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El clan por FiorelaN

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Notas del capitulo:

¡HOY HAY SALSEO, DATTEBAYO!

 

Por fis, lee las notas de autor del final.

Capítulo II: "Con amor, Naruto. Parte II"

 

El cielo acompañaba el mal humor, la desesperanza, el dolor y la creciente desconfianza que apretaba su corazón sin piedad. El día estaba gris, al igual que todo en su interior, y el cielo había comenzado a bramar con enojo mientras comenzaban a caer unas lágrimas de ángel sobre su rostro y el pavimento.

 

Sus pasos eran apresurados, pues su impulso era la ira. En su interior, había un gran desorden y comenzaban a derribar todo a su paso los grandes sentimientos de culpa y arrepentimiento. Su conciencia no le daba tregua y sus pies se detuvieron mientras que sus lágrimas tibias se mezclaban con las frías gotas. Detestaba a su hermano por haberlo empujado a decirle aquellas palabras tan hirientes, aunque en su interior continuaba con el pecado de sentirlas y pensarlas.

 

La lluvia incesante que había comenzado a caer por toda la ciudad lo estaba empapando de pies a cabeza, haciendo que sus negros mechones gotearan y cayeran a su rostro, empapándolo aún más.

 

—¡Sasuke! —oyó esa conocida voz que parecía alejarlo de este mundo.

 

Sonrió. Oyó el chapoteo del agua por aquellos pies apresurados que se acercaban a él. Entonces, borró su sonrisa al darse cuenta de que el rubio ya estaba cerca de él.

 

—Sasuke, ¿qué haces parado bajo la lluvia? —le preguntó el rubio, que lo había visto desde lejos allí parado sin entender por qué.

 

Se paró a su lado para observarlo. Estaba con la cabeza baja, sus puños apretados y sin expresión alguna en su rostro. Si tan sólo Naruto hubiese visto la sonrisa que se le había dibujado hacía escasos segundos atrás...

 

—¿Sasuke? —se puso delante de él muy extrañado y preocupado—Oye, Sasuke... ¿Qué ocurre?

 

—Naruto—lo nombró con frialdad en su voz—No te preocupes por mí. Vete.

 

—¿Eh? —No entendía nada— Pero... Sasuke, debemos llegar a la escuela. Además, está lloviendo. No entiendo nada de lo que ocurre. ¿Por qué estás así de extraño? ¿Pasó algo en tu casa?

 

Hubo silencio de parte del pelinegro unos cuantos segundos interminables, hasta que por fin decidió responder.

 

—Eso no es asunto tuyo. No te metas donde no te corresponde...—dio unos pasos al costado para seguir avanzando.

 

Naruto se puso delante de él para impedirle el paso.

 

—Sasuke... Por favor, dime qué es lo que sucede. Ayer no estabas así.

 

Sasuke elevó sus ojos un momento para poder mirar al rubio que tenía en frente, el cual estaba completamente empapado y con sus mechones dorados oscurecidos por la humedad, los cuales estaban goteando por su rostro hasta el suelo. Se veía tan adorable y hermoso, como algo que jamás había visto antes, pero su tristeza y su enojo eran más grandes que aquel sentimiento de ternura, por lo que la imagen de Naruto no estaba sirviendo de mucho para aplacar su negatividad.

 

Naruto se sentía extrañado por su repentino cambio de actitud, tan diferente a como había sido el día anterior que no le quedó de otra que reafirmar lo que había estado pensando mientras escribía la carta y antes de ello: la actitud de Sasuke cuando había estado en su casa solamente había sido por la ocasión y quizá algo forzado, pero también sentía que algo malo había pasado y eso era evidente. Tal vez tenía que ver con su hermano, pues sabía que Sasuke esperaba que Itachi pasase el día de su cumpleaños junto a él y tal vez eso no había ocurrido y por eso Sasuke estaba así al día siguiente.

 

—Sasuke... respóndeme, por favor—suplicó—O, al menos, lleguemos a la escuela y cuéntame allí o volvamos a tu casa o a donde quieras para que me cuentes qué pasa, porque nos estamos mojando mucho y podemos enfermarnos—trataba de convencerlo, pues no deseaba que se enfermaran.

 

—Naruto...—pronunció su nombre casi en susurro—No quiero contarte nada. ¿Puedes entender eso, perdedor? —lo miró directo a los ojos.

 

Naruto dibujó en su rostro una cara de desagrado y tristeza. Las palabras de Sasuke estaban empezando a ser crueles, como cada vez que intentaba acercarse un poco a él. Tal vez, ese día, no era buena idea que le diese la carta, porque podría salir terriblemente lastimado.

 

—Si no quieres contarme nada, está bien. ¿Podemos irnos a la escuela ya, por favor? —tenía la mirada baja y los puños apretados.

