Otra vez, otra vez esta mirándome
-Hey Max-bramo en voz chillona que caracteriza a mi amigo Tobias -¿que haces parado en medio de pasillo? te dejaran sin campo en la cafetería y con tu tamaño las cocineras pasaran de ti felices de haber terminado - se burlo rememorando un momento determinado que sucedió en la primaria, aunque ahora no soy una figura atlética digna de admirar y ser elogiado por las chicas, tampoco soy un enano y con los años he adquirido estatura.
-No exagere que mi enanez se ha dignado a mantenerse parte de la infancia- voltee en busca de quien no se avergüenza de mirarme en cuanto la oportunidad se le da pero este ya no esta en como lo descubrí: recargado en una pared
-Bueno vamos que la historia ahueco mas mi hambre- dijo y yo concorde, la jornada seria insoportable con el estomago vacío. Yo no soy el tipo de chico conocido por todos pero tampoco soy el marginado ni el antisocial -aunque mis relaciones se reduzcan a un mínimo demasiado deplorable- solo soy max un adolescente acostumbrándose a los cambios de la pubertad, como cualquier otro cursando el tercer año de secundaria. Si, de especial no tenia ni el nombre, con notas pasables y como cualquier otro estaba enamorado.
-Roxan y Max apoco no suena como una pareja de ensueño- Tobias a su lado devoraba su almuerzo, rodó los ojos indignado. Roxan era la típica chica popular extrovertida que de sensible se mostraba solo cuando la uña se le quebraba. No temía romper unos cuantos corazones de sus admiradores, podría ser muy bella con el cabello semejante a seda brillante como oro, ojos llenos de un azul intenso, rostro ovalado y labios tan rojos y provocativos por el labial con un cuerpo bien esculpido pero los sentimientos era lo mas oscuro en ella, aunque su belleza era suficiente para contrarrestar su sentir y mas de un tonto cayo ante su encanto siendo su amigo Max uno de tantos. Tobias no clasificaba a max de feo pero tampoco lucia como un príncipe.
-No se que le ves a la señorita barbie -
-Es tan hermosa- suspiro viéndola charlar desde lejos con sus amigas. Tobias odiaba verlo enamorado por ello, pues sabia que tarde o temprano lo que reflejaría esa mirada serian lagrimas que no merecía la pena regar y por eso no tenia reparos ni mucho menos inconvenientes para hacérselo saber ¿que para prevenir no estaban los amigos?.
-Alguien que ni siquiera ha dado su primer beso no puede siquiera soñar a salir con expertas. ¿Crees que te darían lanze siquiera?- Desperté de admiración para voltear enfadado.
-Te equivocas ¡si que he besado!- Tobias enarco la ceja
-¿Así? menciona a una afortunada- reto.
"afortunado díria"
. En realidad fue robado y nada voluntario. Habia recibido para San Valentin una carta de declaración con una buena escritura considerando el grado y los garabato que trazaba y descaradamente llamaba letra. En la carta no aclaraba el remitente pero me convocaba a cierta hora en la azotea, de la escuela. Convencido -y lo que normalmente sucedería- de que se trataba de una niña acudí contento repitiendo mas que nada el agradecimiento por el chocolate, sin embargo el único presente en la azotea era un niño del cual nunca repare hasta ese momento sin sospechar nada me acerque a el preguntando si una niña había estado merodeando por los alrededores.
-Max recibiste mi carta. Creí que no vendrías - confundido negué. Yo esperaba una niña. -Max fui yo quien te envió la carta... yo me enamore de ti - eso en mi mente inocente no podía ser, sin claridad en los conceptos "amistad" "compañerismo" o "desconocidos" a todo aquel que inesperado o esperado le saludaba ya era un amigo y por eso conteste.
-los amigos son amigos y solo las niñas pueden enamorarse de niños-
-¿por qué no se puede?- recuerdo lo intimidante que de pronto su postura adquirió y el tono desafiante con el cual me hizo retroceder asustado y no era para menos: ese chico era mayor que yo, me doblaba en altura fuerza años... creo que luego averigüe en rumores que era un peligro andante , no temía recurrir a la violencia si se le negaba algo y el en un solo golpe era capaz de mandarme a ver estrellas.
