Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Cálido por LisShawol

[Reviews - 2]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Espero que les guste <3

Notas del capitulo:

Disfruten~

'¡Al fin!' pensó.

 

Luego de algunas horas de viaje en avión y un par de minutos desde el aeropuerto el rubio por fin pudo cerrar sus ojos, abrir sus brazos y respirar profundamente ante la brisa marina que comenzaba a rodear su silueta.

 

Tenía en su interior un sentimiento de libertad, lo que increíblemente le daba energía, fuerza, como si nada pudiese dañarlo, o como si los problemas los hubiera dejado en el lugar donde surgieron, lejos de allí, muy lejos, y eso le gustaba.

¿Había algo mejor que eso?

No. Probablemente no.

No creía que existiera algo que lo pudiera hacer sentir mejor.

 

El rubio, Taemin, bajó sus brazos y con una media sonrisa quitó sus zapatillas para bajar por la corta escalera de cemento que daba hacia el inicio de la playa.

Con una leve morisqueta que demostraba su obvia incomodidad movió los dedos de sus pies intentando acostumbrarse a esa tibia arenilla clara que hace años no pisaba, es más, si comenzaba a hacer memoria estaba seguro de que la última vez que había estado en una playa había sido hace diez años, o sea, cuando tenía ocho.

Infló nuevamente sus pulmones y comenzó a caminar con su vista fija en el movimiento de las olas, todas oscuras y feroces, dado a que eran más de las diez de la noche y la luna ya había comenzado a hacer su efecto de atracción sobre el mar.

 

Se detuvo en un lugar cercano a la orilla del agua y se sentó con cuidado escuchando solo el sonido de las olas, era increíble que su madre y su hermana prefirieran desempacar sus maletas en vez de venir de inmediato a dar un paseo por la playa, después de todo se hospedaban en el hotel que estaba a sus espaldas y bien podrían haberlo acompañado, pero no, porque Ya había cumplido los dieciocho y podía cuidarse solo o algo así le habían dicho.

Con curiosidad se levantó y comenzó a remangar sus pantalones con la intención de adentrarse en el agua.

¿Peligroso? Claro que no, su intención era solo meter sus pies, entrar máximo hasta las rodillas o quizás hasta la cadera, eso no importaba, de todas formas si llegaba a mojar su ropa estaba como excusa el hecho de que esperó ese viaje por un largo tiempo.

Cuando ya llevaba el agua cerca de la cadera miró hacia atrás visualizando sus zapatillas,  '¿Qué más da? Un poco más y ya' pensó dando otro par de pasos. Mientras caminaba lentamente llevó su mano derecha hacia el bolsillo de su pantalón, sacando su celular y encontrándose con una gran cantidad de mensajes y llamadas de un número que no estaba registrado, pero que él conocía muy bien, y no sabía si era la situación o era nuevamente ese sentimiento de libertad, pero inundado de valentía apretó el celular en su mano, y escuchando ese ya insoportable tono que significaba un nuevo mensaje dio pasos largos para tomar impulso y alzó su brazo con fuerza, perdiendo de vista segundos después el móvil entre las olas.

Respiró profundamente para luego expulsar el aire de forma lenta, eso que acababa de hacer lo hacía sentir extremadamente aliviado, tranquilo.

Ahora él era Taemin, Lee Taemin, un chico sin preocupaciones ni complicaciones.

                                                                                                                                      

 

 

- ¡Salte de allí!

- ¿Eh? -arrugó el ceño mirando hacia atrás, aquella voz le hablaba en un perfecto inglés que le hizo sentir incómodo, no estaba preparado como para tener una charla en aquel idioma al cual nunca prestó atención en horas de clases, él podía comprender lo que hablaba, pero no estaba seguro de si podría hilar una oración de forma correcta- ¿Y quién es ese? -se preguntó mirando a un chico que le hacía señas desde la orilla.

