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Segunda Oportunidad (AiorosXSaga) (Yaoi) por AMMU TEIKOKU YUDAINA

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Notas del fanfic:

Solo lean terrones, pero les advierton que contiene lemon. 

Y feliciten al hermoso terron que hoy cumple años. 

Notas del capitulo:

Advertencia lemon, así es existe zukulencia en este One Shot, asi que... No me hago responsable de traumas, jajajaja disfruten mis terrones de azúcar. 

-Aioros… Perdóname…-

-Saga, yo… No puedo-

El tercer guardián, bajo su cabeza, apretando sus puños y mandíbula.

En cambio Sagitario, se sentía algo mal verlo así, pero… No podía volver a confiar en él.

-Dime…- Musito por lo bajo.          

-¿Eh?- Lo miro atentamente, su ceño fruncido, y la boca levemente abierta.

-Dime- Levanto la cabeza, encarándolo, sin embargó su rostro dejaba ver una marca de dolor -¿Qué debo hacer para que me perdonas?-

Abrió sus ojos verdes, sorprendido por como el peli azul se mostraba.

En su interior, comenzó a sentirse mal, realmente despreciable, por hacerle esto a Saga, por provocar que llorara.

Aioros podría perdonarlo en este momento, pero dudaba tanto, aunque su corazón le decía que lo abrazara en este momento, no lo hizo.

Podría ser su deseo de hacerlo pagar, combinado con el amor que sentía.

Al fin de cuentas, Sagitario había perdido trece años de su vida, por culpa de ese hombre que ama, lo quería perdonar, pero… Quería hacerlo sufrir un poco.

Una idea bastante inmadura.

Lo tiene en la palma de su mano, le está dando la oportunidad de pedirle lo que sea, y lo cumpliría.

Sonriendo de una manera seductora, que solo provoca una sensación de nervios en el otro.

-Saga… ¿Estás seguro que harás lo que te pida para que te perdone?- Su mirada se fue formando bastante afiliada, mostrando cierto nivel de lujuria.

Estas acciones, tiñendo las mejillas del otro con un tono carmesí, pero no retrocede a su palabra.

-Si- Desviando su mirada un poco.

-Bien- Se dio la media vuelta, dirigiéndose para subir a los templos –Entonces, esta noche te veo en Sagitario- Ese tono que sonó tan ajeno en el castaño, provoca un escalofrió extraño en el cuerpo de Géminis.

No pudo decir nada, no reacciono, solo se quedó en la entrada de los templos, mirando a como se perdía en la distancia.

Paso la tarde bastante lenta.

Saga no sabía que esperar, más cumpliría e iría con Aioros.

¿Qué tenía que temer?

Es un viejo amigo, no existía nada que lo pudiera asustar.

Subió los templos, sus nervios incrementaban a como pasaba por estos.

Mientras pedía permiso a los guardianes de cada uno para atravesarlos.

También observo como sus camaradas convivían con aquella persona especial.

Sintió de esta manera la envidia, que él también desea estar de esa forma con el caballero de la Novena casa.

Si tan solo lo personara, podría empezar a sanar y poder estar a su lado.

Despejó su mente y surgió hasta llegar al destino.

Pidiendo el permiso necesario, pero no le llego la respuesta.

Deicidio entrar, pero el templo se sentía tan vacío.

No tardo para darse cuenta que a quien buscaba se encuentra esperándolo en una de las habitaciones de Sagitario.

Entonces decidido a saber, cómo es que podría obtener el perdón de Aioros, continúo su caminar.

-¿Aioros?- Lamo dudoso.

-Pasa- Esa constatación tan simple.

Dicho esto, abrió la puerta, estando oscuro aquella habitación, dio algunos pasos.

Y sintió como la puerta se cerraba detrás.

Quiso girarse, pero por la espalda unos brazos fuertes lo rodearon impidiéndole moverse y con un movimiento rápido lo giro de frente.

-¿Qué? A…Aioros…- Sus palabras temblantes, esta sorprendido por aquella reacción que presenta el griego.