-¿Cuál es la diferencia?- no sabia que decirle para mi mala suerte, choque con la pared totalmente encerrado con un compañero al cual desconocía nombre - ¿Acaso no besas a las chicas por los labios? yo puedo hacerlo- se acerco y unió nuestros labios. Yo estaba muy conmocionado y no podía ordenar lo que estuviera pasando por mi cabeza....y así estuve aprisionado a lo largo del receso, el disfrutando conmigo para cuando reaccione a la alarma lo empuje para correr al baño intentando de borrar sus asquerosos besos robados, hasta sentía su saliva en su cuello, pero la verdad no recuerdo mucho y es que luego pasaron tanta cosas, pero este recuerdo me parece un cabo de soga cortada de los demás, no se con exactitud donde ubicarlo en mi infancia y tampoco lo que vino después aparte de ser un perchon irreconocible lo que invoco cuando trato de distinguir su cara. En pocas palabras parece ser un sueño pero ¿por qué lo aguardaría tan bien?
-Es lo que creí tu silencio confirma mis sospecha no has besado a nadie - rió. Preferí que lo creyera así, es humillante el solo hecho de saber la forma en que di el primer eso agregándole el hecho de que fue un hombre.
-No importa- me levante para llegar a mi próxima lección, igual de pesada que historia pero listo para afrontarla con el apetito saciado -Me adelantare, ya conoce a Storm
-Si vuelve a llegar tarde a clases responda ante la puerta- sonreí ante su imitación y me dispuse a marchar
-Nos vemos a la salida- y sin respuesta me aleje. Las personas chocaban de vez en cuando conmigo apesar de ser una preparatoria grande pues contenía hospedaje para el estudiante con dificultad para trasladarse, lo cual cubría muy bien mi caso, porque al vecindario que llamo hogar esta rodeado de arboles.
Llegue al salón prácticamente vacío , o eso creía hasta que observándolo avanzando hacia mi puesto precindi en "él" , quien levanto su cabeza reparando en mi presencia, desvié de u mirada intensa la mía. ¿Cual es su problema? Tal vez estoy siendo descortés y deba saludarlo. En cuanto me decidí hablarle el ya no estaba. ¿Que le pasa? me pregunte depositando el bolso en el suelo y los libros en el pupitre. Su silencio me perturba y ¿A quien no? en un mundo acostumbrado a recibir maldades -hablo en son de testigo- un escaneo puede significar el acecho de un depredador a su presa, pero soy un candidato carente de posesiones para un robo lo único de valor entre mis manos es el collar de plata de Hannah, y peor aun seria un secuestro mi familia apenas se sustenta cada día y no podrá extorsionarlos con mi vida pues nada aguardan para ofrecer a cambio. ¿Debería alertar un acoso visual? Si, claro "Buenos días señor director. He disfrutado mi estancia en este tranquilo colegio y seria mas provechoso si un par de ojos no me siguieran todo el tiempo y bueno quería alertar por si, no se pasa algo escandaloso y así tener un sospechoso ¡Ah! y si ve al hijo de Osama Big Laden le manda mis saludos" Reí ante mi ocurrencia y la paranoia alrededor de ese muchacho que probablemente tan solo es observador en su nuevo colegio, pues no hace mucho fue transferido lo cual resulta extraño en esta poca del año pero tampoco me importa. Abrí mi libro para repasar en el momento justo que la alarma aviso la entrada a clase del medio día.
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Agotador, así definiría mi día, el consuelo que me daba fuerzas para arrastrar los pies fuera de la institución; es que hoy es viernes, lo cual significa libertad. Noche de aventura para unos o simplemente una noche para compartir y divertirse entre amigos. Aguarde en el casillero los libros para reunirme con Tobias, para ver la triologia el Señor de los anillos lo que equivale a 11 hora despierto. Emocionado me dirigí ala salida. El colegio es un interno por eso presentaba con complementos elaborados y un territorio de no se cuantos metros cuadrados. Tobias es mi mejor amigo -y el único- pues venimos del mismo lugar pronto desde niños desarrollamos una fuerte amistad, reforzada por el infortunio y nuestras similitudes y aunque estamos en diferentes salón nunca desaprovechamos la oportunidad de juntarnos. No soy de socializar mucho así que aun conservo un amigo que en realidad hace el trabajo de diez , no necesito mas de lo que requiero, Hannah me demostró que pasa si confió demasiado. Me acerque a Tobias siempre vestido de manera extrovertida, sin esforzarse por combinar lo que se pone y por eso es fácil reconocerlo a varios kilómetros.
