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La marca del amor por Abyss

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Notas del capitulo:

Y listo.

Por un momento cree que tendrá problemas para adaptarse a su nuevo hogar, es una preocupación que lo ha acompañado todo el recorrido desde una montaña a otra, la incertidumbre sobre si le agradara a la familia de Dohko o simplemente terminara recluido en esa casa que el castaño menciona con ilusión cada vez que sale en la conversación.

—¡Jajaja, ayer en la noche te soltaste increíble yernito!

—Vamos cariño, deja al pobrecito respirar, parece que se nos va a desmayar en cualquier momento.

Y entonces siente como su rostro no para de arder conforme su "suegro" continúa mencionando la manera en que se comportó cuando cayó presa totalmente del alcohol, con su esposa agregando uno que otro comentario apoyando al hombre mayor que no parece tener ninguna intención de parar.

—¿Descansaron bien en la cama individual? —pregunta mientras deja un necesario te junto a la medicina para el dolor de cabeza, ese que usaban todos después de una buena borrachera.

—¡Pero por supuesto que sí! Si Shion está con nosotros, claramente el que termino en el suelo fue nuestro pequeño —acostumbrado al dolor de cabeza, no dudo ni un segundo en tomar el té amablemente ofrecido por su esposa junto a la medicina que le tocaba, bebiendo todo de un tirón antes de seguir hablando—. ¡El golpazo se escuchó hasta nuestra habitación! ¿Noche muy movida?

Hizo un esfuerzo por no atragantarse con la pastilla y el té, pero aun cuando termino lo único que pudo seguir haciendo fue morir de la vergüenza frente a sus suegros, a los que no parecía preocuparles mucho su silencio y seguían charlando alegremente, usando ese mismo tono lleno de felicidad que escuchaba constantemente en Dohko. Y para aumentar su vergüenza, la pequeña sonrisa que apareció en su rostro tras tan fugaz pensamiento no pasó desapercibida por la pareja.

Estaba siendo una mañana muy larga.

[...]

—No puedo con tus padres Dohko —soltó repentinamente cuando estuvo seguro que realmente estaban solos—. Ellos... ¡Es como tratar contigo al doble!

—¿Y eso es malo? —más que ofenderse, simplemente dejo salir una pequeña risa mientras seguía escuchando a Shion, guiándolo por un camino solitario donde de vez en cuando se podía ver que algunas desviaciones llevaban a casas más alejadas.

—¡Claro que no! No tengo mucho problema lidiando contigo —no tiene muchas preguntas por el lugar al que se dirigen, ciertamente la distancia podría convertirse en una molestia con el tiempo, pero por algunas años, tanta privacidad le sentaría de maravilla—, pero me refiero a que no puedo lidiar contigo multiplicado por cualquier número, no sé si me estoy dando a entender.

—Creo que sí —no tienen que caminar mucho más cuando finalmente el sonido de la cascada es mucho más audible que varios minutos atrás y ahí, a la distancia que tenía más que memorizada, se encuentran las escaleras que llevan a esa extravagante y única casa en tan magnifico lugar—. Pero Shion, será un problema si no puedes tratar conmigo en esa cantidad...

—Lo sé Dohko, son mis suegros, tendré que... —se sintió un poco mal ante el tono de preocupación de Dohko, realmente esperaba que con el tiempo pudiera acostumbrarse a todo, era tan diferente a su vida anterior.

—¡No lo digo por mis padres Shion! —frena en seco con solo uno de sus pies sobre el primer escalón, alarmado por la situación—. ¡¿Qué pasara cuando tengamos niños?!

Ambos permanecen callados durante varios segundos, la cascada sonando de fondo ayuda a que el ambiente aparentemente tenso se mantenga... Hasta que Dohko no puede contener por mucho más tiempo la risa que sale de inmediato en una sonora carcajada, señalando el rostro de Shion que, si ya había vuelto a sentir sus mejillas calientes, ahora podía sentir el bochorno completo subiendo rápidamente por su cuello.

Le tomaría solo unos meses saber el momento justo para darle un buen golpe en la cabeza, por chistosito.

[...]

