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Shout Love por Sigyn

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Notas del capitulo:

Ya sé. Nada que decir. 

 

Contenido de Marvel y la mitología Nórdica

  La tormenta arremetía fuertemente cubriendo de un blanco manto a su paso, las temperaturas bajaban cada vez más y la nieve poco a poco se hacía más densa. La oscuridad consumía al bosque y solo se escuchaba la lucha que existía entre la copa de los árboles y el incesante viento.

  La fogata crepitaba con dificultad, la llama luchaba por no extinguirse bajo las gélidas temperaturas, aferrándose a la madera que le era puesta de vez en vez. Unos profundos ojos azules observaban la batalla entre el fuego y el frío viento, mientras era atormentado por los recuerdos.

—Loki…— dijo en un susurro al ver como el fuego crecía con más fuerza.

—¡Thor! —Balder lo llamó. El nombrado salió de aquel trance y volteó a ver a su hermano ofreciéndole una tenue sonrisa.

  El rubio mayor lo observó con atención para luego sentarse a su lado y observar el fuego quemar el pino que le era ofrecido.

—La tropa esta lista para partir una vez que cese la tormenta— Dijo mientras se abrigaba más en la caperuza.

—Estamos cerca del punto de encuentro—. Thor volteó a ver a su hermano —Estamos más cerca de vengar a nuestro padre.

  Balder sonrió y afirmó con la cabeza —No estaría más orgulloso de ti—. Dijo mientras colocaba suavemente la mano derecha en el hombro de su hermano —De nosotros.

  Thor hizo una mueca parecida a una sonrisa y se perdió nuevamente en el crepitar de las llamas sintiendo el gélido frío de Jotunheim abrazar su cuerpo.

  Y pensar que años atrás aquel gélido abrazo lo emocionaba, le recordaba que pronto volvería a ver a aquella hermosa criatura, al príncipe Loki.

  Cerro los ojos ante el dolor que le causaban aquellos recuerdos…

 

 

***

 

—Madre, ¿Iras a Asgard pronto? — Preguntó curioso, mientras observaba a su hermosa madre seleccionar los más finos trajes que llevaría en su viaje.

—Sí, Odín quiere que nos reunamos una última vez antes de la ceremonia—. Dijo mirando tiernamente a su hijo.

—¿Puedo ir contigo esta vez? —Loki preparó la mirada más tierna para obtener la aprobación de su madre.

—No, aún no—. Suavemente poso sus azuladas manos en las mejillas de su hijo—, pero una vez casada, vivirás ahí un tiempo— le sonrió dulcemente intentando subir los ánimos de su niño.

—Asgard ha de ser maravilloso—. Dijo desanimado mientras observaba el equipaje de su madre— ¿Me traes algo?

—¿Qué quiere mi príncipe? —Preguntó en tono gracioso su madre.

—¡Flores! —Exclamo emocionado.

  Thor le había contado de la variedad de flores que existían en sus tierras y él estaba deseoso de conocerlas todas. Jotunheim al ser tan frío la vegetación no era muy diversa.

  Una melodiosa carcajada salió de la fina boca de Fey, su hijo era único en todo el mundo.

—Lo intentaré, pero espero que no marchite en el camino de regreso a casa—. Miro tiernamente los pucheros que Loki ponía.

—Puedes mantenerla viva con magia— objetó el ojiverde y a lo que su madre rio.

—¿Cómo? —preguntó curiosa.

  Loki miró a su madre detenidamente, mientras achinaba sus ojos. La reina de los Jotunheim le brindó a su heredero una amplia sonrisa y salió de la habitación. Un par de verdes ojos siguieron la esbelta figura que abandonaba la habitación.

—¿Cómo podría?

  Aquella duda se sembró en su mente, sin duda trabajaría para hallar la forma de mantener vivo un ser con magia…

  El joven se dirigió a la amplia biblioteca donde invertía la mayor parte de su tiempo y allí buscaría la respuesta a aquella duda.

  Al otro lado, cruzando el reino y bosque helado se abría paso las tierras más fructíferas, la tierra de los Aesir.

  El sol del atardecer bañaba la ciudad dorada, haciéndola brillar con su color característico. Los verdes prados que la rodeaban y los rojos colores del cielo brindaban un panorama mágico.

  En lo alto de una de las torres del castillo, Thor se encontraba observando como el sol se ocultaba en lo más profundo de las montañas. El olor que las flores desprendían esa primavera, jugueteaba en el cálido aire que danzaba por la ciudad. Una pequeña sonrisa surco los gruesos labios del Dios del Trueno al recordar los rubios rizos de su madre y su olor a flores frescas.

