Capítulo 4.- Consecuencias
Seiya estaba escuchando música mientras hacía su tarea de cálculo, hacía mucho frío y llovía por lo que no se había quedado en la biblioteca del Campus, el castaño rara vez pasaba las tardes en casa porque Julián era por demás escandaloso cuando estaba, y usualmente pasaba las tardes en casa, por lo que no sorprendió a Seiya el ver llegar a su peliazul amigo que comía una rosquilla muy hábilmente al tener las llaves en sus manos
- Hey… no que no me alegre verte pero… ¿qué haces en casa? – Julián sonrió sinceramente al ver a Seiya levantar la mirada sin dejar de morder el lápiz que tenía en la boca
- Hace frío y llueve, dioses… ¿cómo no se mojó tu rosquilla?
- Soy un hombre de recursos y vine en taxi, de saber que estabas en casa te traía una – Julián dejó caer su mochila junto a la puerta y se sacó los zapatos, no se había mojado mucho pero si estaba algo empapado
- No no no, mejor dejo de comer cosas dulces, estoy un poco gordito – Seiya pasó la mano por su vientre y meneó la cabeza con un suspiro, según él había subido de peso, Julián arqueó una ceja y respondió:
- No estás gordito, no creo que hayas subido nada, y si has subido algo pues… yo creo que se te fue directo al trasero y eso está muy bien – Julián dijo esto en un tono muy sugestivo, Seiya se levantó y fue a la cocina al decir en un tono muy divertido:
- Eres un idiota Julián
- Puede ser, pero uno muy sexy, ¿no lo crees? – Julián de dos zancadas estaba junto a Seiya y lo acorralaba contra la baranda de la cocina, en estos últimos días las cosas habían cambiado sutilmente entre ellos, Seiya estaba de mejor humor y se había mostrado mucho más receptivo a los avances de Julián, que no perdía oportunidad en hacerle saber cuánto lo deseaba
- Solo un poco, hey… ¿no tienes que estudiar o algo? – Seiya puso una mano en el pecho de Julián para no permitir que se le acerque más de lo que era prudente, a Seiya siempre le gustó Julián pero nunca vio futuro a su relación, de entablarse una claro está, Julián era un perro en todo el sentido de la palabra, tenía muchos amantes a los que Seiya usualmente les brindaba café en la mañana, entonces su preocupación de arruinar su amistad por un poco de sexo, era real
- Tengo que estudiar anatomía, ¿me quieres ayudar con eso? – Julián puso la mano en la cadera de Seiya y lo atrajo a su cuerpo
- No… me niego a ser tu maniquí de estudio o lo que sea que quieras hacerme
- Ohhh yo quiero hacerte muchas cosas, quiero que me hagas muchas cosas más, no sé qué tengo que hacer para convencerte de que esta vez no estoy jugando – Julián acarició la mejilla de Seiya y se acercó para besar su cuello, pero Seiya puso la otra mano en el pecho de Julián para detenerlo
- Tu siempre juegas y eso está bien, yo no soy nada tuyo para juzgarte ni nada de eso, lo único que quiero es que no juegues conmigo – Seiya se mostró inseguro y eso a Julián le parecía adorable, vio al castaño muy joven e inocente, él sabía que los rumores del campus eran solo rumores pero… nunca pensó que Seiya fuera tan inexperto como le pareció en esos momentos
- Yo no voy a jugar contigo, tú no eres material para juegos, podríamos empezar algo genial tú y yo, ¿qué dices?, ¿estudiamos anatomía?
- Te voy a sonar muy frío al decir esto pero… odio el dormitorio universitario, odio la comida del comedor, odio todos los servicios de bienestar estudiantil, lo odio todo, y bajo ningún concepto quiero volver a depender de eso, me gusta vivir contigo y que me alimentes, si nos acostamos y todo se va al diablo yo… yo no quiero volver allá, eso suena demasiado interesado, ¿verdad?, mierda… sabía que este genial arreglo no podría durar eternamente, iré a empacar… - Seiya se soltó del agarre de Julián y bajó un escalón antes de que el peliazul le saliera al paso y no lo dejara avanzar más al decir:
- Déjame entender lo que estás diciendo, no te acuestas conmigo porque no quieres que te bote de la casa, así que te vas antes de que tenga el chance de botarte y aun así, ¿no te vas a acostar conmigo?, ¿no te parece algo extraño?