 

—Tú eres el que no se quita de en medio, inútil—le respondió con frialdad, a lo que Naruto se movió hacia un lado—Tampoco me sigas y no esperes que esté en clase, porque tengo unos asuntos pendientes con el director y me va a llevar tiempo. Tampoco te preocupes tanto por alguien como yo, porque no vale la pena... —le dijo mientras lo miraba de reojo para luego comenzar a caminar.

 

Naruto se quedó parado en el medio de la lluvia con la cabeza baja y con toda la tristeza del mundo apretando su pecho sin piedad. No sabía con certeza qué era lo que estaba pasando, pero estaba casi seguro de que se trataba de Itachi, por lo que Naruto no podía evitar comenzar a detestar al hermano mayor de su amado pelinegro y apretaba los puños con rabia deseando ir a decirle un par de cosas a la cara y hasta golpearlo por hacer sufrir a Sasuke, pero no le correspondía hacer todo eso, ¿o sí? Era su mejor amigo. Por supuesto que le correspondía. Lo malo era que no sabía muy bien dónde quedaba la oficina de Itachi y tal vez no le dejarían entrar, pero eso no iba a ser problema. Podría gritar hasta que lo atendiera.

 

Esperó a que Sasuke se adelantase un poco. No sentía el frío de la lluvia en su cuerpo porque estaba muy enfadado con Itachi y dolido con Sasuke por pensar que no valía la pena. ¿Qué era lo que Itachi le había hecho o dicho para que Sasuke pensara así de su propia persona?

 

Se cambió de acera y comenzó a caminar hacia la escuela. Llegó unos cinco minutos tarde todo empapado a la clase de Iruka sensei, con el que, de nuevo, tenía esa horrible materia al principio de la mañana y, tal como Sasuke le había dicho, no estaba en el salón de clases cuando entró y se fijó si había llegado.

 

—Entra ya, Naruto—le dijo Iruka mientras lo veía parado en la puerta.

 

Naruto se adentró y se sentó en su lugar al lado de Sakura.

 

—Veo que no has tenido una buena mañana por tu cara y porque llegaste todo mojado. Supongo que tuviste algunos inconvenientes por el clima. Solamente por eso no te pondré media falta por llegar tarde—le dijo Iruka muy serio y retomando el tema por donde lo había dejado.

 

—¿Todo bien, Naruto? —Sakura lo miraba preocupada.

 

—¿Por qué estás tan mojado si el orfanato no queda tan lejos de la escuela? Además, saliste corriendo antes que yo y llegaste más tarde y más mojado—le dijo Sai, a lo que recibió una mirada molesta de parte de Naruto.

 

—Eso no te importa, ¿sabes? No te metas—le dijo molesto. Realmente, no soportaba a ese chico.

 

Sai bajó la mirada sintiéndose un poco mal por las constantes malas respuestas de Naruto y por sus malas miradas. En verdad, ya estaba un poco cansado de todo eso y deseaba ser tratado de mejor forma por Naruto. No podía entender cómo después de tanto tiempo viviendo juntos Naruto todavía no podía aceptarlo.

 

—¿Qué tienes que estás tan enojado? —le preguntó Sakura.

 

—No me pasa nada, no te preocupes, Sakura...—le respondió amablemente mientras sacaba sus cosas de la mochila toda mojada.

 

Sus ojos se abrieron en gran manera cuando notó que su cuaderno de clases no estaba, por lo que tampoco traía la carta y, recordando mejor, los había dejado en la noche sobre la mesa de luz. Su corazón había comenzado a latir fuerte y su rostro palideció. ¿Y si alguien se atrevía a espiar en sus cosas y descubría la carta? Realmente, estaba pensando que era un verdadero estúpido y un tarado por haberse olvidado las cosas en el orfanato a la vista de todo el mundo.

 

Suspiró con resignación pensando que nadie descubriría la carta y que era mejor que no la hubiera traído para dársela a Sasuke como había pensado hacer, porque no era un buen momento.

 

—Por cierto, queridos estudiantes...—comenzó a decir Iruka—Ya cerré ayer sus notas de este primer trimestre y pronto sabrán sus calificaciones cuando los preceptores hagan sus boletas con las notas de cada materia—les sonrió a todos—Naruto—pasó a mirar al joven rubio—Quiero que lleves la planilla con las notas de mi materia al director para que hagas algo por una vez—le acercó la planilla y Naruto la miró con flojera.

 

—¿En serio tengo que llevarla yo? —preguntó sin ninguna gana de ir.

 

—Jamás haces nada en mi clase. Al menos, lleva esto y a ver si te subo un poco la nota de actitud para el segundo trimestre. Ahora toma la planilla y lárgate—le sonrió amablemente.