Sin mucho cuidado tomando el mentón del pali azul, elevándolo hasta que sus miradas conecten.

Ese rostro nervioso, sin entender que estaba ocurriendo, su mirada reflejando algo de temor, no podía reconocer ese brillo extraño en su compañero.

-Saga…- Llamo de manera sensual, cerca del oído del otro –Dijiste que harías lo que fuera para que te perdonara ¿Verdad?- Sin soltarlo mas, le dio una lamida a el lóbulo de la oreja izquierda.

-Aaaaah… Espera…- Quiso apartarlo, pero sus brazos están siendo sujetados con fuerza.

-Esta es la única manera que te perdonaré- Encaro al Géminis mayor, le satisfacía verlo así.

Aioros también tiene deseos ocultos, fantasías que no logro cumplir, pero ahora…Los puede cumplir, incluso si es una manera diferente de ser.

Pero Saga lo provocaba con su sola presencia. Incluso si después ahora fuera quien pedirá perdón, pero necesitaba tenerlo.

Mas si aquel peli azul se negaba, no tendría de otra que dejarlo ir, mas no le daría su perdón.

Los ojos Viridian de Géminis, se quedaron hipnotizados en los verdes del castaño, había soñado con un momento así, pero no tan pronto pensó que lo podrá tener.

Deseaba primero confesar sus sentimientos, salir, hace una relación más tranquila.

Y ahora, está acorralado entre obtener el perdón de Aioros y permitir que haga lo que sea con su cuerpo o huir y distanciarse.

Debía escoger.

No paso tanto tiempo, salvo unos segundos, cuando la boca de Saga se abrió, para pronunciar su respuesta.

Bajo la cabeza, desviando la mirada a un lado, aun siendo sujetado por la fuerza de los brazos.

-Después de esto ¿Me darás tu perdón?- Aun le preocupaba obtener lo que quería, de aquel que deseaba tenerlo.

¿Aún no se daba cuenta?

-Si-

-Está bien- Levanto sus brazos, aun sujetado por Aioros, deshizo el amarre que llevaba en el cuello de su camiseta, para que fuera más fácil quitarla.

-No- Agarro aquella muñeca, llevándola a su boca para besarla –Seré yo quien te haga lo que quiera-

Tembló por aquella forma de hablar, ¿Dónde había quedado el dulce Sagitario, del que se enamoró?

Cada acción aumentaba su temperatura, las mejillas rojizas y su cuerpo temblando.

Acto seguido, tomo el rostro del peli azul y le dio un profundo beso, en donde la lengua de Aioros se introdujo en la boca de su compañero.

Saga, disfrutaba el beso, se dejó llevar por la sorpresa aun aumentaba, estaba avergonzado ser besado de esa forma nunca lo imagino.

Gimió al sentir como la mano traviesa del castaño, le recorría la espalda levantando la camiseta y después baja lento hasta sus glúteos.

De la comisura de su propia boca salía un hilo de saliva, aquel beso demandante se volvía más profundo y caliente.

Dando pasos firmes, hacia adelante lo condujo por la espada a la cama.

Rompió el beso después de darle una mordida de la cual, un poco de sangre broto, arrojándolo sobre la misma.

Su corazón latiendo con fuerza, las mejillas tan rojas como la grana, tocando sus labios, sin creer que le robaran un beso, no era el primero, sin embargo no deja de ser impactante para él.

Sentía el calor recorrer su cuerpo, agitado por la falta de respiración.

-¿A…Aioros…?- Lo llamo, mas no espero como le respondería.

No lo dijo nada, solo le dedico una sonrisa llena de lujuria.

Traía en sus manos varias de esas cintas rojas, caracterices que usa en la cabeza.

Lo que hizo primero fue taparle la boca con esta.

Imposibilitando de esta manera, escuchar las palabras de protesta de Géminis.

Después fue directo a cubrir los ojos que reflejaban algo de miedo.

-No temas Saga- Tocaba su torso por debajo de la camisa se este, sintiendo la piel caliente que tanto deseaba poseer desde su adolescencia.

Con la última amarro sus manos, por encima de su cabeza.

