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Mi niño amado por ami4alice

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Notas del capitulo:

otro capítulo más de esta historia!

Mientras se encontraba en la habitación del emperador Dewis recordaba lo que sucedió unos días antes de atravesar las puertas del templo y lo que el sumo sacerdote les pidió.

Se encontraban en su habitación en el templo, la cual tenía que decir compartía con Kari, ya que este decidió que no volvería a su cuarto, nadie dijo algo en contra de aquel alegato. Estaban en aquel juego de muebles de la habitación como ya acostumbraban, teniendo un bocadillo mientras discutían sobre lo que harían a partir de ese momento. Ya habían tomado la mayoría de decisiones, pero había una cosa que faltaba, aparte de las plegarias del sumo sacerdote para que Josh pudiera salir.

-Por cierto… -dijo Jeiss mirando a ambos hombres -. Hay una tarea más a llevar a cabo antes de irnos.

-¿Algo más?

Kari frunció el ceño inevitablemente, el templo estaba siendo un dolor en el trasero a su parecer, haciendo muchas cosas molestas, aunque todo el mundo sabía el principal origen del enojo del emperador.

-Es un ritual, pero no como el de antes… -comento Jeiss -. En este lo que tienes que hacer es sacrificar a la sagrada escritura.

-¿Sacrificarla? ¿Eso es posible?

Aquella petición estaba siendo por demás extraña. La sagrada escritura representaba la mayor fuerza de la religión, aun así, estaban pidiéndole semejante cosa.

-Sé que puede ser confuso, pero es necesario.

-¿De verdad?

Jeiss asintió a la pregunta de Kari.

-Además, no es como si se sacrificara, solo volverá a su lugar.

Aquellas palabras evidentemente los confundirían a ambos. Jeiss se levantó de su asiento dejando la taza de té sobre la mesa.

» Josh y yo iremos a preparar todo.

-¿Aun si ni siquiera hemos aceptado?

Jeiss dejó escapar una risa ante la insinuación de Kari y se marchó sin agregar algo más a la conversación. En la habitación quedaron solo ellos tres, lo cual hizo que Dewis y Kari se quedaran en silencio esperando.

-Puede ser confuso –dijo el sumo sacerdote -. Pero no podemos dejar atrás a la sagrada escritura.

-¿Acaso no podemos llevarla así como esta?

El sumo sacerdote negó con la cabeza.

-Si lo hacemos, solo aumentaremos el riesgo de lo que estamos por hacer.

-¿Es correcto dejar el templo sin la sagrada escritura?

-Está bien, se dejara una especie de copia, nadie fuera del templo lo notara y todos los frailes saben que eso es lo que desea la sagrada escritura.

-De verdad que no terminó de entender lo que están haciendo –Kari revolvió un poco su cabello -. Pero creeré en tu palabra, espero no estar equivocándome.

Naelh sonrió un poco ante aquel comentario.

-Jamás haría algo que les afectara negativamente a ambos.

Aquello era la absoluta verdad, Naelh jamás haría algo que lastimara a las dos personas delante de él. Ese fue su juramento eterno, pasado de una vida a otra como sumo sacerdote.

-¿Qué debemos hacer?

Dewis preguntó ahora que habían aceptado hacerlo.

-Es algo que debes hacer tu solo.

-¿Qué? ¿Por qué de nuevo él?

La vena sobresaliente en la frente de Kari se acentuaba un poco más, estaba irritado de todo aquello, de que siempre parecía que Dewis tenía que hacer todo excluyéndolo a él. El sumo sacerdote inclino un poco su cabeza.

-Es algo que solo él puede hacer.

Al momento en que Kari dejó la taza de té con brusquedad en la mesa, Dewis se percató que vendría una pelea, así que de inmediato entro en acción.

-¡Esta bien! –dijo interrumpiendo lo que iba a comenzar Kari -. Es lo mínimo que puedo hacer…

Kari gruño por lo bajo antes de cruzarse de brazos.

-¿Y? ¿Qué se supone que haremos con la sagrada escritura?

-Lo sabrán al momento de llevar a cabo el ritual.

Esa clase de respuestas es la que causaba que Kari se molestara, a Dewis no le quedó más que suspirar, entendía la molestia de Kari, pero prefería que no se enojara tanto.

