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Elephant Gun por Lady_yuu

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Notas del capitulo:

Y traemos el final.

 

Parte 3

El barco llegó a Malta alrededor de las ocho de la noche. El padre de Radamanthys corrió al primer teléfono que encontró para seguir con los trámites y maldecir a quien insistiera en llamar a la policía.

- No quiero los restos de mi hijo flotando en el mar- le dijo por quinta vez a un primo que seguía con la idea de advertir a la policía.

Lord Walden sabía cómo hacer las cosas. Además no quería un escándalo.  Los Walden no serían la burla de Reino Unido. No iba a permitir que su hijo sufriera más de lo que debía sufrir con esos  mal vivientes. No quería la noticia en los medios, y a las demás familia señalándolos. Causar lastimas y desgracias no era costumbre de los Walden. Y al igual que el Wyvern que adornaba su escudo familiar, seguirían de piel. Extendiendo sus alas y quemando su alrededor para abrirse paso y sobrevivir. Cuando Radamanthys regresará no tendría por qué pasar los estragos de una entrevista para la Interpol o medios de comunicación. Muchos menos querían ver a Chris en ese estado crítico que la regresó a su trauma con la voz. Sí había algo que le enorgullecía a Lord Walden, era mantener limpio el buen nombre de su familia ancestral, como la Edad Media.

 Los bancos en Suiza ya habían cerrado. No pudo hacer nada durante el día. Para mañana debía estar todo terminado y entregado el dinero. Su secretario estaba sobornando a mucho personal de los bancos para que la información de la transacción no saliera de ahí. Comprar el mundo era fácil para los Walden, rescatarlo no mulco.  

El embustero marinero le dio dos días. Miserables piratas que creen que todo se soluciona con dinero. Chris seguía en shok. Su madre intentó por todos los medios le regresara el habla, pero sólo el primo prodigio lo conseguiría.

- ¿A quién le importan las alhajas Úrsula? - recriminó el padre de ésta- Tu primo puede morir en cualquier momento. Has el favor de no decir cuánto dinero has perdido.

- Ya sé que todo gira alrededor de Radamanthys, siempre ha sido así… me pregunto qué hubiera pasado si me llevan a mí o a Chris. ¿Harían lo mismo?

- Por cualquiera de la familia- gritó la madre de Radamanthys- Úrsula, has el favor de callarte  y dejar de decir idioteces. Lo mejor será descansar por un momento. Mañana a primera hora, ese dinero será entregado y mi hijo regresará.

Chris era la única que no se novia, su mirada estaba sobre sus zapatos azules. Por su mente pasaban escenas del pasado, del futuro. ¿Y si no volvía su primo? Pequeñas lágrimas se desplazaban por su carita inocente. ¡Maldita fiesta de cumpleaños!

Al amanecer, en el momento que el reloj marcó las ocho de la mañana, Lord Walden estaba marcando a los bancos suizos donde se albergaba parte de la fortuna Walden. Hizo movimientos en compañía de su secretario que estaba en otra línea telefónica desde Londres. Mientras su hermano realizaba otras transacciones para obtener sin sospechas la cantidad solicitada. Finalmente a las once de la mañana, el secretario de Lord Walden compraba un boleto a Grecia.

Con la frente sudorosa y las manos temblorosas, Lord Walden espero que su hijo apareciera por la puerta del hotel donde se hospedaron. No se pensaban mover de Malta hasta que todos juntos volarán a Londres.

t1;t0;

- ¿Te has acostumbrado a esta vida por qué crees que es la que mereces?- preguntó Radamanthys cuando Kanon entró. Regresó de dar órdenes Krishna de dirigir el barco hacia Malta.

Sí todo estaba saliendo como lo planeó, en cualquier momento llamarían de Grecia confirmando el pago por el rescate y tendrían que dejar a Radamanthys en Malta. De acuerdo a las órdenes del Director Julián Solo.

- No es bueno acostumbrarse a nada- le respondió mientras se quitaba la camisa- porque es malo tener costumbres, cuando desaparecen las extrañas y entra la depresión. El desapego es la mejor forma de vivir.

-Que filósofo, griego finalmente- como respuesta, Kanon le arrojó su camisa sucia que enseguida el rubio tiró al suelor13; ¿has reconsiderado mi propuesta?

- ¿Por qué quieres que vaya contigo? ¿Te gusta cómo te lo hago? ¿Me quieres de amante? Porque sabes, soy bastante exigente como amante.