 

—Sí, ya voy...—le dijo tomando la planilla para salir del salón con toda su flojera a cuestas.

 

...

 

Sasuke llegó completamente empapado a la escuela dejando un rastro de agua por los pasillos.

 

Sin pensarlo dos veces, se dirigió directamente a la dirección. No quería pensar en nada ni en nadie. Solamente, quería escapar de la realidad y pensaba en las palabras que Orochimaru le había dicho el día anterior sobre que podrían hacer lo que él quisiese cuando quisiese, y eso era justo lo que quería en ese momento, pues el día anterior había servido como un gran inhibidor de la realidad.

 

Llegó a la puerta de la dirección y abrió la puerta sin llamar ni anunciarse para después cerrarla de un portazo tras de él.

 

Orochimaru estaba sentado en su escritorio y miró hacia la puerta cuando ésta se azotó con fuerza al cerrarse, a lo que se sorprendió un poco por la brusca intromisión, pero sonrió de lado cuando vio quién había sido el insolente.

 

—Sasuke—pronunció su nombre con una sonrisa ladina y sorprendido de que el jovencito estuviese allí.

 

No pudo evitar recorrer con sus ojos cada parte de esa imagen celestial que veía: ese cabello negro como la noche tan empapado y goteando, su rostro completamente mojado con esa expresión de seriedad que tanto le gustaba y su camisa blanca que se traslucía y se pegaba a su torso, dejando ver trozos de esa blanca piel empapada.

 

—¿Qué ocurre? ¿A qué se debe la visita y por qué entraste de esa manera a mi oficina? —quiso saber por curiosidad.

 

—Ayer dijiste que podría verte cuando quisiera, ¿no? —dijo con frialdad mirándolo directamente a los ojos.

 

—No fueron mis exactas palabras, pero sí, aunque estás aquí en un horario de clase. Eso no es bueno para ti—se recargó en el espaldar de su silla sin dejar de contemplar esa imagen.

 

—Las clases me importan muy poco en este momento. ¿Me vas a hacer caso o no? Porque, si me vas a decir que no quieres que me quede, como ayer, me iré de aquí, y no a clases—sonaba a una amenaza.

 

—¿Puedo saber por qué el mal genio de esta mañana? Imagino que lo que te sucede también forma parte de la explicación de por qué llegaste tan mojado—pasó a mirar los papeles que tenía sobre su escritorio.

 

—Eso no es importante ahora. Lo único que quiero es olvidarme de todo, ¿vas a darme lo que busco o no? —la ansiedad comenzaba a carcomerlo.

 

Orochimaru rio levemente pensando que por fin tenía en sus manos al jovencito que tanto había deseado durante mucho tiempo.

 

—Muy bien. Lo que tú desees, mi querido Sasuke—se puso de pie, pero no se acercó.

 

Orochimaru le extendió una mano a Sasuke para que se la tomara y se acercara, pero Sasuke lo ignoró. En cambio, Sasuke comenzó a desabotonarse la camisa empapada que llevaba ante la atenta y sorprendida mirada del mayor de cabellos largos, pero no dijo absolutamente nada ante ese acto y se limitó a dejar estampada esa sonrisa perversa que lo caracterizaba, sonrisa que enloquecía a Sasuke.

 

El de ojos ónice estaba comenzando a perderse en esos ojos dorados que parecían hipnotizarlo. Se parecían a los ojos de una serpiente, pero le encantaban y el perfume que usaba todos los días impregnaba aquella oficina y se colaba en el interior de Sasuke, haciendo que perdiera la razón, pero no lo demostraba en su apariencia.

 

—Sólo una cosa, Sasuke—le dijo cruzándose de brazos sin borrar la sonrisa—Vas a enfermarte porque hace frío y estás todo mojado. Dame un momento...

 

Orochimaru se dirigió hacia el baño privado que tenía en aquella oficina y buscó una toalla.

 

—Eso no importa—le dijo Sasuke teniendo ya la camisa completamente desabotonada.

 

Orochimaru se acercó a él y puso su dedo índice sobre los labios del jovencito pelinegro a modo de indicarle que hiciera silencio para después dejar la toalla sobre el escritorio un momento y llevar sus manos a los hombros de Sasuke, comenzando a hacer deslizar lentamente la camisa mojada por sus brazos hasta retirarla por completo.

 

Sasuke sintió el frío tacto de los dedos de Orochimaru y cómo hacía que la camisa se deslizara por sus brazos, lo cual hizo que una corriente eléctrica viajara por todo su cuerpo y cerró los ojos. Comenzó a sentir el tacto de la toalla tallar cada centímetro de su piel desde su cuello, su pecho, sus hombros, sus brazos y su vientre y cómo el mayor dirigió sus pasos hasta quedar detrás de él para tallar su espalda delicadamente como el resto de su torso. Sasuke estaba comenzando a desesperarse un poco y su respiración comenzó a sentirse agitada.