No fue sino hasta la mañana siguiente de esa conversación que se llevó a cabo el ritual que mencionaron los otros el día anterior. A Dewis le tocó llevar nuevamente aquel traje ceremonial bastante cargado, no dejaría de pensar que podría vestir a todo un pueblo con aquel exagerado traje. La sala de rezo también fue preparada para la ocasión, aunque a diferencia de la vez pasada, en esta solo se encontraban pocas personas.

El sumo sacerdote se encontraba al final, aunque al mirar en su dirección Dewis se percató de algo, la estatua de mármol que reposaba en esa sala no se encontraba allí, además, el techo había sido cubierto por una tela, haciendo ver el lugar más oscuro de lo que normalmente era. Agregado a todo eso, el ritual lo hicieron de noche, Dewis no dejó de pensar que aquello parecía una ceremonia secreta o algo así.

Su indicación fue que caminara por la alfombra hasta donde se encontraba parado el sumo sacerdote, eso mismo fue lo que hizo, viendo a la sagrada escritura al momento en que estuvo cerca. Kari se encontraba más atrás de donde estaba el sumo sacerdote junto a Josh. Al estar cerca, le tocó hacer una reverencia, al igual que lo hicieron los demás, ya que estaban en presencia de la sagrada escritura tenían que mostrar sus respetos. Cuando terminaron, la primera en hablar fue Jeiss.

-El sumo sacerdote indica que coloques tu mano sobre la sagrada escritura.

Dewis hizo caso a la orden, colocando su mano sobre la sagrada escritura, como la primera vez cuando toco al libro sagrado, este despreció una luz y se abrió, mostrando solo hojas en blanco.

» Vuelve a colocar la mano y repite después de mi…

Palabras incoherentes las cuales no llego a comprender su significado y aun así, las dijo perfectamente como si las conociera. Al terminar con lo que parecía un conjuro o algo así, de nuevo la sagrada escritura brillo, pero esta vez fue un brillo que cubrió toda la habitación. Para cuando se vieron a dar cuenta, la sagrada escritura se elevó en los aires, los únicos que mostraron sorpresa en su cara fue Kari y Dewis.

Brillo y brillo más hasta que simplemente desapareció en uno de esos estallidos de luz. Dewis se cubrió con sus brazos para no ser cegado, al momento en que todo volvió a la normalidad, la sagrada escritura había desaparecido por completo. Realmente que aquello les tomó por sorpresa, el hecho de que un libro sagrado como ese desapareciera sin más, con solo el toque y recitar unas palabras. Dewis miró al frente, precisamente al sumo sacerdote.

»Por favor presenta tu mano al sumo sacerdote.

Le llevó un par de minutos caer en cuenta de la petición.

Dewis se acercó a donde estaban los otros, porque la luz enceguecedora le hizo retroceder un poco. Sin pensarlo demasiado, dirigió su mano dominante al sumo sacerdote, el cual la tomó un momento, no supo si fue su imaginación el que la acariciara, pero lo siguiente que sucedió le tomó aún más desprevino. El sumo sacerdote dejó un beso sobre la palma de su mano. No sabía si esa acción o que Kari estaba a punto de interrumpir todo le tomó más por sorpresa.

» El ritual se ha llevado a cabo con satisfacción.

-Eso… ¿Eso es todo?

El sumo sacerdote asintió para dejar ir su mano.

-Mira tu mano un momento.

Para cuando Jeiss dijo aquello, Kari se encontraba parado a su lado, simplemente no pudo soportar más y Josh no lo contuvo demasiado. Al elevar la mano que antes fue besada, pudo apreciar el símbolo que denotaba a la sagrada escritura. ¿Por qué se encontraba en su mano?

-¿Qué es…?

-Es la forma más segura de llevar a la sagrada escritura con nosotros.

Antes de terminar su oración, Jeiss interrumpió a Kari.

-Estas diciendo que ahora… ¿La sagrada escritura está dentro de mí?

-Sí.

Una respuesta directa. Dewis miró un instante a Kari.

-¿Es seguro?

Fue Kari quien hizo la pregunta que Dewis quiso hacer.

-Si no lo fuera, jamás le hubiésemos pedido que lo hiciera –indicó Jeiss con el ceño un poco fruncido -. Hacemos esto por una razón… Aunque no podemos decirles todavía.

