“Senpai” —se escuchó en un murmuro. Kakashi abrió los ojos de golpe para levantarse exaltado, un dolor golpeo su pecho de nuevo haciendo que se llevara su mano ahí. ¿Qué había sido aquello? Era como si alguien lo hubiera llamado, pero ¿senpai? ¿Qué significaba eso? Vio hacia la ventana de su habitación, ya había amanecido, escucho ruidos en otra habitación por lo que se levantó a ver de donde provenían
—Buenos días dormilón, estoy preparando el desayuno —era Obito que se encontraba en la cocina
— ¿Qué hay de desayunar? —Kakashi se acercó a la mesa para sentarse
—Cereal con leche, mi especialidad —Obito puso el plato servido frente a Kakashi
—Esto debe ser una broma… ¿por qué huele a quemado?
—Gracias por la comida —Obito lo ignoro y comenzó a comer su cereal— Mmm, esto sabe mejor de lo que se ve en la caja —Kakashi lo veía de mala forma, Obito fingía que no sentía su mirada hasta que no pudo más —Está bien, intente preparar huevos para desayunar pero se me quemaron y los tiré, ¿contento?
—Huevos lo más básico para cocinar y no pudiste hacerlo —Kakashi tomo la cuchara y comenzó a comer
—No me molestes
—Oye, ¿ya me vas a contar porque peleaste ayer con Deidara?
—Él me estuvo molestando por salvar a Rin, así que lo mande al demonio y me dijo que si no quería hacer mi trabajo le diera la tarjeta y él lo haría, le dije que no, nos estuvimos insultando un rato hasta que no pude más y lo comencé a golpear, él me devolvió los golpes y estuvimos así hasta que nos separaron
—Ya veo, se nota que te pateo el trasero feo
— ¿Eh? Claro que no, debiste de ver su cara, yo fui quien lo dejo peor —dijo orgulloso
—Bien, ya lo veré después, ahora debo ir a comenzar mi trabajo antes de que sea tarde
—Te veo en el transcurso del día —dijo Obito mientras seguía comiendo
Kakashi fue a cambiarse para luego ir hacia la salida —Cierra bien cuando te vayas
Kakashi caminaba entre la multitud de personas, se sentía perdido, con un dolor en el corazón que no sabía detener. Escucho el sonido de un cascabel que lo saco de sus pensamientos, busco a su alrededor de dónde provenía, pero no encontró nada. Suspiro, sentía que comenzaba a volverse loco.
Levantó la mirada hacia el solitario cielo, recordó que había roto las reglas y pronto llegaría un castigo para él, aunque en ese punto, ¿realmente era un castigo recuperar sus recuerdos? Por más dolorosos que fueran lo sacarían de dudas respecto a Yamato, y ahora sentía la necesidad de saberlo.
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—Has estado muy callado hoy, ¿sucede algo? —le preguntó Yamato mientras iban camino hacia su hogar
—Nada en particular, solo estaba pensando en unas cosas del trabajo
—Incluso suenas desanimado, dime que pasa —insistió el castaño
—Nada, solo estoy algo cansado
—Oh, estás cansado y aun así viniste a recogerme al trabajo, debiste ir directo a casa
—Es que ya te había dicho que lo haría, además, pensé que quizá seguías asustado por lo de ayer
—No lo estoy
— ¿Eh? ¿Seguro? Ayer te veías bastante alterado —la respuesta sorprendió a Kakashi
—Sí, pero eso fue ayer, ahora estoy bien
— ¿En serio? ¿No estas ni un poquito asustado?
—No, ni un poco —Yamato negó con la cabeza con seguridad
—No lo entiendo
—No estoy asustado, porque vengo contigo —Kakashi se detuvo al escuchar aquello, el dolor de su pecho también paro, una sensación cálida lo invadió
— ¿Estás bien? —preguntó Yamato que se giró a verlo
—No…yo, tengo algo que decirte
—Te escucho
—Yo, te mentí Yamato
— ¿Sobre qué? —el castaño arqueo las cejas confundido
— Ayer, tú me preguntaste si te gustaba, la verdad es que…tú si me gustas. Sé que quizá lo ves como algo apresurado porque llevamos muy poco tiempo de conocernos pero yo estoy seguro sobre lo que siento por ti
—Vaya…esto es un poco inesperado —Yamato tenía las mejillas rojas, sentía que su corazón saldría de su pecho en cualquier momento—pero me hace feliz escucharlo, porque tú también me gustas
Kakashi se perdió en sus enormes ojos negros, Yamato sonreía de forma tierna, no podía estar más feliz de ser correspondido.
