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Mi niño amado por ami4alice

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Notas del capitulo:

¡Y aquí estoy de nuevo! Con otro capítulo.

Como les prometí, este tiene limoncitos. 

Espero lo disfruten.

Después de todo aquel evento, terminaron en la habitación, la que le asignaron a Dewis antes. Ambos se encontraban sentados en el sofá, uno frente al otro, al parecer su nerviosismo gano en esa ocasión. Ninguno se miraba y no era extraño luego de todo lo que había pasado hace solo un par de minutos atrás. Por eso mismo se encontraban en completo silencio, aquella habitación parecía más una sala de velatorio que cualquier otra cosa.

Ambos tenían sus propias cosas en la cabeza, pero al final, como siempre, su aterradora sincronización ataco de nuevo, provocando que sus miradas se encontraran. Se quedaron mirando un momento manteniendo el silencio que llevaban desde hace rato, por lo menos hasta que uno de los dos se dignó a hablar, Dewis había tomado el valor para decir algo en aquel tenso y pesado ambiente que estaban teniendo.

-Yo…

No llegó a terminar la frase porque fue interrumpido.

En un punto antes de que pensara en hablar, Kari se había levantado de su asiento y caminado en su dirección, al momento en que Dewis pensaba hablar y le regreso la mirada, el chico se encontraba cerca de él. No fue lo único que hizo, Kari llevo una mano a su mejilla y antes de darse cuenta le estaba dando un beso que él correspondió gustoso. Se besaron por un largo rato, dedicándole su debido tiempo al disfrute de la cavidad ajena, separándose solo cuando ambos se encontraban jadeando por la falta de aire. De nuevo sus miradas quedaron fijas en su compañero.

La boca de ambos se abrió ligeramente, como si pensaran decir algo, pero nada fue dicho.

Ambos se volvieron a besar, aunque en esta ocasión Dewis le rodeo con sus brazos, para cuando se vino a dar cuenta, se encontraba acostado en el sofá con Kari encima de él mientras continuaban besándose sin detenerse, parecía que esos besos no iban a tener fin. No solo se concentraron en besarse, sino que las manos de ambos decidieron disfrutarse del cuerpo ajeno, tocando por aquí y por allá a placer. Se volvieron a separar sin apartar la mirada.

-Yo quiero hacerlo hasta el final.

-Yo quiero hacerlo hasta el final.

Ambos lo dijeron al mismo tiempo, dejando escapar una risa por lo terrible de su sincronización.

-Hagámoslo correctamente… Vayamos a la cama.

Dewis se avergonzó de decir aquello, aun así, recibió una asentida de cabeza como respuesta.

Kari se apartó ayudando a Dewis para levantarse del sofá. Los dos fueron de la mano hasta la cama, pero no se sentaron o acostaron en esta, sino que se quedaron parados. Aunque esa no sería la primera vez que miraban el cuerpo de su compañero, los dos se sentían de cierta forma, tímidos ante lo que iban a realizar. Llegaron a la conclusión al mismo tiempo de que tenían que quitarse la ropa, así que sin mirarse comenzaron a hacerlo. Kari se encargaba de quitarse su propia ropa al igual que Dewis, pero sus miradas se encontraron en el momento justo.

Todo lo demás dejó de importar.

Se volvieron a besar mientras sus manos quitaban las prendas del otro de una forma un tanto salvaje, ignorando por completo si rasgaban o dañaban esta misma, lo único que importaba era quitar lo que les impedía tocar directamente aquella piel. Pronto la ropa estuvo por todo el suelo, al igual que los zapatos, los cuales a pesar de que Kari se los quito solo, en el caso de Dewis no fue así. Fue Kari quien le quito los zapatos y las medias a Dewis, antes de repartir besos por su pierna.

Cuando llego a cierto punto se separó para atrapar los labios de su compañero, quien lo recibió con los brazos abiertos. De alguna forma lograron llegar al centro de la cama entre toqueteos y besos. Desde hace mucho tiempo que ambos venían queriendo eso, no atreviéndose a terminarlo, pero luego de lo que vivieron, donde casi no se vuelven a ver más nunca, simplemente su autocontrol llego al punto crítico. Ya no podían solo contener su deseo por su compañero ni aguantar esa ligera tensión que siempre dejaban luego de sus encuentros íntimos.

Dejaron de besarse, ya que no podían aguantar más su respiración y aprovechando que se encontraba arriba, Kari lamió el cuello de Dewis, antes de ir bajando, dejando una mordida en la clavícula ajena y seguir su camino hacia abajo. Dewis sentía perfectamente como su cuerpo se estremecía al sentir el calor que repartía los labios ajenos. Jadeo llevando una mano a su boca al momento en que Kari se encontró entre sus piernas, ya que este descaradamente le mordió un muslo.

