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Predestinación por millennialsoul

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II. Revelación.

 

A Tony no le gustaba la magia. No había tenido buenas experiencias con ella, años de su vida dedicados a la vieja y confiable ciencia, para que luego un desquiciado dios asgardiano aparezca con su abracadabra a querer dominar la Tierra y darle un giro de 360 grados a las creencias y principios de Tony. Luego Wanda emergió de un búnker de Hydra para jugar con su cerebro. La bruja hurgó profundo en su mente y en su intimidad, encontrando sin problemas uno de sus miedos más grandes y proyectándolo de forma tan real que él aún podía soñar con aquella pila de cadáveres que eran sus compañeros, y él era el único sobreviviente.

Bonus: siempre es su culpa, sin importar qué. El Mercader de la Muerte ya no existe, pero su legado es demasiado grande como para cargar con él en solamente una vida. Ultron nació de esa culpa, él solo quería una armadura para su frágil planeta y terminó con una ciudad entera flotando, destrucción, muerte.

Pepper decidió que ya tuvo suficiente de Tony poniéndose en peligro y jugando al héroe, entonces ella se va, dejando su corazón y su cama vacíos. Él no puede reprocharle nada porque siempre supo que la mujer amaba a Tony Stark, pero no a Iron man. El problema es que él es ambas partes y no sabe cómo se hace para separar uno del otro. Él no quiere, de todas formas. Así que la observó irse y pasó los siguientes días encerrado en su taller, porque esa siempre fue la forma en la que siempre lidió con su mierda.

Tony se ha sumergido ya muchas veces en el pozo de la depresión, y él nunca, jamás en su vida, podrá admitir que en sus momentos más oscuros él rogó al cielo por una ayuda, a alguna divinidad o lo que fuera que exista más allá de lo terrenal, que lo escuche,  que le brinde una solución mágica o espiritual al desastre que su vida siempre ha sido. Alguien o algo que le tienda una mano y le diga que todo va a estar bien. Nadie apareció, nadie contestó. Y los años pasaron y Tony se hartó de esperar. 

Entonces él decidió quedarse con aquello que conoce, porque la ciencia y él se llevan bien y existen menos chances de otra decepción. La magia siempre fue terreno desconocido y problemas, porque nada bueno surgió de allí, porque él conoció el lado agresivo de la magia y él no confía en lo que no conoce y hace daño.

Fue por eso que cuando Viernes le alertó de la pequeña anomalía y la fuente de energía desconocida, él rogaba no encontrarse de nuevo con la palabra con M.

Se acercó con cautela hacia el punto marcado (porque aunque él nunca fue del estilo cauteloso, es mejor prevenir que curar, como dice el viejo dicho) y entre los árboles divisó un destello rojo, escuchó ruidos bastante curiosos.

Tony pensó que ya nada podía sorprenderlo con todo lo que había vivido, oh, por supuesto que se equivocó.

Quizás fue la elegancia con la que sus manos se movían, el dramatismo de la capa roja que parecía moverse por sí sola o el hecho que el maldito tipo estaba flotando alrededor de una criatura demasiado extraña para ser de este mundo, pero Tony observaba la escena quieto y en silencio. De las manos del hombre surgió un látigo naranja de un brillo sospechoso, y al costado de su visión vio las estadísticas de Viernes analizando la fuente de energía.

Él no entendió muy bien por qué, pero no tenía la usual sensación de peligro que su ansiedad y experiencias pasadas le habían dejado cada vez que se encontraba con algún individuo mejorado. Algo dentro de él le dijo que ese hombre no era un enemigo y por supuesto que él no quisoestar de acuerdo con eso.

El mago (mejor dicho, los tres magos, porque al parecer podía multiplicarse) atrapó a la criatura en cuestión de minutos con movimientos elegantes y precisos, Tony contuvo el aire cuando el tipo se acercó al hocico de la bestia y ésta increíblemente se dejó tocar.

