Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

A la primera persona por fire angel

[Reviews - 6]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Sukisyo no me pertenece, asi como tampoco la cancion de Alejandro Sanz  y no hago esto con fines de lucro, solo me divierto y me alegro de k las personas valoren mis trabajitos ^_^

Notas del capitulo: es un one-shot, espero k les guste

                    A la primera persona. 

 Un chico de azules cabellos se encontraba en un edificio antiguo, apoyado de codos mirando el paisaje natural. Un verde prado, lleno de sauces “llorones” como les llama la gente y en el pasto brotaban pequeñas florcillas amarillas que hacían más alegre el panorama. En uno de los sauces colgaba un columpio hecho de dos cuerdas y una tabla. Mirar eso de lejos parecía bastante común e incluso como un gesto infantil pero… 

-a mí solo me trae nostalgia…- decía el muchacho, recordar aquellos momentos en los que fue feliz, cuando tenía una persona que le decía que lo amaba, que lo era todo para sí, para luego… desecharlo cual niño que bota un balón ponchado.

  Y es que así fue, Sora empezó a rememorar que sucedió hace 2 meses… 

  /*/*/*/Recuerdo/*/*/*/ 

 Una pieza de porcelana se estrelló en el piso, seguido de gritos y sollozos.

 -Ya te lo dije ¡no te quiero ver más! Me hastié de que le dedicaras tanto tiempo a otras cosas y a mi nada, sólo unas cuantas horas, a veces minutos, por que según tú, estabas con “mucho trabajo”, quizás en qué gastabas todo el tiempo, ya me puedo hacer una idea.

 -¡Pero qué diablos dices! ¿Tanto dudas de mí? ¿Acaso se te olvidaron las veces en que me decías ‘nunca dudaría de ti’? es cierto que no te dedicaba mucho tiempo, pero que querías que hiciera, tengo trabajo, necesito tener dinero para subsistir y sobresalir, ¿como quieres que te mantenga a ti y a mí si no trabajo?

 A la primera persona que me ayude a comprender
pienso entregarle mi tiempo, pienso entregarle mi fe,
yo no pido que las cosas me salgan siempre bien,
pero es que ya estoy harto de perderte sin querer (querer).

 -Sí, no obstante, llegabas a la hora del cuete y yo como estúpido esperando a que llegaras y te quedaras a mi lado ¿Qué querías que pensara? ¿Qué todavía estabas tocando la guitarra a altas horas de la noche en el bar Sun-Light?. 

-Pues déjame decirte que sí Shunsuke, el dueño del bar, Yoru, me pedía que por favor siguiera tocando y tu sabes que no puedo decir que no a la gente que me pide ayuda.

 -Bueno, aún así ya no puedo más, ahora te pido que tomes tus cosas y te largues, ya no aguanto tenerte aquí por más tiempo.

  A la primera persona que me ayude a salir
de este infierno en el que yo mismo decidí vivir
le regalo cualquier tarde pa' los dos,
lo que digo es que ahora mismo ya no tengo ni siquiera dónde estar
.  

-está bien, si eso es lo que quieres, me voy.

 

-Ah, otra cosa, toma todo el dinero que dejaste en el mesón, porque yo no lo necesito- la verdad si le interesaba, ya no quería a su ahora ex-novio, solo quería dinero para largarse con su nueva adquisición, un castaño de ojos miel, una completa delicia, pero dado su orgullo…

 

 El oro pa' quien lo quiera pero si hablamos de ayer:
es tanto lo que he bebido y sigo teniendo sed,
al menos tú lo sabías, al menos no te decía
que las cosas no eran como parecían

 

- bien, de todas maneras ahora tengo que buscar un lugar donde vivir, dadas las circunstancias.

 

- no pienses tanto, sabes que tus amigos, ese tal Matsuri y el otro, ese del cabello rosadito, Sunao, no te negarían para nada sus departamentos, ya que son taaan amiguitos vete con ellos- exageró.

 

-al fin tienes algo de razón en estos momentos, ellos siguen queriéndome y confiando en mí, luego de empacar los llamaré- continuó su tarea, ahora solo le quedaba ponerle la funda a su guitarra y guardar las cosas que estaban en el baño, sin mencionar algunos objetos como CD’s y algunos vinilos.

 

Shunsuke solamente se hizo el que no escuchó. Solo siguió observando como rápidamente el peli- azul arreglaba sus cosas.