 

—Relájate un poco, Sasuke. Hay que ir despacio. Después de todo, dijiste que las clases no te importaban, así que... tenemos toda la mañana—le dijo eso cerca del oído.

 

Después tomó su muñeca y lo llevó hasta el escritorio, donde quitó unas pocas cosas que tenía sobre ese mueble y las dejó en otra mesa que había en la oficina. Volvió a tomar la toalla y se acercó a Sasuke.

 

—Al menos, ahora que estás más seco, no vas a enfermarte. La calefacción está encendida y no sentirás tanto frío—le dijo antes de ponerle la toalla sobre la cabeza y comenzar a tallar sus cabellos delicadamente.

 

Sasuke estaba disfrutando mucho de lo que Orochimaru estaba haciendo, pero le resultaba extraño ver al director portarse tan bien con él cuando con los demás era bastante severo y hasta cruel, pero con él siempre era diferente y muy atento, perdonándole muchas faltas de respeto, faltas a clase y siendo benevolente en todo momento, aunque ya sabía por qué.

 

No sabía si era por la calefacción o porque se estaba dejando hacer muchas cosas por Orochimaru que ni a su madre le había permitido cuando había estado con vida, pero estaba comenzando a sentir mucha calor mientras se sentía bastante bien el suave movimiento de las manos del mayor tallando su cabello, dejándolo muy despeinado.

 

Orochimaru dejó la toalla sobre el borde del escritorio para después con su mano comenzar a peinar los cabellos de Sasuke apartándolos de su rostro y regresarlo a su peinado de siempre que, aunque alborotado, más ordenado.

 

—¿Terminaste? —preguntó Sasuke sin dejar su orgullo de lado mirando hacia otro lado cruzado de brazos.

 

Orochimaru rio levemente ante esa actitud.

 

—Al menos, te has dejado mimar un poco—dijo Orochimaru complacido, pues había disfrutado cada segundo.

 

—Sólo he dejado que lo hagas para que me des lo que vine a buscar—sonó frío.

 

—Sasuke, hay algo que debes saber antes de que pueda darte lo que quieres—le dijo llevando una mano a la barbilla del jovencito y haciendo que lo mirase a los ojos—Aquí yo soy el que lleva las riendas y pone las reglas del juego. Si tú quieres jugar conmigo...—ensanchó su sonrisa perversa—deberás obedecer todo lo que yo te diga y someterte a mi voluntad.

 

—Me lo imaginé—dibujó una sonrisa ladina en su rostro—La verdad, no esperaba menos de alguien como tú, pero no creas que voy a someterme tal y como imaginas. No me tendrás a tus pies y tampoco haré nada que no quiera o que a ti se te antoje. Tú debes entender eso antes que nada también—lo desafió con la mirada.

 

Orochimaru enredó rápidamente sus brazos en la cintura de Sasuke haciendo que su vientre y su pecho se pegaran al suyo aun vestido de golpe.

 

—Y eso es justo lo que me gusta de ti, Sasuke—comenzó a acariciar el rostro del jovencito mientras ajustaba el agarre con su otro brazo—Me encanta que me desafíes y que no seas del todo sumiso. Eres una rareza exquisita...—le susurró muy cerca de su rostro.

 

Sasuke no pudo contener demasiado la respiración en un estado normal, porque se le empezó a acelerar cuando Orochimaru lo sujetó y lo atrajo hacia su cuerpo. Deseaba todo de él y, por alguna razón, cuando estaba en su presencia, no le era difícil cumplir con lo que el mayor exigía, pero no podía rebajarse tanto y, además, Orochimaru había confesado que eso le gustaba, así que todo estaba más que bien.

 

Orochimaru comenzó a deslizar su mano desde la mejilla de Sasuke hasta llegar a su cuello, donde las yemas de sus dedos tocaban cada centímetro de aquella zona bajando lentamente hasta su clavícula, haciendo que Sasuke se desesperase cada vez más, y a su cuerpo lo atravesaba constantemente una corriente eléctrica muy fuerte sintiendo que se iba a morir en los brazos de Orochimaru.

 

—¿En algún momento, vas a contarme lo que te sucede? —le preguntó el mayor llevando su cara al cuello de Sasuke para comenzar a olfatear su aroma.

 

Sasuke no pudo evitar cerrar sus ojos conteniendo un jadeo.

 

—¿Y para qué quieres saber tú eso...? —trataba de resistirse a toda costa para no jadear.

 

Orochimaru notó el esfuerzo e hizo que Sasuke sintiese en su cuello el aire cálido que salía de su boca respirando en su piel, lo cual enloqueció aún más a Sasuke, haciendo que éste llevara sus manos a los cabellos de Orochimaru y que sus dedos se perdieran allí, lo que hizo que el mayor sonriese ante aquel acto.