Investiga el lugar a fondo, se mueve por aquella casa como si conociera el camino como la palma de su mano y no importa que sea lo que observe o cuanta madera toque en el camino, todo es tan perfecto, hermoso... Tan real, es la casa de sus sueños que ni siquiera el sabia cuando había comenzado a soñar. De vez en cuando abre una que otra ventana, sintiendo el frescor del lugar, permitiéndole al aire correr libremente por aquel abandonado pero bien conservado lugar, aun no entiende como toda la estructura se mantiene, aparentemente, sin ninguna clase de problema a pesar de que esta justamente al lado de una cascada, que dependiendo de la dirección del aire de vez en cuando es capaz de sentir una que otra brisa húmeda acariciando su rostro, no es desagradable, pero le hace temer por la estructura.

—Ha sido así por años, nunca ha pasado nada y si se le da el mantenimiento adecuado, seguirá de pie —espera con paciencia en el recibidor, evitando la tentación de sentarse en uno de los sillones y simplemente pasando sus dedos por una vieja pero bien conservada estructura de dragón, una reliquia de sus bisabuelos—, tan fuerte y poderosa, como si su estructura hubiera sido creada a base de los huesos de un dragón.

Es casi un intento de broma lo que dice, pero su rostro conserva la seriedad suficiente como para que sea algo a tomar en cuenta, ni siquiera él está consciente desde hace cuánto tiempo fue construida esa casa, solo conoce lo más básico, desde quienes fueron los últimos dueños hasta los objetos maravillosos que se conservan ahí, pero otros detalles escapan por completo del conocimiento de todos.

¿Por qué ahí? ¿Cuál era la intención? ¿Piedra, madera, mármol...?

—En mi familia son todos grandes bebedores. —retrae sus dedos antes de pasar a observar la adornada pared, tan hermosa con sus telas de seda roja y dorada que parecen traer la fortuna hacia aquel hogar.

—Me di cuenta y también son habladores. —sigue con la mirada a Dohko, la alegría durante todo el camino ha sido rápidamente sustituida por la seriedad.

—Mi abuelo solía contar historias de una abuela muy, muy lejana, que se negó a abandonar esta casa hasta el día de su muerte —da la espalda a la pared para poder ver de frente a Shion, algo impulsa al oculto recuerdo en su memoria, como si fuera el momento justo para contar tan olvidada anécdota—, dicen que ella esperaba a su padre, el verdadero dueño del lugar. Ella relato como el parecía observar algo desde la cascada y un día, simplemente se fue... —hay un momento en el silencio donde se siente estúpido por contar tal cosa, no es algo que tenga verdadera relevancia, se supone que están ahí simplemente para ver si a su alma gemela le gusta el lugar y desea vivir ahí—. Bueno, dicen que fue algo de hace más de un siglo, ya sabes, de seguro fue algo "místico" que se inventaron en las guerras catastróficas de aquel entonces, si es que esas también son reales, ya sabes, no quedo rastro de nada, al final tal vez a mi tátara-quien-sabe-abuela simplemente la abandonaron y para que no sonara tan feo, la familia invento eso... O yo que se, era muy chico, de seguro escuche algo mal.

Respira profundo en un intento por calmarse, siempre se ha sentido tan cómodo en aquel lugar, es una casa donde siempre deseo vivir y que esperaba con ansias compartir con alguien y hoy... Hoy se sentía como si finalmente lo estuviera logrando, estaba ansioso por dejar que su pecho se inflara en felicidad al finalmente haber alcanzado una meta de la que no estaba verdaderamente consciente.

Y entonces la incertidumbre lo ponía incomodo, la serie mirada que Shion le regresaba le hacía pensar que probablemente se equivocó, de seguro era el único con esa clase de sensación y su alma gemela realmente no quería pasar la vida a su lado o en aquella casa... Bueno, lo segundo era lo de menos, pero separarse, dejarlo ir...

—Siento —dice de repente, mientras sus dedos juegan entre ellos y tras pensar detenidamente en la historia de Dohko, el relato realmente no le dice mucho, pero le da ese impulso para dejar salir sus propios pensamientos—, siento como si tuviera que estar en este lugar.

—¿Qué?

—Sí, es... Muy extraño —observa a su alrededor otra vez, de un lado a otro recordando vagamente la forma en que se había esforzado por emulador un lugar similar en la casa de su padre, siempre quiso un lugar así, pero en un lugar tan apartado y cerrado como aquella montaña, había sido prácticamente imposible —. Es justo como me gustaría que fuera mi casa, siempre quise una casa así.