- Ya te dije que te daré un trabajo

- ¿Complacerte todas las noches?

- Sabes, estoy comprometido. Y por cierto, ya no podré recuperare el anillo que me regalo en mi cumpleaños porque se fue al mercado negro.

- No soy celoso. Y te aseguro que a tu novia no le caeré nada bien. Mírame, soy el tipo que vez por la noche caminar hacia ti y llamas a la policía enseguida.

- Hablo en serio; ven conmigo a Londres. Tus compañeros pueden venir contigo, si eso es lo que te impide venir. Les daré trabajo a todos, les ayudaré con trámites migratorios.

-  Tanto poder tienen los Walden… ¿Por qué la caridad? Te secuestre y tuve sexo contigo, extorsioné a tu familia y me quieres llevar contigo… algo no tiene sentido. A menos que ya tengas el síndrome ese raro que les da a los secuestrados.

- Te daré el doble de lo que te da Solo- argumentó Radamanthys que seguía bajo las sabanas. Ignoró el comentario, porque tenía razón no tenía sentido lo que hacía.

- El doble y cogerte cuando quiera. Me gustas y es en serio. Y no parece disgustarte.

- Admito que la experiencia es buena, pero las cosas cambiarían un poco en Londres- Kanon pasó sus dedos delgados por el cabello amarillo y sedoso. Miró sus ojos ámbar- si acepto tus condiciones, vendrás.

- Convénceme…  sé que me quieres utilizar para joderte a Solo y a mí me divierte mucho esta situación. Hagámoslo por última vez antes de que lleguemos a Malta- desabotonó el pantalón, bajó el cierre con prisa y acercó su carne dura al rostro del inglés- convénceme- repitió.

t0;t1;

El secretario del Lord Walden llegó con el dinero en una maleta a un restaurante  de nombre que no podía pronunciar. Se sentó en la tercera mesa. Una rubia con cara de muñeca soñadora se sentó frente a él. Llevaba un vestido azul con flores, zapatillas verdes y unos bonitos aretes de oro. Saludó como si conociera de toda la vida al secretario de nombre Queen. De acuerdo con las indicaciones de su jefe, alguien llegaría a la mesa y tomaría la maleta. La jovencita parecía tener las características de la persona que aparecería. Hablaba en inglés fluido y con acento nórdico. Sobre el clima, la comida y lo tarde que estaba de tomar el vuelo a Dinamarca. Queen asintió. La muchacha se despidió y tomó la maleta. Justo cuando le dio un beso en la mejilla susurró: “espera aquí diez minutos, después lárgate”

Paralizado se quedó más de diez minutos en la mesa. La camarera se llevó las tazas de café y le dijo que el servicio corría por cuenta de la casa. Con dedos temblorosos, envió un mensaje a su jefe para notificar que el dinero había sido entregado a una mujer danesa. Deseaba que Radamanthys regresara a salvo.

t0;t0;

La costa de Malta se divisaba próxima. Radamanthys la pudo ver desde la pequeña ventana del camerino. En un par de horas bajaría del barco y vería a su familia. Dos días que no fueron de todo tan desagradables pero si sorpresivos. No pensaba decirle nada a su padre acerca del asunto de Solo. Su venganza sería personal, sutil y elegante como era la costumbre en su familia. No se rebajaría a usar la fuerza. Como el dragón de la familia, esperaría a su presa, la asecharía desde las sombras para después, despedazarla con sus garras. Aunque para ello necesitara al marinero. Esperaba que cambiara de opinión. No parecía querer dejar el mar, pero tampoco seguir en él. ¿Cuánto tiempo podría seguir? Ahora que lo sabía todo, indudablemente le quedaría poco tiempo a Julián con sus juegos sucios.

Se preguntaba si tal vez, el mismo Kanon quería que las cosas se dieran así. Los hombres de mar así como los hombres vacíos, nunca tienen nada que perder, por eso lo arriesgan todo sin medir consecuencias. Quizá estaba tratando con un hombre que todo le importaba exactamente lo mismo. Kanon entró al camarote, lo que lo sacó de sus pensamientos.

- Han pagado el rescate- anunció  en un tono nostálgico- ¿qué? ¿Una cogida más y te vas?

- ¿Por qué conformarte con la última cuando puedes tener más? ¿Si vienes conmigo?

Kanon río fuerte, tan fuerte que la risa se contagió a sus compañeros.

- No pierdes oportunidad, Walden… te dejaremos cerca del muelle, tú iras nadando hasta la costa. No me arriesgaré mucho.