En ese punto estaba demás señalar que se encontraban excitados.

La espalda de Dewis se encorvo ante la primera lamida que sintió sobre su virilidad, se lo esperaba, aun así lo tomó por sorpresa. Lo gemidos comenzaron a llenar la habitación, aunque Dewis se contenía usando su mano para silenciar sus gemidos. Una de sus manos sostenía con fuerza la almohada donde descansaba su cabeza, la sensación que causo al sentir la lengua ajena en aquella zona fue una inexplicable.

En cierto punto, tuvo que morder su mano cuando un alto y fuerte gemido se le quiso escapar, ahora mismo se encontraba dentro de la cavidad bucal de su compañero, el ritmo era algo acelerado, pero no por eso perdía placer, más bien lo estaba disfrutando demasiado. Su mano dejó de ser suficiente para silenciar sus gemidos, estos parecían querer salir para tocar una sonata donde plasmara lo excitado que se encontraba.

-¡Kari…!

Los gemidos comenzaron a tomar forma.

Dewis comenzó a gemir el nombre del otro mientras sentía como entraba y salía de aquella boca. Su cuerpo se tensó horriblemente al momento en que Kari se detuvo y apretó la punta para evitar que se corriera, si no hubiese hecho eso, estaba seguro que fuese llegado al clímax en la boca ajena.

» Eres horrible…

Al oír aquello Kari se encogió de hombros, puesto que se había vuelto a mover y ahora mismo se encontraba encima del otro de nuevo. Desvió la mirada de Dewis por un momento, frunciendo el ceño un instante, lo cual causo que Dewis no pudiera evitar mirar en la misma dirección.

-Tú crees que…

No terminó su frase, porque Dewis sostuvo su rostro y lo besó.

-Aun si es así… Eso no es lo que importa.

Le daba la razón en este momento, así que decidió no pensar en profundidad sobre lo que vieron, solo tomaron la decisión de continuar con lo suyo. La verdad es que Kari miró en dirección de la pequeña mesa cerca de la cama, donde descansaba un frasco de aluminio con aceite. Mismo que Kari tomó para untar un poco sus dedos.

Cuando sus dedos quedaron lo suficientemente húmedos, regreso con Dewis y se colocó en la misma posición anterior, entre las piernas del otro. Aunque se trataba de la primera vez de ambos, ninguno de los dos dudaba sobre sus acciones. Kari se inclinó a besar a Dewis para que se concentrara en el beso y no en lo que estaba por hacer. Deslizó sus dedos hasta llegar a aquella pequeña abertura, la cual primero comenzó a frotar con sus dedos aceitados, antes de lentamente introducir un dedo.

Lo comenzó a sacar y meter despacio para que su compañero se acostumbrara a la intromisión, ninguno de los dos deseaba que su primera vez terminara en una desagradable experiencia, más aún porque llevaban deseándolo desde hace un buen tiempo. Dewis interrumpió el beso para dejar escapar un gemido cargado de cierto placer cuando sintió el segundo dedo, al momento en que Kari considero que se había acostumbrado, paso a meter otro dedo.

El reflejo de Dewis fue llevar una mano al cabello ajeno, tirando de este cada cierto tiempo, sobre todo cuando se estremecía por la nueva y rara sensación que estaba teniendo. Kari notó aquello, por eso mismo decidió dedicarse a otras tareas para distraer a su compañero, besando su cuello o jugando con sus pezones, aunque más que jugar, los mordía descaradamente. Con cada segundo que pasaba, le costaba un poco a Kari mantener la compostura, después de todo sabía muy bien que el que causaba la excitación en el otro hombre era él.

Pronto Dewis se encontraba lo suficientemente aflojado para que entraran sus cuatro dedos, además que podía notar como la tensión se había perdido en cierto punto. Sacó los dedos, oyendo como el otro se estremecía por lo que estaba haciendo, él también estaba llegando a su límite, simplemente no podía resistir mucho más tiempo. Se equilibró en una mano para posicionarse, usando la mano libre para sostener su propio miembro.

Al verlo allí y la clase de expresión que estaba haciendo, Dewis se imaginaba lo que iba a suceder, aunque al notar que Kari inicio solo frotando la punta, gruño como reflejo. Se besaron justo en el momento en que Kari comenzaba a abrir las paredes internas del otro hombre, ahogando cada uno de los gemidos llenos de placer que ambos dejaban escapar. Se separaron al momento en que toda la longitud de la virilidad ajena estuvo completamente adentro.