- ¡No deberías de estar allí, niño, menos a esta hora! ¡Es peligroso!

- ¡No soy un niño! -respondió molesto, Taemin; usando su idioma natal a la misma altura de voz con la intención ser escuchado por el otro mientras se tambaleaba un poco por el movimiento del oleaje, intentando echar al chico que había llegado de entrometido a su reencuentro con el mar y su despedida simbólica hacia su ex novio.

- ¡Solo salte de allí! –esta vez sus oídos oyeron un ya conocido Coreano.

- ¡¿Por qué?! -preguntó algo molesto, no necesitaba a alguien que le dijera que hacer y por lo que veía aquel tipo no pretendía irse.

- ¡Porque ahora mismo irrumpes la tranquilidad de las mantarrayas!

 

 

 

'¿De las qué?' pensó Taemin.

 

 

 

Y no sabía si eran sus ojos o su imaginación -que en este punto estaba aterrada- que creyó ver algo oscuro nadando cerca de él.

 

 

 

- ¡Sácame de aquí! ¡Ayuda! -exclamó saltando y recogiendo sus piernas en modo de desesperación, como si eso lo hiciera subir a la superficie para luego correr sobre el mar.

- ¡Nada con cuidado hasta la orilla!

- ¡No sé nadar! -¿Caminar? No, el agua llegaba hasta unos centímetros sobre su ombligo, además, el peso y fuerza de las olas no le dejaban avanzar de vuelta hacia tierra, y cualquiera hubiera tomado en cuenta ese detalle antes de siquiera pensar en entrar al agua, pero Taemin no, él no había pensado en el riesgo. '¿Por qué tuve que entrar a este lugar?'- ¡pero puedo inten...!

- ¡No, quédate allí! -Interrumpió el nuevo chico, Minho, por última vez antes de quitarse su polera, zapatos y pantalón, quedando solo en ropa interior. Se había dirigido a la playa en busca de tranquilidad y solo se había encontrado con un molesto turista como llamó en su mente a Taemin.

 

 

 

El heroico rescate resultó un éxito, el problema fue cuando uno de los pies de Taemin fue tocado por una gran alga oscura que era arrastrada por la marea, haciéndole creer que se trataba de alguna criatura marina y subiéndose por inercia a la espalda de Minho, trepándolo sin vergüenza pese a los reclamos del chico.

 

 

 

- ¿Pero qué tienes en la cabeza? -preguntó Minho luego de quitar los agarres de Taemin en su cuerpo, haciéndole caer sobre la arena- ¡¿Qué clase de persona se adentra en un mar con animales peligrosos durante la noche?! -el castaño, Minho, tomó sus prendas para vestirse mientras sacaba al aire su claro desagrado por la situación recién pasada.

- Pero yo no... -intentó defenderse, teniendo la mirada en sus dedos, observando cómo un puñado de arena se escurría por ellos; dándole a Minho espacio para vestirse, y siendo a la vez interrumpido inmediatamente.

- Y más aún ¡¿por qué entraste si no sabías nadar?! -reclamó moviéndose en un escalofrío.

- No había pensado en... –“eso”, palabra que no alcanzó a ser dicha cuando su siguiente explicación fue acallada por nuevos reclamos.

- ¡Claro que no pensaste! Si no hubiera llegado quizás...

- ¡¿Para qué me haces preguntas si luego no me darás tiempo para responderlas?! -levantó la mirada encontrándose con un Minho completamente vestido y sentándose a su lado.

- Lo siento -susurró Minho.

- De acuerdo, primero, yo no tenía idea que en esta playa había algo más que algas y algún pez -explicó con el ceño arrugado- de haberlo sabido no hubiera entrado allí -indicó hacia el mar con evidente molestia- segundo, mi idea no era avanzar demasiado, cuando me di cuenta de donde estaba fue cuando me hablaste.

- Vale... Ugh, creo que me debes un reloj nuevo -dijo Minho mirando su muñeca derecha vacía.