-Tobias- llame - ¿Listo para una noche en vela? - salude chocando puños - Acordamos que seria en mi habitación porque me ganaste en el uno* tramposa mente - saque la lengua - escondiendo las cartas debajo de la mesa ¡quien no gana! - reproche a modo infantil. Espere que alegara su jugada limpia pero que yo era mal perdedor principiante pero estaba visiblemente incomodo.
-Claro Max pero antes....- y por fin repare en la persona a su costado. En cuanto lo mire me quede sorprendido y basta decir que avergonzado hasta la ultima punta de mi cabello. No soy de mostrar muchas faceta y la que mostré es caprichosa. "él"
- Max te presento a Irán, quien me ayudo con unos tipos que no les debo caer muy bien. Irán el es Max-
Es mas alto que yo y eso me molestaba " él me molesta"
Era el culpable de robarme la paz pues a cada instante sentía sus potentes ojos negros, analizando cada movimiento, esperando algo y en su pasatiempo inofensivo robaba la tranquilidad del día, digo debe de existir una ley que respalde mi bienestar, y ahora podia observarme mejor solo porque salvo ami amigo de no-sé-qué. Una escusa, solo una escusa de este sujeto que ya me da escalofrío porque hasta lo hermoso mantiene oculto en su envoltura un propósito oculto, ya ven, la manzana de Adam y Eva muy apetitosa para atraer con su encanto. Y el podía se muy guapo con su extrema palidez y cabellos rebeldes pero su inexpresividad le otorgaba el aspecto de un cruel delincuente que no le teme a nada ni a nadie y cerca de personas así hay que considerar la distancia en protección pues son imparables y capases de realizar el plan mas descabellado de su alma, sin importar las consecuencias porque poco le temen al error. No, yo no quiero terminar como hannah. Debo alejarme solo así... solo así estaré bien.
-....Y bueno aquí estamos le debo el pellejo a Irán - Tobias contó su gran fuga o lo que haya pasado, lo bueno de convivir con una sola persona tanto tiempo es que lo conoces lo suficiente para saber como actuar cuando no has escuchado palabra de su relato alterado a su conveniencia y es que bueno quien va a vanagloriarse de la paliza que te regalan, porque eso fue una lluvia de golpes de un solo lado ¿evidencia? su ojo morado y su labio partido.
-Ah....si- Tobias sonrió, la típica sonrisa satisfecha. Al menos salio ileso, a veces era peor, que la enfermería le nombraba su segundo hogar. No tiene reparos en meterse en problemas preocuparme por él es absurdo, pues no me oye.
-¡Que bien! creí que te encapricharías en negativas por compartir la sagrada trilogía del señor de los anillos- ¿compartir? me preocuparía por lo que sin saber -yo y mis cavilaciones profundas- había aceptado pero en ese momento, los ojos semejantes a carbón estaban tan atentos a mis reacciones que su vigilancia cercana me entumecía de terror. Irritante, él es irritante. Y entre le agradezca con rapidez y cortesía se marchara. ¡Vamos Max! debemos de hacerlo ¡ por la trilogía del señor de los anillos!.
-Muchas gracias por proteger a mi amigo-mantuve la atención en mis zapatos- De verdad que entre un tornado y él, el desastre de Tobias es incomparable pero es tarde así que.....
-¡Buena idea! Irán puedes ir a traer tus cosas, ya que es muy largo para corta noche, por lo que dormirás en mi habitación siempre estés de acuerdo o puedes irte en cuanto gustes. Max y yo acomodaremos así que llegas en cuanto listo estés. - ¡Qué! ¿va a estar con nosotros? antes de proferir protesta a mi amigo -al cual imagino muerto en el piso mientras veo tranquilamente la película- me arrastro- apesar de estar herido- lejos.