Se quedaron un rato así, sin moverse, mientras ambos se acostumbraban a ello. El tirón de pelo que recibió Kari fue la señal de que podía moverse y no dudo en hacerlo. Su ritmo no dio paso a la lentitud, fue directo a la rapidez, comenzando con las embestidas. Sus gemidos comenzaron a ir en sincronía mientras oía el sonido que provoca el movimiento de ambos, porque Dewis había comenzado a mover sus caderas para incrementar la sensación.

El placer era el dominante en esa situación, recorriendo cada centímetro del cuerpo de ambos hombres, que para bajar la cantidad de gemidos que rebotaban en esas paredes, se besaban de diferentes formas. Justo en uno de sus tantos besos, finalmente llego el gemido de éxtasis. Como si ya no fuese suficiente su increíble sincronía, ambos se corrieron al mismo tiempo, teniendo que interrumpir su beso para gemir.

Su respiración era un completo desastre en ese momento, sus pechos subían y bajaban de forma acelerada. Kari esperó un momento antes de decidirse a salir del interior de Dewis, quien al verse libre, despegó su espalda de la cama llevando una mano al hombro del otro. Para cuando Kari se vino a dar cuenta, ahora era él quien estaba acostado sobre la cama, a pesar de encontrarse agitado, Dewis había logrado alcanzar su objetivo.

-Aun no es… suficiente.

Al decir aquello, descaradamente Dewis apretó una nalga de Kari.

Kari se encogió de hombros luego de dejar escapar un jadeo por la sensación de la mano de su compañero. No es como si aquello realmente le fuese a molestar, así que siguió con su mirada a Dewis cuando se movió hacia donde estaba aquel frasco con aceite. A diferencia de la delicadeza que tuvo Kari, Dewis no lo fue.

Tomó el frasco y en vez de humedecer su mano, descaradamente lo vertió en la zona íntima de su compañero, dejando que esta se deslizara. Tiró el envase antes de llevar una mano al miembro ajeno y comenzar a masturbarlo, la otra se dirigió a la entrada, donde comenzó a jugar antes de decidirse a introducir un dedo. No paso mucho para que ambos volvieran a estar excitados al punto que no parecía que acababan de correrse.

Dewis dejó escapar una risa cuando llevo su mirada al rostro de Kari, notando que este se estaba mordiendo el labio. Decidido, Dewis tomó la decisión de llevar el mismo ritmo de su mano con sus dedos, oyendo como el otro gruñía por lo bajo antes de separarse de la cama, suponía para quejarse, pero esta jamás llego a ser soltada. No desaprovecho la oportunidad y lamió el labio de su compañero antes de iniciar un beso.

El beso se vio repentinamente interrumpido cuando sintió como Kari le mordió, además de haberle rasguñado en el hombro debido al placer. Por un momento Dewis miró lo que estaba haciendo, pero regreso pronto la mirada a Kari, cuando sus ojos se encontraron, Dewis supo que el momento había llegado. Sacó los dedos y al igual que minutos antes había hecho Kari, se posicionó, aunque a diferencia del otro, este no hizo esperar a su compañero. Además, los ritmos que marcaron cada uno diferían completamente.

Mientras que Kari aplicó un ritmo rápido, en el caso de Dewis prefirió uno lento. Dewis era consciente que Kari detestaba la lentitud, por eso mismo lo hizo así y estaba seguro que el otro era consciente de ello. Los rasguños que luego le dolerían le dejaban claro ese hecho. Decidió inclinarse un poco para descaradamente lamer desde donde más abajo llegaba en el abdomen ajeno hacia arriba, terminando en el cuello. A diferencia de Kari, Dewis lo que hizo fue morder el hombro ajeno.

Todo se volvía demasiado pegajoso, entre el aceite y el sudor producía un sonido que llenaba la habitación. Lo que sí hicieron los dos igual fue que al momento en que sintieron el clímax cerca, buscaron desesperadamente los labios del otro. Se besaron de manera demandante hasta que ambos llegaron al orgasmo por segunda vez en ese encuentro. Sus respiraciones volvieron a ser arruinadas y Dewis decidió salir de Kari para acostarse a un lado de este.

Duraron algunos minutos en completo silencio, donde su respiración y uno que otro jadeo escapaba de sus labios. Kari fue el primero que se movió, aunque lo que hizo fue tomar la mano de Dewis, aunque antes de hacerlo, sacó el anillo que llevaba junto a su propio anillo. Sin ninguna duda lo regreso a su dueño, bajo la mirada de este.