Ambos suspiraron al unísono, tal parecía que había más cosas que no podían decirles a las que sí. Al final se resignaron a aceptar ese hecho, solo esperaban que de verdad en algún momento le dijeran toda la verdad.

-¿Ya podemos irnos?

Al momento en que recibieron una asentida de cabeza por parte del sumo sacerdote, Kari tomó la mano de Dewis y comenzó a caminar a las afueras de aquel lugar. Dewis se sorprendió un poco por lo repentino del acto, pero no se apartó, sino que le siguió, aunque Kari caminaba un poco más rápido que normalmente lo cual le complicaba el paso.

-Kari… Kari…

No obtuvo respuesta y pronto se encontraron frente a la puerta de la habitación.

-He soportado bastante.

Dewis se estremeció, porque sabía a lo que se estaba refiriendo Kari.

-Yo también… Yo también he soportado bas…

No llego a terminar la oración debido a que sus labios fueron aprisionados en un beso. Cuando se vino a dar cuenta estuvo contra la puerta para que así Kari se le hiciera más fácil abrirla, cuando lo hicieron, entraron en la habitación cerrando la puerta detrás de ellos sin dejar de besarse. Pronto sus manos comenzaron a moverse, iniciando la tarea de quitar la ropa de su compañero, dejándola caer al suelo mientras caminaban en dirección a la cama, como si supieran a dónde dirigirse sin necesidad de mirar al camino.

Al momento en que Dewis sintió la suavidad de las sabanas, gran parte de las ropas de ambos se encontraba regada en el suelo. Ambos se separaron del beso para mirarse un poco, quedando presente lo agitado de su respiración y es que no tomaron un receso entre beso y beso para llegar a la cama. Solo se quedaron allí un instante, por lo menos hasta que Dewis llevó una mano a la mejilla de Kari, este cerro un momento los ojos, sintiendo la mano acariciar su mejilla.

-Kari…

Y solo eso bastaba para que el nombrado abriera los ojos, atrapando otra vez sus labios en un beso mientras sus manos se encontraban, entrelazando sus dedos, permitiéndose dejar llevar por la pasión que ambos sentían por el otro. Nada más fue dicho y ambos se dejaron llevar por ese deseo que habían estado conteniendo durante un buen tiempo, porque el hecho de que le prestaran tanta atención a Dewis causaba que su momento a solas se viera reducido. Aunque estaban acostumbrados a andar en compañía, en el templo la compañía era un poco diferente a lo que acostumbraban.

.

.

.

Unas semanas después de haber regresado al palacio, los gobernantes de los demás territorios lograron visitar la capital. Luego de tantos problemas, estos pudieron dirigirse a ese lugar para poder discutir directamente con el emperador las medidas que tomarían a partir de ese punto. Evidentemente todos estarían preocupados por la situación que se había desarrollado luego de que la noticia de la coronación llegara a ellos.

Por eso mismo es que ese día se encontraban en una habitación mientras esperaban a que el emperador hiciera acto de presencia, pero ya llevaban en el lugar desde temprano y el hombre seguía sin aparecer. Todos los gobernantes tenían que admitir que se sentían incomodos debido a que su único enlace se trataba del emperador, entre ellos no había tanto contacto, así que el silencio en el cuarto donde estaban esperando se sentía sentenciador.

Sobretodo Josue se encontraba impaciente, él la verdad no era del tipo paciente, así que estaba un poco enojado del hecho de que le hicieran esperar. En un punto se levantó de golpe, tan repentino que fue inevitable para todos los demás el dirigir su mirada hacia él, estaba realmente cansado de esperar sentado bebiendo té, la verdad es que Josue nunca fue una persona que le encantara las horas del té y ese tipo de cosas.

-Es suficiente –sentenció en su enojo -. Si él no aparece, entonces iré a donde está.

-Josue, no podemos…

Samantha inútilmente trataba de detener a su prometido, quien no dudo en iniciar su caminata a las afueras de aquel cuarto, siendo seguido por su prometida y caballero. Los demás se miraron un instante, los siguientes que siguieron al primer grupo fue Noel y compañía, siendo el grupo de Kyon los últimos que salían de la sala para seguir a los demás. Josue le preguntó a uno de los sirvientes el camino a la habitación del emperador y estos tuvieron que contestar debido a que quedaba palpado el hecho de que esas personas eran realmente importantes.