-Con esto, hare que pagues tus pecados- De nuevo la manía de hablarle al oído.

-Mmmhhh… Mmmh…- No hablaría salvo por medio de ruidos guturales.

Levanto su camisa, pasando la cabeza del amordazado, quedando en las ataduras de las muñecas.

Relamió sus labios, mirando como tenia al tercer guardián, a quien lo había mandado a asesinar, a quien amo y sigue amando, pero que su corazón herido temía entregarle su amor.

Toco cada centímetro de esta piel, provocando que el otro se estremeciera, arqueando su espalda con un simple tacto, dejando escapar como podía, suspiros y algunos ruidos.

Sin pensarlo prosiguió a tocar los pezones rozados de su presa, quería torturarlo un momento.

Apretaba, retorcía un poco y pellizcaba, incluso lamio sus dedos para mojarlos y hacerlos más sensibles.

Ver como reaccionaba Saga, le iba excitando cada vez más.

Cuando estuvieron lo suficiente erguidos y ahora con un  tono rojo como las mejillas del dueño, prosiguió a lamer uno, y chuparlo, sus dientes serian otra forma de tortura.

Levemente daba mordidas en estos, a cada uno le dedico un poco de tiempo.

No se detuvo solo en esa área, levanto su cabeza, para dirigirse al cuello.

Allí beso la clavícula, dejando varios chupetones, marcas de sus dientes en los hombros blancos del peli azul.

No podía escuchar los gemidos de quien tortura, pero no le hacían falta, estando cerca de su boca podía escuchar los leves ruidos.

También noto como la cinta roja se moja, por la saliva que escapa de Géminis.

Cuando se cansó de lamer ese cuello, en el que dejo en claro que tenía dueño.

Lo volvió a mirar con detalle, noto como el pantalón de este, un bulto sobresalía.

Sonrió satisfecho.

-Veo que el traidor del santuario le gusta ser torturado- Conocía que llamarlo así, seria contra produciente, pero deseaba darle un castigo por todo lo provocado.

No perdió tiempo y bajo aquella prenda con todo y la interior.

El pene de Saga estando duro y goteando líquido pre-seminal, demandaba algo de atención.

Mas no era el único que estaba de esa forma, Sagitario sintió como el propio dolía atreves de la ropa, que no tenía espacio para poder erguirse por completo.

El calor del ambiente, dejaba ver su respiración, así que decidió desprenderse de su ropa.

Mordió su labio inferior deseando ver como estaría Saga debajo de aquella cinta que cubría sus ojos, pero necesitaba tenerlo así, para no perder.

-Seré bueno contigo…- Sus palabras saliendo de una manera sensual.

Se acercó al miembro de su presa, dejando que su respiración lo envolviera, bastante caliente.

Esto provocando que Saga se estremeciera, de nuevo levantando su espalda, dejando escapar unos ruidos, que podría ser de dolor y placer.

Capturo el pene del peli azul y lo empezó a lamer, sobre todo en la cabeza, mientras con una mano lo masturbaba de la base, hasta donde sus labios se envolvían.

Pero no perdiera el tiempo con eso y luego tener que prepararlo, con la propia saliva combinada con el líquido pre seminal, empapo la mano libre.

Llego directo a la entrada de Saga, masajeo la entrada con un dedo, hasta que de a poco se fue abriendo paso, hasta dejar que entrara por completo.

Estaba siendo bastante brusco.

-AAmmmh… Gghm- Fue lo único que se escapó de la boca del peli azul.

-¿Te gusta?- Levantó su vista, dejando de lado su antigua labor, para poder ver como reaccionaba el otro.

Metía y sacaba el dedo del ano ajeno.

Cada que lo hacía, Saga dejaba escapar los audibles ruidos guturales y su cuerpo tenia pequeños espasmos que no controlaba, ya se imaginaba como seria al estar dentro.

Introdujo otro, simulando embestidas y movientes de tijeras.

-¿Te duele?- La pregunta estaba de mas, obviamente dolía, pero no se podía quejar Géminis.