- ¿Tu reloj se salió?

- Sí -respondió Minho levantándose y sacudiéndose la arena del pantalón- me gustan los relojes anchos, de metal de plata, de preferencia aquellos que llevan la cuenta de minutos y segundos dentro del primer reloj, si sabes de lo que hablo, ¿verdad?

- ¿Y cómo sé si en realidad llevabas algún reloj? -Taemin se levantó cruzándose de brazos al lado del castaño.

- No tienes idea de saberlo -sonrió el alto- Y solo como dato, los accesorios económicos a mitad de precio no son lo mío. Algo digno para tu héroe y salvador -terminó con una sonrisa que Taemin denominó como odiosa.

- No te debo nada, además, los héroes son quienes hacen un buen acto sin esperar algo a cambio.

- Te hubiera dejado libre si me decías gracias.

- Gracias.

- No, ya no vale –el castaño sacudió su mano como restándole importancia- como buen chico salvado debiste de haber agradecido sinceramente por mi acto, pero como no... Te veo pronto, pequeña molestia -con una sonrisa y un guiño Minho comenzó a alejarse, dejando atrás de él a un confundido Taemin.

- ¿Molestia? ¿Me dijo molestia?... Idiota -murmuró el rubio- ¡Soy Taemin! -gritó mirando como la silueta de su rescatador se hacía más lejana.

 

 

 

Suspiró tomando sus zapatillas, comenzando a caminar lentamente por la incomodidad que sentía, la mitad baja de su cuerpo estaba mojada y el trasero de su pantalón se encontraba lleno de pequeños granos de arena.

Debía de verse ridículo.

Podía predecir la cara de desconcierto de su madre y la risa de su hermana.

 

 

 

'Ni siquiera me dijo su nombre'

 

 

 

~*~

 

 

 

Lo primero que hizo Taemin a la mañana siguiente fue quitar de su cuerpo la suave cobija de plumas y correr hacia el balcón de la habitación.

Desde allí podía ver la playa con uno que otro quitasol colorido y toallas sobre la arena.

 

 

 

'Podría vivir aquí toda mi vida' respiró inclinándose aún más en la barandilla de metal, sintiendo ese delicioso aroma a playa y a "verano".

Fue a la cocina con una sonrisa en el rostro y saludo con un beso a las dos mujeres que terminaban de preparar el desayuno.

 

 

 

- ¿La playa es tan grande como se ve desde la ventana del living? -pregunto su hermana, Jiseol, entregándole un vaso con zumo de naranja.

- Lo es. Deberían de haberme acompañado -dijo pensando en lo que había pasado la noche anterior.

- Pero en cambio arreglamos las cosas, tu ropa no apareció en los cajones por arte de magia -le hizo saber su mamá- ¿Ya saben que harán luego de comer?

- Ir a la playa, claro, ¿me acompañas, Tae?

- Eso no se pregunta -afirmó indirectamente.

 

 

 

Al entrar de nuevo en su habitación abrió todos sus cajones con la intención de conocer y memorizar donde se encontraban sus prendas.

Dejó sobre la cama una polera blanca con pequeñas letras celestes en el centro y un short de baño calipso con grandes flores de un amarillo fuerte, ambas prendas ceñidas, no demasiado, solo lo suficiente.

Sonrió complacido frente al espejo, amaba su habitación del hotel, desde el espacioso balcón hasta el gran espejo frente a la cama de cubierta blanca. Había valido la pena correr desde que había atravesado la puerta principal, dando un rápido recorrido para elegir la mejor habitación, lo cual había conseguido.

Tomó un pequeño bolso negro y guardó cosas necesarias como gafas negras, protector solar, una toalla celeste, su cámara fotográfica, un reproductor mp3 y sus audífonos.

 

- ¿Estás listo? -preguntó su hermana apareciendo en su habitación para dar un salto y aterrizar sobre su cama ya echa.