Al tener la información se dirigieron a dicho lugar. Josue estaba harto de esperar tanto, su paciencia se había reducido enormemente desde que gobernaba su territorio. Para suerte de Josue, la puerta se encontraba abierta, así que ni siquiera dudo en entrar sin siquiera tocar la puerta, ese debió ser el mayor error que cometió desde su llegada a la capital.

-¡Estoy cansado de esperar! Trae tu trasero aquí.

Aquel comentario rebotó en la habitación sin respuesta.

Sus miradas se dirigieron a la cama cuando notaron un movimiento, tal vez se había quedado dormido, pero su sorpresa fue mayor cuando pudieron ver lo que realmente se movía en la cama.

Las sabanas bajaron un poco, dejando ver perfectamente a la persona que en ese momento se encontraba sobre la cama. A nadie le sorprendió ver a Dewis, aunque no pudieron evitar mostrar esa expresión en su cara debido a que se encontraba ahí con poca ropa, en realidad deducían que sin nada de ella, solo era la cobija la que cumplía la tarea de cubrir su desnudez. La vergüenza en alguno de los invitados no se hizo esperar. Solo llegaron a desviar la mirada cuando se percataron de que alguien salía del baño. Kari venía acomodando los toques finales de su camisa, ya se encontraba aseado y vestido, listo para reunirse con las personas que ahora estaban en su habitación.

-¡Oh! No los esperaba aquí.

El tono tranquilo de Kari solo delato lo sucedido.

-¡Ah!

El grito de Samantha llenó la habitación, antes de que se moviera a cubrir los ojos de Josue, no fue la única que hizo algo como eso en esa situación. La chica también arrastro fuera del cuarto a su prometido, siendo seguida por los demás invitado. El que cerró la puerta fue Noel, quien le dedico una mala mirada a Kari, aunque tenía un tono rojizo sobre sus mejillas. Luego de aquel evento, todos decidieron volver al salón en el que estuvieron hasta hace poco y no comentar lo que acaba de suceder hace solo escasos minutos.

Por su parte, Kari se encogió de hombros al quedarse a solas en la habitación, a esas alturas no se le hacía nada rato ese tipo de situaciones, igual, no estaba siendo la primera vez que sucedía algo como eso. Solo llegó a moverse de su lugar cuando escuchó un sonido venir de la cama, tal parecía que Dewis aún seguía medio dormido, eso explicaba el hecho de que no reaccionara al momento de tener público en el cuarto. Aun en ese momento parecía estar durmiendo, por lo menos eso creyó, porque cuando estuvo cerca, este se removió un poco antes de abrir sus ojos.

-Buenos días… -dijo con una pausa -. O debería decir medio día.

A sus ojos, Dewis se veía adorable cuando bostezaba y se frotaba los ojos.

-Hm… -Dewis estaba en serio tratando de mantenerse despierto -. Bueral…

El pasar toda la noche despierta estaba pasando factura.

-Está bien, puedes seguir durmiendo. Mandaré más tarde algo para que comas –dijo llevando una mano a la mejilla ajena -. Me iré ahora.

Kari se acercó a Dewis para dejar un beso corto sobre sus labios, antes de separarse y caminar hacia la puerta, dejando la habitación. Al encontrarse solo, Dewis abrazó una almohada y se enrollo en las cobijas, volviendo al mundo de los sueños.

.

.

.

Tristemente, Kari tuvo que hacer esperar más a sus invitados.

No fue sino hasta la hora de la cena que pudo recibir a los demás gobernantes de los otros territorios, por lo menos de los principales que tenían jerarquía, porque Leslik, Arak y Petik carecían de algo como eso, además que estos estaban reacios a dejar sus tierras, por eso mismo Kari mandó un representante para que fuese el intermediario, después de todo, el emperador no podía dividirse en siete partes para poder chequear a cada uno de los territorios. Así que solo le quedo confiar en su gente.

-Lamento haberlos hecho esperar.

Kari suspiro un poco cuando se sentó en aquella mesa donde estaban sentados los otros gobernantes. Cayn siendo acompañado por Noel; Kyon y Alejandro, quienes venían acompañados de Anuel y Akio; por último Josue, su prometida y la chica caballero.

-Fue todo un día –soltó Josue enojado -. Si lo repites no tendré piedad.