 

Sora pensaba en lo distinto que se había puesto el chico de negros cabellos, antes le decía muchos ‘te amo’ o ‘te quiero’ mas ahora pareciera que existían nada más que ‘te odio’ y todos dirigidos a él, quien soñaba con estar con Shunsuke para siempre, ahora comprendía cuando Sunao le advertía “ten cuidado, tarde o temprano terminará lastimándote, pero sabes que siempre estaré aquí para que te desahogues y para escucharte”, una sonrisa mental acudió en ese momento, todavía tenía a sus amigos, en especial a Sunao.

 

 Pero es que a la primera persona que me ayude a sentir otra vez
pienso entregarle mi vida, pienso entregarle mi fe,
aunque si no eres la persona que soñaba para qué
(¿qué voy a hacer? nada).
 ¿Qué voy a hacer de los sueños?
¿Qué voy a hacer con aquellos besos?
¿Qué puedo hacer con todo aquello que soñamos?
Dime dónde lo metemos.

¿Dónde guardo la mirada que me diste alguna vez?
¿Dónde guardo las promesas, dónde guardo el ayer?
¿Dónde guardo, niña, tu manera de tocarme?
¿Dónde guardo mi fe?
  

 

-Ya está, bueno, ya guardé el dinero… adiós Shunsuke…- y así, silenciosamente, salió de aquella casa.

 

/*/*/*/Fin del Recuerdo/*/*/*/

  

-Pensar que hace 1 mes leí en el periódico que te casaste con el millonario británico Kyle Westfall, hmph, ahora debes estar sumergiéndote en tinas de dinero. Tan fácil te deshiciste de mí, pero tan difícil fue olvidarte, hoy ya no siento nada más que pena y nostalgia.

 

 Aunque lo diga la gente yo no lo quiero escuchar,
no hay más miedo que el que se siente cuando ya no sientes nada,
niña, tú lo ves tan fácil, ¡ay amor!
Pero es que cuanto más sencillo tú lo ves, más difícil se me hace.

 A la primera persona que me ayude a caminar
pienso entregarle mi tiempo, pienso entregarle hasta el mar,
yo no digo que sea fácil, pero, niña,
ahora mismo ya no tengo ni siquiera dónde estar.
  

Ahora era feliz, vivía con su amigo Sunao, quien no lo pensó dos veces y lo dejó vivir con el, claro que lo ayudaba a pagar  las cuentas y el dividendo, faltaba poco para que el departamento fuera legalmente del peli-rosa y Sora se alegraba, a pesar de que se sentía extraño, cada vez que veía a su amigo le revoloteaba el estómago y la sangre se agolpaba en sus mejillas. Nunca se había sentido así, ni siquiera con Shunsuke. Era extraño, en ningún momento se había sentido “enamorado hasta las patas” por su ex-novio.

 

 

-recuerdo que Shunsuke siempre me criticaba, aunque no se diera cuenta a veces, siempre lo hacía, sentí que nunca me entendió realmente- una ligera sonrisa de auto-compasión se reflejó en su rostro- espero encontrar a alguien que me quiera de verdad, estoy cansado de terminar solo, sin nadie.

 A la primera persona que no me quiera juzgar
pienso entregarle caricias que yo tenía guardadas,
yo no pido que las cosas me salgan siempre bien
pero es que ya estoy harto de perderte.

 Y a la primera persona que me lleve a la verdad
pienso entregarle mi tiempo, no quiero esperar más,
yo no te entiendo cuando me hablas ¡qué mala suerte!
y tú dices que la vida tiene cosas así de fuertes.

 

-quisiera entregarle el tiempo que no pude entregar antes, no quiero cometer el mismo error, no quiero estar solo.

 

-*y no lo estarás*- pensó una persona escondida entre unos pilares y arbustos  del edificio, que era una torre de reloj, con una gran campana que antaño indicaba cada hora que pasaba.

 

 Yo te puedo contar cómo es una llama por dentro,
yo puedo decirte cuánto es que pesa su fuego,
y es que amar en soledad es como un pozo sin fondo
donde no existe ni Dios, donde no existen verdades.

Es todo tan relativo, como que estamos aquí,
no sabemos, pero, amor, dame sangre pa' vivir,
al menos tú lo sabías, al menos no te decía
que las cosas no eran como parecían.
 

