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Crónicas de un aprendiz de nigromante por Silence Tsepesh de Lenfet

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La música se detiene unos momentos, los segundos que tarda en iniciar la próxima canción. La casa está sola, solo la música y la madera de la chimenea ardiendo. He pasado mucho tiempo arreglando la casa que Hadrien me mostrara hace algunos años.  El olor de las hierbas que tengo en la mesa frente a mí ya me resulta relajante también y entiendo porque Han siempre se pasa recogiéndolas a donde sea que va.


Últimamente Hanley pasa mucho tiempo con Hadrien, entrenando en quien sabe que lugares con magia de nigromantes. Ni yo ni Kiran estamos invitados. Ahora me sé de memoria casi todas las pociones de los libros que nos ponían en frente, la mayoría venenos, cortesía de Hadrien, y antídotos, cortesía de Kiran.  Recordar como intentan enseñarnos me hace sonreír, y como no si ya no tengo claro si estamos queriendo ser héroes o ser villanos. Un día aprendemos medicina, otro una maldición casi mortal y dolorosa. Hanley ahora conoció su magia más afín,  el fuego.  Es curioso porque yo juraba que sería esa magia oscura pero también  es obvio porque siempre se le hizo más difícil usar magia negra.


Algo se siente fuera de lugar, cuando miro a la entrada, solo veo la calle a lo lejos, no hay nada extraño, nadie puede entrar y tampoco pueden encontrarme con magia en este lugar.  Escucho el crujido del piso de madera, algo leve como si no quisiera ser escuchado.


— Ione… Ione…— Una forma oscura  grande se desprende de un rincón, la voz sale de allí, una voz   gruesa y tenebrosa— vamos a devorar almas.


— Me alegra que regresaran— La forma oscura se disuelve en sombras más pequeñas.  Desde que encontró los comics completos de Venom, Han siempre intenta aparentar ser ese antihéroe aún no sé cómo hace para que la voz suene de esa forma tan similar, pero ahora su antigua obsesión Darth vader olvidado de momento. Mi pie se atora en la pata de la mesa, todo se tambalea y unos frascos se caen— ¿Cómo fue todo?


— normal. Interesante— Hadrien le mostro este lugar cuando comenzamos a salir a buscar cosas o a encontrar aventuras como les llama Han, y el grimorio que me dio ahora lo compartimos— ¿Qué intentabas hacer?


— Pócimas de dolor— Han se inclina en la mesa, mirando todo con sus ojos de gato. Ha crecido desde que decidí quedarme.


— debías hacer maleficios, escritos.


— Esos no me salen todavía— Han se ríe. Hace una semana que él, Kiran y Hadrien salieron. Realmente me queje mucho por quedarme solo pero ni así funciono— ¿hay noticias importantes?


— No, el parlamento sigue con sus cosas y Hadrien no ha querido hacer nada más porque está ocupado enseñándonos— juguetea con una rama de hierbas que estaba suelta en la mesa. Hanley ha crecido, ya no tiene es apariencia de niño que tenía cuando lo conocí aunque sigue pareciendo un niño cuando sonríe.


— Hadrien no es tan malo como todos decían— si, da algo de miedo a veces pero cuando se todo lo que ha pasado muchas cosas tienen sentido y no solo la parte de la historia que conocía— siempre tuve curiosidad por como hacia sus planes, no he visto ni escuchado de ningún plan para hacer algo malvado y conquistar el mundo o que se yo.  


—  Eso es culpa de Kiran.


—… él es bueno,  pero Hadrien siempre hace lo que quiere aunque le guste o no a Kiran, además Kiran dijo que no iba a interferir en lo que quisiera Hadrien— aunque esa es una forma de decir que solo usara chantajes para convencerle de no ser tan malo.


— No lo digo por eso— Han resopla, enviando el humo lejos de su cara—  Tener sexo pone de buen humor a la gente. Y la gente feliz no quiere conquistar el  mundo.  Destruir el mundo y odiar a todos son efectos secundarios de la abstinencia— me atraganto con mi saliva y comienzo a toser.


— ¡Hanley!


— ¿Qué? es verdad. Hasta los que no viven aquí saben lo que pasa en su habitación.


— Si Hadrien te escucha decir eso va a usar algo desagradable para lavarte la boca— tiene razón, por supuesto pero que lo diga de forma tan directa es extraño, no me acostumbro a escucharle hablar así aunque hemos vivido en el mismo lugar. Hanley se ríe, se aleja riendo hasta el televisor y lo enciende junto con la consola de videojuegos.


— ¿Por qué crees que estoy aquí? me corrieron de la casa apenas llegamos.