-Esto te pertenece a ti…

Dewis se sintió de alguna forma dichoso de poder recuperar ese anillo.

» No te lo vuelvas a quitar otra vez…

-Si… No lo volveré a hacer.

No paso mucho tiempo para que sus dedos se entrelazaran mientras se miraban, ambos dichosos de poder disfrutar de ese tipo de momentos. A partir de ese instante, ninguno de los dos se apartaría del otro, habían hecho un juramento silencioso.

Seguirían juntos hasta el día de su muerte.

.

.

.

Tanto Kari como Dewis se encontraban sentados en el sofá.

Enfrente de ellos se encontraba la hermana del sumo sacerdote quien les miraba fijamente mientras sostenía una taza de té. La tensión estaba palpable en los hombros de los dos hombres, la mirada ajena se sentía como dagas sobre su piel. No llevaban la ropa con la que llegaron ya que por lo que hicieron, esta quedo irrecuperable, por eso mismo se encontraban con ropas usadas en el templo. Ninguno de los dos supo el atractivo de las túnicas hasta que lo llevó su compañero.

Se encontraban allí en esa sala de estar o por lo menos así se veía, porque el sumo sacerdote los llamo, aunque de casualidad este se encontraba en su hora de purificación, por eso mismo estaban con la hermana del sumo sacerdote. La mujer dejó la taza en la mesa bajo la mirada de los otros dos hombres, sentían que estaban siendo juzgados por aquella chica quien no apartó su mirada en ningún momento de aquel eterno silencio.

-Quiero dejar una cosa clara… -dijo con una pausa -. Espero que no piensen que eso se puede volver a repetir aquí en las tierras del templo.

Sin necesidad de ser explicita, ambos entendieron a lo que estaba haciendo referencia. Asintieron al unísono sin dejar de ver a la joven, esta dejó escapar un suspiro algo largo.

-Yo… -dijo Dewis jugando con sus manos -. Puede sonar raro, pero quiero agradecerles…

La chica volvió a suspirar.

-Ustedes son…

Jeiss no llegó a terminar su frase porque la puerta fue abierta dejando ver a su hermano, además, lo que iba a decir no era algo para decir en esa clase de lugar. Todos se levantaron para recibir al sumo sacerdote que venía acompañado de Josh.

-Bienvenido.

Fue Kari quien dijo eso, recibiendo un pequeño gesto de parte del sumo sacerdote, antes de que volvieran a sentarse, aunque el único que no se sentó fue Josh, quien se quedó de pie detrás de donde estaban sentados los dos hermanos.

» Supongo que nos has llamado para discutir sobre lo que haremos a continuación.

El que se movió fue Josh, quien camino hacia Dewis y Kari dejando un par de hojas que ambos tomaron y comenzaron a leer. Kari no pudo evitar dejar escapar una risa.

» En serio tenían todo planificado ¿eh?

La chica suspiro.

-Que grosero, lo dijimos cuando llegaron… Que llevamos esperándolos durante mucho tiempo.

Le daba un punto a su favor en cuanto a eso.

-Entonces… -dijo Kari teniendo su mirada en aquel papel en sus manos -. Necesitamos de esto para poder salvar a todos.

-Si –dijo con seguridad Jeiss -. Luego de varias investigaciones que hemos hecho… Esa es la mejor opción.

-Así que dependemos de algo que no se da aquí…

Ahora el que suspiro fue Kari. En aquella hoja estaba descrito lo que iban a necesitar para poder salvar a todos, algo que no se daba en el reino, porque sin necesidad de mucho, Kari se daba cuenta que esa planta que iban a utilizar para salvar a todos no era común en su imperio.

» ¿Cómo llegaron a ella?

-La sagrada escritura –contesto Jeiss como si fuese lo más obvio -. Aunque debido a que es una planta mágica… su paradero es incierto.

-Inca… -soltó Dewis en un murmuro -. La flor inca.

Dewis tenía fija su mirada en la hoja, donde describían aquella flor de la que estaban hablando. Una flor que cambiaba de color y forma dependiendo de la región donde creciera, esa dualidad que tenía la planta se debía a la magia que poseía esta misma. Para poder salvar a todos necesitaban de esa flor mágica difícil de encontrar, solo se habían logrado encontrar tres cuando mucho. Aquello iba a ser una ruda tarea.

-¿Cómo vamos a conseguirla si se desconoce su paradero?

Kari miró a los otros luego de su silencio y de preguntar aquello.

