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Baraja de posibilidades por Condesa Sangrienta

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Notas del capitulo:

Disclaimer: Ningún personaje es mío, todos son de la imaginación de Kagami Takaya.

Título: Baraja de posibilidades.

Resumen: Cualquier camino podría hacer sido tomado, pero quizás no todos habrían sido los mejores.

Personajes del drabble: Ferid Bathory, Crowley Eusford, José.

Momento de la novela: What if? El primer encuentro entre Ferid y Crowley.

Género: Comedia.

Advertencia: Este drabble está contemplado en las memorias de Crowley, que está escrito en la novela del Vampiro Mikaela.

Drabble #1: La cabeza que habla.

La cabeza que habla


 

José fue corriendo muy rápido, mientras Crowley contempló nuevamente todo la zona casi sin sangre y con ocho cadáveres. ¿Quién podría haber hecho tal cosa? Era demasiado macabro para quién sea del pueblo donde residía, sin embargo antes que pudiera crear una hipótesis, escuchó ligeros pasos y de la nada una voz resonó en ese callejón alejado. La voz extrañamente feliz exclamó asombro, mientras se acercaba con los brazos abiertos.

—¿Qué tenemos aquí? ¿Qué es esta magnífica vista~?

La risa casi le pone la piel de gallina, después de todo el tono parecía contento y frívolo. Cuando le vio con tal claridad pudo saber que no era alguien conocido ni mucho menos un Caballero Templario que vino para ayudar. En cambio un hombre de corta estatura, con una belleza única y palabras terriblemente cautivadoras. Cuando lo contempló bien, comprendió que este ser era un noble, lo supo por las ropas y la forma con la que andaba. Pero pese a haberlo confirmado en su mente, igualmente indagó.

—¿Eres un noble?

Quizás al ver a alguien tan llamativo lo había hecho hablar en voz alta, tal vez la pregunta era demasiado obvia o inapropiada para un momento como este, pero sus labios ya habían expuesto la duda y el contrario ya había fijado sus ojos ámbar* en él, sus labios estaban levemente separados, ya que una risa había salido de ellos al escuchar el cuestionamiento.

—¿Y tú debes ser el asesino?

En ese momento su mente volvió a funcionar y se concentró en los cadáveres colgados y a la víctima en el suelo. No conocía a ese cautivador hombre que de primeras daba mala impresión. Alguien normal se habría espantado al oler aquello y no se hubiera acercado tanto, además que hubiera vomitado como casi lo había hecho José.

Tensó su mano y casi acarició el mango de la espada, sus sentidos estaban alertas a cualquier acto del hombre extraño; ya que este parecía casi bailando cuando se acercaba más a la escena del crimen. Su comportamiento tan relajado le hizo pensar que podría ser esta el actuar el frío asesino y dibujo en su mente el único movimiento que tendría que hacer para cortarle la cabeza si era necesario.

Sí el otro hombre de cabellos blancos se daba cuenta y se ponía alerta, podría significar que no era un simple noble que pasaba por ahí, sino alguien entrenado en artes de la guerra.

Sin embargo, cuando el hombre estaba más cerca de él, se tropezó y Crowley con lo atento que estaba, sin pensarlo demasiado sacó la espada y le cortó la cabeza. Quizás había sido demasiado exagerado el movimiento, pero su mano se había movido por la costumbre y cuando la cabeza cayó se lamentó internamente.

Por un momento hasta cuestionó qué debería hacer en ese crucial momento, con un: «lo siento» no resolvería nada. Quizás acababa de matar a alguien inocente. Del susto soltó la espada, el metal hizo un ruido sordo cuando cayó al suelo. Sin embargo el cuerpo sin cabeza aún no caía y la cabeza seguía sonriendo.

—Oh, ya no tengo cuerpo —mencionó la cabeza en el suelo, haciendo un leve puchero.

