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Who are you? por Sora Hatake

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Kakashi comenzó a visitar con frecuencia la cafetería donde Yamato trabajaba, este último se aseguraba de ser siempre quien lo atendiera, Yamato debia admitir que Kakashi era alguien apuesto, no podía negar que sentía atracción hacia su físico, además de que también le resultaba agradable.

—Señor Kakashi, no desde hace unos días que no viene junto a Obito —mencionó Yamato mientras recogía los trastes vacíos de la comida de Kakashi

—Te he dicho que dejes las formalidades

—Lo lamento, pero me cuesta un poco hacerlo —se disculpó sonriendo de forma torpe

—Y sobre lo otro, Obito y yo tuvimos unas diferencias sobre…el trabajo

—Oh, así que son compañeros de trabajo también, con razón visten de forma muy similar. Espero que solucionen sus problemas pronto

—Gracias —Kakashi se levantó —. Nos vemos después

—Como siempre espero verlo pronto Kakashi

Kakashi salió del local y reviso las tarjetas para dirigirse al lugar donde debía recoger el alma. Al llegar noto que había varios shinigamis más en el lugar, la tarjeta decía que su alma fallecía en un accidente automovilístico, por lo que era normal ver que habría más almas que recoger.

—Así que habrá 5 víctimas —comentó uno de los shinigami al verlo llegar

—Eso parece —dijo Kakashi para colocarse su sombrero dejando de ser visible

— ¿Y Obito? —preguntó un hombre moreno más alto que él

—No lo sé, no soy su niñera

—Es que es raro no verte con él, siempre están juntos

—Pues ahora no

—Obito ha estado actuando raro últimamente —habló un chico que parecía ser más joven que ambos — ¿no sabes sobre eso tampoco?

—No tengo la menor idea en que cosas está metido —contestó Kakashi sin darle importancia cosa que extraño a sus compañeros

—Ya casi es hora —dijo un pelirrojo viendo su reloj

—No me gusta para nada este tipo de accidentes, me desagrada recoger niños —comentó el más joven viendo su tarjeta, su alma tenía apenas 7 años

—A nadie le gusta Haku, pero es nuestro trabajo—el moreno puso su mano sobre el hombro del chico para reconfortarlo

—Ojala algún día podamos terminar este castigo y pasar a nuestra siguiente vida, cuando eso pase quiero ir junto a usted Zabuza —dijo Haku levantando su cabeza para ver al mayor con una sonrisa

—Si eso pasa ni siquiera lo recordaras —habló un rubio

—Déjalos Deidara, puede que incluso Dios se pueda apiadar de sus almas y les conceda algún milagro —dijo el pelirrojo

—Hmp, esas son tonterías, Dios no se apiadaría de almas como las nuestras. Ahora que lo recuerdo, tú estás cerca de cumplir tu sentencia, ¿no Sasori? Cuando lo hagas intenta que dios se apiade de tu pecadora alma y veámonos en la siguiente vida

—Bien, veré si soy digno de la misericordia de Dios

Kakashi escuchaba la conversación sin meterse en esta, ¿qué convertía a alguien en ser digno de algo como un milagro concedido por Dios? Creía que el hecho de ser pecadores no los hacia dignos.

Un rostro familiar se hizo presente al otro lado de la acera, Rin esperaba el cambio del semáforo para poder cruzar.

— ¿Ese de ahí no es Obito? —preguntó Haku viéndolo acercarse corriendo

—De seguro también viene a recoger algún alma, pero como siempre lo llega tarde, odio a la gente impuntual como él —habló Sasori viendo su reloj

Kakashi vio su tarjeta, él tenía a un tal “Asuma Sarutobi”, echo un vistazo rápido a la tarjeta de Zabuza, “Kurenai Yuhi” era el nombre que alcanzaba a leer, Haku menciono tener a un niño, debía ser una familia. El semáforo se puso en rojo, Rin aprovecho para avanzar por el cruce peatonal.