- Creo que sí -dijo dudoso- ¿mamá lo está?

- No irá con nosotros, dijo que prefería recorrer el alrededor, supongo que verá artesanías o algo así -la muchacha se encogió de hombros- ahora toma tus cosas y vamos.

 

 

 

Y obviamente por eso de ser el hombre tuvo que cargar el quitasol verde manzana y las dos sillas de playa, junto a su bolso, obviamente.

Jiseol era mayor que él por cuatro años, la chica era hermosa y delicada, al igual su madre, solo que la joven era pelinegra, pero completamente hermosa, al igual que él, porque Taemin era considerado por muchos como un verdadero muñeco, el chico era alto y delgado, de piernas largas, piel pálida, cabello rubio, ojos azules y labios gruesos coloreados naturalmente por un suave color rosado.

 

 

 

- Creo que así está bien -Jiseol suspiró, terminando de enterrar y acomodar el armadillo de la sombrilla.

- Ajá -afirmó el chico, sentándose en la silla del lado derecho y sacando de su bolso las gafas de sol.

- En verdad hay una gran cantidad de gente, al menos por la hora que es.

- Luego habrá más.

- Ugh, eso será incómodo.

- Mmh –‘Que chica más habladora’.

 

 

 

Taemin por el contrario no quería charlar, tenía sus ojos cerrados y sus brazos bajo la cabeza, ignorando todo tipo de miradas y encerrándose en eso que a él le gustaba llamar el Mundo Taemin.

Eso se sentía realmente bien, tanto que luego de unos minutos ni siquiera podía mover su cuerpo, tan solo a minutos de dormirse, estaba tan relajado que solo pudo arrugar su nariz cuando el codo de su hermana comenzó a enterrarse en sus costillas.

 

 

 

- Hey, Tae -susurró con un tono emocionado- ptss, despierta.

- Mmh.

- Mira eso.

- Tal vez luego.

- No, luego no, ahora.

- Jiss, no seas molesta -comentó el rubio abriendo sus ojos para mirar a su hermana con reproche, aunque la chica parecía no sentir culpa por sacarlo de las nubes.

- ¿Molesta? Me agradecerás cuando veas lo que te quiero mostrar -sonrió la pelinegra- mira hacia allá -indicó hacia lo lejano, guiando la mirada de Taemin directo hacia un cuerpo alto, de cabellera castaña y sonrisa encantadora.

 

 

 

'¡Oh!, ¿es el idiota?' pensó el rubio.

 

 

 

- ¿Verdad que es guapo?

- Meh -se encogió de hombros con desinterés, pero con la mirada aún en el chico- Quizás para ti.

- ¿Acaso no es guapo para ti? -pregunto con una ceja alzada- Bueno, eso no importa, para mi luce bien. No, bien no, más que bien. Creo que he visto al amor de mi vida -mencionó logrando que Taemin le mirara mal.

- Es un pesado.

- ¿Cómo sabes?, ¿lo conoces?

- No -musitó. Y era verdad, no conocía ni el nombre del castaño, no sabía nada del chico, solo que al parecer quedó en ridículo frente a él- ¿Jiseol?

- Dime.

- ¿Sabías que en esta playa hay mantarrayas?

- Claro -dijo con simpleza.

- ¿Hablas en serio? -preguntó Taemin sintiéndose avergonzado.

- Por supuesto -su hermana se encogió de hombros con la mirada fija en Minho, mirando como charlaba animadamente con un grupo de chicos- cuando elegimos el lugar de vacaciones me pareció debido investigar cosas como el clima, los mejores lugares de comida y uno que otro dato importante.

- Ah -Taemin no había más que decir, luego de lo que le dijo su hermana se sentía realmente ignorante.

- ¿Crees que deba?

- ¿Qué cosa? -miró a Jiseol saliendo del pequeño trance.

- Acercarme a ese chico, por supuesto.