Cruzamos el instituto al cual ya le cerraban las puertas para entrar a un edificio al costado de este pero alejado lo suficiente, al cual los años de vejez trasmitía a través de la resquebrajada pintura que alguna vez -en la que posiblemente no existía- había lucido su esplendor y viveza, sin la arte que la vagabunderia, inspiraba a sus fieles clientes que se exaltaban realizando verdaderas obras de arte dignas de un talento reconocido y contenido en un solo sitio sin aprovecharlo, mientras otros hacían de las suyas: dibujos obscenos o dedicatorias ofensivas a una persona pero definitivamente el que llamaba mi atención era la A. Anarquista y por eso mismo, la libertad -la poca que en realidad disfruto- que me robaba ese tipo eran cadenas que no permitiré que me intranquilicen y por eso voy a alejarme de él. Es molesto. Todas las cosas aquí parecían en deterioro, el ascensor por ejemplo, desde que ingrese a estado fuera de funcionamiento y tampoco colaboran con ingresos para ponerlo en marcha por lo que subir escaleras era ejercicio matutino, un verdadero martirio cuando cuarto es el ultimo y el día ha depositado su inclemencia en ti. Aunque cuando llegamos arriba, el cansancio que arremete contra mi mal condición física era nulo ya que planear una muerte realmente te hace poderoso.
-No dejare entrar a ese tipo- refunfuñe y con toda la razón. Que un acosador entre a tu habitación significa solo una cosa: perdición.
-¡Vamos Max! no es el tipo que se burla por los singulares gustos de las personas así que tus posters de My Litte Pony están a salvo. - Le metí un codazo. Arrepintiéndome de revelar mi pasión por tan infantil serie, aunque una parte de mi interior reconoce que un verdadero amigo sabe hasta lo mínimo. Si no, solo es compañía ocasional.
- ya te dije que son para machos- me defendí - Ademas secreto de dos secreto de Dios, secreto de tres, secreto no es. Y el gato negro es menos de fiar.- Saque la llave plateada de mi bolso para seguir sacando argumentos en su contra sin rebelar mi verdadero motivo -¿No has visto su aspecto?- tire.
-No- rió escandalosamente entrando al cuarto, hermano por igualdad a los demás del complejo edificio. ¿ Que dije para provocar risas? . - pero veo que tu si te fijaste muy embobado en su aspecto, pequeño gay. - me sonroje antes de negar su malinterpretación. Aveces es increíble lo ilimitado que llega a ser la estupidez. -Ya decía yo que ese desorden femenino que mostraste por los Ponys no era sino el principio de algo- y volvió a reír con la misma intensidad que crecía en mi por darle un golpe , para ver si al caso regresaba a su debido lugar: si es que existe.
-No digas tonterías, yo no soy...- y choque en mi furia con un objeto en mi espalda: algo que debí olvidar haber puesto ahí, pues era duro como una torre de cemento que por su fríes el sol no le llegaba. Voltee para descubrir singular objeto pero no fueron las características materiales que supuse, y la sorpresa me entro al mismo paso que el desagrado barría la impresión <>
-Irán pasa pasa justo ahora íbamos a acomodar- <> - Amenos que Max tenga un inconveniente - Me esta retando a sacarlo ya que su presencia no es grata, y odio como parece conocerme lo suficiente.
-Si hay uno- declare - ¿Como nos acomodaremos? - El cuarto apenas tenia lo esencial; una cama, un escritorio y el televisor que pase de contrabando por la inspección del primer piso, con el riesgo de que la confiscaran por introducir objeto prohibidos y nada educativos. Acompañado de un cuarto extra donde venia un servicio y un baño, la cocina era innecesaria la cafetería mantenía nuestro apetito.
- Donde cabe uno, caben dos y donde caben dos ¡estrujados caben tres! Ya veras que no la apañaremos muy bien.- Lo dudo. Cuando era solo Tobias y yo sin un sin vida de por medio, ambos nos arropábamos bajo las mantas ¿porque iba a ser extraño? , Ambos somos hombres y buenos amigos, nada para alterarse . Y pronto verme envuelto con un extraño me pone los pelos de punta. Estaría sin ninguna distancia de seguridad acostado en la misma cama que mi acosador. Ademas la habitación es pequeña por lo que su contenido debía ser mas pequeño y mi cama no es matrimonial, esta construida para aguantar a una persona como mucho dos. Tres es abuso pero no dije nada. En cambio como oportunidad para salir de ahí iba a ofrecerme a comprar bocadillos que incluía solamente chatarra pero Tobias se adelanto. Gritando que no tardaría desapareció por el umbral antes de proponerla ir junto.