-Fácil… -dijo la chica antes de señalar a Dewis -. Él nos guiara a la flor.

-¿Qué?

-La flor es atraía por la fuerte energía, así que cualquier persona que posea una gran cantidad, será guiada a ella.

-¿Eso no lo pondrá en peligro?

No es que dudara de los otros, pero quería estar completamente seguro.

-No pasara nada –el que habló fue Josh en esta ocasión -. Yo fui el que conseguí la flor de muestra.

-¿Cuántas se necesitan?

Paso a la siguiente pregunta cuando obtuvo su respuesta.

-Por la cantidad de personas que se han visto afectadas… -dijo Jeiss -. Creemos que alrededor de cincuenta o más.

Kari abrió sus ojos en sorpresa, siendo acompañado por Dewis.

-¡¿Cincuenta o más?! ¡Eso es demasiado!

Dewis se quejó de inmediato, no creía posible dar con una flor que era difícil de conseguir, así que sería imposible que ellos dieran con cincuenta.

-Ciertamente parece una locura, pero es lo que tenemos que hacer.

-¿Tenemos?

Kari miró a la chica al oír su oración.

-Nosotros los acompañaremos en su viaje.

-¿Es seguro que el sumo sacerdote deje el templo?

-Está bien –señaló Jeiss -. Además, todos los frailes han sido instruidos para este momento.

No pudo evitar silenciarse por un momento, si el templo sabía sobre lo que iba a pasar… ¿Por qué no hizo nada?

» Nosotros tenemos nuestras limitaciones.

Como si le hubiese leído la mente, Jeiss le contesto aquello. Kari se estremeció un poco, pero luego suspiro, dejando la hoja sobre la pequeña mesa entre los muebles.

-¿De verdad esta es la mejor solución?

En realidad no esperaba una respuesta, simplemente dejó escapar la pregunta al aire.

-Funcionara, después de todo… Debieron haberlo notado. Nadie en el templo presenta los síntomas de las personas fuera de este.

Kari se paralizo por un instante al igual que Dewis, hasta el momento no habían detallado ese hecho. Jeiss tenía razón, en el templo, ningún fraile parecía sufrir de la desgracia que invadía al exterior. En ese preciso instante es que ambos llegaron a entender el motivo de cerrar las puertas, si era sabido que no afecto a la gente del templo, lo más probable es que las personas arremetieran contra este debido a su desesperación.

-Por eso decidieron cerrar las puertas.

-Teníamos que comprobar que si funcionaba… -comento Jeiss -. Además, no deseábamos involucrar a personas inocentes si fallaba la prueba.

Había sido una inteligente movida, aunque dudaba que otros hubiesen entendido la situación por completo aun si se la fuesen explicado. Las personas comenzaron a despreciar un poco al templo por haber cerrado las puertas en un momento crítico, aun si lo hicieron buscando el bien mayor.

-Bien, supongo que nos iremos por esta solución –comento Kari -. Con ella no sacrificamos a nadie ¿cierto?

Fue el sumo sacerdote quien asintió con la cabeza.

-De que… -Dewis interrumpió la conversación -. ¿De qué forma se supone que la buscaremos? ¿Qué se supone que debo sentir?

Tenía dudas sobre aquel asunto, por eso prefirió preguntar. No hubo respuesta pero si movimiento, Josh se acercó a él, tomando su rostro. Kari tensó sus hombros ante lo que estaba viendo, frunciendo el ceño cuando pudo notar como Josh se acercaba y besaba su mejilla. No negaría que le enojo, pero se distrajo con lo siguiente que ocurrió. De pronto, una luz apareció, dirigiéndose en una cierta dirección, precisamente señalando al mar, al parecer, iban a tener que embarcarse en una aventura naval.

-¿Es necesario hacer eso?

Kari señaló con un gesto breve, todos entendieron a la perfección.

-Si –contestó de forma seca Jeiss -. Ambos poseen fuertes energías, así que al combinarla, la guía se hace más tangible.

La chica se cruzó de brazos, se notaba molesta.

» No creas que a nosotros no nos molesta.

A Kari le pareció curioso el hecho de que sentía molestia de parte de los otros dos, pero no hacia alguno de ellos dos, sino hacia la situación misma. Tal parecía que así como a Kari le molesto que Josh besara la mejilla de Dewis, ocurría lo mismo con aquellos gemelos.

-Entiendo.

