, volteo y apunto con su bloody rose lanzando 3 disparos.
No importaba que tipo de vampiro fuera seguía siendo uno y su arma era especial para acabar con ellos por algo era un cazador, miro como sangraba el vampiro frente a él pero seguía en pie como si nada y las balas fueron sacadas de su cuerpo para rápidamente cerrarse las heridas.
Su boca se abrió pero no salió ni una palabra, el tipo frente a él no era normal definitivamente no lo era, intento liberar su brazo pero fue apresado con más fuerza y atraído al cuerpo de ese hombre, siendo abrazado rodeado por los largos brazos, los soldados solo miraban haciendoles espacio y la chica sonreía ante la imagen de su maestro y el chico vestido de militar, hasta que estos al igual que como había llegado el vampiro desaparecieron.