Incomodo. ¿Que debo hacer ahora? ¡es su invitado no el mio!. Voltee a encararlo y tal como la incomodes prevenía, el no quita la vista de mi. Debería decirme cual problema motivo, porque siempre que lo descubro su vergüenza es ficticia y en vez de apartar recibo una intensidad implacable, como si sus ojos trasmitieran un reto "Te estoy mirando a ti, ¿y? ¿que harás?". Falsa cortesía, une amigos y también enemigos
-.Es una pequeña habitación pero siéntete en casa- me moví inquieto degradando con ofensas la pequeñez de la estancia, sin salida para escapar de el y su mirada indecente- No se de donde eres y por eso tal vez la simpleza te parezca pobreza extrema pero aquí habito es mas cómodo que cualquier puente y al volver cansado esta simpleza se vuelve en tu hogar y....- ¿Qué estoy diciendo? ¿Por qué estoy contado esto?, tampoco sabia que decir: parezco un tonto frente a publico imperturbable que ante una actuación ridícula el tomate a lanzar queda corto. Quizá no le caiga bien y planee una venganza en mi contra ¿le habré hecho algo de lo cual la memoria no aguarde registro ?. La amabilidad es para hipócritas y el único desenlace que puedo ver es mantener una obligación por Tobias . Su colaboración agrede mi paciencia, si valora a Tobias - por algo le habrá ayudado- debe prestar amabilidad.
-Vives en un invierno de silencio- Si fue una pregunta... sonó a afirmación. Esa fue la gota que derramo el vaso. Alce la vista con una ferocidad que enfrentaba su negrura. El enojo se apodero de mi y me acerque lo suficiente para que su aliento chocara en mi cara.
-No finjas conocerme porque me eres indiferente. Con observarme ¡Aja! se que me sigues todo el día, si tienes alguno disturbio conmigo dímelo a la cara, le resto importancia a tus pensamientos pero ser haragán y arrogante como para afirmar cosas de un desconocido es confianza ciega y odio a los ciegos que creen ver.-
La furia aumento en su desinterés. No trato de de justificar nada ni tampoco disculparse. Siguió mirándome... calculando en cuanta precisión disponer en el zapato... para destripar a la cucaracha. Así le sentía.
-Deja de mirarme- rogué en la calma de mi irracional furia pero luego la llama volvió a cobrar vigor. No soy quien debería bajar la cabeza y estar apenado. Es él.
- Un hogar a distancia esta latente en quien se conforta en sus puertas y pierde de vista en el calor, las lagrimas. La fortaleza es creer que aun esta aquí por medio de los dueños que acunaron mi infancia sus pertenencia es su esencia. Es mi hogar el cual resides, y el silencio nuestra unión. Márchate - finalice.
La obscuridad escalo para imponer sus tinieblas. Voy a matar a Tobias con una buena dosis de hierbas venenosas en un liquido. Me molesta y no soporto a este gato negro. Que piense lo que su imaginación le conceda pero no le estimo. Busque lo cables del blu ray, pronto empece a conectarlos en la televisión, con la opresión de querer comprobar el seguimiento de mi orden o su testarudez de quedarse. Prendí el televisión el cual cayo en el ultimo canal consultado al cual no relaciono programa entretenido. Cuando Tobias entre deberé de inventar la ausencia de su invitado. Tal vez algo como : dijo que ya volvería. Lo llamaron por una emergencia. O simplemente...lo saque con una sola palabra en la cara. ¿Se enojara? , no lo creo pero probablemente me pida la mejor cara para disculparme, y eso es mucho. Me ofendió ademas...
-Eres calidez que embriaga mi invierno- sigue aquí. Y sus palabras tomaron compresión en el sonrojo.
-Me llamo Irán, mucho gusto en conocerte-
Lo tomaría bien si la impresión fuera a color pero en la seriedad es difícil distinguir la razón y el propósito al cual se comulgo ¿Qué pretende? ¿empezar de cero? ¿con alguien que dejo claridad la diferencia de empatia ? ¿debo darle oportunidad?. Tal vez sea porque soy muy apático pero sus palabras no me las creo. No sera mi amigo, ni siquiera un compañero pero un desconocido puede tomar cualquier titulo cuando le de el permiso de reconocerme. Me molesta pero Tobias le debe gratitud eso me incluye así que no tengo opción.
-Soy Max. No hace falta tanta formalidad. Solo por esta vez te hablare así que no te esfuerzas por ganarte lo que tienes perdido. Tu simpatía fingida es tan mala como la mía- debo decir esas palabras ¿ no es cierto?. Suspire.