Cuando las mariposas celestes hechas de magia pura comenzaron a volar, las cosas se volvieron aún más extrañas. Tony sintió un escalofrío y ese algo que sólo podría llamarse déjà vu. Una de las mariposas voló cerca de su rostro y su cerebro se volvió un desastre, recordando sin ningún motivo aparente la bella melodía que aparecía en sus sueños cada noche. Algo cálido se revolvió en su estómago, algo que para Tony estaba completamente fuera de lugar y que no tenía sentido alguno.

El hombre habló con una voz grave y tranquila, y Tony entendió que ese era el momento justo para hacer su entrada. Se presentó como el doctor Stephen Strange. Tenía rasgos muy finos y exóticos, pómulos afilados y la piel muy blanca, su aspecto le hacía justicia a su nombre. Y era endemoniadamente alto. Tony se preguntó si estaba descubriendo un nuevo color en los ojos del hombre.

Resultó ser que el mago era un idiota exasperante y poco cooperativo. Cruzaron palabras, intercambiaron sarcasmo y luego otro mago salió de la nada porque al parecer en la tierra de las hadas viajaban a través de portales.

Entonces la jodida magia volvió a meterse con él, porque lo que le sucedió cuando sus manos se tocaron no era natural, no había otra explicación.

Tony se quedó sin aire y el tiempo actuó de forma irrealmente lenta, su mente se nubló en un conjunto de emociones mezcladas y recuerdos borrosos que no parecían pertenecer a su propia vida, pero ahí estaban. La calidez de la mano de Strange le pareció curiosamente familiar, su corazón latió con violencia cuando sus dedos de entrelazaron y entonces se sintió como cuando aquella persona anónima de sus sueños lo envolvía en un reconfortante abrazo y él no se quería despertar, porque en los brazos de esa persona él se sentía en paz, se sentía cómodo, se sentía amado.

La voz del otro hombre (¿Wong?) lo trajo a la realidad, pero para ese entonces el daño ya estaba hecho y a Tony le dolió casi físicamente soltar la mano de Strange. Se dio cuenta que éste también parecía estar en shock, pestañeando más de lo normal con los ojos muy abiertos, titubeando sobre algo que al final nunca llegó a decir, porque luego de unos segundos se dio la vuelta y se metió al portal naranja.

Tony se llevó aquella mano a su pecho, intentando calmar su corazón que golpeaba fuerte sobre su esternón protésico. Se quedó mirando el espacio ahora vacío en donde Strange había desaparecido. Sus pensamientos cruzaban su mente veloces como rayos, muchos de ellos inalcanzables y demasiado profundos como para que su cerebro en estado de shock pudiera llevarles el ritmo y entenderlos.

"¿Jefe?" Escuchó a Viernes llamándolo por su auricular, se oía preocupada y Tony se esforzó por mantener la calma y concentrarse. "Jefe, ¿está bien?"

Tony se tomó unos segundos antes de contestar, volviendo de a poco a la normalidad. "Vie, dime si detectaste algún aumento extraño de energía o movimiento inusual cuando Merlín me dio la tarjeta..."

"No, jefe. No detecté ningún cambio de tal índole."

Tony no se estaba sintiendo muy bien, necesitaba respuestas. "¡Bueno, dame lo que tengas! Algo pasó, lo sentí, no fue algo normal".

Viernes pareció pensar unos segundos y luego habló en un tono algo incisivo. "En ese momento su ritmo cardíaco aumentó considerablemente, actividad excesiva en el hipotálamo al liberar una gran cantidad de dopamina y norepinefrina. Pupilas dilatadas y además leves indicios de un shock emocional. Detecté exactamente los mismos síntomas en el Doctor Strange."

Tony estaba a punto de romper algo.

"Bueno, Vie, evidentemente eso no es nada"

"Usted no me preguntó por sus procesos físicos internos, Jefe".

Tony bufó y se puso a buscar entre la hierba la maldita tarjeta. Cuando la encontró, esperó sentir algo similar al tocarla, pero no sintió nada. Sólo era un trozo de papel.