—Vamos, hay que ir a celebrar esto —habló finalmente el castaño para tomar la mano de Kakashi y jalarlo.
El tiempo se detuvo a su alrededor, el paisaje a su alrededor cambio abruptamente.
— ¡Vamos, senpai! —esa voz, quien lo llamaba bajo ese sufijo, era Yamato, estaba dentro de sus recuerdos
—Ya voy Tenzō —contestó, esa voz, era él.
—Oh, no me llames así, mi nombre es Yamato —aclaró molesto
Kakashi sonrió, al menos eso daba a entender su único ojo visible, vestía un extraño atuendo el cual cubría la mayor parte de su rostro.
Los recuerdos iban rápido, aquel mundo extraño parecía estar en conflicto la mayor parte del tiempo. Yamato se acercó a él para abrazarlo.
— ¡Kakashi-senpai! Escuche que tú moriste, pero luego fuiste revivido
—Sí, fue raro, pero así paso
—Ah, me siento tan mal, si no hubiera estado fuera de la aldea, esto no hubiera pasado
—Vamos Tenzō, no fue tu culpa —Kakashi acaricio su cabeza —Naruto está bien, yo estoy bien igual
—Senpai, no quiero perderte
—Ni yo a ti, Tenzō
De nuevo todo fue rápido, no comprendia lo que pasaba, algunas partes estaban borrosas.
—Debes ir con Naruto, Tenzō
—No quiero alejarme, no después de lo que paso la última vez que lo hice
—Estaré bien, cuando este conflicto termine iremos a las aguas termales a tomar unas largas vacaciones, ¿qué dices?
— ¿Me lo prometes?
—Te lo prometo, si algo pasa, estaré ahí para ti Tenzō
—Lo mismo digo senpai
Las cosas comenzaron a distorsionarse, Yamato había sido capturado, el enemigo dijo que lo necesitaban así que no lo matarían, el chico serpiente dijo que él podía hacerse cargo, pero un tipo con una máscara interfirió, fue demasiado agresivo con él y al final lo termino dejando al borde de la muerte. Cuando la guerra termino ya no resistió más.
—Tenzō, Tenzō, resiste, vas a estar bien
—Senpai…llegaste tarde… —decía mientras sus ojos perdían la luz, todo se volvió negro a su alrededor.
Kakashi cayó de rodillas, sentía una presión en su pecho, el aire no llegaba a sus pulmones, jadeaba de forma agresiva.
—Kakashi, ¡Kakashi! —Yamato lo movía buscando que reaccionara
El shinigami levantó la mirada, estaba llorando, sujeto a Yamato para abrazarlo con fuerza. En su vida anterior le había fallado, debía protegerlo a toda costa en esta.
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—Él tipo de la máscara, él fue, él provoco que Yamato muriera —decía molesto mientras daba vueltas por su sala
—Bueno, usando una máscara será difícil que descubras quien fue —contesto Obito
—Pero eso fue en los recuerdos de Yamato, quizá en los míos pueda ver su rostro
—Escucha Kakashi, encontré más información, el agarrar su mano, solo te muestra unos recuerdos, pero con un beso, puedes verla, ambos pueden verla…
—Espera…eso…no sé si es bueno o malo
—Lo sé… si ellos lo ven, sabrán que había algo entre nosotros en la vida pasada, pero también sabrán que les fallamos, es como un arma de doble filo. Además, ellos no saben que somos shinigamis, ¿o tú le has dicho?
—No, no he dicho nada —respondió Obito—, aunque si me gustaría decirle a Rin
—No, es mejor que esto siga así, hasta ahora han estado bien sin saberlo
— Pues bueno, solo debemos hacerlo tres veces
— ¿Qué?
