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La Orden Del Corazón por Luna Tomboy

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Notas del capitulo:

Volvi luego de no se cuanto.

 

El silencio reino por al menos unos cuatro minutos en los cuales el pelinegro no encontraba una explicación para su hermanastro, Heechul y Henry mantenían la vista fija uno en el otro, parecía una guerra en la cual nadie estaba dispuesto a ceder.

-Responde - dijo finalmente el menor sintiéndose su hostilidad - ¿Quién demonios eres? ¿Y qué haces en el departamento de Hannie?

El cabellera larga mantenía su mirada fija, escucho atentamente las palabras del recién llegado y aquel nombre le movió algo dentro, no sabía porque, pero estaba seguro de haberlo escuchado en otra parte.

- ¿Eres mudo o sordo? - ataco nuevamente el chico notándose la rabia en sus palabras.

-Tengo nombre, pero no sé si deba responderle a un niño con temperamento hostil - entonces la tensión volvió a sentirse y el pelinegro sintió que debía intervenir.

-Mochi él es mi novio - dijo el pelinegro acercándose al cabellera larga- y no sé qué haces de pie, te dije que debes descansar.

-Pero estoy bien - respondió Heechul cuando sintió los brazos del otro sobre los suyos- vamos no quiero estar en cama todo el tiempo.

-Orden del médico y por supuesto que también es orden mía.

- ¿Así que es tu novio? - pregunto el hermanastro mirándolos y parecía que lagrimas estaban por brotar de sus ojos - ¿Que hace aquí? ¿Que no tiene casa?

-Tuvo un accidente en auto hace unos días - respondió el pelinegro mientras acomodaba al castaño sobre la cama con sumo cuidado- así que lo traje aquí para cuidarlo.

- ¿Que no era más lógico que lo llevaras a su casa? - se cruzó de brazos acribillando al desconocido con la mirada - No debería estar aquí.

- ¿Acaso tú eres su esposo? - contrataco el castaño.

-Es mi hermano - respondió el pelinegro y entonces el castaño le acaricio el brazo sutilmente en forma de disculpa.

-Ya veo, pero me habías dicho que era un chico dulce - dijo el castaño intentando que el otro calmara su hambre de violencia - nunca pensé tener este tipo de encuentro con él.

-Lo es, solo que esta celoso porque te puse en su habitación - dijo sonriendo suavemente y tomo asiento junto al castaño.

-Bueno ya que me ignoran y que tiene mi habitación entonces tendré que dormir contigo Hannie - dijo el chico sonriendo bajando sus manos un poco fingiendo ser un niño inocente, pero en su interior buscaba fastidiar al que creía el novio de su hermano.

-Oh por eso no te preocupes - dijo el pelinegro mirando al contrario con tanta ternura que cualquiera le creería su profundo amor - toma mi habitación yo dormiré aquí con mi bebe.

- ¡Eso no! - grito el chico y las caras de duda de los contrarios lo hicieron bajar la voz- Quiero decir, no puedes hyung, que tal que lo aplastas, duermes como loco y si esta lastimado lo vas a mandar al hospital de nuevo.

-Él tiene razón amor - dijo el castaño haciendo latir el corazón del pelinegro con aquellas simples palabras - duerme con él, además anoche ni siquiera dormiste por estar aquí te vi cabecear en la mañana.

-Bueno está bien - dijo sonriendo y le acaricio su mejilla, esto hizo que algo explotara dentro del menor que los observaba- ¿Estarás bien si no estoy cerca?

-Si me caigo de la cama gritare te lo prometo - le dijo sonriendo y entonces el pelinegro beso su frente.

Una extraña sensación lleno su cuerpo al sentir los labios del ajeno sobre su piel, era igual o más grande al sentimiento de estar en los brazos de su amado, lo extrañaba, pero la cercanía con el desconocido lo hacía sentir tan bien que por un momento olvido que era un chico comprometido.

Mientras tanto el menor disparaba fuego por sus ojos mirando como su falso amor parecía tan real a los ojos de cualquiera, entonces se cruzó de brazos nuevamente para intervenir.

-Hannie mi maleta pesa un poco - dijo con voz dulce - ¿Podrías ayudarme?

-Tu ropa no pesa nada a menos que trajeras dentro piedras.

-Ayúdalo no seas así - le dijo al cabellera larga mirándolo con dulzura - es un buen hermano, anda no me moveré de aquí.

-De acuerdo, de acuerdo - respondió el pelinegro poniéndose de pie nuevamente y dándole una hermosa sonrisa - vamos enano.

-No soy ningún enano - le dijo mirándolo mientras se iban juntos cerrando la puerta.