— ¿te corrieron?


— no con esas palabras, pero se leer entre líneas— Se sienta en el suelo junto al sofá, estirando las piernas y reclinándose en el mismo sofá. Escucho la música del  inicio del juego—  y ya sabes cuando quiero quedarme para molestar término haciendo castigos— decir que me engañe yo mismo con la forma de ser de Hanley es quedarme corto. Sé que no debí sorprenderme porque de pronto mostrara que no era tan ingenuo como parecía— vamos, a la izquierda, ¡Izquierda!— le doy una mirada a la partida que tiene. Ah, no tiene caso seguir con esto, ya lo terminare después. Sin decir nada tomo el otro mando del juego e inicio mi partida.


— ¿Alguna novedad?


—  Eres malo en este juego.


— No esas novedades— él se ríe, con más ganas cuando hace que pierda el control de mi carrera en el juego.


— Kiran estuvo haciendo labores de limpieza en algún lugar, escucho que hay nuevos reclutas en el parlamento. Al parecer han designado a alguien para que encuentre nuevos talentos, algo como un rastreador ¿Por qué no lo hicieron contigo? Tenían a esa chica que estuvo por morir para encontrar cosas.


— No lo sé— deje mis cosas cuando me fui,  sería fácil pedirle a Lou que usara algo de eso para localizarme y venir por mí, solo se me ocurren dos motivos para no hacerlo: O quieren encontrarme por ellos mismos sin involucrar a nadie más o saben que estando con Kiran será difícil hacer algo.  Y no solo Kiran— a lo mejor pensaron que no valía la pena hacer algo por mí— la pantalla se congela y aparece el letrero de pause. Han me está mirando, con los ojos entrecerrados y una mueca en la boca. Las sombras de la casa se juntan a su alrededor, y la forma en que se mueven me recuerda a una serpiente que está por atacar.


— no me gusta que digas esas cosas.


— Pero…— me da un codazo, y no uno débil, si no fuere que me saca el aire por unos momentos.


— Aquí nadie va a compadecerte ¿Acaso no lo has aprendido?— Eso lo dice con tono de burla y luego reanuda el juego. Yo pensé que Hanley solo disfrutaba de los comics, las series de televisión y las series de anime, pero cuando conseguimos algunos videojuegos también termino por volverse todo un aficionado— Hay un lugar al que quiero ir.


— Oh…— eso siempre significa algún tipo de problemas— ¿A dónde?


— no, esta vez iré solo.


— ¿Qué? No puedes, Hadrien…


— Me ha dicho que si— ¿Cómo? No sé qué me sorprende más, si el que Hadrien le permitiera ir por su cuenta o que Hanley no piense en llevarme— Aunque no saldré pronto, el viaje fue largo y apenas estoy tomándole el truco a tele trasportarme.


— ¿no es porque inicia la temporada nueva esta semana?


— También— Intento no parecer muy ofendido por eso, porque Hanley puede ir y venir por donde sea, pero no siento que fingir que no pasa nada me salga bien. Claro que Han puede hacer salidas por su cuenta, siempre acude a tiendas de comics, videojuegos o películas, pero nunca desde que estamos bajo el mismo techo Hanley me había dejado de lado como ahora— ¿Por qué te detienes?


— ¿A dónde iras y porque iras solo?— Han me mira por tanto tiempo que me parecen horas, al final se levanta a apagar el juego, yo sigo sentado mientras camina y se inclina para verme. Solo puedo ver su sonrisa mientras dice solo una palabra.


— Se-cre-to— sus labios rozan los míos, unos segundos que no son suficientes. Se aparta de mí tan rápido que no alcanzo a sujetarlo— Creo que ha pasado tiempo suficiente para evitar que Hadrien venga a buscarnos— la última vez que tardamos mucho aquí,  Hadrien vino hasta acá e hizo que regresáramos a casa. Los dos pasamos días separando montones de piedras para clasificarlas porque de pronto aprender sobre piedras era importante.         


 — Hanley…— le veo en la salida. Aún tengo que guardar las cosas que estaba usando, muchos ingredientes. Por más que me apresuro,  Han se ha ido cuando termino de poner todo en su lugar.


 La casa sigue en el mismo lugar que esperamos hace años, aunque no es la misma... accidentalmente se incendió mientras  intentábamos crear una versión más práctica del gas lacrimógeno. En otra ocasión perdió un muro porque cancelaron uno de los comics favoritos de Hanley. En su defensa, él aun no controlaba bien la magia.  La casa ahora es más grande, mucho más grande y más moderna de lo que era. Lo primero que noto cuando llego a la casa, es que la entrada está llena de arena.


