Harry, Ron y Hermione reían por los pasillos de Hogwarts.Acababan de ver como Draco Malfoy era convertido en un hurón por el profesor Moody. La escena había sido tan cómica que Ron les había pedido que no le hablasen para poder fijar el momento en su cabeza.
Cuando llegaron al vestíbulo, no pudieron pasar debido a la multitud de estudiantes que estaban arremolinados al pie de la escalinata de mármol, alrededor de un gran letrero. Ron, el más alto de los tres, se puso de puntillas para echar un vistazo por encima de las cabezas de la multitud, y leyó en voz alta el cartel:
TORNEO DE LOS TRES MAGOS
Los representantes de Beauxbatons y Durmstrang llegarán a las seis en punto del viernes 30 de octubre. Las clases se interrumpirán media hora antes.
—¡Estupendo! —dijo Harry—. ¡La última clase del viernes es Pociones! ¡A Snape no le dará tiempo de envenenarnos a todos!
Los estudiantes deberán llevar sus libros y mochilas a los dormitorios y reunirse a la salida del castillo para recibir a nuestros huéspedes antes del banquete de bienvenida.
—¡Sólo falta una semana! —dijo emocionado Ernie Macmillan, un alumno de Hufflepuff, saliendo de la aglomeración—. Me pregunto si Cedric estará enterado. Me parece que voy a decírselo…
¿Cedric? —dijo Ron sin comprender, mientras Ernie se iba a toda prisa.
–He oido por ahí que se quería presentar–dijo Harry.Desde que Winky se descubriese como culpable de haber invocado la marca tenebrosa, no habían vuelto a cruzar palabra con él. Harry lo había visto de lejos en la ceremonia de selección pero no se habían mirado siquiera, menos decirse alguna palabra, y dudaba que lo volviesen a hacer. Extrañamente no había podido quitarse de la cabeza al muchacho desde que llego a Hogwarts.De vez en cuando se sorprendía a sí mismo mirando distraídamente la mesa de Hufflepuff, y bueno, por las noches, se le aparecía a veces en sueños, para nada castos.
—¿Ese idiota, campeón de Hogwarts? —gruñó Ron mientras se abrían camino hacia la escalera por entre la bulliciosa multitud.
—No es idiota. Lo que pasa es que no te gusta porque tu hermana lo miraba como el muchacho que es —repuso Hermione—. He oído que es un estudiante realmente bueno. Y es prefecto.”
–Hermione tiene razón Ron–Harry apoyó a Hermione–No te olvides como me salvo de Diggory y de como le dijo a su padre que nosotros no habíamos conjurado la marca, aunque no estuviese con nosotros.
–Lo de Cedric lo habría hecho cualquiera que te viera en semejante apuro, y lo de la marca igual, cualquier persona que crea que tu, Harry Potter, vas a invocar la marca, está loco–dijo con convicción–Solo os gusta a Hermione y a ti porque es guapo.
–¡No tiene nada que ver que sea guapo!–exclamaron los dos exasperados.
–Segurisimo–Ron mostró una pequeña sonrisa y le preguntó a Harry–entonces,¿ lo de hace dos noches es porque estas enamoradisimo de el?Harry.
Hermione miró a Harry curiosa, que preguntaba ¿que no me estás contando?
Harry tragó saliva:
–Creo que la euforia de ver al hurón Malfoy te está haciendo alucinar Ron–aunque Harry sabía muy bien a lo que Ron se refería.Esa mañana lo había despertado y le había dicho que había oído entre susurros y ruidos que parecían gemidos, el nombre de Cedric.Harry le aseguró que eran sueños tontos, que ese dia había aparecido Cedric, y que al día siguiente estaría Hannah Abbot–Aun así, enamorado de Cedric Diggory, lo que yo digo, alucinaciones.
Parece que con esa explicación Hermione se quedó satisfecha, y Ron pareció no volver a tocar el tema, así que dieron la conversación por finalizada.
Durante los siguientes días solo se hablaba de la llegada de los alumnos de otras escuelas y cuando llegó el momento todos se asombraron de lo diferente que eran.
Los alumnos de Durmstrang estaban sentados con los Slytherin y los de Beauxbatons en Ravenclaw. En ese momento una muchacha se acercó a su mesa para pedir la bullabesa, y ron se había quedado prendada de ella. En ese momento discutían sobre si la chica era verla o no:
—¡Te digo que no es una chica normal! —exclamó Ron, haciéndose a un lado para verla mejor—. ¡Las de Hogwarts no están tan bien!
—En Hogwarts las hay que están muy bien —contestó Harry. Y era cierto, Harry creía que había chicas guapísimas como Hannah Abbot o Cho Chang.
–Cállate Harry, no queremos que Cedric se ponga celoso–dijo Ron
Harry se sonrojo, desde aquel día en el que Ron le escuchó en sueños, aprovechaba cualquier ocasión para recordarselo.
–Oh por dios Ron, que infantil eres–Hermione cerró su ejemplar de Historia de Hogwarts y dijo–mira Harry no ha cruzado palabra con Cedric desde que volvimos del mundial, está en séptimo curso, y sinceramente dado su historial dudo que le gusten los chicos–harry iba asintiendo a todo lo que Hermione decía pero cuando oyó la última parte casi se atraganta.
–¿Su historial?–preguntó Harry
–Ha salido con varias chicas de Hogwarts, está muy cotizado–puntualizo Hermione–pero a ti te da igual, solo es atractivo.
Harry asintió, en verdad Hermione tenía razón, Cedric solo era un chico amable y atractivo. Quería que Cedric desapareciese de su cabeza ya, no entendía que tenía su cerebro con el.
Y en cierta medida su deseo se cumplió. Cuando Dumbledore les explico la selección de campeones todos Estaban muy ajetreados viendo quien echaba su nombre al cáliz, o como a Fred y George les salía barba por la poción envejecedora.
Solo volvió a pensar en él al ver como salían su nombre, el Victor Krum, Fleur Delacour. Harry aplaudió con muchas ganas, confiaba en que Cedric ganara el concurso, aunque sabía que lo tendría dificil. Casi se sintió Feliz aquella noche, aplaudiendo con todos sus amigos de no haber sido porque minutos después del cáliz salió otro papel.–Harry Potter–gritó Dumbledore sorprendido