— ¿Qué tienen ustedes? —preguntó Kakashi girándose hacia sus compañeros

—Yo tengo un anciano llamado —respondió Deidara

—Yo a una anciana—dijo Sasori

Kakashi vio los autos a su alrededor, a lo lejos avisto una camioneta, pudo ver a una familia de dos ancianos, dos adultos y un niño esa debía ser la camioneta del accidente, e iba directo hacia Rin

El chofer de la camioneta intento detenerse, pero los frenos no funcionaron, Rin intento cruzar más de prisa al ver a la camioneta que seguía avanzando, pero una de las ruedas de su silla parecía no funcionar bien.

—Ahí está el destino haciendo de las suyas —comentó Deidara viendo la escena

— ¡¿Qué demonios hace Obito?! —exclamó Sasori al ver como este se puso frente a Rin, llevaba su sombrero puesto por lo que no era visible para ella, quien al ver la camioneta tan cerca no pudo hacer nada más que cubrirse inútilmente con sus brazos y cerrar los ojos

— ¡Muévete idiota! —gritó Deidara

La camioneta finalmente llego, el tiempo comenzó a fluir lento ante sus ojos. Obito tomo la parte delantera y con una fuerza sobrenatural la desvió hacia un costado evitando que tocara a Rin

—Él intervino, eso va contra las reglas —dijo Haku asombrado por la acción del azabache

La camioneta se estampo contra otro auto que se encontraba estacionado provocando que pudiera frenar, Kakashi vio su tarjeta, el nombre de Asuma comenzaba a desaparecer.

— ¿Acaso eres idiota? —Deidara fue hacia Obito quien veía que Rin estuviese bien

—Casi no llego a tiempo —dijo Obito ignorando el reclamo de su compañero quien le dio un empujón

—Te hable imbécil, no debiste hacer eso —soltó Deidara molesto

—Pero lo hice, ya cambie el destino y no hay forma de cambiarlo de nuevo —respondió Obito frunciendo el ceño

— ¿Por qué? Debiste dejar que siguiera su curso y ellos murieran

—Aún no es su hora —respondió viendo como Rin se alejaba

—Tú no eres dios para decidir eso —esta vez el regaño vino por parte de Sasori

—Pues quizá me esté rebelando contra dios —dijo Obito levantó la cabeza para ver hacia el cielo

Kakashi vio como los tres seguían discutiendo para comenzar a caminar alejándose.

—Kakashi, ¿no iras a ver qué ocurre con Obito? —preguntó Haku

—No, sea lo que sea que pase con él  no es asunto mío —contestó Kakashi para seguir su camino

Haku intercambio miradas con Zabuza, ambos estaban extrañados por su actitud, normalmente hubiera ido a unirse a los regaños hacia Obito, pero parecía que realmente no le importara lo que ocurriera con su amigo.

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.

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Kakashi deambulaba por las calles, el acto de Obito se esparció entre sus compañeros, no faltaba mucho tiempo para que sus superiores se enteraran y le dieran el castigo asignado por interferir entre el destino. Él seguía su trabajo con normalidad, si bien era cierto que las visitas a la cafetería donde Yamato trabajaba eran diarias, lo hacía porque el chico le agradaba, no por saber que lo vinculaba a él como su compañero. Incluso comenzaba a sentirse atraído por aquel castaño que siempre lo atendía con una sonrisa, pero las relaciones con humanos también iban contra las reglas y él no planeaba romperlas.

Como si lo hubiese atraído vio frente a una tienda a Yamato, no estaba mal que lo saludara fuera de su trabajo, ¿cierto? Ya se habían hecho conocidos al fin y al cabo, por lo que se acercó hacia él. Entre más cerca estaba, mejor pudo apreciar el rostro del chico, no estaba feliz, tenía un gesto de preocupación por lo que apresuro el paso.

—Hola Yamato —lo saludo levantando su mano mientras se posicionaba a su costado

—Oh, Kakashi —el gesto intranquilo del chico se borró al verlo para convertirse en una sonrisa —Que sorpresa verte fuera de la cafetería

—Lo mismo pienso, ¿pasa algo? Te veías preocupado —indago curioso

—Oh, estaba viendo los precios  —el castaño señalo a las sillas de ruedas en la tienda frente a la que estaba—. Estaba pensando en comprarle una nueva silla a Rin, pero esos precios salen un poco de mi presupuesto —explico con desanimo para agachar la cabeza —. Ella estuvo a punto de tener un accidente porque una llanta le fallo, así que quiero darle una nueva lo más pronto posible

—Vaya, en verdad te preocupa, ¿no?