El chico solo pudo sonreír mientras ellos se iban y entonces recordó los momentos con su amado desaparecido, era como ver una película reproduciéndose en su cabeza con una bella canción de fondo, cerró los ojos por un momento para tener una mejor perspectiva de su recuerdo.

Estaban juntos sintiéndose piel con piel, el mayor le daba caricias a su cuerpo, besos hermosos que encendían cada sentido de su ser y en cada uno de ellos podía sentirse su amor profundo.

De pronto comenzó a gemir sin poder evitarlo, sin recordar si quiera donde se encontraba, la puerta se abrió despacio y el pelinegro no pudo evitar acercarse para escuchar aquellos jadeos que escapaban de sus labios, no pudo evitarlo más y entonces se acercó a besar sus labios sin permiso.

El chico en su sueño aun sentía los labios de su amado así que cuando el desconocido lo beso se limitó a responder, lo tomo por el cuello sin saber que se trataba de alguien ajeno a sus sentimientos, se besaron sin permiso ni culpa, sin importar que quien los unía era especial para ambos, ignorando por completo que el chico merecía su respeto por ser el amante de su primo, pero al diablo con las reglas ahora eran ellos mismos.

Ahora ellos mantenían un lazo especial por un pequeño beso siendo el inicio a su romance secreto, el cual era tan secreto que solo uno de ellos lo sabía, la falta de aire los hizo separarse y al ver que el chico de cabellos castaños aun seguía durmiendo decidió escabullirse con sumo cuidado.

En su sueño justo al ver el rostro de su amado se dio cuenta de que el rostro era diferente, ya no era Leeteuk sino Hangeng y entonces despertó agitado, sentó de golpe y se tocó el pecho donde su corazón aun seguía agitado.

-Teukkie - decía a punto de llorar - Teukkie perdóname, perdóname por pensar en alguien más.

Y aquellas palabras fueron suficientes para que el corazón del pelinegro, que escuchaba detrás de la puerta, se volviera pedazos de un solo golpe, entonces suspiro cansado y decidió ir a la cocina por un poco de agua. Su decepción era tan grande que su pecho ardía por las palabras del ajeno quien al parecer le seria fiel a alguien que estaba muerto, aunque este no lo supiera.

- ¿Que tienes Hannie? - le pregunto el menor recién llegado.

-Nada enano, no te preocupes.

-Tienes la misma cara que cuando descubriste que tu novia te fue infiel con tu disque mejor amigo.

Recordar aquella parte de su vida vio en donde iba la dirección de su hermano, quería que se decepcionara de su supuesto novio que pensara que todos le harían lo mismo y aunque no entendía porque su hermano siempre terminaba teniendo la razón.

Una tras otra sus relaciones fracasaron porque sus antiguas novias siempre terminaban en la cama de alguien más y aunque ellas intentaran explicarse no había poder humano que lo hiciera ceder, así terminaba en los brazos de su hermanito llorando por toda una noche.

-Hazme el favor de no recordarme esa parte de mi vida.

-Bueno hermanito, pero nada te cuesta decirme que te pasa, ¿Acaso tu novio tiene un amante? - esto hizo que el pelinegro abriera los ojos en sorpresa- Bingo.

-No sé de qué demonios hablas - dijo desviando su mirada.

-Ya lo sabía tiene cara de ser una zorra que se le ofrece a cualquiera.

- ¡NO TE PERMITO HABLAR MAL DE ÉL HENRY! - el ver la furia en su mirada sabía que el mayor estaba por perder la calma.

-Nunca me habías gritado así hyung - le dijo el chico con una profunda decepción en su mirada - prefieres a otros antes que a mí.

-Sabes cuánto odio que hablen de las personas sin conocerlas.

-Pero con las zorras de tus ex no me equivoque - le reclamo el menor - y eso lo sabes bien, cada una te dijo que te amaba que te prometía estar juntos por siempre y de igual manera terminaron en la cama del primero que se les cruzo.

-Ya cállate - le grito finalmente para irse a la habitación donde estaba el castaño y cerro de un portazo, para luego gritar dejándose caer de rodillas al suelo.

Estaba realmente molesto, se revolvió el cabello y luego se froto la cara varias veces hasta que cayó en cuenta que era observado, entonces se puso de pie y miro al castaño quien lo veía sin expresión alguna.

-Lo siento, yo.

-Tranquilo - le dijo con una leve sonrisa y palmeo el lugar a su lado - ven acá - el pelinegro obedeció y tomo asiento junto a él de inmediato el castaño le dio algo de masaje en la cabeza - los escuche pelear.

-A veces mi hermano es algo irritante - dijo el chico cerrando los ojos.