La risa de Kari se escuchó en la sala, antes de que afincara sus codos en la mesa y uniera sus manos mientras miraba a los demás con una seria mirada.

-Hablemos de lo importante –dijo con una pausa -.Si alguien comenta lo que vio esta mañana… Desaparece por completo su territorio.

Lo peor no fue la amenaza, sino que Kari no estaba bromeando con lo que acababa de decir, todos estaban conscientes de eso y no soltaron ni una sola palabra. No es como si para ellos fuese la primera vez con ese tipo de eventos, después de todo, el nuevo emperador anduvo escandalizando sus territorios antes de que se diera toda esa situación.

La risa de Cayn redujo un poco la tensión.

-Bueno… Me alegra ver que ustedes siguen siendo los mismos.

Aquello realmente ayudo a relajar el ambiente, porque hasta Kari se relajó recostándose de su asiento.

-Han pasado muchas cosas, pero supongo que sí.

Kyon suspiro un poco, mientras llevaban un minuto su mano al entrecejo.

-Preferiría hablar sobre el desastre que está atacando al imperio.

-Por supuesto –dijo con una sonrisa Kari -. Para eso han venido.

-Hemos cumplido con todas las indicaciones que nos han señalado –comento Josue cruzándose de brazos -. ¿Ahora qué haremos?

-Pues ahora trabajaran juntos como amigos, así que conózcanse.

El golpe en la mesa de parte de Josue y el suspiro de Noel demostraron que la mala broma de parte de Kari no fue bien recibida.

-No seas un idiota.

-Pero no estoy bromeando…

-¿A qué te refieres?

Fue Kyon quien hizo la pregunta que muchos tuvieron en su cabeza.

-Para salvar a todos, tenemos que buscar la flor Inca –señalo de manera tranquila -. Por eso mismo me iré en un viaje en su búsqueda.

-¿Acaso sabes el paradero de esa flor?

El que hizo la pregunta fue Noel, pero nadie le molesto que la hiciera.

-No, ni idea, será un viaje donde no sabemos lo que nos espera, aun así… No podemos simplemente decidir descartarlo.

-¿A qué te refieres?

Aunque el tono de Josue fue duro, no se encontraba enojado. Kari suspiró, ya estaba algo cansado de tener que repetir lo mismo tantas veces, ya había perdido la cuenta de cuántas veces dio esa explicación.

-Para resumir, pasaron muchas cosa mientras estuve en el templo, tenemos que hacer ese viaje, así que… Si tienen personas a las cual ofrecer como candidatos estaría agradecido. Además… -Kari llevó su mirada a Kyon -. Estoy pensando en dejarte a cargo.

-Espera… ¿Qué? –Kyon estaba sorprendido por lo que acaba de oír -. ¿Hablas enserio?

Kari asintió con la cabeza.

-Yo tengo que ir al viaje obligatoriamente, por eso mismo tengo que dejar a alguien a cargo mientras no estoy, de todos, el mejor candidato para sustituirme mientras no estoy eres tú.

Aunque creyó que iba a haber oposición, nadie en la sala dijo algo en contra.

-¿Acaso ustedes están de acuerdo?

Kyon no pudo evitar preguntar a los demás al ver que nadie se oponía.

-Si Kari piensa que eres el más adecuado, entonces confió en él.

-Tampoco tengo alguna queja sobre ello.

La primera en dar una respuesta fue Cayn, luego le siguió Josue.

-Me siento feliz del hecho de que confíen tanto en mí, han agitado a mi sensible corazón.

-¡Ja! ¿Acaso tú tienes corazón?

-Que cruel decir eso Josue, claro que lo tengo, como cualquier otro.

Josue chaqueó ante la respuesta que obtuvo.

»Bien –Kari golpeó con uno de sus dedos la mesa -. Continuando, ¿harás el trabajo de sustituirme?

Kyon estuvo en silencio todo ese rato mientras pensaba sobre la respuesta que daría, luego de pensarlo llegó a una conclusión.

-Está bien, solo por esta vez aceptaré, pero prefería no tener que quedarme en su puesto, así que trate de regresar.

Kari rió.

-Lo haces sonar como si el puesto fuera el peor de todos.

-¡Claro que lo es!

-Preferiría no encontrarme allí.