 

—Me interesa todo de ti, Sasuke—pasó a mirarlo a los ojos—Todo—se acercó a sus labios y mordió el labio inferior del jovencito.

 

Sasuke abrió los ojos grandes ante ese acto tratando de evitar con todas sus fuerzas soltar un gemido, pero Orochimaru se lo hizo muy difícil cuando jaló de su labio suavemente y luego lo soltó.

 

Sin poder evitarlo más, sucumbió. Se lanzó a los labios del mayor como un hambriento tratando de dejar todo lo malo en aquel beso, al cual Orochimaru correspondía tratando de ser él quien llevara el ritmo y hasta tratando de calmarlo un poco para que fuese más lento, lo cual funcionó y comenzó a guiar a Sasuke con su boca, pues notaba la inexperiencia del jovencito de ojos negros.

 

Sasuke llevó sus manos al saco del traje del director para comenzar a quitárselo, a lo cual Orochimaru aceptó gustoso y lo ayudó un poco para después arrojar él mismo su saco a una silla y separó sus labios de los de Sasuke, quien comenzó a respirar bastante agitado cuando se separaron.

 

—Relájate un poco, Sasuke. Estás muy ansioso—le dijo con voz calma mientras le sonreía perversamente.

 

—No me digas qué hacer y sigue—le respondió con exigencia y ansiedad.

 

—Realmente, eres todo lo que estaba buscando—dijo antes de comenzar a besar su cuello.

 

Comenzó a repartir besos húmedos y cálidos por el lado derecho del cuello de Sasuke, haciendo que éste se estremeciese y se olvidase hasta de por qué había ido a ver al director a su oficina.

 

Orochimaru bajó sus manos a los muslos de Sasuke y los sujetó para después levantar a Sasuke haciendo que se sentase sobre el escritorio. Llevó sus grises manos hacia los hombros del jovencito para comenzar a acariciarlo y deslizar dichas manos por su pecho blanquecino mientras que Sasuke se contenía para no gemir.

 

—Haré que los sueltes, aunque no quieras, en unos momentos, ¿sabes? —le susurró en el oído para después morder el lóbulo de la oreja.

 

Sasuke no dijo nada al respecto. Trataba de desabotonar la camisa de aquel hombre con desesperación, pues anhelaba tener su piel pegada a la suya y la lujuria le iba subiendo por todo el cuerpo sin ser capaz de detenerla. Orochimaru vio que esa acción se le dificultaba por la desesperación que traía el jovencito, así que decidió ayudarlo hasta que todos los botones quedaron desabotonados.

 

Orochimaru se separó un poco de Sasuke y éste contempló su piel grisácea, la cual comenzó a acariciar para después comenzar a quitarle la camisa haciendo que se deslizara por los brazos del mayor y cayese al suelo. El torso de Orochimaru estaba más que bien trabajado, por lo que Sasuke no pudo evitar morderse el labio inferior al contemplarlo.

 

Sasuke tomó de los hombros al mayor y lo atrajo hacia él de golpe para que sus pieles se pegasen no pudiendo soportar más la distancia y comenzó a devorar sus labios con hambre nuevamente. El sabor a dulce en su boca era simplemente irresistible, además de la experiencia que tenía al besar. Ambas cosas hacían que delirase. Pronto comenzó a sentir las manos de Orochimaru recorriendo su espalda como si estuviese dibujando un mapa con sus dedos, haciendo que se estremeciera hasta más no poder, ahogando sus gemidos en aquel apasionado beso.

 

Como deseando más a cada instante, enredó las piernas en las caderas del pelinegro mayor haciendo que sus partes más intimas se presionaran una con otra, por lo que Sasuke no pudo evitar que se le escapara un leve gemido, a lo que Orochimaru sonrió perversamente al separar sus labios.

 

—Como te lo había dicho—le dijo mientras reía levemente.

 

—Cierra la boca—le respondió algo avergonzado y con un sonrojo imposible de ocultar, pero con una molestia a la vista.

 

Orochimaru llevó sus manos al pecho del jovencito y comenzó a deslizar dichas manos lentamente.

 

—Eres... más que perfecto, Sasuke. Todo en ti no tiene comparación y poder tocarte es algo que anhelaba hacía tanto tiempo que no creo poder resistirme... Pero es mejor que vayamos despacio—le dijo Orochimaru mientras llegaba a su vientre.

 

—No me vengas con eso ahora. ¿Otra vez me vas a dejar en este punto? —preguntó con molestia.