- Es que Julián…
- Y si te juro por lo más sagrado que nunca te voy a botar de la casa, que siempre podrás vivir aquí y que siempre te voy a alimentar, ¿te acostarías conmigo? – Julián sonrió tratando de aliviar la tensión del momento pero Seiya lo miró muy incómodo y se separó de él al decir:
- No… esta conversación se tornó muy extraña
- No no no, no te vayas, ok., ok., si no quieres cambiar nuestra relación te voy a respetar, ya te lo dije antes y te lo repito ahora, solo… no te vayas, mira… no voy a volver a insistir con esto, si tú quieres algo conmigo voy a esperar a que vengas a mí, pero si no lo quieres hacer, no hay problema, tenemos tequila, ¿no? – Julián acarició la mejilla de Seiya pero se quitó de su camino
- Vas a beber, ¿para qué exactamente? – al castaño le parecían divertidos los cambios de humor de Julián
- Para superar tu rechazo y celebrar que seguimos siendo amigos, ¿suena bien?
- Si… suena muy bien
Julián sacó una botella de tequila y con Seiya se acomodaron en los sillones de la sala y entre risas empezaron a tomar shots de tequila, Julián puso un poco de música y ambos amigos charlaron, rieron y bebieron la tarde entera.
Para Seiya estar con Julián era algo sumamente fácil, el peliazul era por demás fresco y tenía un genial sentido del humor, el castaño tenía la idea fija de que Julián sacaba a relucir lo mejor de él, porque desde que Julián estaba en su vida, su carácter había mejorado, ahora reía ante una historia que Julián le estaba contando, Seiya se dio cuenta que su total atención estaba en el movimiento de los labios de su amigo, estaba escuchando lo que le estaba diciendo pero no era solo eso, miraba como los labios de Julián se movían mientras hablaba y eso fue lo que hizo click en su mente, a Seiya ya no le importó nada, ambos estaban sentados en el sillón, uno junto al otro, Seiya tomó su shot, dejó el vaso en la mesita y literalmente se lanzó a Julián y lo besó con pasión en los labios
El peliazul abrió mucho los ojos pero los cerró inmediatamente al estrechar contra su pecho el cálido cuerpo de Seiya que se acomodó de mejor manera sobre él para poder besarse mejor, Julián siempre pensó que Seiya besaría como los dioses y la verdad no se equivocó, el castaño lo besaba como si no hubiera un mañana, enredaba los dedos en sus azules cabellos y movía sus caderas en anticipación.
Julián lo abrazaba acariciando su espalda pero luego bajó sus manos y pudo sentir lo que por meses había querido, el trasero de Seiya era firme y redondito, provocaba darle una mordida y esa noche se la daría, claro que lo haría
- ¿Quieres ir… a la… habitación? – preguntó Julián entre besos
- No… te quiero aquí y ahora… - Seiya zafó los botones de la camisa de Julián y dirigió los labios a su cuello, Julián hizo lo propio y zafó los botones de la camisa de Seiya para poder acariciar la suave piel de su definido pecho
- He soñado con esto… por mucho tiempo… quiero… hacerlo… bien… - Julián abrazó a Seiya y lo miró a los ojos al decirlo, el castaño sonrió y acarició la mejilla de Julián, lo besó suavemente en los labios y pegó sus cuerpos, este beso fue diferente, fue más pausado, más sereno, no estaba cargado de pasión sino de sentimiento y eso cambió la dinámica entera de la situación, con ese beso en verdad empezaron a disfrutarse mutuamente
- ¿Has soñado conmigo? – Seiya sonrió extremadamente complacido al preguntar esto
- Claro que he soñado contigo, ¿bromeas?, solo mírate… créeme es un milagro que haya pasado tanto tiempo hasta que esto se haya dado, ¿no has notado que me baño en agua fría todas las mañanas?, eso es por tu culpa
- ¿En serio?, que genial – Seiya rodeó el cuello de Julián y lo besó en los labios, el peliazul lo abrazó de mejor manera y lo recostó en el sofá sobre su espalda aprovechando la oportunidad para acomodarse entre sus piernas
- Me gusta tu cuello… ¿te lo había dicho?