-Pero deben poder resolver sus problemas como los hermanos que son - le dio una hermosa sonrisa.

Entonces el pelinegro abrió los ojos para mirarlo sus miradas conectaron de nuevo, era como haberse conocido mucho antes de nacer, quizá en otra vida, pero algo los unía, algo más allá del hecho que Teuk fuera primo de uno y el amor inolvidable del otro, era una conexión más que mágica.

De pronto nada les importaba, solo el hecho de que estaban bajo el mismo techo y que nadie más podría entender lo que en esos pequeños segundos estaban sintiendo, el pelinegro tomo las manos del castaño y las alejo despacio de su rostro para ir acercándose a sus labios, una voz en la cabeza de Hee gritaba que no debía hacerlo, pero la voz en su corazón era más alta y le imploraba por besar los labios ajenos.

Por su parte el pelinegro no podía resistir por mucho tiempo y acabo por acortar la poca distancia que quedaba entre sus labios y averiguar si el castaño compartía el mismo sentimiento, su sorpresa fue grande al ver que su beso era correspondido con la misma intensidad y no quiso desperdiciar ni un preciado segundo para demostrarle sus recién nacidos sentimientos.

Sin importarle que era alguien prohibido seguía explorando sus labios, entregándose a cada uno de sus latidos y deseos, era como alguien le hubiera dado un pequeño empujón, su corazón gritaba y anhelaba tener los labios del castaño sobre los suyos por siempre.

El castaño por su parte sentía algo de culpa por responder al beso de un perfecto desconocido, pero algo en su pecho gritaba que debía hacerlo, algo o alguien le decía que era el destino quien los unió aquella noche, así mismo decidió entregarse a unos nuevos brazos sin pensar en las consecuencias.

Se las arregló para subir a las piernas del pelinegro y abrazarlo por el cuello respondiendo a su beso ansiosamente mientras que su cuerpo recibía cálidas caricias por parte del ajeno quien disfrutaba de aquel beso con todo su corazón. Cada toque, cada caricia, cada respiración era por ellos, para avivar el amor que en esos momentos estaban comenzando a sentir, no había tregua al descanso.

Sus bocas se amoldaban a la perfección como si se conocieran hace tiempo, sus cuerpos encajaban como una melodía que estaba en manos de Vivaldi o Beethoven, ellos dejaban que sus pieles se exploraran solas, sus manos iban de un lado a otro buscando comodidad la cual encontraban.

Los segundos avanzaron con sus labios siendo manipulados por el sentimiento que aún estaban descubriendo, pronto el castaño estaba recostado en la cama recibiendo los besos y caricias del chico más alto, sin pensarlo estaba entregándose a quien no conocía, pero su corazón parecía conocerlo bien.

La profundidad en su beso era algo único, cualquiera que estuviera mirándolos diría que su amor era real y sincero, nadie tendría dudas sobre aquello.

En algún momento la falta de aire se hizo presente y así se separaron lentamente mirándose a los ojos con aquella intensidad que sus labios hinchados ya habían sentido, el castaño acaricio las mejillas del pelinegro quien solo se pudo dedicar a mirarlo como si pensara que todo era un sueño.

- ¿No me tienes miedo? -pregunto finalmente haciendo que el castaño sonriera ligeramente - ¿De verdad no estas asustado?

- ¿Por qué debería estarlo? - le pregunto con cierta ternura en sus ojos.

-Pues no lo sé - dijo para besar su frente dulcemente - todo lo que pasaste recientemente, creí que tendrías miedo a que siguiera más que un beso.

-Es algo extraño sabes - respondió el castaño mirándolo - tuve un sueño con mi antiguo amor -su piel se erizo de solo pensar - pero en algún momento eras tú quien me besaba - aquello lo hizo sonrojarse pues recordó que le había robado un beso mientras dormía - y después volví a verlo en mi sueño diciéndome que debía entregarme a ti.

-Qué curioso que obedezcas a un sueño - la sonrisa en ambos fue hermosa.

-Lo sé, pero, no sé porque siento que mi corazón está menos pesado desde que te conocí.

-Te tomaría ahora mismo si no estuvieras en tu condición - aquellas palabras hicieron que el castaño bajara la mirada.

- ¿Te doy asco? - pregunto el castaño con ciertas lágrimas en los ojos.

-No - hizo que lo mirara y beso la punta de su nariz - porque aun siento que tienes miedo - le dijo acariciando sus manos que estaban temblando- además este no es el lugar, mi hermano esta allá afuera.

-Tienes razón - respondió el castaño sonriendo ante sus atenciones - no sería sano para él escucharnos.

-Entonces - se acercó nuevamente a sus labios - ¿Eres ya mi novio de verdad?