- Gusto en conocerte-
Extendió la mano hacia mi. Cubierta en un guante apenas pude delinear su contraste, deduciendo por este, su hermosura y su grandeza, el tipo de mano con dedos finos aunque no los vea propiamente le adivino, y las relaciono con las de un pianista debe ser pálida, como el resto de su cuerpo, y la dureza contrarresta la sensibilidad del tacto siendo áspera.. Quiero tocarlo sin el guante. Quiero que me...
¿Que estoy pensando?
¿debo tomarlo? en un inicio esto es correcto, ¿esta bien que lo haga?.
Desconfiado, entrelace en fuerte apretón de manos la suya. Su grandeza abrigo en un pañuelo de hielo mi mano y aunque en su totalidad era cubierta pude clasificar su temperatura baja. Calzan a la perfección...esto...
Mi pulso se acelero a niveles inimaginables, escuche el palpitar constante en mi oídos. Es como si fuesen dos piezas de la misma vasija , busque en el asombro en que yacía perdido, en él. La magia el palpitar se esfumo en el segundo en que danzo....
Él sonreía pero no había nada agradable en su sonrisa. Intente apartarme exaltado, él afianzo su agarre.
- el placer es mio-
La provocación en cada palabra destilaba una burla malsana de la cual quería apartar intención que concedí. Se inclino un poco reteniendo mi mano en alto y la beso. Comparando la acción en otro escenario era bien vista y muy fuera de lugar por su exagerada formalidad pero esto no es apropiado, porque soy un hombre y yo precisamente sin palabras para objetar, interpreto el papel de la chica.
-¿qué ...?-
Logre articular en cuanto la frescura de mi mano se vio envuelta en su lengua. Lamio lascivamente, sin indagar el irrespetuoso y extraña impresión impregnada por su rudeza. La fríes me invadió y no supe identificar si el origen provenía de su saliva o la impertinencia de sus ojos fijamente en mis reacciones.
-¿ ...Qué haces...? -
Cerro los ojos para devorar, con suavidad y lentitud toda la zona del dorso de mi mano. Sus labios no pararon de moverse, extendiéndose, toda su lengua paseaba sin escrúpulos. En cuanto retrocedí violentamente para quitarlo....chille.
Comprendí entonces.. que me había mordido. Firme y rotundo como el agarre de un perro dispuesto a todo por imponerse ante su enemigo y dejarle amablemente un regalito , para que conservara un presente de su encuentro, y como una victima adaptándose a los múltiples estrategias de su atacante, recurrí al instinto por alejarme, y bien esta no incluía ser un poste y esperar, esta tenia entre sus pliegues de sobrevivencia: la violencia.
-¡Suéltame! - Despoje mi brazo libre en su cabeza regando coscorrones amortiguados en su cabello. Teniendo en cuenta la opinión de Tobias, que decía que mis golpes no le dolían ni a una mosca que parecían mas caricias y aterrado porque lo malinterpretara derroque mi esfuerzo, aguardando cada reclamo y dolor. Hasta que..
Me soltó.
-Max no había de los paquetes que te gustan y eso que pasee mil veces por los pasillos ¡hasta creyeron que robaría! porque en un par de vueltas me percate que un chino me perseguía eso... max ¿qué tienes? ¿paso algo?-
Su preocupación recayó en la agitada escena colaborada mas que todo por mi. Me aleje cuanto pude de él, al punto de fortalecer la pared en mi refugio, pegado a esta. Limpie rápidamente en la ropa la saliva, y la oculte ya que era evidente la zona que adquirió color y las marcas de dientes como único responsable.
"Tu amigo, Tobias, me mordió, pero nada más"
-No pasa nada- las bolsas de compras las deposita en la cama -No hubieses tardado tanto por un capricho hubieras traído cualquier cosa, menos chocolate lo sabes- reproche ocultando en la familiaridad, el reclamo ante su tardanza.
Normal, actuare igual que siempre. No sucedió nada. Del gusto de verme nervioso le privare. Me acerque a las compras volteándolas en la cama. En su mayoría eran chatarra, que siempre combinábamos en una taza para compartir. Procure no dejar caer ninguno fuera de la taza verde con un tamaño lo suficientemente grande para vaciarlas. Tobias inserto el disco, de la noche esperada y que ahora solo quería su final. Empezó la película y aunque Tobias insistió en que yo ocupara la cama, negué exponiendo la mentira en mi disgusto por mandar a mis invitados al suelo. Ahora nada le haría mas feliz a mi espalda y trasero. Es imposible perderse en su totalidad en la drama, que aunque me se, me gusta repetir emociones que se olvidan , porque el lugar lo impermite: mi espalda se apoya de la madera en el limite de la cama pero en realidad no puedo arrecostarme del todo porque hay dos o tres clavos que pinchan en mi intento.