En ese mismo instante comenzó a gritar como sí recién le hubiera dolido el desmembramiento, su cuerpo por otra parte empezó a dar vueltas en el mismo lugar, con los brazos levantados. La escena parecía pertenecer a algún libro de bizarra* comedia o algún hecho de magia negra.

Crowley se quedó ahí varado en su sitio, mientras un temblar en su cuerpo no dejó de aumentar. Pero antes que pudiera mencionar con ira lo que estaba presenciando, dejó el griterío, el cuerpo paro su andar y los ojos ámbar se pudieron fijos en su persona.

—¿Qué me habéis hecho? ¿Por qué no puedo morir? —La voz estaba seria y parecía una pregunta genuina, hasta su cuerpo sin cabeza levantaba un dedo para señalarlo— ¡Qué me hiciste!

Y sin poder detenerlo, perdió la consciencia en ese mismo instante.

Si se hubiera quedado al menos unos segundos más, podría haber escuchado de nuevo la carcajada de la cabeza y como esta era levantada por el cuerpo.

Cuando despertó se encontró en un lugar extraño, estaba en una cama y una mujer hermosa, pero desconocida estaba sentada junto a él. Cuando ella se percató que había despertado se levantó apresurada.

—Ferid-sama, su invitado por fin ha despertado.

Cuando en hombre llamado entró en ese cuarto lujoso, se dio cuenta que era el mismo sujeto con el qué había soñado hace poco. Se sintió desconcertado y un deseo de ver si su cabeza estaba bien puesta fue difundido por su mente. No podía ser cierto aquello que había observado, sería una locura creer que alguien podría estar vivo después de lo que había sucedido.

—Oh, veo que has despertado —sonrió el hombre con sus finos labios— Me alegro demasiado que estés bien, creía que podrías ser otra víctima o algo peor. Después de todo te encontré tirada en mitad de ocho cadáveres; quizás la impresión de tal escenario fue demasiada para ti, ¿Cómo te sientes?

Pestañeó por unos segundos, era cierto que le dolía la cabeza, pero… ¿a qué se debía ese extraño sueño donde cortaba la cabeza a un desconocido? Además no tenía lógica alguna que se haya desmayado por ese escenario, él había visto millares de cadáveres en el campo de batalla, algo como lo que había en ese callejón no podría afectarle ni un poco, pero… pese a eso… No era posible, de manera alguna, que lo que creyó ver podría ser verdad.

—Ah… me siento bien. Gracias por… ¿Dónde estoy?

—En mi mansión por supuesto, creí lo más oportuno llevarte aquí.

Hizo un sonido ronco con la garganta, mientras contemplaba el lugar y al dueño de este.

—Ahm, gracias entonces, de verdad estoy bien.

—Me alegro, entonces ahora podría saber el nombre del hombre que rescate.

—Soy Crowley Eusford y la verdad dudo mucho que haya sido rescatado, pero igualmente gracias por todo.

Ferid sonríe, mientras contempla como se levanta, se pregunta internamente qué cara podría tener si se enterase que lo que había presenciado no era creación de su imaginación; sin embargo el momento tendría que esperar, porque en ese mismo momento tendría que mover ficha para lograr conseguirlo como su mejor amigo.

 

Notas finales:

¿Qué tal?

En este momento estoy pasando por una situación algo complicada y aunque la mayoría de las personas están en términos iguales por la cuarentena eterna, quiero decirles que intentaré darles algunos drabbles de comedia a aquellas personas que necesitan sonreír un poco más. Deseo creer que este drabble es de comedia, aunque alguna parte mía la ve demasiada seria para ser una comedia; empero mi humor está peor y lo único que me ayuda a superar estos ansiosos, pero terriblemente largos días son este par de raros.

No deseo aburrirles con cuentos de una persona que jamás verán en su vida, así que espero que les guste está historia y quisiera saber si al menos les salió una sonrisa al leerlo.

Nos leemos pronto~~.

Cuídense.


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