Sonrió, le gusta ver de esta manera a quien logro controlar todo el santuario, estando tan sumiso ante él, le escita al grado de no querer esperar más.

Pero la tortura debía seguir.

El tercer dedo, y con esta los movimientos se volvieron bruscos, y feroces.

Ese ritmo que seguía Aioros estaba volviéndose demasiado para quien esta amordazado.

Le gusta verlo derrotado ante él, así como lo sintió esa fatídica noche.

Mas estaba disfrutándolo, se comenzó a fijar que de sus ojos algunas lágrimas se escapaban y se perdían entre ambas telas.

Con esa agua salada, sus ojos verdes se abrieron, dejando de hacer lo que hace unos instantes sus dedos provocaban.

Lo estaba haciendo sufrir demasiado, no estaba bien…

Comenzaba a reaccionar, el dolor que sintió por ser traicionado, la tristeza de que no fuera correspondido, aprovecho la situación para devolverle lo que su corazón callo.

Pero no estaba bien, no era correcto hacer eso.

Descubrió los ojos del peli azul, dejando ver como sus ojos estaban cristalizados, una combinación de dolor y placer.

Ver esos ojos, que siempre amo y quería contemplar así siempre.

No lo soportaba, que tuvieran esas lágrimas.

Ahora si volvía la cordura de Sagitario su forma dulce y tierna de ser con todos.

Quito aquella cinta de la boca.

-¿A… Aio…Ros?- Temblaba, y sus ojos algo perdidos por cómo se había estado sintiendo.

-Saga…- Murmuro, rápidamente lo levanto, para abrazarlo, rodeando su espalda, posando su mentón en el hombro del peli azul.

-Perdón… Perdóname… Yo no debí hacer esto… No te lo mereces… Yo… Soy un imbécil- Comenzó a sentir ganas de llorar, estaba arrepentido de haber disfrutado lastimarlo.

-Aioros… ¿Tu… Me perdonas?- La voz de Géminis apenas audible, se trataba de recuperar de lo que su cuerpo experimentó hace poco.

-No tengo ya nada que perdonarte, lo hice desde que te volví a ver, pero… No quería sufrir, ni salir lastimado, por eso quería apártame de ti y alejarte como pudiera, pero… Tú seguías… Seguías viniendo y mi mente y corazón estaban en una guerra- Se aferró al cuerpo del otro, dejando escapar sus cálidas lágrimas.

-Aioros… Termina conmigo- Le pido con un toque coqueto al castaño.

-¿Qué?- Se aparto rápido, no se creía haber escuchado eso.

Pudo ver su lindo rostro sonriendo, y ahora unas nuevas lágrimas saliendo de esos ojos.

-Quiero llegar al final contigo- No lo pensó más y le dio un beso.

Al final de cuentas ese es el sueño de ambos, uno de muchos.

Sagitario correspondió el beso.

No era la forma más dulce de empezar una relación, pero puede que esta es su manera de decir que su amor siempre ha sido fuera de lo convencional, independientemente de cualquier cosa.

Sentó al peli azul en sus piernas, con sumo cuidado fue penetrándolo, ambos, sentían el placer recorrerles por su cuerpo, uno al ser profanado y el otro por provocar aquello.

Aun teniendo las manos amarradas, paso ambos brazos alrededor del cuello del castaño, para unirse con un beso.

Se estaban entregando de una manera ahora dulce, con suavidad.

Sus caderas se movían a un ritmo único, que solo ellos dos podían tener.

Al separarse del beso por falta de aire, sus miradas se conectaban.

Estando jadeando, sus respiraciones chocaban.

Las lágrimas del ligero dolor que sentía en su parte baja, se volvían gradualmente olas de placer, que no querían que se perdieran nunca.

-Perdóname... Si te duele… Pero eres tan estrecho- Tomo su cintura con firmeza, para sentirlo más profundo –Te amo Saga- Le dijo esas palabras tan deseadas por parte del otro.

-Aaaah… Aioros…- Sonrió, aun llorando, no se creía nada, que podía estar así con Sagitario, con quien años atrás tuvo una fuerte amistad, pero… Se separaron por un deseo de poder.