Pensó en el fragmento de la suave melodía que se reprodujo en su cerebro cuando ellos se tocaron,¿ y qué demonios tenía que ver Strange con sus sueños? ¿El mago era un telépata y estaba jugando con él? ¿O simplemente su inconsciente estaba siendo una perra? ¿Por qué tenía que sentirse como un jodido adolescente recordando su enamoramiento secreto con una persona que ni siquiera existía?

Pasó las siguientes cinco horas escaneando, analizando y haciendo toda clase de pruebas sobre la tarjeta y también a sí mismo. Luego escaneó la armadura, por si acaso.

Nada.

Llegó a pensar que quizás se había imaginado todo. Quizás la soledad ya estaba carcomiendo su cordura, haciéndolo alusinar por las ansias de un suave y gentil toque--

"Jefe, Peter ya está en el complejo. Me pidió que le avise que trae comida china. Acaba de subir al ascensor."

Bendito corte al hilo de sus amargos pensamientos, bendito Peter Parker con su entusiasmo adolescente, su brillante sonrisa y su parloteo infinito que hacían sentir a Tony menos solo, porque lo que antes había sido un hogar (o al menos él intentó que lo fuera) para los ya extintos Avengers ahora era un frío edificio que le recordaba el peso de sus acciones. Al menos Peter no lo veía como el malo de la historia, y a veces, a él le gustaba pensar que el asunto de los Acuerdos le había quitado mucho, pero también le había dado en igual medida (o quizás más), y ese era el joven superhéroe, a quien quería como a un hijo. No es como si Tony fuera a admitirlo en voz alta alguna vez.

Pasaron la tarde hablando sobre videos de internet, trabajando la prótesis para Rhodey y discutiendo mejoras para el traje de Peter. Él no pensó en magos con capas rojas ni en las botellas de alcohol juntando polvo en su barra.

Cincuenta y dos horas después Tony se fue a dormir, Rhodey ya lo había amenazado con quemar su culo unas cuarenta veces si no se iba a la cama. A continuación, él estaba en un bosque tan hermoso y colorido que no había dudas de la virginidad del lugar, la familiar melodía sonaba entre los árboles y los pinos. Él la siguió, como siempre lo hacía, esperando encontrarse con aquella persona sin rostro que le brindaba toda la tranquilidad y paz que nada podía darle mientras estaba despierto. Resultó ser que nunca llegó a su encuentro, porque el escenario cambió bruscamente y ahora estaba en una especie de calabozo oscuro, el olor del azufre llegó a su nariz y se sentía desesperado, el miedo incrustado en su pecho como una daga de hielo.

Se despertó de un sobresalto y se quitó el sudor frío de la cara. Tomó el agua y la pastilla ansiolítica que estaban en su mesita de luz, se tranquilizó luego de un par de respiraciones profundas. Él ya estaba acostumbrado a toda clase de pesadillas, de todas las temáticas y colores, pero éstas en particular tenían un toque extra de realismo que ya hacia un tiempo que le habían llamado la atención. Él pensó en la persona de sus sueños, queriendo sentir algo de su calor, pero sus mente se fue inmediatamente a su encuentro con el mago. Tony no creía en las casualidades y era demasiado inteligente como para ignorar la ecuación formándose en su cerebro, si tan solo pudiera tener más variables y ser más abierto a cuestiones mágicas quizás sería para él más fácil aceptar la posible conclusión a la que ya estaba llegando, y que le parecía descabellada. Pero él no quería apresurarse, sabía que Strange tenía que ver con todo esto y oh, sí que iba a obtener todos los datos pronto.

Intentó volver a dormirse con la tarjeta en la mesita de luz, a su lado.


 

"Vidas pasadas", dijo Strange arrojando un libro viejo y polvoriento al regazo de Tony. "Es la teoria de Wong, creo que podría ser la correcta".

"Vidas pasadas... ¿Te refieres a reencarnación y eso?"

El mago asintió con la cabeza y Tony ojeó el libro mientras tomaba un sorbo de su café, al parecer ninguno de los dos estaba con el humor lúdico y sarcástico de su anterior encuentro.