Siente como sus mejillas se calientan ante las últimas palabras de Shion, siente que un peso en sus hombros, que jamás había sentido, finalmente se levanta e inesperadamente siento como si en cualquier momento pudiera soltar un par de lágrimas ante la felicidad, pero, ciertamente esa no es una buena forma de aprovechar el repentino y bonito ambiente que había nacido entre los dos.

—Oye, Shion —da un paso al frente, antes de inclinarse sobre una de sus rodillas y levantar la mano que poseía la marca del brillante corazón—. ¿Te gustaría casarte conmigo?

Su cuerpo probablemente ya está cansado con la cantidad de veces que su temperatura corporal ha subido en tan cortos periodos de tiempo, pero aun así el bochorno sube por su cuello y el ambiente fresco del lugar no puede hace mucho para ayudarlo, aunque de todas formas no lo necesita, porque decide simplemente disfrutar de la calidez en su rostro antes de extender su mano al romántico chino.

Ha estado esperando por esto, no sabe desde cuándo, pero se ha sentido como una eternidad.

—Claro que sí, me encantaría.

[...]

Dos lugares permanecen varios durante la ceremonia de la boda, tanto en la iglesia como cuando se mueven al exterior para seguir con la celebración.

Tanto Dohko como él permanecen sentados mientras la cálida gente del lugar pasa a felicitarlos, el ambiente ya cálido se torna lentamente festivo conforme cada buen bebedor y no tan bueno comienzan a recibir sus esperadas bebidas, además de la cerveza se reparte la champagne, algo necesario ya que más entrada la noche sería imposible dar un buen discurso.

—Creo, que mis padres se emocionaron un poco. —murmura entre dientes inclinándose un poco hacia su, ahora, esposo, que se continúa esforzando por sonreír y agradece cualquier felicitación de todos los que pasan a presentar sus respetos.

—¿Un poco? —repite como si lo que acabara de escuchar fuera una broma de mal gusto—, Dohko, han pasado tres días desde que te di el si —recuerda la emoción en la pareja que los esperaba cuando regresaran de observar la casa en la cascada y como ellos les habían dicho que no tenían nada de qué preocuparse, que los padres del novio se encargarían de todo—. Les tomo menos de tres días conseguirme un traje de novio y arreglar el lugar, ¿Cómo lo hicieron?

—No lo sé, ¿la magia de los suegros? —alzo los hombros en un intento por restarle importancia a la facilidad con la que sus padres se encargaron de todo, como si ellos hubieran tenido todo listo desde antes de su, llegada—.... Un brujo lo hizo.

Shion ríe a su lado, claramente divertido en su intento por explicar el tiempo recordar en que sus suegros fueron capaces de realizar tan esplendida boda, con todo el pueblo y la gente que vivía a los alrededores invitados al evento. Hay risas por todas partes, mientras la gente espera con paciencia a que el brindis para iniciar con la siguiente parte de la celebración, hay buenos deseos por todas partes, demasiadas cosas pasando a su alrededor le hacen distraerse por un momento.

Es vago, el recuerdo de una pareja frente al altar, forzados a tomar un metal hirviendo, gritando horriblemente del dolor después de tomar la única opción que tenían en frente.

—Shion —tiene la copa en una mano y con la otra se dirige a su esposo, sonriendo, preparado para hablarle al público y permitirles tanto comer como beber hasta que caigan inconscientes en el piso—. ¿Listo?

Tarda unos segundos en reaccionar, antes de sonreír brillantemente y tomar la mano de Dohko.

—Sí, creo que ya es momento de que empiece la fiesta.

Su mano no duele y la marca en Dohko es totalmente visible ante sus ojos antes de cubrirla con su propia mano, así que solo sigue sonriendo mientras se levanta a su lado, observando la sincera felicidad en la gente que los rodea, esas personas que acaba de conocer hace tan solo unos días, pero que ahora lo estaban aceptando con los brazos abiertos sin problema alguno.

Ahora este es su hogar, en donde viviría junto a la persona con la que compartía la marca del amor.

Tan romántico como lo deseo alguna vez.

 

Notas finales:

Asi como se subio se quedo, si algo me desespera de esta pagina, es como tener que editar todo, demasiada flojeraaaaa


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