El silencio invadió el cuarto, por lo menos hasta que Josh decidió moverse para regresar a su lugar anterior. Dewis no se creía lo que acababa de suceder y no fue hasta que el otro se apartó que reaccionó. ¿Acababa de ser besado en la mejilla? Era una rara sensación si el que lo hacía se trataba de alguien más que Kari. Tener tales pensamientos le hizo avergonzar. Dejó de concentrarse en él mismo cuando pudo notar que el sumo sacerdote se levantaba de su asiento.

-¿Qué? ¿De verdad tienes que volver?

Jeiss se quejó luego de que su hermano se levantara.

» Bien… Lo entiendo.

Suspiro, antes de que su hermano siguiera su camino hacia la puerta, ahí se detuvo y llevó su mirada a los otros dos, con un gesto se despidió, saliendo de la habitación.

-¿Hacia dónde iba?

Kari tenía algo de curiosidad sobre el asunto.

-Regresara a la sala de purificación.

-¿Tiene que estar allí tanto tiempo?

Jeiss dudó un rato en lo que iba a contestar.

-Es cierto que dijimos que los acompañaríamos, pero hay ciertas cosas que tenemos que hacer antes de salir de la tierra santa.

-¿Él se está purificando para poder dejar la tierra santa?

Fue Dewis el que pregunto en esta ocasión. Jeiss negó con la cabeza.

-No… Él puede salir cuando quiera…

Ambos hombre se confundieron, pero la puerta fue tocada de pronto. Cuando se dio autorización, apareció un fraile.

-Disculpen la molestia, pero… Es la hora.

Como si hubiese dicho mucho, Jeiss asintió con la cabeza, pero no fue ella la que se movió. El que se fue junto al fraile fue Josh, quedando nuevamente solo ellos tres en el cuarto.

-El que no puede dejar la tierra santa es Josh.

-¿Qué?

No terminaba de entender lo que le estaban diciendo, miró a Dewis tratando de ver si él entendía, pero parecía que se encontraba en las mismas.

-Todo en esta vida se encuentra en un equilibrio perfecto –dijo uniendo sus manos para hacer referencia a lo que dijo -. Si el sumo sacerdote se encuentra lleno de divinidad… Entonces para cumplir con esta ley… Alguien debe estar lleno de desgracia.

Luego de las palabras de la chica, el silencio reino en el lugar.

-Estas diciendo que… Ese chico es la contraparte del sumo sacerdote.

-Sí –dijo junto a un suspiro -. Aunque originalmente se supone que debí haber sido yo…. Por eso somos gemelos.

Tenía un punto a su favor, los gemelos eran escasos si lo pensaba un poco, además, estaban hablando del sumo sacerdote, una persona que se acercaba a la sagrada escritura en divinidad.

-Entonces el sumo sacerdote está pidiendo por ese chico.

La chica asintió con la cabeza.

-Y la opción de dejarlo no existe…

Ahora negó a las nuevas palabras.

-No puede dejar la tierra santa, sino sufrirá desgracias… Tampoco puede dejar al sumo sacerdote, porque de cierta forma eso es lo que lo ha mantenido vivo.

Jeiss no parecía para nada contenta con lo que estaba diciendo, ambos hombres llegaron a notarlo. La situación con el sumo sacerdote parecía igual de complicada que la suya.

-Lo importante es… -dijo Kari -, que ambos lo quieren salvar.

 La chica mostró una amarga sonrisa, asintiendo con la cabeza.

De verdad que le sorprendía la situación que vivía el sumo sacerdote, cualquiera pensaría que debido a que fue bendecido por la posición que ahora tenía, no tenía dificultades, pero allí estaba la viva prueba de que ese pensamiento estaba errado. Dewis suspiró antes de levantarse de su asiento.

-Ya regreso… Iré al baño.

Kari asintió con la cabeza, para seguir con la mirada a Dewis mientras salía de la habitación.

Dewis caminó en dirección al baño y entro de una vez, saliendo al poco tiempo, tampoco es que iba a durar mucho tiempo adentro. Mientras iba de regreso, detuvo su andar cuando algo familiar apareció en su campo de visión. La persona que vio fue Josh, quien se encontraba parado mirando a la nada. Luego de lo que escuchó de parte de Jeiss, Dewis no pudo evitar el acercarse a aquel joven.

-¿Acaso estas mirando algo?

Cuando estuvo cerca le pregunto, aunque Josh no dirigió su mirada a él.

-No… Solo estoy mirando todo a mí alrededor, nada en específico.

Se paró a su lado, mirando por un corto tiempo también hacia la nada. Ambos se encontraban en situaciones desfavorables, así que por alguna razón no le incomodo ese silencio que había entre ambos.

-Cuando todo esto acabe… Finalmente podremos ser libres.