 

—Para nada. Esa no es mi intención. Sólo relájate—le dijo mientras sentía las inexpertas manos de Sasuke recorrer su pecho—De lo que hablo es de que vamos a empezar por algo menos fuerte. Por más seguro que te sientas ahora, sé que viniste por algo que te sucedió y este tipo de decisiones no debes tomarlas en un momento de enfado, ya que, en medio de ellas, puedes arrepentirte, y créeme... No escucharé tus ruegos y súplicas de que me detenga, aunque te escuche toda la escuela pidiendo ayuda—lo miró a los ojos con una sonrisa perversa bastante ensanchada.

 

—No me asustas—le sonrió de forma ladina, pero dándose cuenta de todo lo que era capaz Orochimaru. Al menos, tenía la consideración de advertir.

 

—Hazme caso—tocó la punta de la nariz de Sasuke con su dedo índice.

 

—Sólo por esta vez—le respondió para después lamer los labios de Orochimaru.

 

Esos actos y actitudes de Sasuke se las tomaba como un reto para después intentar doblegarlo y convertirlo en el perfecto sumiso que deseaba, aunque no quería que perdiera todo de él, pues deseaba que conservara parte de su rebeldía. Deseaba domarlo, pero no del todo.

 

Orochimaru ignoró esa provocación de querer que se comiera su boca y volvió a su cuello, donde, esta vez, sí dejaría sus marcas. Comenzó mordiendo suavemente aquella pálida piel que dejaba ver las venas azules de su cuello, lo cual le era irresistible. Sasuke, por otra parte, estaba comenzando a desabrochar el pantalón del mayor y Orochimaru llevó sus manos al pantalón de Sasuke para imitarlo.

 

Ante las suaves mordidas de Orochimaru, Sasuke no pudo resistirse y comenzó a jadear suavemente, por lo que el mayor sonrió perversamente y clavó aún más sus caninos en el cuello del jovencito, haciendo que soltase un gemido de placer y de dolor. Sasuke se tapó la boca con su mano y Orochimaru apartó esa mano de repente sujetando su muñeca, acto que tomó por sorpresa al Uchiha.

 

—No hagas eso, por favor—pidió amablemente antes de clavar sus dientes en la muñeca de Sasuke como si se tratase de un vampiro.

 

—Ah...—gimió sin poder evitarlo ante esa inesperada acción.

 

Orochimaru abandonó la mano de Sasuke y depositó un suave y breve beso en sus labios.

 

Teniendo ya ambos los pantalones desabrochados, Orochimaru acercó sus labios al oído del jovencito.

 

—Ahora déjame todo a mí. Tú sólo relájate y disfruta tocando todo lo que quieras en mí—lamió su oreja.

 

—Sí...—gimió esa afirmación.

 

Orochimaru comenzó a deslizar su lengua desde la oreja de Sasuke hasta su cuello, donde permaneció degustando esa zona como si se tratase de un manjar mientras liberaba el miembro de Sasuke y bajaba un poco su ropa interior y sus pantalones, haciendo esta misma acción con su propia persona. Comenzó a hacerle chupones en el cuello que dejaban la zona roja, la cual después se tornaría algo morada.

 

—Ah... Ah... —no podía evitar gemir ante aquellas acciones, aunque no quisiese hacerlo, pues el mayor haría algo para poder oír esos gemidos—¿Y... si nos escuchan...?

 

—Nadie lo hará. La oficina está alejada de los salones y todos están en clase—lo despreocupó.

 

Tomó con su mano la erección de Sasuke y la suya y las juntó para sujetar ambas con su mano. Luego, comenzó a mover sus caderas haciendo que ambas erecciones se frotaran la una con la otra, además de estarlas masturbando con su mano.

 

—Aaah...—gimió mientras su respiración se aceleraba cada vez más y su rostro se tornaba de un color rojizo.

 

Sinceramente, jamás había sentido todo aquello. Era una experiencia nunca vivida, pues él jamás había podido darse tanto placer en sus ratos de privacidad. Estaba recibiendo atención en su cuello, en su torso y en su espalda, pues la otra mano del mayor no se había quedado quieta y, además, lo que le estaba haciendo a su miembro junto con el del otro era algo indescriptible.

 

Orochimaru se estaba sintiendo en el Cielo, pues esto era un sueño hecho realidad. Lo estaba gozando más que nunca. El poder darle placer a Sasuke y recibir placer de éste era algo que, por mucho tiempo, había creído casi imposible y ese día estaba siendo una realidad. Su respiración también era bastante agitada y no se privaba de gemir en el cuello de Sasuke y hacerle sentir su aliento cálido golpear la piel de su cuello, lo cual provocaba aún más a Sasuke.

 

Sus movimientos eran lentos, haciendo desesperar a Sasuke, y eso le encantaba, pues deseaba torturarlo un poco y hacerlo esperar como él había tenido que esperar para que todo eso ocurriese.