- Lo supuse por la manera como lo besas, me encanta tu lengua por cierto, lo haces muy bien – Seiya estaba acariciando la espalda de Julián el que disfrutaba los suaves movimientos del castaño en el sofá
- Te va a encantar más, ¿qué tal eso? – Julián dirigió las atenciones de su boca hacia los pezones del castaño que se mordió los labios y se arqueó en el sofá
- Mmmm… genial, no te detengas… mmmmm rico…
- Yo te voy a dar rico
Julián besó a Seiya en los labios pero sus manos fueron hasta su cinturón, lo zafó, abrió sus pantalones y sin pensarlo mucho metió las manos entre sus ropas, Seiya gimió y se arqueó nuevamente en el sillón, Julián lo acariciaba íntimamente y eso se sentía delicioso, sus manos eran cálidas y suaves, pero más que eso era como si el peliazul supiera exactamente como tocarlo para hacerle ver luces con los ojos cerrados, Julián estaba fascinado con la respuesta de Seiya, el castaño se mordía los labios, gemía, suspiraba y se movía inquieto en el sofá, se mostraba dispuesto y lo disfrutaba, y era precisamente eso lo que Julián más estaba disfrutando
- ¿Tienes protección Julián? – preguntó Seiya levantando las caderas para permitir que el peliazul le sacara los pantalones dejándolo desnudo
- Si… yo lo tengo todo, tu relájate y disfruta, eso es, abre las piernas ricura… eso es… - Julián estaba arrodillado en el mueble sacándose la camisa que aún estaba usando y miraba fascinado el desnudo cuerpo de Seiya que lo miraba y le sonreía
- ¿Te gusta lo que ves?
- Me encanta… abre las piernas, déjame ver tu cosita… mmmm…
Julián se sacó los pantalones y se acomodó sobre Seiya que le rodeó la cintura con las piernas y lo atrajo hacia su cuerpo, el peliazul acariciaba suavemente los muslos del castaño, recorrió su pecho dejando un camino de besos y mordidas hasta que finalmente llegó a su ombligo, Seiya cerró los ojos con fuerza y gimió cuando sintió un intruso y lubricado dedo que se abrió paso en su intimidad
- Despacio Julián… hace tiempo… que no lo hago… - gimió Seiya mientras arañaba los brazos de su amante
- ¿Cuánto tiempo? – preguntó Julián realmente interesado
- El semestre anterior… despacio… Julián… Julián… - Seiya mordió el hombro de su amante ahora que dos dedos estaban moviéndose rítmicamente en su interior
- Afloja el cuerpo, relájate, no voy a lastimarte… respira chiquito… eso es… bésame… - Julián se agachó y buscó los labios del castaño y se unieron en un apasionado beso
Seiya gimió con ganas esta vez cuando Julián tomó su rodilla de la parte de atrás y flexionó su pierna, eso le dio el espacio suficiente para sacar los dedos de su intimidad y penetrarlo de una sola estocada, Julián gimió también porque Seiya lo apretaba como los dioses, y la sensación divina de placer fue más intensa para ambos cuando sus caderas empezaron a moverse y hallaron un ritmo acompasado y enloquecedor
- ¿Así?, ¿así te gusta? – Julián tenía levantada la pierna de Seiya y se movía con fuerza y ritmo en su interior, el castaño gemía y le arañaba los brazos mientras se arqueaba en el sofá, su rostro era un poema y eso complació sobremanera al mayor
- No… me gusta más cuando estoy arriba – Seiya se mordió los labios y le guiñó un ojo a su amante que le sonrió y lo tomó de la cintura para incorporarlo
- Arriba, ¿cómo? – Julián buscó con sus labios el cuello de Seiya que se acomodó de mejor manera y continuó con sus movimientos de cadera
- Algo así, pero es mejor si tu… te recuestas… eso es… - Seiya empujó a Julián que se recostó en el sillón y sonrió al ver como Seiya se acomodó de mejor manera sobre él y con delicadeza introdujo su miembro en su cuerpo. La visión del castaño moviéndose rítmicamente sobre él era por demás excitante, Julián sonreía con lujuria mientras acariciaba los muslos de su amante y se lo comía con los ojos porque Seiya acariciaba su pecho y parecía perdido en un mar de sensaciones mientras se movía sensualmente sobre él, Julián pasó las manos por su vientre y luego las dirigió a su miembro y lo empezó a frotar, Seiya gimió y se agachó para besarlo en los labios
- Me encanta… como te mueves – dijo Julián sin dejar de masturbar a Seiya que había aumentado la velocidad de sus movimientos de cadera
- A mí me encanta… como… me la metes…
- No como… me encantó a mí… metértela…
- Ya llego Julián… ya llego…