Hanley está en el suelo de la sala, a un lado de la mesita y rodeado de comics aun en sus empaques. Frunzo el ceño, porque eso tampoco es normal. Lo primero que Han hace cuando compra comics es saltar mientras me dice cuáles son sus nuevas adquisiciones.  


— Ione, ¿Qué haces en la puerta?— Kiran va cargando una maleta con las cosas un poco salidas, la mayoría son pergaminos y trozos de tela. Hanley solo nos da una mirada antes de regresar a leer el comic.  Sigo a Kiran por el pasillo hasta una de las nuevas habitaciones.


— ¿Qué anda mal?— Kiran se detiene.


— ¿Algo va mal?


— yo pregunte eso ¿paso algo? ¿Qué está mal?


— ¿esto es un juego nuevo o algo así? nada va mal, Ione— otra vez pienso en lo que ha pasado antes, y niego con la cabeza— ¿Qué es lo que piensas que está mal?


— Nada, solo… olvídalo, de seguro solo son ideas mías.


— Ione, no menosprecies tus presentimientos. Podría ser importante.


— ¿Visitaron a Hassim?— Kiran suspira, pero yo no tengo intención de hablar sobre lo que pienso va mal porque ni yo sé que podría ser— hay arena en la entrada.


— Ellos hicieron una visita corta, nos encontramos después— ah, esa  visita probablemente significa que fueron a entregar algún maleficio o algo así, o conseguir ingredientes. Algo que estará prohibido por el parlamento y por lo que Kiran prefiere hacer como si nada pasara— ¿Estás seguro que no quieres hablar sobre eso?  


— Está  bien— suspiro y regreso a la sala, pero no me quedo allí. Ahora que están todos de regreso tengo que seguir con lo que hacía antes de que se fueran: Maleficios escritos. Hacer que una maldición funcione en un pequeño papel es de lo más difícil que he hecho, por más que la escribo y escribo no deja de ser un simple papel. Hanley ya puede crear objetos malditos, se divierte haciendo piedras con maldiciones de atracción, las deja tiradas en la calle y el pobre que se cruce con esa piedra se la pasa tropezando todo el día.  Lo más que he llegado a hacer con los papeles es crear un ataque de estornudos.


— niño ¿ya hiciste algo más que ocasionarle un resfrió a alguien?


— No…— Supongo que hay cosas a las que nunca podre acostumbrarme, como el que Hadrien llegue en silencio y hable. Me hace ponerme alerta  y que casi me dé un infarto— Pero termine las pociones que quedaron pendientes.


— No he visto que practiques tampoco las maldiciones de los libros— Eso es más complicado, la mayoría requiere de alguna persona para comprobar si lo hago bien, y  aun no soy capaz de usar a un humano para eso.


— No todos tenemos el talento innato de crear caos sin quererlo— murmuro, más en un refunfuño para mí mismo.


— ¿Qué?


— Que estaré practicando arriba— Así que arrastro los pies para ir a la habitación donde puedo escribir maldiciones con calma.


Estoy tan distraído, que no logro hacer ni un solo papel bien. Hanley está más serio cada vez, y no es mi imaginación, aunque Kiran y Hadrien digan que no es así. Cierto, no ha dejado de reír, ver televisión o leer comics, pero sé que hay algo diferente. Le observo cada que puedo, intentando adivinar qué es lo que pasa ¿quizá es por la salida que menciono? Bah, ¿a quién quiero engañar? Sé que es por eso, sea lo que sea que va hacer, le tiene preocupado ¡Y no ha querido decirme nada!  Cuando le pregunto por eso, siempre se ríe, me besa y se va, ya no viene por la noche a la habitación.


— vamos, Kiran ¿no puedes preguntarle?


— ya lo hice.  Y Hadrien dice que es asunto de Hanley—  Y eso es más preocupante para mi ¿Por qué la aceptación de Hadrien? A él definitivamente no le pregunto directamente porque se burlara de mí y luego usara alguna maldición  en mí que tendré que aprender para usarla. Es frustrante.


— ¿Qué hizo ese papel? Le has roto. Y ni siquiera es el símbolo correcto.


— nada.


— no parece nada.


—… ¿A dónde vas?— Él se ríe, espero a que terminen sus carcajadas.  Me quita el pincel de la mano y toma otro papel limpio, donde hace un solo trazo rápido y preciso. El símbolo que queda en el papel es perfecto y puedo sentir el leve rastro de la magia.


— Si lo adivinas quizá te invite— me extiende el papel y se va cuando lo tomo.