No supo que le inspiro a decir aquello, solo lo dijo mientras tenía sus manos en su espalda y juntas. El silencio reino el lugar, por lo menos al comienzo. Josh finalmente dirigió su mirada a él.

-No… No puedes salvar algo que ya está perdido.

-¿Qué?

Aunque exclamó aquello, el otro chico se giró y comenzó a caminar, Dewis le siguió como reflejo.

» ¿A qué te refieres con esas palabras?

No obtuvo respuesta, aunque en un punto de su caminata, Josh se detuvo. Dewis casi se golpea con el otro chico por el frenazo repentino.

-Hace mucho tiempo que lo único que queda es una cascara vacía –indicó el otro teniendo una mano en su propio pecho -. Así que… Si llega el momento, no dude en desecharme.

Se paralizó en su lugar al oír semejantes palabras. ¿De verdad le estaba pidiendo tal cosa?

No pudo ni siquiera reaccionar correctamente porque cuando se vino a percatar, se encontraba completamente solo en aquel pasillo, mientras terminaba de procesar lo ocurrido, el otro se fue sin agregar más nada. De verdad que todo estaba siendo confuso, pero una cosa tenía seguro, así como Kari odiaba tener que sacrificar a gente inocente por el bien mayor, Dewis pensaba igual, no deseaba sacrificar a nadie.

-¿Qué se supone que estás haciendo?

Dewis se giró al momento en que escuchó la voz de Kari.

-Ah… ¿He tardado demasiado?

Kari negó con la cabeza, terminando de acercarse a este.

-No, pero la conversación había terminado, así que vine por ti.

No pudo evitar avergonzarse por la muestra de afecto de parte de su compañero.

-¿Tratas de llevarte por completo mi corazón?

-¿Acaso me has atrapado?

Ambos rieron por la clase de broma que estaban soltando, aunque llevaba una buena parte de verdad en ella. Sin dudarlo, ambos se tomaron de las manos para iniciar su caminata.

Por ese día todo había sido dicho.

.

.

.

El sumo sacerdote salía de la sala de purificación cuando notó que alguien lo estaba esperando, solo habían dos personas que lo esperarían como perros guardianes. Se acercó a este, certificando que se trataba de Josh quien se encontraba parado no muy lejos de la puerta principal.

-¿Ha terminado con sus rezos de hoy?

Asintió con su cabeza ante las palabras de Josh.

Como sabía muy bien que si no se movía de allí, Josh no lo haría, decidió iniciar su andar, siendo seguido por Josh con unos pasos de diferencia. Realmente que le molestaba cuando el otro actuaba de esa forma, pero lo que de verdad le irritaba es que él no podía hacer algo para cambiar esa clase de ambiente. En mitad de su caminata, Naelh se detuvo para girarse hacia atrás y mirar a Josh.

-Josh… ¿Qué es lo que más deseas?

Aunque soltó las palabras al aire, no hubo oportunidad de contestarlas, ya que pronto aparecieron un par de frailes los cuales le saludaron. En un momento en el que se distrajo, cuando se vino a dar cuenta ya el otro joven no se encontraba allí. A veces olvidaba aquel hecho, de que Josh fácilmente podría desaparecer en cualquier momento.

Por su parte, luego de oír aquella pregunta, Josh se marchó de aquel lugar, no se dirigía a un lugar en específico, aun así, cuando se vino a dar cuenta, se encontraba en la sala de la sagrada escritura. En realidad, si buscabas a Josh, normalmente podrías encontrarlo adentro de ese lugar, en la sala que pertenecía a la sagrada escritura. Entró sin dudar a aquel cuarto, cerrando la puerta detrás de sí.

-Te has vuelto a pelear con Naelh.

-No se puede llamar una pelea.

Josh caminó en dirección al lugar donde reposaba la sagrada escritura y se sentó cerca de ese lugar en el suelo, abrazando sus propias piernas.

-Una pelea es una pelea.

No contestó a las palabras de la sagrada escritura.

» Y preferiría que no andes diciendo ese tipo de cosas. Tú no eres ningún sacrificio humano.

-No puede ser un sacrificio humano alguien que ya ha muerto…

Luego de decir aquellas palabras, Josh comenzó a cabecear, en realidad desde que se sentó allí había estado cabeceando, siempre que estaba en ese lugar le entraba el sueño. Sin siquiera oír la respuesta de la sagrada escritura, se quedó dormido mientras estaba sentado.

-Tú no estás muerto… Solo te encuentras en el limbo.

La puerta de la habitación fue abierta, dejándose ver a Jeiss, quien al ver a Josh ahí solo dejó escapar un leve suspiro.