- Eres el chico malo. Dame una playera, rompiste mi camisa.

- Lo siento y era de Ralph Laurent… - miró al rubio con ironía. Arrojó una camisa azul con el dibujo de un dragón marino.

Ambos salieron a cubierta. El sol estaba en su punto, medio día. La isla de Malta se veía pequeña desde ese punto. Unos metros más y tendría que comenzar a nadar. Suspiró. Miró a la tripulación que estaban sentados en algunas cajas o botes. El barco apestaba a pescado, notó una red con peces que colgaban sobre ellos.  Disimulaban muy bien o de verdad eran pescadores.

- ¿En Londres llueve mucho? - preguntó Kanon antes de verlo saltar.

Se giró, pero no pudo contestar porque Kanon lo empujó hacia el mar.

t1;t1;

Había pasado una semana después de la calurosa recepción que recibió después del secuestro. Afortunadamente nadie se enteró de su mala experiencia. Después del incidente, nadie habló sobre eso. A Lord Walden no le importaron sus millones de libras, su primogénito estaba a salvo. Cada miembro de la familia siguió don sus vidas. Sus padres estaban agradecidos por que nada malo le había sucedido, a excepción de los golpes. Algo natural cuando se está cerca de bandidos. Los golpes no dolieron tanto como saber que Chris había vuelto a quedar sin habla. La abrazó fuerte y le prometió que volverían a trabajar en ello. No fue tan complicado. A los tres días, Chris estaba hablando cual ametralladora de palabras. “Lo ven, Radamanthys Walden lo puede todo” dijo Úrsula al escuchar la voz de su hermana.

Le costó guardar el asunto de Solo. A la única que se lo confió fue a Chris y eso porque ella estaba igual de indignada que él.

La única que no estaba enterada de nada, era la novia alemana. Ella actuaba con normalizad hasta saber que por accidente, Radamanthys perdió el anillo. Ella hizo un escándalo y se ofendió tanto que no le habló en un día. Más tarde se reconciliaron.

En su cabeza seguía ideando un plan para vengarse de Julián Solo. También pensaba en el marinero al que no estaba seguro de volver a ver. Si bien por sus mensajes entre líneas, todo podía suceder. Era un hombre impredecible pero estaba seguro que buscaba una forma fácil de ganar dinero. Desaprovechar la oportunidad que le dio, sería demasiado idiota. Por otra parte, reconoció el efecto que causaba en él.  Además, al marino le gustaba ver el mundo arder y sí era inteligente, elegiría el mejor lugar uno donde no se quemara.

De esa forma, tuvo que retornar con normalidad sus actividades. Terminar las últimas materias en la Universidad, salir a cenar con la familia, desayunar con los compañeros. Ir por café italiano en compañía de Chris. A ella le gustaba en especial una cafetería que tenía  motivos victorianos. Los muchachos de la barra siempre estaban vestidos a la usanza del siglo XIX y ella se sentía feliz. Las muchachas llevaban hermosos vestidos que envidiaba.

Por las mañanas ambos primos pasaban a la cafetería y pedían expresos o capuchino con canela para Chris. Esa mañana un joven apuesto de cabello cortó azul les hizo el pedido. Sonreía mostrando los dientes, mirando fijamente a Radamanthys. Chris no pareció reconocerlo y se fue a sentar a una mesa cerca de la ventana. Justo arriba había una repisa que mostraba imágenes de aquella época.

-¿Cómo le gusta el café My Lord? Caliente, fuerte y negro… -murmuró- como el sexo.

El aludido cerró los ojos esbozando una sonrisa sincera. Miró a su prima que se distrajo con la calle.

- Sí y con yogurt griego.

- Espero que pagues mejor que aquí- musitó- y espero tener más tiempo libre.

- Te… te queda bien el corte, pareces un hombre decente- Kanon entregó los cafés en vasos desechables y río bajito.

- Salgo a las tres- informó guiñando el ojos izquierdo.

Chris se acercó de prisa para sostener su café, dieron las gracias y salieron de la tienda. Radamanthys hizo cuentas y causalmente sus clases terminaban a la misma hora.

- Hoy vas a tener que volver a casa sola, Chris… recordé que tengo trabajo de equipo en la biblioteca.

FIN

 

Notas finales:

-o-

Espero que te haya gustado mucho Moonage. Y a los que han pasado gracias por leer y el tiempo. Cualquier comentario es siempre bienvenido. Menos las ofensas esas omítanlas porque tampoco importan

Gracias = )


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