—Sí, bastante, es mi hermana mayor, y es la única persona a quien tengo —contestó el castaño

— ¿Acaso no tienen padres?

—Nuestros padres murieron hace un par de años en un accidente, en ese mismo Rin quedo inválida, desde entonces ha sido algo difícil para nosotros dos —. Kakashi escuchaba atento, era la primera vez que Yamato le hablaba de su vida personal, habían tenido solo breves charla sobre qué tal iba su día, nada como eso, y realmente estaba interesado en lo que el chico tuviese que contar—. Nuestros padres nos dejaron algunas deudas, por lo que tuve que dejar la escuela para trabajar y hacerme cargo de ellas y de la rehabilitación de Rin, pero al no tener mis estudios completos fue difícil encontrar un buen trabajo, la cafetería fue el único lugar que pude encontrar cerca y donde gano lo suficiente para vivir al día al menos

—Yamato, si hay algo que yo pueda hacer por ti —se sentía mal por el chico, a pesar de tener ese tipo de situaciones difíciles siempre lo había atendido con una sonrisa que ocultaba bien sus problemas.

—Ya hace bastante con las propinas que me deja —contestó Yamato —, y escuchándome ahora…

—Me gustaría hace algo más por ti —Kakashi se giró a ver la silla de ruedas que exhibía la tienda

—Descuide Kakashi, voy a trabajar duro, lo más que pueda para poder comprarla para mi hermana, hablaré con mi jefe para doblar turno y tener un aumento —dijo decidido mientras apretaba los puños 

El shinigami centro su vista en el castaño, era increíble, si Yamato había sido igual en su vida pasada, y aquel pecado cometido tenía algo que ver con él, no se lo perdonaría, no podría perdonarse el dañar a alguien así.

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En otro lugar de la ciudad, Obito tenía su cita con Rin. Aquella chica era demasiado dulce, no se arrepentía de haber roto las reglas con tal de salvar su vida en dos ocasiones

—Me la he pasado muy bien hoy contigo, Obito —dijo Rin con su habitual sonrisa

—Yo igual, me gustaría que se repitiera esto

— ¿En serio? ¿Quieres salir de nuevo conmigo? —preguntó algo incrédula

—Por supuesto que sí, eres muy linda —soltó con nervios mientras sus mejillas se pintaban de rojo

—Gracias, no es algo que escuche seguido —dijo bajando la mirada apenada

—No lo entiendo, estoy seguro de que cualquier chico te diría eso, también saldrían contigo

—Los chicos no quieres cargas…y es algo que entiendo —Rin comenzó a jugar con un mechón de su corto cabello

— ¿Cargas?

—Sí, es normal que no quieran a una carga como yo, que esta postrada a una silla

—Yo no creo que seas una carga

—Yo me siento como una, mi pobre hermanito menor, él debería de estar estudiando y yo trabajando para que no tuviera que preocuparse por dinero, pero solo soy una carga para él que debe mantener

—No, no digas eso —Obito se puso frente a ella para hincarse un poco y poder verla de frente —. Estoy seguro de que no eres eso para él…

—Gracias por los ánimos Obito, pero yo sé lo que soy, solo intento seguir porque soy lo único que mi hermanito tiene, él ya ha sufrido suficiente con la muerte de nuestros padres como para que yo lo deje solo —los ojos de Rin comenzaban a ponerse llorosos

Obito apretó los puños, aunque ella no lo supiera el destino ya había intentado apartarla de su hermano en dos ocasiones, ¿por qué? ¿Por qué le tenía que pasar eso a alguien como ellos? No lo merecían, y rompería las reglas las veces que fueran necesarias con tal de que Rin siguiera ahí, si ese era su deseo se lo concedería con tal de compensar el daño que pudo haberle hecho en su vida pasada.


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