-Tu realmente… -dijo al momento en que se le acercó -. Debe gustarte mucho este lugar.

Jeiss le picó un poco en la mejilla con su dedo, pero aun así el otro no se despertó. Volvió a suspirar mientras tenía su mirada en el otro.

» Mi hermano me ha mandado a buscarte. Ahora… ¿Cómo debería llevarte?

Se levantó un momento para mirar a su alrededor. A pesar de que ella era la intérprete de su hermano quien no tenía una voz, no poseía alguna habilidad mística, ni siquiera podía oír la voz de la sagrada escritura. Ella en definitiva carecía de divinidad y eso honestamente le molestaba, ya que sentía que había una línea que la separaba de sus personas importantes.

-Oh…

Se giró a la puerta cuando escuchó una voz, al parecer se le olvido cerrar la puerta. Las personas que se encontraban en el umbral eran el emperador y su caballero.

-Pensamos que alguien había olvidado cerrar la puerta.

Kari indicó mientras entraban en la sala, notando al otro chico en el suelo dormido.

» ¿Necesitas ayuda?

Jeiss miró un momento a los dos chicos que se le acercaron, luego a Josh quien aún dormía. Suspiro antes de asentir con su cabeza.

-Hay que llevarlo a su habitación.

Con esa indicación, Kari no dudo en cargar en la espalda al otro chico. Cuando estuvo listo, caminaron a la entrada.

-Es curioso que se duerma aquí…

Dewis rió suavemente. Jeiss iba a decir algo, pero se tropezó, siendo rescatada por Dewis, quien impidió que diera de lleno contra el suelo y fue el más cercano a ella al momento de su tropiezo.

-No tienes nada de qué preocuparte niña.

Cualquiera pensaría que estaba sorprendida por lo que pudo ser una grave caída, pero no era así. Oír aquella voz en su cabeza le tomó desprevenida, normalmente al único que escuchaba se trataba de su hermano gemelo.

-¿Todo bien?

Se sobresaltó por la voz de Dewis, notando que se encontraban algo cerca, así que se apartó, dando unos pasos hacia atrás.

-Sí, gracias por ayudarme.

-De nada.

Esa sería la primera vez en toda su vida que escuchaba la voz de la sagrada escritura, porque aunque nunca antes la escuchó, podía confirmar con seguridad que se trató de la sagrada escritura. ¿Por qué finalmente la había escuchado?

-¿Jeiss? ¿Seguro que todo está bien?

Dewis le toco en el hombro mientras preguntaba aquello.

-Porque todo está conectado, niña.

De nuevo se sobresaltó, otra vez la escuchó, pero pudo notar algo más. Justo cuando la voz le llegaba, estaba haciendo alguna clase de contacto con Dewis.

¿Quién era ese chico y por qué a través de él podía lograr escuchar a la sagrada escritura?

Tenía muchas dudas, aun así, agitó su cabeza un poco, antes de asentir mientras miraba a Dewis, que ya se había apartado un poco de ella.

-Sí, me encuentro bien, lamento haberte preocupado.

-Para nada… -dijo Dewis -. Seguro interactuaremos bastante, así que tenemos que llevarnos bien.

Suponía que aquel chico tenía razón con lo que estaba diciendo. Dejaron de hablar cuando Kari les regaño por haberse quedado atrás, después de todo, era Jeiss quien sabía la ubicación de la habitación de Josh, así que ella tenía que ir al frente para señalar el camino a seguir. El asunto quedo hasta ahí porque tuvo que encargarse de otras cosas, pero aún tenía presente la duda que surgió dentro de ella.

Aquel caballero… ¿Era realmente solo un caballero?

Había muchas cosas intrigantes, las cuales no le tenía respuesta y no era extraño, si a diferencia de su hermano o Josh, ella no conocía la verdad, solo confiaba en su hermano gemelo.

¿Había algo mucho más profundo en todo lo que estaba sucediendo?

Esperaba que lo que sea que fuese, terminara siendo algo bueno.

Notas finales:

¡Eso ha sido todo!

Seguramente habran notado que al momento de intimidad entre los protas, ninguno de los dos fue especificamente el "activo o pasivo". Bueno, decidí hacerlo así porque quiero hacer una relación homosexual más realista... Y en estas no hay alguien en concreto que sea el "activo o pasivo". 

Así que con eso quiero dejar una cosa clara, ninguno de mis personajes es especificamente el "activo o pasivo". 

Esa es toda la aclaratoria. Nos vemos en el siguiente capítulo. 


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