Las provisiones se acaban antes de alcanzar la mitad de la primera película. <>. El "invitado" apenas si probo. Lo se por el sonido crujiente desasiéndose en mordiscos, y los de Tobias son muy inquietos.
Todo trascurrió con tranquilidad y el silencio era ocupado por las voces de lo personajes, quienes subían el tono por la constante huida o pelea o, hablaban bajo por lo que subíamos y bajábamos el volumen en partes no acertadas y por eso era una lucha. Apesar de conocer el final, la impresión no cambia: la apreciación de las películas favoritas causan estragos aunque las veas consecutivamente veces, podrás aprenderte los diálogos pero la emoción esta intacta. Quedando en una mueca extraña comprendí que luego de largas horas en medio de la segunda película pusieron pausa.
-¡Vamos Max! sube a la cama es tuya y has pasado lo suficiente en el piso. Cambiemos. -
NO ACEPTES, NO ACEPTES
- No sabias que esta es la mejor posición - con la espalda chocando en el suelo, siendo el borde de la cama la suspensión y sostén de sus piernas, manteniendo mi cabeza hacia el frente, no mirando al techo, forzándola hacia atrás: viendo al revés cada escena, estaba desde un buen rato. ( N.A ¿me explique?)
-¡no seas payaso!. Tomare tu lugar-
Iba a refutar pero no encontré apoyo para mentir en lo cómodo que me hallaba y siendo honesto no creía poder mas. Cediendo sin remordimiento el trono un mareo me acompaño hasta la cama, debo confesar que buscaba, en mi terquedad de estar en el suelo, la oportunidad en que mi queridisimo invitado se ofreciera un cambio de lugares pero eso no paso, y no pasaría en lo que restaba de velada. Ese prefirió resguardarse en la suavidad y calidez de MI cama mientras yo me entumía en la humedad de la cerámica que robaba el poco de calor que lograba acumular.
Podre resistir. Con ese pensamiento fundado de quien sabe donde: me senté en la punta de la cama con una distancia considerable e incluso exagerada y eso es lo que quería lograr, mostrarle cuan desagradable me resulta compartir con el, que tenia un virus de cual contagiarme era indiscutible. Punto.
Y por cierto mi mano aun arde.
Llego ami parte favorita, y reí mas abstraído que nunca. Perdido en el contraste y drama de la película . Olvidado todo siempre es lo mejor. Olvidar los tormentos, escolares y las preocupaciones absurdas que tejemos sin consideración alrededor de nuestro cuello.
En mi entretenimiento desprendí la arena de tiempo, sin sentirlo y tal vez por mi ensimismamiento actué impropio a mis intereses tomando confianza para acercarme, chocando hombro con hombro, y me percate del peso adicional de una mano encima de la mía, la cual me sostenía en la cama ¿Sabrá lo que hace?, quizá estaba igual de abstraído e ignoro a donde fue a caer su mano enguantada. Dudo que fuese al propio, esta muy entretenido en la pantalla: o es muy buen actor, o realmente le gusto la trilogía. Lentamente la fui retirando ya que, una mano dañada es suficiente por hoy y quisiese conservar la otra sana cuestión de evitar interrogantes. La deslice evitando la brusquedad y así la evidencia del movimiento, la presión, ocasionando un semi- hundimiento en la cama, me advirtió la conciencia de una acción voluntariosa, aun él, sin apartar su distracción de la pantalla me impidió escapar, iba a gritarle que dejara su actitud rara y que se fuese al demonio pero su dedo pulgar me acaricio, como un soplo tranquilo y relajado de primavera. Tan motivador que entre en sumisión, después de todo Tobias se alertaría y sus bromas dejarían mis días a la intemperie de sus insinuaciones descabelladas así que dejándolo, en un acceso a mis barreras le deje cerca pensando solo en el misterio de mi comportamiento, como el del acompañante que yacía a mi lado. Y en todas aquellas cosas que cambiarían a partir del presentimiento malsano y tentador de esa mano encima de la mía, otorgándome un calorcito en mi corazón apesar de su frialdad...