 

—Aaah... Más...—decía mientras tenía las manos en la espalda del mayor.

 

—¿Qué...? —quería que se lo dijese completo.

 

—Más rápido... Aaah...—se mordió el labio inferior al sentir que la velocidad había subido, pero muy poco.

 

—Di mi nombre, Sasuke...—le dijo entre jadeos.

 

—Aaah...—no se atrevía. Más bien, se negaba. No quería decir otro nombre en una situación así que no fuese el de Naruto, aunque poco se había acordado de él mientras estaba haciendo todo aquello.

 

—Vamos... dilo...—comenzó a aumentar más la velocidad de sus movimientos.

 

El líquido pre seminal de ambos estaba comenzando a salir humectando ambos miembros y haciendo que el tacto fuera más placentero aún.

 

—No... Aaah... No lo haré...—clavó sus uñas en la espalda de Orochimaru, haciendo que éste perdiese la razón por su rebeldía y por ese acto.

 

—Haré que lo digas... Si no es hoy, será algún día—mordió el pecho de Sasuke, haciendo que éste arqueara su espalda.

 

—Aaah...—gimió ante esa mordida inesperada y comenzó a hacer que sus uñas dejasen marcas notables en esa gris piel.

 

Orochimaru comenzó a aumentar la velocidad comenzando a desear mucho más de Sasuke y queriéndolo enloquecer hasta el punto del no retorno. Entonces, pasó a observar el rostro del jovencito que se encontraba completamente irreconocible con una expresión jamás antes vista por nadie y completamente sonrojado, a lo cual sonrió perversamente por su logro y sintiendo que estaba llegando al punto extremo de la demencia junto a su amado pelinegro de ojos ónice.

 

De pronto, Sasuke comenzó a sentir un cosquilleo que le hizo temblar todo el cuerpo y no pudo evitar soltar un grito en el oído de Orochimaru, el cual aumentó aún más la velocidad de sus movimientos hasta que sintió su mano y su vientre mancharse con aquel líquido viscoso de ambos.

 

Las uñas de Sasuke se habían enterrado aún más en la espalda del mayor al momento de descargarse y se quedó con la respiración agitada sintiendo que nunca iba a poder normalizarla.

 

—Oh, Sasuke... Eres lo más bello que...

 

—Orochimaru sensei, le traigo esta planilla que Iruka sensei me pidió que le trajese—escucharon esa voz familiar para ambos mientras la puerta se abría.

 

Inevitablemente, no pudieron separarse, pues, antes de que pudiesen hacer lo que fuese, ya tenían los ojos de Naruto clavados en ellos. Además, ninguna excusa valdría, pues estaban medio desnudos.

 

—Naruto...—dijo Sasuke casi en susurro sintiendo cómo la sangre se le escapaba del cuerpo y su respiración se cortaba.

 

—S-Sa... S-Sasuke...—pronunció su nombre a duras penas.

 

Soltó la hoja de papel que traía en las manos y no pudo evitar que sus ojos se inundaran rápidamente sin poder creer lo que estaba viendo. Su cuerpo no le respondía. Estaba completamente pálido y estaba empezando a sollozar.

 

—Uzumaki...—suspiró Orochimaru mientras le daba la espalda para acomodarse el pantalón— ¿Cuántas veces te he dicho que golpees la puerta antes de entrar? —su enfado era evidente.

 

Sasuke estaba que no se lo creía, pero reaccionó lo más rápido que su cerebro le permitió y se acomodó rápido el pantalón también.

 

—Naruto—pronunció su nombre mientras se bajaba del escritorio.

 

Naruto reaccionó ante eso y rompió en llanto antes de salir corriendo a toda velocidad de allí sin siquiera Sasuke poder hacer absolutamente nada, pero tampoco entendía muy bien qué debía hacer. Lo único que le preocupaba era que fuera a meterlo en problemas graves a él y al director si le contaba lo que había visto a alguien.

 

—Vaya, se fue corriendo y llorando—comentó Orochimaru sin que le importase absolutamente nada.

 

—Debería ir tras de él. Puede decirle a alguien lo que vio—le dijo Sasuke tomando su camisa y comenzando a ponérsela.

 

—¿Y quién le va a creer a ese pobre muchachito? Soy el director y es la palabra de un mocoso contra la mía. Además, tú lo negarás todo, ¿no? —le sonrió de forma ladina antes de darle un beso en los labios.

 

—Claro—dijo poniéndose serio.

 

Se comenzó a abotonar la camisa mientras empezaba a sentir una sensación extraña de desagrado y tristeza, a sentir culpa y remordimiento, además de confusión ante la reacción de Naruto. ¿Por qué demonios había salido corriendo y llorando?

 

—¿Es tu novio? —preguntó Orochimaru terminando de colocarse la chaqueta del traje.