—Evitar que mueran, si los salvamos tres veces, entonces su nombre dejara de aparecer por un tiempo, no sé cuánto, pero sí sé que son al menos un par de años. Yo llevo dos, una más y Rin estará a salvo temporalmente —decía levantando dos dedos emocionado
—Y a mí me faltan dos —Kakashi llevo su mano a su barbilla pensativo —. Bien, hay que hacerlo
—Debemos protegerlos a toda costa Kakashi, ¿cuento contigo? —Obito le estiro la mano, Kakashi la sujeto y asintió
—Hay que proteger a Yamato y Rin
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—El momento fue tan mágico, pero parece que fue demasiado emotivo para él —decía Yamato
—Parece que son demasiado lindos, pero raros a momentos —contestó Rin
—Más bien diría que son demasiado sensibles, pero, ¿acaso no sientes algo especial cuando estas con Obito? Cuando yo estoy con Kakashi es como si todo a mi alrededor no importara. Encontré a la persona que está al otro lado del hilo rojo —los ojos de Yamato brillaban con emoción
—Te ves tan feliz hermanito, me alegro mucho por ti
— ¿Qué hay de ti? Todo va bien con Obito, ¿no?
—Sí, demasiado bien, él me procura tanto, es tan atento, no creo que merezca tanto
— ¿Por qué dices eso? No sé cómo fue que lo encontraste, pero claro que lo mereces
Rin sonrió con tristeza —Ya soy una carga para ti, no quiero serlo para alguien más, Obito es muy lindo, pero estoy seguro de que en algún momento puede cansarse de cargar conmigo por estar postrada aquí —dijo dándole un golpe a su silla
—No eres una carga para nadie, así que deja de pensar así —Yamato se puso frente a ella y tomo sus manos—. Durante mucho tiempo hemos estado pasándola más, creo que finalmente ha llegado nuestro momento de ser felices, así que debemos disfrutarlo
—Bien, seamos felices hermanito —dijo apretando su mano
Cuando se encontraba sola Rin se quedó pensativa respecto a aquellos comportamientos extraños que Kakashi y Obito presentaban, eran similares. Los dos lloraron en su primer encuentro con ellos, también estuvieron con ellos en momentos de riesgo, cuando Obito la salvo en la carretera, cuando Kakashi estuvo con Yamato al momento del asalto; La forma de actuar que tuvieron después de que tomaran su mano. Le parecían coincidencias bastantes extrañas, le gustaría saber que había detrás de aquellos hombres de traje que un día simplemente aparecieron para quedarse.
El tiempo parecía fluir tan lento, les permitía apreciar cada momento que pasaban juntos. Ninguno le pregunto al otro si querían ser novios, no había necesidad, el vínculo ya era de por si demasiado profundo como para tener que confirmarlo con una declaración oficial.
Rin y Obito daban un paseo, el azabache iba tras de Rin empujando su silla de ruedas mientras charlaban alegremente.
—Por cierto Obito, ¿hay algo que me gustaría preguntarte?
—Te escucho
— ¿En qué trabajan tú y Kakashi? Llevamos ya un tiempo conociéndolos y ni tú ni él nos lo han dicho
— ¿Nuestro trabajo?
—Sí, tengo mucha curiosidad, digo, ustedes a momentos están ocupados y luego ya no, como si fueran solo a hacer algo un rato y luego ya estuvieran disponibles
— ¿Qué son? ¿Los hombres de negro? —preguntó en tono sarcástica la castaña
—No, no, no somos eso, nosotros…—Obito pensaba una buena respuesta
— ¿Acaso eres un dios de la muerte? —aquello alerto a Obito quien se puso nervioso
— ¿Tú cómo sabes eso? —preguntó exaltado
— ¿Eh? Es solo una broma…—respondió Rin
Obito soltó un largo suspiro aliviado.
— Si no quieres decirme está bien, solo tenía curiosidad por saber un poco más de ti.
—Lo sabrás cuando llegue el momento, por favor, confía en mi —contestó Obito
—Está bien Obito, yo confió en ti —dijo la chica para sonreírle
Obito se quedó pensativo, ¿Cuándo seria ese momento? ¿Cuándo le diera su primer beso? No, incluso si eso ocurría podría simplemente borrar la memoria de Rin para que ella no supiera nada de su vida pasada. Entonces ese momento sería hasta el día de su muerte, cuando tuviera que recoger el alma de Rin, pero eso faltaba aún mucho, o eso era lo que pensaba.