Por supuesto, no lo adivino. Eso de adivinación es de lo más complicado que alguna vez escuche, y no tengo la suerte de poder hablar con los fantasmas para preguntar. Hanley me evadió cada vez que pregunte. Kiran no lo sabe pero tampoco está preocupado por lo que sea que hará ¿Qué yo soy dramático por preocuparme?  Quizá. No puedo quitarme esa sensación que no logro identificar tampoco.


Todo va peor el día que me doy cuenta que Hanley se ha ido, solo así, sin despedirse sin decirme nada ni una nota, nada ¿Cuándo se volvió tan bueno ocultándome cosas? no sospeche nada. Recorro la casa intentando buscar una pista, lo que sea, pero lo único que puede ayudarme ahora es preguntar. Encuentro a Hadrien en el salón,  revisando un mapa sobre la mesa. Hadrien siempre lleva abrigos de botones plateados no importa si hace calor o no.    


— eh…— ¿Ahora qué? Solo me atreví a preguntarle una sola vez sobre esa salida de Han, no me respondió ni esperaba que lo hiciera. Si le pregunto otra vez solo voy a ganarme una burla. 


— ¿Qué quieres?


— Hanley…


— Si Han no te lo dijo, no lo hare yo.


— ¿Por qué acepto que fuera solo?— Me mira, despegando la vista del mapa. Desde donde estoy, el mapa se ve viejo, y no reconozco que lugar que esta dibujado— ¿Por qué ahora si siempre  lo has protegido?


— Justo por eso. No puedo protegerlo siempre, eso ya impidió una vez que encontrara la magia— marca un par de puntos en el mapa— además ¿Crees que si estuviera en peligro yo estuviera aquí?— No, no creo que le dejara ir si hubiera la más mínima prueba de que Han estuviera en peligro. 


— No puedo… siento algo, es como si tuviera que ir con Hanley. No me deja tranquilo.


— ¿y no es solo el hecho de que Han no te dijo nada?— Puedo notar el tono de burla.


— No lo sé, quizá, pero Kiran dijo que no tenía que menospreciar estos presentimientos— Me parece escucharle resoplar o reír bajito.


— Por supuesto. Si lo crees así, entonces… dejémosle todo al destino ¿no?— aparta el mapa, pero solo para poner otro más grande: Un mapa del mundo. No hay ninguna marca ni señal, ni siquiera los nombres de los países— elige un lugar, toca el  punto en el que crees tienes que estar.


— ¿Cómo sabré que lugar es ese? Ni siquiera conozco…— me callo al ver cómo me mira. No noto nada especial en el mapa, ni un punto en que quiera estar. Solo es un trozo de papel frente a mí. Un punto, solo un lugar, no debería ser difícil ¿Dónde podría estar Han? Es tan grande todo… ¿para qué tanto teatro si puede simplemente decirme donde está y evitamos esto? el suspiro de fastidio de Hadrien me hace levantar la mano y tocar un punto en el mapa, cualquier cosa es mejor que quedarme aquí sin hacer nada.  Una imagen rápida de un lugar aparece en mi cabeza, como ver una fotografía y mi magia responde de inmediato para llegar a ese lugar. 


Estoy de pie en una carretera, frente a una estación de servicio. Parece que antes era una zona más natural pero ahora veo casas y caminos por todos lados, y a mi izquierda la ciudad. No parece ser grande, y me recuerda mucho a la ciudad donde estamos porque no es ni grande ni pequeña ¿Realmente Han esta aquí? ¿Y donde es aquí? camino adentrándome a la ciudad. Hay algunos edificios grandes, y sin duda debe haber en algún lugar una tienda de comics o videojuegos. Pero no siento que Han este en esos lugares. No daré vueltas como tonto por la ciudad,  junto mis manos y susurro unas palabras. En el libro este hechizo se usa para que la oscuridad, las sombras dominadas por los nigromantes encuentren algo, casi siempre otras fuentes de magia. Yo no soy un nigromante y me enterrare primero antes de mostrarle a Hadrien las mariposas de colores y destellos brillantes que yo invoco. Todos usan sombras y oscuridad y yo uso estas cosas que parecen hadas. Genial. Al menos cumplen su función, camino siguiendo las mariposas destellantes y eso es bueno porque al menos aquí hay algo que usa magia. Me alejo del bullicio, no mucho, pero no llego a los límites de la ciudad. La mariposa desaparece a mitad de una calle, es bonita y no hay muchas personas aquí ¿Qué hay aquí? no parece ser una calle especial… o no lo parecía hasta que la vi, la casa en la esquina. Resalta demasiado por su abandono, por el patio lleno de hierbas y los rayones de las pandillas.  Parece ser que en otro tiempo era grande y rustica, pero ahora el segundo piso ha desaparecido, el techo esta caído y puedo ver los escombros en todos lados. También veo que hay alguien dentro… alguien a quien conozco bien.