La risa de parte de Kari se acentuó más al oír los comentarios de los otros dos gobernantes, tal parecía que a pesar de liderar un territorio, no codiciaban el puesto de emperador y ¿quién podría hacerlo? En ese momento estaba siendo la peor posición de todas.

-Realmente ustedes… ¿Acaso se les olvida que están frente al emperador?

Nadie dijo nada y aunque lo fuesen a hacer, serían interrumpidos ya que la puerta sonó en ese momento. Noel quien se encontraba más cerca de la puerta se movió para abrirla, tras de ella apareció Dewis, quien venía acompañado de Josh.

A Kari le dio un tic al notar que venían tomados de la mano.

-Lamento haber interrumpido.

-¡Oh! Dewis ha sido un tiempo…

La primera en saludar fue la prometida de Josue.

-Ciertamente nos volvemos a ver.

La siguiente fue Cayn, los demás le saludaron con un gesto.

-¿Qué te trae por aquí?

Kari cortó los saludos para ir directo al punto.

-Bueno, venía a decirte que estaré ausente… -indicó de manera tranquila -. Iré a hacer unas vueltas con el sumo sacerdote.

-¿En mitad de la noche?

-¿Eh? Ah… No, no, mañana temprano.

-Entiendo, está bien.

-Bien, lamento haber interrumpido, nos veremos.

Dewis se iba a ir de la habitación, pero antes de hacerlo, escuchó el aclarado de garganta de Kari a lo que detuvo su acción para volver a mirarlo.

-Dewis.

-¿Si?

-¿Es necesario?

Todos se mantenían en silencio debido a que podían sentir como el ambiente se volvía cada vez más pesado. Dewis inclinó su cabeza un poco, antes de seguir con la mirada la trayectoria que tuvo la del otro chico, allí supo a lo que estaba refiriéndose. Sin poder evitarlo sonrió de forma traviesa mientras levantaba sus manos para que el otro pudiera mirarlo mejor.

-¿Esto? Es un secreto.

Y sin siquiera esperar una respuesta se fue dejándoles el muerto a los demás. Sería su pequeña venganza por lo de esa mañana, porque aunque estuvo medio dormido y no se dio cuenta, terminó enterándose de lo ocurrido, así que estaba teniendo su retribución por la vergüenza de lo de temprano, no dejaría a Kari salirse con la suya.

Que Kari se mantuviera en completo silencio en aquella sala hacia tener malos presentimientos a todos los demás. Por un momento odiaron a Dewis por dejar al emperador de aquella forma, no querían tener que seguir en aquel cuarto cerrado con aquel estado de ánimo o peor aún, presenciar el asesinato de alguien. Aunque ninguna de esas opciones se dio, ya que luego de un rato en medio de la penumbra, el emperador sonrió como de costumbre, tal vez se resignó o tendría su venganza después, en realidad no era su asunto así que decidieron ignorarlo.

-Bueno supongo que hemos discutidos todo lo necesario –dijo de manera tranquila -. Espero que disfruten el tiempo que duren aquí, por cierto… ¿Cuánto planean quedarse?

Kari tuvo curiosidad sobre ese hecho, después de todo sabía que todos tendrían cosas que hacer y el único que tendría que volver y regresar sería Kyon.

-Bueno, por nuestra parte, pensamos quedarnos solo una semana para finiquitar todo.

Fue Josue quien primero contesto.

-Nosotros también pensábamos igual.

Cayn contestó después, Kyon tardó en responder, dando primero un suspiro como respuesta.

-Bueno, ahora que me han asignado una nueva tarea, creo que alargare un poco más mi estadía, me iré y volveré justo en el momento de que embarque.

-Comprendo- dijo con una pausa -. Entonces espero disfruten la estadía, si necesitan algo, no duden en dar aviso.

Kari se levantó de su asiento junto a un suspiro.

-Yo realmente espero que podamos reunirnos en otro momento fuera del trabajo.

Sin poder evitarlo dirigió su mirada a Cayn cuando dijo aquello, luego la llevo a los demás. ¿Acaso pensaban lo mismo y por eso iban a estar ahí una semana? Vaya que tenía que decir que tenía personas interesantes en su vida. Rió sin poder evitarlo, asintiendo con su cabeza.

-Entonces, arreglare mi agenda para tener un rato libre.

Centro su mirada en Kyon un instante.