- ¿Algo como ‘Hey, eres guapo y no dejo de mirarte, sé mi novio’? -levantó una ceja.

- Buen punto.

- Llegamos ayer, quedan muchos días más.

- ¿Y a mí qué?

- Que puedes encontrar a chicos más guapos, boba -explicó. No veía al castaño como un futuro cuñado o algo parecido.

- ¿Puedes? -repitió la pelinegra- Querrás decir podemos -Y ahí estaba otra vez, ese comentario que solo lograba hacerlo sonreír divertido.

- Creo que el hecho de que esté soltero te preocupa más a ti que a mí.

- No es eso -Jiseol le dio un pequeño empujón- cuando cumplí los dieciocho también sufrí algo parecido a ti, solo que dije Hey, soy joven y estoy soltera, ahí fue cuando tuve mi primer amor de verano.

- ¿Y por esa razón quieres que yo también tenga uno? -preguntó Taemin con una ceja alzada.

- Algo así, el punto es que ese fue uno de los mejores veranos de mi vida, me divertí como nunca y por eso creo que algo así te haría bien, señor Lee Aburrido Taemin.

- Vaya, gracias por el apodo -ironizó el nombrado.

- Hablo en serio, eres muy cuadrado por así decir, deberías hacer algo loco, aunque termines en un faje.

- ¡Jiss! –el rubio usó el tono de reproche, reprendiéndola avergonzado.

- ¿Qué? No hay nada malo en eso.

- Eres una mala influencia.

- Quizás, pero piensa lo que te digo, además mamá opina lo mismo.

- ¿Hablaste de esto con mamá? –preguntó incrédulo el ojiazul.

- Sí. Y ella cree lo mismo que yo.

- ¿Lo mismo?

- Ajá, incluso lo del faje -comentó divertida.

- Vale, ahora creo que ambas son una mala influencia para mí-bromeó.

 

 

 

Cuando el lugar comenzó a colorearse con diversas sombrillas y el olor a comida llegó hasta los hermanos dedujeron que ya era medio día. El móvil de Jiseol comenzó a sonar con la canción de algún grupo contemporáneo y luego de cogerlo se levantó alzando su brazo y moviéndolo de un lado a otro con la intención de hacer llegar hasta el lugar a la señora Lee, su madre.

La sonrisa de Taemin no dudó en aparecer cuando frente a su rostro apareció un pequeño canasto de paja que aseguraba traer comida dentro.

 

 

 

- Llevo bastante tiempo intentando comunicarme con ustedes –usó el tono de reproche mientras se sentaba en donde anteriormente estaba el rubio, que ahora se encontraba acomodando su toalla celeste en medio de las dos sillas- y tú, jovencito –la mujer miró a Taemin- te llamé un sinfín de veces.

- El móvil de Tae no sonó, soy testigo –defendió la hermana del rubio.

- Ah, eso. –el nombrado terminó de acomodarse sobre la toalla de playa y rió bajo con nerviosismo. Su móvil, el mismo que ayer había arrojado al agua, el mismo que probablemente ahora se encontraba lejos debido a alguna corriente marina. Ése móvil. Estaba claro que no iba a sonar- Ayer por la noche lancé mi celular al mar –confesó provocando un silencio en las dos mujeres, lo que lo hizo sentir incómodo. Pasó saliva mirando los gestos de la mujer mayor, que aún se encontraba procesando la información- ¿Má’?

- Te dije que haría algo loco, mamá.                      

- ¿Me castigarás?

- No. –contestó con simpleza luego de un suspiro, comenzando a sacar la comida del canasto- Admito que me ha tomado por sorpresa –mira al ojiazul y sonríe con comprensión- pero a decir verdad me alegra que lo hayas hecho.

 - ¿El qué? ¿Lanzar el celular al mar? –la miró incrédulo.