 

—¿Por qué me preguntas eso? —se sintió extrañado y confundido.

 

—¿Por qué otra razón rompería en llanto ante lo que vio en vez de simplemente sorprenderse e irnos a acusar con algún maestro? Tal vez gritarnos y armar un escándalo—apeló a la lógica.

 

—No lo sé. Tampoco es que me importe—dijo con frialdad e indiferencia terminando de acomodarse la ropa.

 

—¿Volverás a clase? —preguntó Orochimaru mientras recogía la hoja que Naruto había soltado.

 

—¿No es muy tarde para eso? —se rio un poco.

 

—Llueve mucho afuera. Te puedes enfermar de camino a tu casa. Además, ya estás aquí. Te acompañaré a tu salón y le diré a tu profesor que estabas hablando conmigo y no debe ponerte la falta—le explicó con calma y sonriéndole de lado.

 

—Como quieras—le dijo saliendo de la oficina.

 

Orochimaru fue tras de él para dirigirse al salón de clase. Al llegar allí, Orochimaru abrió la puerta y le dio paso a Sasuke, que fue a sentarse a su lugar de siempre.

 

—Buenos días, profesor Iruka—lo saludó amablemente Orochimaru.

 

—Buenas días, director—le respondió al saludo.

 

—El joven Uchiha tenía la orden el día anterior de pasarse por mi oficina antes de ir a clase. No debe ponerle la falta—le dijo mirando a Sasuke con una sonrisa perversa.

 

—Está bien. No hay problema entonces—sonrió Iruka— ¿Y Naruto dónde está? ¿Le llevó mi planilla? —preguntó al ver que Naruto no había regresado en ningún momento.

 

—Sí, me la entregó y después se fue—dijo con naturalidad—Seguramente, estará vagando por la escuela. Lo buscaré y lo traeré de nuevo. No se preocupe. Que tengan una buena mañana, estudiantes—los saludó antes de salir y cerrar la puerta tras él.

 

Sasuke no podía evitar sentirse bastante mal por lo ocurrido, porque amaba mucho a Naruto, aunque, sinceramente, no se había acordado de él mientras había estado haciendo aquello y eso era porque Orochimaru lograba distraerlo de toda la realidad que lo rodeaba, lo cual era bueno por un lado, pero no quería olvidarse de Naruto.

 

Ya no se sentía tan mal por lo de la mañana, pero ya le había dicho a Naruto que no se preocupara por él como si quisiese alejarlo y todo lo que deseaba era estar junto a él. También, inevitablemente, había comenzado a pensar en las cosas que le había dicho a su hermano, y es que Naruto lo bajaba a la realidad de un golpe cuando aparecía frente a él, pero no de forma negativa, sino que lo hacía reflexionar sobre sus malos actos desde siempre.

 

No sabía lo que tenía el rubio, pero, fuera lo que fuera, era bueno. Lo malo era que debía dejar su orgullo de lado esa noche y esperar a Itachi, si era que llegaba a la casa, para disculparse con él, porque estaba comenzando a pensar en lo mal que él se sentiría si su hermano le dijese a él todas esas cosas horribles que habían salido de su propia boca esa mañana.

 

Si trabajara tan duro desde muy temprano hasta tan tarde para poder mantener a flote todo él solo y hacer lo posible para que su hermano olvidase alguna tragedia, aunque no fuera de la mejor manera y, encima, le dijese todo aquello, probablemente, se sentiría asquerosamente mal.

 

Se estaba empezando a preocupar bastante de que el rubio no apareciera y no quería que se metiera en problemas por su culpa, aunque todavía no entendía por qué Naruto se había puesto de esa forma cuando los había visto en aquella situación. Estaba realmente confundido y las palabras de Orochimaru le daban más en qué pensar aún. ¿Cómo era eso que había creído de que Naruto era su novio? Tal vez sólo se había impresionado demasiado o se había ofendido porque su mejor amigo le había estado escondiendo aquello. Naruto podía ser muy sensible a veces, pero deseaba salir corriendo en su búsqueda para averiguar qué era lo que estaba pasando realmente.

Notas finales:

Hola, ¿Cómo están? Espero que muy bien y que les haya gustado este capítulo.

Por favor, déjame un comentario, porque es la única forma que tengo de saber que te está gustando o que te está pareciendo horrible. No importa lo que digas en el comentario, mientras sea con respeto y una crítica constructiva para seguir mejorando, será muy bien aceptado. Sigue la historia para que te llegue la notificación de que he subido un nuevo capítulo y si te está súper encantando, sígueme a mí y agrégame a tus autores favoritos para que el sitio te avise cuándo subo una nueva historia, las cuales serán muchas de esta temática y con nuevos ships y esta parejita también.

¡Espero que te la pases bien, DATTEBAYO!

 


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