Era la primera vez que Tony visitaba la guarida del hechicero (Sanctum algo). Luego de horas de luchar consigo mismo finalmente se había decidido y descubrió que la dirección de la tarjeta no estaba lejos. Al llegar, respiró profundo y tocó la puerta, pero ésta no se abrió, sino que directamente lo transportó adentro del curioso lugar en un parpadeo.

"Magia", pensó refunfuñando. Strange hizo su aparición descendiendo por la escalera de la entrada, flotando con elegancia y la extraña capa roja ondeando detrás. Esa fue una entrada muy dramática, y Tony era experto en entradas dramáticas.

"Ya sabes por qué estoy aquí, Merlín. ¿Qué fue lo que me hiciste el otro día?"

"No te hice nada, Stark y lo que fuera que pasó, también me afectó a mí."

Cuando el hechicero terminó de descender por la escalera y tocó el suelo, Tony buscó en sus ojos alguna señal que le diga que estaba mintiendo, pero sólo encontró desconcierto y un dejo de desesperación, y por segunda vez, Tony confió en él. ¿Qué demonios estaba pasando con él?

"¿También tienes sueños raros?" Si Strange era aquella persona que pensaba que era, él no necesitaba entrar en detalles, y su estómago dio un vuelco cuando Tony pudo ver, aunque haya sido sólo un segundo, la vulnerabilidad cruda en sus ojos.

Strange se recompuso al instante y asintió. Aclarándose la garganta, le dijo "Si. No quiero acariciar tu ego que ya parece lo bastante grande, pero creo que mis sueños podrían tener que ver contigo".

La esquina de los labios de Tony se arquearon en una sonrisa "Yo tampoco quisiera acariciar el tuyo, pero también creo que los míos están relacionados contigo".

Strange también sonrió.

Minutos después ellos estaban sentados en una sala que parecía un museo-biblioteca y una taza de café apareció en la mano de Tony. Por lo general él declinaría porque no confíaba en nadie más que en Pepper o en Starbucks para hacerle un buen café, pero él sabia en su interior que Strange no iba a envenenarlo ni nada parecido. No supo por qué, el sentimiento simplemente se había instalado allí al parecer.

El café estaba delicioso, cinco estrellas. Y ahora contra todo pronóstico, estaba con Harry Potter investigando sobre "vidas pasadas" en su guarida súper secreta. Oh, las vueltas de la vida.

"Hey, mago"

"Me llamo Stephen Strange, Stark".

"Si, bueno. Hay algo aquí que no me cierra"

Strange levantó la vista del libro que estaba leyendo y Tony le mostró las hojas que él había estado ojeando. "Si entiendo bien, en este libro que me diste hay hechizos que te permiten hacer una regresión hacia tu yo anterior, y en este otro dice que puede hacerse una regresión conjunta si dos personas sienten una conexión especial y que hayan compartido juntos una vida pasada..."

El hechicero levantó una ceja. "Ese libro está en latín y tiene partes en-"

"Sumerio", finalizó Tony. "No entiendo bien el sumerio, pero sí sé hablar latín. Hablo muchos idiomas". Recibió una mirada curiosa por parte del otro hombre. "Lo sé, soy genial. En fin, lo que quería preguntarte es si has hecho esa regresión y si crees que" se señaló a él mismo y luego a Strange "lo que sea que haya aquí sea una conexión lo suficientemente efectiva como para permitirnos a ambos ver nuestras vidas pasadas".

"Esas fueron unas muy buenas preguntas". Strange cerró su libro y se concentró en mirar a Tony. Esos ojos lo hicieron sentir inhibido por un momento. "Primero, sí, si hice la regresión pero no pude ver nada muy importante salvo un par de imagenes más relacionadas a lo que sueño todos los días, pero nada realmente relevante. Fue como si... Como si algo allí bloqueara la mayoría de mis recuerdos. Debería haber sido capaz de ver mucho más con ese hechizo. Wong me ayudó, pero dijo que sintió como si una magia desconocida estuviera actuando para evitar que recuerde y eso, definitivamente no es normal".

Strange se acercó a él mientras hablaban y ahora estaban a unos centímetros. "Y segundo, en cuanto a la conexión... Creo que deberíamos hacer la prueba".

