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La marca del amor por Abyss

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—¿Shion?

Tiene problemas para respirar correctamente, pero una vez está al lado de Dohko puede sentirse más seguro sobre todo lo que están haciendo, dispuesto a dejar una cómoda y conocida vida a sus espaldas para empezar desde cero en un lugar que no conoce.

—Perdón por tar-...

No termina su frase cuando las frías manos de Dohko acarician sus mejillas, limpiando pequeños caminos congelados de lo que alguna vez fue agua totalmente liquida, de no ser por el frio viento, probablemente todo el camino hubiera sentido las lágrimas cayendo.

—¿Estas bien?

—Sí, olvídate de esto —espanta las manos de Dohko para limpiarse él mismo su rostro—. Vámonos antes de que me arrepienta de verdad.

Oneiros no se detiene cuando se ponen a tener sus cinco segundos de momento en pareja, el frio lentamente está dejando de ser tan agresivo conforme bajan de la montaña, pero no por ello deben de bajar la guardia, necesitan estar en el hotel antes de que amanezca, descansar un poco, comer en la habitación e irse en la primera caravana que los acepte, sin importar la hora o lo cansados que estén, quedarse demasiado tiempo podría hacer que la gente de Shion los encuentre.

Es lo poco que hablan para no quedarse dormidos conforme siguen caminando lentamente hacia el pie de la montaña.

—Vamos a estar durmiendo ¿Cómo tendremos tiempo para buscar la caravana? —sujeta con fuerza una de las correas de su mochila, mientras su otra mano la sostiene Dohko, primero porque quería estar sujeto a algo y en segundo, porque de no hacerlo, probablemente hubiera dejado de caminar a la mitad del descenso.

—Aspros lo hará, está al tanto del plan. —responde el guía del grupo, que se mantiene serio y pensativo en todo momento, es verdad que mantenía su capacidad de Oráculo y era algo que usaba cuando podía, pero no por ello debían confiarse de todo.

—Tranquilízate Shion, ya habíamos buscado una, él nos despertara cuando sea hora de marcharnos. —sujeta con fuerza la mano de su alma gemela mientras sonríe en la oscuridad, ha pasado un buen de tiempo con la otra pareja como para confiar en ellos o buen, al menos ha pasado suficiente tiempo con Oneiros.

Shion, por supuesto, no piensa esto, aunque se esfuerza en seguirles la corriente a pesar de que una molesta voz en su cabeza le dice que aún está a tiempo de darle la vuelta y volver a casa, aun puede convertirse en monje si no quiere casarse, lo peor sería cortarse la mano o quemarse por voluntad propia, aun puede volver.

En algún momento el agresivo frio desaparece por completo, no hay nieve por ningún lado y sus ojos se encuentran con las tenues luces de un pueblo que no esperaba volver a visitar hasta dentro de mucho tiempo, sus manos sudan mientras se cubre la cabeza a petición de los otros dos, la única razón por la cual pasa desapercibido cuando entran a un edificio, es porque la gente del lugar parece más dormida que despierta y lo único que checan es que uno de los tres traiga las llaves de una habitación del lugar, ningún sonido sale de su garganta mientras se sujeta con fuerza de los hombros de Dohko y simplemente camina detrás de ellos rumbo al cuarto por el cual estaban pagando, al cual entran sin hacer mucho ruido, aun protegidos por la penumbra de la madrugada se mueven como pueden en la barata habitación del lugar, dejando que el nuevo de los cuatro se acomode en la única cama desocupada mientras los otros dos buscan como recostarse en el suelo y descansar antes de partir en pocas horas.

Es verdad que sus ojos pesan, está cansado y sus pies palpitan después de la larga caminata, pero aun así está lo suficientemente nervioso como para no poder cerrar los ojos para descansar unas cuantas horas, lentamente está aceptando que posiblemente se quede en vela hasta que el otro desconocido se despierte y les diga que es hora de marcharse, de no ser que, cuando se gira en la cama para poder ver a las otras personas, nota que hay una mano que no es suya sobre el colchón.

Duda, un poco, antes de extender la propia y tomar la no tan desconocida mano ajena, lo que lo llena de suficiente tranquilidad como para quedarse dormido en unos cuantos parpadeos sin darse cuenta.

 

[...]

 

—... No despierta....

—Entonces... Llevaremos... Todos podemos.

—.... Creo...

Hay mucho ruido a su alrededor y solo puede pensar en la gente desconsiderada que está en su casa y no deja dormir, por lo que solo restriega su rostro contra la almohada para seguir durmiendo, antes de que su cerebro pudiera recordarle que no está en casa.

Abre repentinamente los ojos ante la realización, solo para encontrarse con el rostro de Dohko demasiado cerca, dándose cuenta de las manos que están alrededor de su cuerpo, probablemente planeaban moverlo aunque siguiera dormido, la urgencia por salir de ahí antes de que su falta de presencia sea demasiado notoria donde vive, pero no por ello evita que su mano diestra golpee con fuerza la mejilla del castaño y ambos se alejen de inmediato, como si cada uno estuviera ardiendo ante el casual toque.