  Su madre, una princesa Vanir, que fue ofrecida por su reino para casarse con su padre: Odín, cuando la guerra estaba en su máximo auge. El reino de Vanaheim era conocido por su belleza natural, por el amplio mar que lo rodeaba y por bendecir las armas de los guerreros, dotándolas así de poderes mágicos.

  Los Vanir eran seres de magia y luz; seres pacíficos, ricos y fértiles. A los inicios de la guerra ente Asgard y Jotunheim, se mantuvieron al margen, pero una vez que Jotunheim comenzaba a ganar terreno e invadir sus tierras, el Rey decidió aliarse con los Aesir ofreciendo así a su hija en matrimonio.

  Odín acepto a Frigga como su esposa y a su vez pidió que las armas de sus guerreros fuesen dotadas de magia para vencer a los gigantes de hielo. Asgard y Vanaheim se aliaron y lograron recuperar territorio.

  Frigga se sentía honrada de casarse con un guerrero como Odín, estratega y ganador de incontables batallas, padre de todo, respetado por todos los reinos y temido en muchos otros. No pudo evitar enamorarse de aquel hombre que, en la intimidad eran tan amable y respetuoso.

  Al poco tiempo tuvieron a su primer hijo: Balder, y 5 años después dio a luz a su segundo hijo: Thor. Feliz de ver a sus hijos crecer, Frigga le entregaba su dedicación y tiempo a sus hijos y a su pueblo. Era la Diosa del amor, del matrimonio y de la sabiduría. Poseía una naturaleza mágica que le fue otorgada al nacer, gracias a su ascendencia Vanir.

  Más una terrible enfermedad se apoderó de su real sangre y la llevó a una muerte lenta y dolorosa. Los sanadores, los magos, los curanderos y todo aquel que tuviese una reputación en medicina, vio a la reina de Asgard con en fin de dar con el origen de la enfermedad que la atormentaba; mas ninguno pudo hacer nada. Se rumoreaba que los Jotun se habían infiltrado en el palacio y envenenado la sangre mágica de la Vanir.

  Nunca se supo con certeza que fue lo que había ocurrido, pero para Thor perder a su madre con 10 años fue tormentoso. Observar como el cuerpo de su madre era enterrado entre flores frescas y luego encendido en llamas en una barca rumbo al Valhalla, fue lo más doloroso que había experimentado. Las lágrimas le quemaban el rostro cuando corrían por sus bronceadas mejillas y con cada recuerdo de la hermosa mujer, el dolor que despertaba en su corazón se afianzaba.

  Su Madre dio su vida por su familia y su reino, mientras Odín libraba sus batallas, Frigga mantenía la paz en la tierra dorada. El día que ella trascendió al Valhalla, Odin quedó destrozado y se dedicó en cuerpo y alma a la guerra y a su pueblo, dejando a un lado la familia. No fue hasta que llego Laufey que él comenzó a recordar la calidez del hogar y de la familia.

—Ella era la mujer más hermosa que he conocido— Interrumpió Odin —La primavera siempre le traía alegría, tanto que llenaba el palacio de hermosas flores.

  Thor sonrió tenuemente ante el recuerdo de su niñez, donde su madre aún vivía y las flores inundaban el palacio, los jardines se floreaban al igual que los amplios salones del castillo.

—Madre era hermosa– Dijo Thor, mientras volteaba a ver a su viejo padre— Ella estaría orgullosa de esta unión, al final acabaría la guerra que tanto detestaba.

—En efecto, ella estaría orgullosa de mí, pero también de ustedes. Han crecido como unos verdaderos príncipes, aún con mi ausencia —. Aclaró Padre de todo, observando a su hijo quien le ofrecía una sonrisa melancólica.

—¿Ella llegará pronto, no es así? —Preguntó intentando cambiar la conversación.

—Sí, su carruaje ya fue despachado de las frías tierras y en unos días debe estar arribando.

—¿El príncipe heredero vendrá?

  Odín levantó una ceja ante aquella pregunta. Él no era ignorante de los sentimientos que su segundo hijo profesaba al príncipe heredero de Jotunheim.

–Thor… Ya lo hemos hablado—. Dijo Padre de todo, sin contestar la pregunta inicial.

—Lo sé, no te estoy diciendo que me voy a casa con él, solo te pregunto si vendrá— Dijo Thor con el ceño claramente fruncido.

—No, vendrá para la ceremonia —. Pronunció con un poco de molestia en su voz Odín mientras se retiraba ante la grosería del menor, dejando que se cerrara la puerta tras él con fuerza.

  Con el eco que el estridente puertazo dejo en la habitación, Thor volteó nuevamente hacia el gran ventanal para terminar de observar como los colores en el cielo eran consumidos por la oscuridad de la noche.

 

 

Notas finales:

Gracias por leer, espero que lo hayas disfrutado.

¡Nos vemos en la proxima!

 

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