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Amor entre dragones, sirenas y laberintos. por NicoRidplot

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Notas del capitulo:

¡Hola!Pues aquí esta el segundo capitulo, aquí abajo contestare vuestros comentarios, y solo quiero anunciaros que estoy super inspirado y que tengo ya cuatro capítulos escritos, y estoy en proceso de acabar el capitulo numero 5, y ya tengo casi todo el fanfic "trazado", sinceramente es el final lo que me tiene mas en duda, porque mi vena de lector dice algo y mi vena de escritor otra cosa totalmente distinta.Y ahora, sin mas, las reviews:

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REVIEWS

LindlTaylor:A mi también me encanta la pareja, por eso me da mucha pena que nadie escriba de ella. Así que ahora que con la cuarentena he tenido tiempo de releerla, ha surgido una buena idea de FanFic

POTRA:A mi los comentarios de Amos también me pusieron furioso, de hecho, tengo pensado hacerle un poco bastante odioso en este fic 

Janadb29:¡Claro que continuo!

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Disclaimer:Ni Harry Potter, ni ninguno de sus personajes, me pertenecen. Es todo obra de J.K Rowling

Cuando los Diggory se separaron para buscar su tienda, Harry seguía con las mejillas sonrojadas. Así que una vez el señor Weasley los mando a él, Ron y Hermione a buscar agua, esta ultima aprovecho para preguntarle en voz bastante baja, que le había parecido Cedric Diggory.

 

Harry suspiro, mirando a ambos lados antes de responder, agradecía mucho que Hermione y Ron hubiesen tomado con tanta naturalidad su sexualidad, aunque no podía olvidar que ninguno de los dos lo supo por boca suya. Recordó con vergüenza como ambos los habían descubierto a el y a Oliver después de los entrenamientos de Quidditch.Al menos los dos habían tenido la decencia de salir corriendo.Harry estaba francamente preocupado por sus reacciones, pero cuando volvió a la sala común Ron lo esperaba con unas cervezas de mantequilla y unos dulces que había comprado en Honeydukes, para celebrar el inicio de la vida amorosa de Harry, y a una Hermione sumida en diferentes libros de salud sexual.Harry no quería saber como había conseguido esos libros, aunque en su fuero interno agradecía que Hermione se informase de cosas tan básicas de las cuales el jamas habría pensado que tuviesen importancia respecto a las relaciones con otros muchachos.

 

–Parece agradable–se limito a responder Harry

 

–Agradable,¿Solo agradable?–Pregunto Hermione en un tono burlesco–Vamos Harry, pero si lo estabas mirando igual de hambriento que Ginny y yo.

 

–¡Por dios podéis dejar de recordar ese momento!Ya es suficientemente incomodo haber visto la mirada de mi hermana, a ese…ese…¡aprovechado!-acabó gritando Ron

 

–Por dios cállate ron–le dijo Harry alejándose de la multitud que ahora los miraba inquietos–ademas, no es como si Cedric tuviese algún interés en ninguno de nosotros, menos en tu hermana.Esta apunto de iniciar su séptimo curso escolar en Hogwarts.

 

–Eso no quiere decir que no intente hacer nada–mascullo Ron.

 

A partir de ese momento, dieron la discusión por terminada y se centraron en lo que había a su alrededor, miles de personas, de muchos países cada una apoyando a un equipo.Harry no había visto semejante concentración en su vida. Aunque cuando realmente se quedo sin habla fue cuándo todo el estadio empezó a llenarse.Durante media hora Harry saludo a importantes personalidades del mundo mágico como el ministro de magia Cornelius Fudge, o el ministro de magia Búlgaro. Harry no cabía en sí de gozo.Estaba totalmente contagiado por la euforia general, y ni siquiera la breve presencia de los Malfoy pudo alterar su buen humor.

 

Pasada la media hora, Ludo Bagman le pregunto al ministro si creía que era ya la hora de comenzar.

 

—Cuando tú quieras, Ludo —respondió Fudge complacido.

 

Ludo sacó la varita, se apuntó con ella a la garganta y dijo:

 

—¡Sonorus! —Su voz se alzó por encima del estruendo de la multitud que abarrotaba ya el estadio y retumbó en cada rincón de las tribunas—. Damas y caballeros... ¡bienvenidos! ¡Bienvenidos a la cuadringentésima vigésima segunda edición de la Copa del Mundo de quidditch!

 

Los espectadores gritaron y aplaudieron. Ondearon miles de banderas, y los discordantes himnos de sus naciones se sumaron al jaleo de la multitud. El enorme panel que tenían enfrente borró su último anuncio y mostró a continuación: BULGARIA: 0; IRLANDA: 0.

 

—Y ahora, sin más dilación, permítanme que les presente a... ¡las mascotas del equipo de Bulgaria!

 

Las tribunas del lado derecho, que eran un sólido bloque de color escarlata, bramaron su aprobación.

 

—Me pregunto qué habrán traído —dijo el señor Weasley, inclinándose en el asiento hacia delante—. ¡Aaah! —De pronto se quitó las gafas y se las limpió a toda prisa en la tela de la túnica—. ¡Son veelas!

 

—¿Qué son vee…?

 

Pero un centenar de veelas acababan de salir al campo de juego, y la pregunta de Harry quedó respondida. Las veelas eran mujeres, las mujeres más hermosas que Harry hubiera visto nunca... pero no eran (no podían ser) humanas. Esto lo desconcertó por un momento, mientras trataba de averiguar qué eran realmente: qué podía hacer brillar su piel de aquel modo, con un resplandor plateado; o qué era lo que hacía que, sin que hubiera viento, el pelo dorado se les abriera en abanico detrás de la cabeza. Pero en aquel momento comenzó la música, y Harry dejó de preguntarse sobre su carácter humano. De hecho, no se hizo ninguna pregunta en absoluto.

 

Las veelas se pusieron a bailar, y la mente de Harry se quedó totalmente en blanco, sólo ocupada por una suerte de dicha. En ese momento, lo único que en el mundo merecía la pena era seguir viendo a las veelas; porque, si ellas dejaban de bailar, ocurrirían cosas terribles...

 

A medida que las veelas aumentaban la velocidad de su danza, unos pensamientos desenfrenados, aún indefinidos, se iban apoderando de la aturdida mente de Harry. Quería hacer algo muy impresionante, y tenía que ser en aquel mismo instante. Saltar desde la tribuna al estadio parecía una buena idea... pero ¿sería suficiente?.No obstante justo antes de tomar una decisión se topo desde lejos con una penetrante mirada de ojos grises y un cabello castaño que se agitaba con el movimiento del viento.Harry cerró los ojos y volvió a abrirlos.

 

Ya no veía la mirada, ni los cabellos de Cedric Diggory, pero de repente tampoco sentía ese impulso que la veelas provocaban en él.Se sentó en su asiento tranquilamente mientras observaba con entusiasmo como se desarrolla el partido, aunque en realidad, en el fondo de sus pensamientos, estaban todavía esos ojos grises.

 

 

Notas finales:

¿Bueno que les ha parecido?¿Tienen ganas del próximo?Supongo que si sigo a este ritmo de escritura actualizare cada dos días, recuerden que tambien estoy ene Fanfiction.net. ¡Y no olviden los comentarios!

Finite Capitulo


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