—¡Ni se les ocurra empezar a disculparse! —advierte mientras toma las maletas que les pertenecen a Aspros y él, consciente de que en cualquier momento los otros tortolitos podrían entrar en un bucle que no tenía ganas de escuchar—, mejor usen ese tiempo para tomar sus cosas e irnos.

—Hay que darnos prisa, la caravana sale en menos de media hora —avisa el de cabello azul, con sus propias cosas y mirando de vez en cuando por la ventana, como siempre, mantiene las cosas de valor consigo mismo sin siquiera tener que preguntarle a su "alma gemela", si por alguna razón venían a capturar a esos tres, el de todas formas se iba a ir sin mirar atrás.

—Sí, sí, ya vamos... —aun con su mejilla palpitando le sonríe a Shion, antes de quitarse la mochila del otro que ya traía en su espalda—. La iba a cargar yo, pero ya que despiertas tal vez prefieras hacerlo tu.

—Sí, gracias. —esta algo desconcertado cuando toma su mochila y se arrastra a la orilla de la cama cuando Dohko se hace a un lado a seguir tomando sus pertenencias, no son muchas cosas, pero aparentemente necesitan ver que es de quien.

No les toma mucho tiempo terminar de prepararse y salir corriendo de la habitación, el sol aún no ha salido por completo pero algunos rayos ya comienzan a hacer acto de presencia, lo que solo les incita a moverse más rápido a pesar de que tres de ellos aún están medio dormidos, al menos el Aspros, que claramente tuvo una buena noche de sueño, es el que se encarga de hacer los detalles más complicados, como cerrar la puerta, entregar las llaves mientras paga lo que faltaba y marca el camino hacia la caravana con la cual se irán y tras algunos minutos de incertidumbre después de dar un pequeño pago, se sientan cómodamente en la parte posterior de un carro tirado por caballo.

Sus ojos se mantienen fijos en la montaña que están dejando atrás, aquella que permanece fría e inamovible a pesar de que los rayos del sol comenzarían a tocarla dentro de unos pocos minutos. Desvía su mirada de aquel lugar para observar al curioso dúo que permanece sentado frente a sus ojos, supone que la única persona que no conoce es el llamado "Aspros", tomando en cuenta que era el encargado para llevarlos a la caravana y aunque siente curiosidad sobre él y su no tan cercanía con Oneiros, prefiere mantenerse en silencio, no sabe porque, pero no siente que sea una persona que realmente le gustaría conocer.

El silencio entre ellos es algo "agradable" y se mantiene así por varios minutos, antes de darse cuenta que la razón se debía a que tanto Oneiros como Dohko se encontraban profundamente dormidos. Se sorprende cuando la cabeza del castaño se apoya en su hombro antes de fijarse en que justamente, el de cabello plateado estaba apoyado de una manera algo similar a Aspros, a diferencia de él, que solo había tenido que bajar la montaña, los otros dos habían hecho el camino de ida y vuelta además de permanecer en constante movimiento por el frio, podía sentir que esto era algo "muy" romántico, realizado por su alma gemela, antes de caer en la realización de que todo podría no haber terminado tan bien como lo hizo.

—Puedes dormirte —mueve un poco su hombro, ocasionando que la cabeza de Oneiros se mueva y se acomode un poco mejor contra el—, yo los despertare cuando nos detengamos a comer ¿O prefieres hacerlo de una vez? Puedo señalarte cual es la bolsa que tiene la comida.

—¿Eh? —sale de sus pensamientos cuando nota que Aspros le está dirigiendo la palabra, ni siquiera ha notado que no han desayunado correctamente, de camino, únicamente le dieron un pan para que aguantara y su estómago no sonara, suponía que los otros tres igualmente habían comido algo similar antes de salir de viaje—, no, esperare. Intentare dormir un poco.

—Está bien, soy el menos cansado, así que vigilare todo.

Respira profundo mientras intenta agarrar confianza de Aspros, abraza su propia bolsa ignorando la queja que sale de los labios de Dohko, antes de acomodarse para dormir sentado, ni siquiera sabe cuál es el destino que están siguiendo en ese momento, lo único que sabe es que ha tomado la mano de su alma gemela en todo momento y solo avanza según lo que le marca, confía en los pasos que deja en el camino y va tras él, ni siquiera tiene miedo ante lo desconocido, la montaña que cada vez se hace más pequeña poco a poco deja de tener verdadera importancia.

No extraña el frio, aunque se preocupa por su padre y varios conocidos. Al final cierra los ojos después de un suspiro, darle vueltas a lo que dejo atrás no le permitirá dormir, así que busca sostener una mano suelta de Dohko antes de relajarse lo suficiente para dormir, estaba demasiado lejos para arrepentirse.


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