- Muévete ricura… ya llego yo también… - Julián apuró los movimientos de sus manos en el miembro de Seiya y sintió como el cuerpo del castaño se empezó a contraer entero por la fuerza del orgasmo que estaba sintiendo, y en medio de gemidos y jadeos ambos llegaron a la cima del placer
La noche ya había caído cuando Sorrento entró al departamento, afuera llovía por lo que el muchacho estaba helado desde la cabeza hasta los pies, apenas entró escuchó un shusheo, levantó la mirada y vio a Julián que estaba usando solo sus jeans, se apoyaba ligeramente en la baranda de la cocina y tenía un jarro humeante en sus manos, Sorrento miró al sofá y arqueó una ceja al ver a Seiya profundamente dormido y acurrucado en una delgada manta, alzó la mirada y miró a Julián que tenía una sonrisa que no la podía contener, el recién llegado subió las escaleras hasta la cocina y sin decir nada sacó su billetera y le dio un billete al dueño de casa que lo tomó y lo guardó en el bolsillo de su pantalón, Sorrento meneó la cabeza y fue a la cocina a servirse un jarro de té
A la mañana siguiente Seiya despertó y estaba en la cama de Julián, no supo cómo fue a dar allá, no supo cómo llegó, pero una parada lista de ropa limpia estaba en la sillita de la habitación y un vaso de jugo estaba en la mesita de noche, una nota estaba a su lado y decía: “Tengo clases de inglés pero espero verte para almorzar, toma un jugo, toma un baño, toma lo que quieras y nos vemos al medio día… Julián”
Seiya sonrió como un estúpido y se levantó con una sonrisa en el rostro, él sabía que Julián tenía clases de inglés los sábados, entonces el peliazul no era que le estaba mintiendo ni mucho menos, Seiya saltó a la ducha, se vistió, tomó su jugo y sin esperar nada se fue directo al campus, buscó un árbol cerca de los edificios del Centro de Idiomas y sacó un libro para leer, Julián debía pasar por allí cuando saliera de clases, así que bajo la sombra del árbol lo esperaría
La mañana era soleada así que al poco tiempo de que había llegado allí, Seiya se sacó el saco que había estado usando, y en eso estaba cuando algo le llamó la atención, él siempre estaba en el campus todos los días convenga o no convenga, le parecía mejor el no aprovecharse de la hospitalidad de Julián y usualmente estudiaba en el campus, nunca antes había visto a Shun allí, y ahora lo vio abrazar un libro gordito y caminaba más rápido de lo normal, estaba usando un suéter que le quedaba algo grande, pantalones flojos y botas, nada que ver con su ropa usual de diseñador, lucía bastante desmejorado, tenía ojeras pronunciadas y estaba pálido, como si estuviera enfermo
La verdad no tuvo mucho tiempo para pensar en ello porque sintió que una mochila cayó a su lado y luego tenía a Julián prácticamente encima suyo, lo besaba en los labios y ambos cayeron al suelo entre risas y besos
- ¿Estás loco?, todos pueden vernos – Seiya estaba recostado completamente en el césped con Julián a su lado, el peliazul le acarició la mejilla y mirándolo a los ojos le dijo:
- Que se mueran de la envidia porque te tengo en mis brazos y eres mío
- ¿Soy tuyo? – Seiya sonrió feliz, no esperó una reacción así de Julián y eso lo tenía extremadamente complacido
- Claro que sí, mío y solo mío, con eso pondremos fin a esas habladurías en tu contra, el que se atreva a decir algo de ti otra vez, se las verá conmigo
- ¿En serio?
- Claro que si tonto – Julián lo besó en los labios y en eso estaban hasta que escucharon unos gritos en el pasillo, ambos se incorporaron y vieron una escena bastante fea
Shun caminaba por el pasillo llegando al patio, Hades bajaba las escaleras casi corriendo en espera de alcanzarlo, cuando lo hizo lo tomó del brazo pero el muchacho de cabellos verdes se soltó con violencia y al tratar de alejarse se le cayó el libro que tenía en las manos, Hades le dijo algo y Shun gritó con desesperación cuando su novio trató de tomarlo del brazo nuevamente, Shun miró el libro pero decidió que no iba a recogerlo porque se dio la media vuelta y siguió caminando, Hades trató de detenerlo nuevamente pero el muchacho no se dejó tocar, le lanzó el teléfono celular y algo le dijo que nadie alcanzó a escuchar, solo vieron que Hades se quedó de pie mirando como Shun se alejaba de él corriendo, era obvio que lloraba