- No, eso no, eso está mal. Pero me tranquiliza que lo hayas desecho de esa pequeña caja de recuerdos, allí tenías cosas como fotos, mensajes y lo último que te quedaba para recordar a ese niño –explicó usando una voz despectiva al final- que por cierto nunca me agradó y te lo dije. Ahora que no estará ese estresante sonido de mensajes llegando a tu celular puedo asegurar que este viaje será mucho más atractivo para recordar –terminó con una sonrisa que relajó los músculos del rubio.

- De acuerdo, viaje atractivo, lo tengo –sonrió divertido abriendo ansioso una pequeña cajita de cartón que contenía una hamburguesa dentro. Nuevamente el chico volvió a tener ese sentimiento, ese de libertad, su vida sería un completo caos sin esas dos mujeres- ¿Dónde fuiste esta última hora? –cambió de tema, no quería volver a hablar acerca de su ex novio, no lo amaba, aquel chico solo le gustaba, probablemente mucho, era guapo y muy atento, aunque quizás esa atención era amabilidad falsa, pero él le había creído y eso le dolía, es por eso que también le molestaba la mención de alguien tan hipócrita, le molestaba siquiera que a su mente llegara la imagen de aquel infiel, además, si seguían con el tema sabía que su madre saldría con algo como “Nunca lo aprobé, por algo no era de mi agrado, aunque no me hiciste caso, debiste hacerlo, a eso se llama instinto de madre, saliste de mí, fueron nueve meses…”

 

 

 

 

El primero en volver al departamento fue Taemin, luego de almorzar en la playa su panorama se redujo a simplemente dormir, su plan principal de vacaciones era bañarse y aprender a nadar, pero debido a su espanto por las medusas no se sentía seguro en el mismo lugar que ellas, y por eso mismo era imposible que aprendiese a nadar.

Ya solo en el departamento el rubio quitó la última prenda de ropa de su cuerpo y entró a la ducha, necesitaba algo refrescante pasear por su cuerpo para poder pensar. Dos semanas antes de comenzar aquel viaje de verano se enteró que su novio de cuatro meses le era infiel con alguien más, dándose cuenta de eso con sus propios ojos y haciéndole sentir como un completo idiota. Estar en un nuevo lugar significaba divertirse y hacer cada una de las cosas que había pensado hacer por esos dos meses, pero la principal ya estaba tachada mentalmente.

Salió del baño en dirección a la habitación de Jiseol, con nueva ropa y una pequeña toalla rodeando sus hombros, si sus antiguos planes se habían ido por la tubería entonces haría nuevos. Tomó el portátil de su hermana y volvió a su habitación, haría lo mismo que la pelinegra, buscaría las mejores cosas de ese lugar e iría a ellas, estaba decidido.

 

 

Cuando las mujeres Lee llegaron al departamento la menor se dirigió a la habitación del rubio, encontrándolo tirado de estómago sobre la cama, con la laptop rosa prendida, una pequeña libreta abierta y completamente dormido. Con curiosidad tomó en sus manos la libreta de tapa plateada, leyendo sonriente las cortas líneas escritas en tinta negra.

Ella se encargaría de que cada una de las cosas que su hermano quería fueran cumplidas, incluyendo aquella tachada que decía Nadar (estúpidas mantarrayas) porque ella había conocido a un grupo de instructores de buceo esa misma tarde, y si el pequeño amargado que tenía por hermano no hubiera estado dormido se los habría presentado, de todos modos sabía que con un poco de convencimiento el menor aceptaría. Sin poder evitarlo coge el lápiz que descansaba en las teclas de la laptop y escribe una última línea.

 

 

Encontrar a alguien, ser feliz.

 

 

Notas finales:

¡Hey!

¿Qué tal están?

Gracias a quienes leyeron, si les gustó el capítulo pueden hacérmelo saber a través de un review para continuar con la historia, tengan una tarde hermosa.

¡Y ánimos a quienes ya entraron a clases!

Besos<3


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).