— Ione…


— Te encontré— Más que una respuesta, es solo mi incredulidad. Me quedo en la entrada, observando que dentro no está mejor que afuera.


— ¿eh? Pero si tú estabas buscándome.


— Sí, pero no esperaba encontrarte… ¿Por qué estamos aquí?— Hanley se gira y me mira. 


— Esta era mi casa, antes de que conociera a Hadrien— hay muchos escombros del segundo piso, hay zonas húmedas y con hierbas creciendo, además de más rayones con nombres y dibujos. Todo está ennegrecido, como si hubiera ardido antes de destruirse— No había venido a este lugar desde entonces, quería verlo de nuevo. Casi no  recuerdo como fue vivir aquí— Ah ¿Por qué no me dijo eso? ahora me siento idiota por estar aquí, en un lugar que sin duda Han quería visitar solo. Kiran y sus tontos consejos, y yo más tonto por seguirlos.


— No  vuelvo a hacerle caso a Kiran— refunfuño.


— ¿Qué?


— Nada, olvídalo. Yo… creo que regresare a casa— no creo que me escuche. Parece mirar un hueco que está lleno de escombros— ¿Por qué no…? ¿Nunca intentaste hablar con los espíritus de tus padres?


— no, ellos no están ya… mi papá murió por allí— señala un punto casi en el centro— me escondí, mamá estaba aquí, la pared quedo manchada de sangre. El espíritu de papá decía cosas que me asustaron y le hice callar, le envié a  donde sea que van y no regreso. Mi mamá paso a ese lugar después de traer a Hadrien— La imagen de eso me da escalofríos. Este lugar parece ahora la casa del horror. Hanley me sonríe de pronto— Hadrien estaba justo donde tú la primera vez que lo vi. 


— Oh— no sé qué más decir— esperare afuera.


— Ya he terminado aquí— los dos salimos a la calle, donde el sol no parece calentar tanto ahora— oh por allá había un parque… y la escuela estaba a unas calles.


— ¿asististe a una escuela?


— sí, querían que fuera ¿normal? No lo recuerdo bien… como sea,  vayamos a lo que sigue— ¿a qué? Hanley camina hasta dar vuelta en la calle, es cuando le sigo.


— ¿No regresamos a casa?


— Aun no. tranquilo, no pasara nada.


— Siempre pasa algo desagradable cuando sonríes así—  aun así le sigo hasta la estación de autobuses, y no pregunto nada cuando subimos a no sé qué destino.  Al inicio era divertido usar los transportes humanos para viajar, ahora a veces me resulta aburrido, como hoy— Están mirándome.


— Tu cabello es llamativo— dudo que mi cabello sea más llamativo que el de Han— Ah, es aquí— es otra ciudad, mas grande que la anterior, y muy cerca porque no tenemos mucho viajando en el autobús— bajaremos aquí.


— ¿Por qué no solo aparecimos?


— Porque no sé como es este lugar y no conozco a donde voy— tiene razón y mi pregunta es tonta porque es de las primeras cosas que aprendes cuando desapareces. Me quedo callado hasta que bajamos, aun siento las orejas rojas. Caminamos por las calles, cruzando por carreteras llenas de carros, abriéndonos paso entre humanos que anda a prisa a todos lados.  Casi  ha atardecido, tengo hambre y me duelen los pies de caminar en lo que parece un circulo interminable.


— Si me dices a donde vamos podremos llegar más pronto. Consultar un mapa no ha matado a nadie hasta ahora.


— No importa lo lento que vayas siempre que no te detengas— damos vuelta en otra calle, las farolas comienzan a encenderse y por fin nos hemos alejado del ruido de la ciudad. La zona donde estamos es más tranquila. 


— no describiría este andar sin sentido como lento.


— ¡Aquí es!— Hanley lee en un papel lo que estoy convencido es la dirección.


— Si tenías la dirección pudimos usar un taxi— casi me pongo a llorar. Han se ríe, y revuelve entre sus cosas hasta que saca uno de esos papeles con maldiciones que hace tan bien— Hanley…


— Un regalo para mi familia—  de nuevo me sonríe y luego me pasa la mochila que lleva— Cúbreme— dice mientras salta por la cerca antes de que yo pueda decir algo más.

Notas finales:

Gracias por leer, hasta la próxima semana


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