-No lo sé -le dijo poniendo su mano entre sus labios y los del pelinegro - aun no me convences.

-Oye que travieso - le dijo sonriendo y entonces el castaño también rio - un minuto me dices que quieres y al siguiente no somos nada, ¿Qué demonios paso ahí?

-Bueno necesito más que un par de besitos tiernos.

- ¿Me desnudo entonces? - pregunto el pelinegro con una gran sonrisa traviesa.

-Yo no hablaba de eso - casi grito el castaño cubriéndose el rostro.

Ambos reían como nunca se les había visto, alguien los observaba por la puerta entreabierta y sin que se dieran cuenta entro, entonces un estridente silbato fue sonado haciendo que el pelinegro cayera de la cama, entonces el castaño comenzó a reír.

-Los descuido dos días y ya me quieren hacer tío - era Yesung quien reía mirando como el otro se sobaba la cabeza.

- ¿Estas bien Hannie? - el castaño se levantó aun riendo para intentar ayudar al otro.

- ¿Cuantas veces te he dicho que dejes el maldito silbato Tortuga?

-No sabía que querías que llevara la cuenta - se sentó entonces en la silla cercana mirando como el castaño atendía al pelinegro.

-Estoy bien - le decía tomando sus manos y las beso - no te preocupes solo estoy aturdido.

- ¿Que noticias me tienes? - pregunto el castaño.

-Bueno tu familia, si es que se le puede llamar así, aun te buscan y como ya pasaron las setenta y dos horas correspondientes es oficial que estas desaparecido.

-Suena gracioso en muchas formas - dijo el pelinegro para hacer que el castaño se sentara en la cama con sumo cuidado.

-Demasiado gracioso - dijo el castaño mientras tomaba las manos del mayor - entonces, ¿Que procede?

-Compraremos tu boleto de avión - respondió el pelinegro frente a ellos - de hecho, comprare dos alegando que huiste con alguien.

- ¿Lo harás hoy mismo?

-Sí, es necesario que piensen que escapaste apenas supiste que te buscaban.

-Creí que dejaríamos pasar unos días - declaro Hangeng.

-Lo estuve pensando y creo que es más conveniente que comiencen a buscarlo fuera de la ciudad, piénsenlo - le dijo y ambos se miraron - si dejamos pasar más días ellos habría cerrado el aeropuerto y todas las centrales de camiones con tal de encontrarlo y así sabrían que nunca se fue.

-Está bien entonces - dijo el castaño dejando escapar un gran suspiro - que así sea.

-De acuerdo entonces me retiro por hoy - dijo el chico levantándose.

-Espera Yeye - le pidió el castaño levantándose también - ¿Lo encontraste?

El silencio reino por algunos segundos, se pudo sentir la profunda tristeza del anfitrión quien solo se alejó unos cuantos centímetros, el pelinegro lo miro como si estuviera decepcionado de lo que su amigo había preguntado.

-No todavía, pero - le dijo señalando con la mirada - ¿Por qué tanto afán de encontrarlo ahora?

-Tiene algo que podría ayudarme a deshacerme de esos malditos cerdos, incluido mi padre.

- ¿Qué es? - pregunto el chico detrás suyo completamente intrigado.

-Información - respondió el castaño acariciando el brazo del pelinegro - tiene una caja llena de documentos y también un video con el que mi padre podría ser enviado a la cárcel.

- ¿Por qué él tiene todo eso? - pregunto Yesung.

-Se lo di un día antes de que Siwon nos descubriera - confeso el chico mirando de vuelta a su amigo - mejor dicho, fue la noche antes de que nos descubrieran, entro a mi habitación y entonces le di la caja.

- ¿Cómo conseguiste todo eso Heemin?

-Años - dijo sentándose con cuidado - años de meterme a la oficina de mi padre buscando evidencia y como zafarme de la Orden, cuando por fin creí que sería libre me aprisionaron de nuevo y Teuk pago las consecuencias de eso siendo inocente.

-Estoy seguro que a él no le importaba morir por ti.

-Lo sé, pero no dejo de sentirme culpable sabiendo que quizás esté muerto y eso no me deja dormir.

-No lo fue - declaro el pelinegro detrás suyo haciendo que Yesung se sorprendiera - por lo que escuche los descubrieron y a ti casi te golpean, ¿No? - el chico asintió - Piensa esto, él se quedó ahí, pudo haber escapado dejándote a las expensas de tus hermanos, pero no lo hizo, se quedó ahí y prefirió recibir él la parte que te tocaba de la golpiza, no fue tu culpa, fue su decisión.

Notas finales:

Hasta aquí...


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