Tony supo enseguida lo que el otro quería. Desde que llegó había estado evitando estar muy cerca del otro por temor a tocarse y volver a pasar por esa vorágine de sensaciones y sentimientos de su primer encuentro, y se dio cuenta que para Strange era lo mismo. Pero ahora, bueno... Sabía que iban a terminar haciéndolo tarde o temprano. Y él se estaba refiriendo a un simple toque de manos o algo así, para nada sexual. Nop, Tony definitivamente no estaba pensando en sexo.

"¿Qué es lo que sueñas?" Preguntó el otro con cautela como si estuviera refiriéndose a algo muy íntimo y le avergonzaba preguntar. Y si, era muy íntimo.

"Eeh... Más bien son... fragmentos. Un bosque claro, mucha vegetación. Un olor floral y salino, una melodía recurrente, un árbol de cerezo. También hay alguien allí, no puedo verlo pero sí lo puedo sentir..."

Stephen se veía conmocionado. "¿Y luego está esa mazmorra oscura? ¿Fuego?"

Tony asintió, también conmovido. "Y el olor a azufre". Finalizó. "¿Sueñas lo mismo?"

"Si, y en mi sueño también hay alguien que a quién no puedo ver, pero sí siento... su calidez".

Ok, Tony no estaba sintiendo su corazón derretirse en ese momento, simplemente fue un poco aturdidor escuchar al hombre aparentemente frío (aunque en realidad ¿qué sabía Tony? ¡Sólo se habían visto una vez antes!) hablar de esa manera tan dulce.

"Creo que deberíamos..." Strange tendió su mano y Tony dudó unos segundos antes de tomarla, podía sentir sus paredes internas vibrando, a punto de caer. Tony la tomó y ahí estaba toda la mierda pasando de nuevo.

Se sumergió en un mar de recuerdos borrosos, pero esta vez no intentó huir de ellos, sino que simplemente se dejó hacer. Había algo increíblemente familiar y placentero en la forma en la que Stephen sujetaba ahora sus dos manos, tan gentil y firme a la vez, a pesar del constante temblor en ellas. Tony miró las perladas cicatrices y quiso saber qué le había pasado, pero supuso que eso era historia para otra ocasión. Él caminó un paso mas adelante y cuando levantó la cabeza para encontrarse con la de Strange, no tuvo dudas que "esa persona" era él. Él lo sabía. Ellos habían estado juntos en otra vida, y no solo eso, sino que Tony aún lo recordaba, no tan claro como le gustaría, pero lo recordaba. La altura era la justa, su silueta, y el hecho que Tony se sintió tan malditamente seguro y cómodo cuando Stephen lo abrazó que él sintió que podría construirse un hogar en el pecho del mago. Cuando recostó su rostro en el hombro de Stephen, pudo escuchar un suspiro saliendo del otro hombre.

"De todas las personas en el mundo... No puedo creer que haya compartido una vida contigo hace miles de años"

Tony sonrió, abrumado por las sensaciones, pero la más fuerte de todas era el alivio. "Sí, bueno... Eres afortunado".

"Esto es tan descabellado... Es como si te conociera desde siempre, pero a la vez no dejo de sentir que este es apenas nuestro segundo encuentro" La voz de Stephen era a penas un susurro.

"Siento lo mismo. Quizás deberíamos hacer esa regresión juntos..."

"Puedo decirle a Wong que nos ayude".

Y de esa forma, abrazados como si fuesen dos viejos amigos (amantes) que se encontraron luego de muchos años sin verse, sus mentes fueron aclarándose de a poco. Tony entendió por fin que el alivio que sentía era porque quizás, inconscientemente, siempre había estado buscando a Stephen, quién sabe en realidad cuántas vidas pasaron hasta ese reencuentro. Si las caricias en su cabello eran una señal, Stephen se sentía de la misma manera. Ellos no se soltaron hasta pasado un buen rato.

 

 

 

Notas finales:

¡Muchas gracias por leer!

https://www.tumblr.com/blog/alltheashes


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