  

Una  rama crujió en ese momento, haciendo que Sora se pusiera alerta.

 

-¿Quién está ahí?

 

- Soy yo, Sunao.

 

-Oh, me asustaste- nuevamente las mariposas en el estómago, la sangre se le subió de golpe a las mejillas, además de que se sentía temblar de pies a cabeza.

 

-Es que como me dijiste que estarías aquí y no volvías, me preocupé.

 

Y es que a la primera persona que no me quiera juzgar
pienso entregarle caricias que yo tenía guardadas,
niña, tú lo ves tan fácil, ¡ay amor!
Pero es que cuanto más sencillo tú lo ves, más difícil se me hace.


-No te hubieras molestado, en todo caso empieza a hacer frío y ya esta oscureciendo- dijo dándose vuelta hacia la puesta de sol, para esconder su sonrojo.

 

La vista era hermosa, el pasto verde contrastaba aún más con las flores amarillas, que tenían un tono anaranjado por el sol. Una brisa hacía danzar los cabellos de ambos chicos y también las hojas de los sauces. Las enredaderas resaltaban en los pilares blancos, ya que tenían florcillas rojo carmesí, haciendo juego con el muro del edificio (me explico, desde donde están los chicos es blanco, pero si se mira hacia abajo, es de un color rojo gastado por los años).

 

A la primera persona que no me quiera juzgar
pienso entregarle caricias que yo tenía guardadas,
yo no digo que sea fácil, pero, niña,
ahora mismo ya no tengo ni siquiera dónde estar.

ni siquiera dónde estar.

 

-Es una vista muy linda ¿no lo crees? Tengo un privilegio de poder venir siempre, el departamento queda muy cerca- se había puesto al lado de Sora y miraba el paisaje y también al oji-azul, al que notó un poco tenso- ¿te ocurre algo?

 

-No nada- mientras Sunao, que minutos antes estaba tras él, pudo resolver todo el manojo de sentimientos que sentía revoloteando en su interior, mas específicamente en su corazón, ahora lo sabía, nunca se había enamorado verdaderamente de Shunsuke, todo el tiempo había estado enamorado de Sunao, aunque antes no se hubiera dado cuenta, pero ahora estaba el problema ¿Sunao lo miraría de la misma forma en que él lo miraba ahora? Tenía miedo.

 

-No me mientas Hashiba Sora, se que algo te ocurre y quiero que me lo digas ahora, sabes que puedes confiar en mí.

 

-*Precisamente ese es el problema Nao, no se si seguirás confiando en mí si te lo digo* es que…- justamente ahora se le quedaron las palabras en la garganta.

 

-¿Que…?- seguía esperando, estaba impaciente por saber.

 

-Que tú me gustas- lo dijo tan bajito que el peli-largo no logró escucharlo.

 

-No te escuché, ¿que tú que?

 

-¡¡¡¡QUE TU ME GUSTAS!!!!- eso fue todo, ya lo dijo, ahora Sunao lo rechazaría y el quedaría destrozado.

 

-…Sora…- lentamente se fue acercando, pero el oji-azul que estaba con la cabeza gacha no se daba cuenta.

 

-Pero ya no importa, se que tú no le corresponderías a alguien como yo, así que no hay problema si no sien…- fue interrumpido.

 

-Shhh, yo no he dicho nada, no saques conclusiones antes de tiempo- sonrió, mientras un sonrojo pintaba sus blancas mejillas, contrastando con su piel y con el chal blanco que se había colocado- tu también me gustas Sora.

 

Sorprendido, levantó la cabeza, justo en el momento en que Sunao lo tomó de la barbilla  y le dio un tierno y suave beso, una caricia tan arrolladora para ambos, sobre todo para el peli-azul que sentía que las piernas le fallaban pero consiguió abrazarse a la cintura del de cabellos largos.

 

-Ahora…  volvamos a casa, que ya anocheció- Sunao tomó la mano de Sora en la suya y fueron bajando por la escalera de caracol lentamente y entre medio se iban intercambiando pequeños besitos.

  

Una vez fuera, se encaminaron al departamento, en ese ínter tanto, Sora pensó…

 

-*He encontrado a la primera persona que me quiere de verdad*- y con una sonrisa entró al departamento.

  

Fin

    

 

       


         
Notas finales: eso es todo, comenten si gustan ^^

Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).