Beso al castaño, su felicidad se volvió grande en un instante.

-Te amo Aioros… Gracias…- Las mejillas rojizas, por todas esas emociones fuertes que su pecho experimentaba, dolía de alegría.

Duraron un momento más, embestidas suevas y profundas, Aioros tenía el cuidado de no volver a lastimar a Saga de ninguna forma.

Mientras él otro estaba aún a su merced, pero es un gusto que adquirió.

Solo un poco más, hasta que la venida de Géminis dejo empapado y pegasos los abdómenes bien formados de ambos.

Quien experimento primero el orgasmos, hecho su cabeza hacia atrás y gimió de una manera que provoco mayor excitación en Sagitario, aquellas penetraciones de amor, se intensificaron un poco, hasta que fue su turno y termino dentro del peli azul.

Teniendo el cuerpo de su amado Géminis, rodeándolo con los brazos y las piernas alrededor de su tórax.

Así terminaron aquella muestra de amor, dejando en claro así sus sentimientos.

Tuvieron problemas para el principió, pero las lágrimas siempre pueden vencer hasta un corazón que se quiere endurecer.

La esencia del dulce sagitario no se puede apagar, además que el calor de Géminis que le transmitió lo que está dispuesto hacer solo por estar al lado de él.

Lo depósito con cuidado en aquella cama, salió de su interior dejando ver que el semen escurría de la entrada recién tomada.

No importaba aquello.

Aun sentía culpa, por haberlo hecho sufrir.

Beso cada lagrima que broto de los Viridian ojos, y acaricio las marcas que le dejo, se sentía avergonzado.

-Aioros, está bien- Le dedico una sonrisa, mientas le pedía que soltara sus manos –Creo que me lo merecía- Bajo su mirada sonrojado.

-Nadie merecer ser tratado así- Beso las muñecas que tenían aquellas marcas de las ataduras, para después acariciarlas –Yo no volveré a lastimarte así, prometo ser bueno-

Pidió su atención máxima, para darle un beso, este se dejó llevar –Siempre has sido bueno, por eso te amo-

-Te amo igual Saga- Acarició sus cabellos alborotados, lo abrazo para acostarse a su lado.

Aun se contemplaban, como si en su corazón temieran que en cualquier momento desapareciera la persona que tenían a su lado.

Después de un rato, sus ojos comenzaron a cerrarse, no sin antes darse un último beso por esa noche, aun abrazados.

Saga en el pecho del castaño y este posando su mentón en la cabeza del otro.

Son felices ahora, el dolor, miedo, angustia y traición que antes estuvo en su corazón, estaba siendo purificado por el amor que se acababa de proclamar.

Aun tendrían que trabajar en como llevarían su relación, pero creo que este amor va por un bien camino.

¿Qué opinan ustedes?

Notas finales:

Buenos días, tardes, noches ¿Que hora es? ¿Quien me ha robado el reloj? ¿Como están terrones de azúcar?

Aquí estamos de nueva cuenta... Por que vengo a traerlos el pequeño regalo que le he hecho al hermoso terrón que hoy anda de cumpleaños. 

Así que quiero que vuelvan a cantarle la canción de la familia terrón por los cumpleaños. jajajajjaa

Me siento tan feliz, hemos crecido mucho en poco tiempo, como la familia terrón de azúcar, unida y haciendo nuestras locuras, espero que sigamos hace por mucho tiempo. 

Ya me voy a poner cursi, así que vamos a cantara.

Un día feliz para ti, hoy es tu cumpleaños, si que si, felicidades gen_sagitagemini, tu cumpleaños si que si.

Un día feliz para ti, hoy es tu cumpleaños, si que si, felicidades gen_sagitagemini, tu cumpleaños si que si.

Pide lo que deses terrón que hoy eres la matriarca... Se que es tarde, pero mira... Que espero el regalo te guste. Jajajaja por eso pondré una advertencia. 

Sin mas me despido, cuídense mucho y duerman agusto. 

Nos vemos mañana.

Ammu se va. 


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