» Aunque contigo tendré más reuniones de trabajo.

Kyon dejó escapar un suspiro antes de asentir con la cabeza.

-La política apesta.

Tristemente todos estuvieron de acuerdo.

-Si fuese divertida… Esto se volvería un circo.

Todos trataron de ocultar la risa que aquello dicho por el emperador les provoco, si lo pensaban así, tenía un punto a su favor con respecto a la política. No se dijo más nada y Kari siguió con su tarea de dejar la sala, todos los demás se levantaron de su asiento para despedirse con una reverencia del emperador, quien solo agitó su mano mientras dejaba la habitación.

Aunque tristemente Kari no pudo llevar a cabo su venganza.

Saliendo de aquella sala de reuniones, apareció uno de los nobles para atraparlo, tenían unas últimas cosas que discutir y a Kari le tocó comer en su despacho mientras revisaba una montaña de papeles.

Ciertamente la política apestaba.

.

.

.

La tensión en el ambiente se podía sentir tanto que seguramente sería cortada por un cuchillo. Estaban en una sala reunidos la gente de Lak, el nuevo emperador y su caballero. El motivo de aquella reunión y el hecho de que el ambiente se sintiera tan pesado era el mismo, días antes a ese, uno de los caballeros que acompañaba al rey de Lak había solicitado formar parte de la embarcación que haría el emperador.

-Entonces, debo preguntar… ¿Por qué quieres hacerlo?

Kyon preguntaba sin mirar a Anuel, tenía su vista fija en la taza que sostenía.

Anuel estuvo en silencio por un par de minutos, como si se estuviera pensando la respuesta que daría, aunque más que eso, se trataba más sobre lo que iba a decir, que a dudar de lo que diría. Suspiro un poco, rascando su nuca.

-La respuesta es sencilla –dijo el chico de tez oscura -. Ya no hay nada que yo pueda hacer en Lak.

El que se alteró de aquella respuesta no fue el rey sino su mano derecha.

-¿Qué demonios significa eso?

Anuel se encogió de hombros sin darle una respuesta. Por su parte Kyon dejó la taza sobre la mesa y se giró hacia atrás, hacia donde estaba parado Akio, lo miró un momento antes de hablar.

-¿Qué piensas tú?

-¿Por qué tengo que darle una respuesta?

-¡Tú…!

Kyon levantó su mano para detener a Alejandro del insulto que iba a decir. Desde hace un tiempo que la pasividad de Akio se había terminado y el chico actuaba de esa forma todo el tiempo, siempre dándole malas respuestas al rey o simplemente no contestándole. Kari y Dewis quienes miraban como espectadores se sorprendieron un poco, pero no dijeron nada, quizás el rey de Lak se lo merecía un poco.

-No… -dijo Kyon -. Deja corrijo la pregunta… ¿Tú también quieres ir a la embarcación?

La cara que hizo Alejandro fue para retratar en algún cuadro.

-Suena interesante… -inició Akio -. Pero no, yo aún tengo cosas que hacer aquí.

Se encogió de hombros, aun había cosas que tenía que terminar, por ejemplo el asunto con el rey que tenía pendiente y aunque este buscaba resolverlo, el caballero se negaba a discutirlo, siempre evitándolo, aun así seguía estando con él. Kyon suspiro, no sabiendo si se sentía aliviado de que no se fuera o que continuaría siendo castigo por ese hombre.

-¿Entonces? ¿Permitirás a tu caballero ir conmigo?

Kari regreso la atención al asunto principal.

Kyon se quedó un minuto en silencio en el que solo miró a Anuel. Antes de que pudiera decir algo, su mano derecho decidió decir un poco de lo que opinaba con respecto a todo aquello que se estaba discutiendo. Golpeo la mesa para centrar la atención en él.

-¡No creo que sea correcto permitirlo!

-¿Por qué?

Aunque la pregunta la iba a hacer Kyon, Anuel se le adelanto. Alejandro levantó la mirada para ver al otro chico frente a él.

-¡Tu formas parte de los caballeros, no puedes solo desertar de tu deber!

Anuel no fue el único que se dio cuenta que aquello sonaba a simple excusa, pero prefirieron fingir demencia con respecto a ello.

-Entonces… Solo renunciaré a ser parte de sus caballeros. Así no estaría irrumpiendo en nada de lo que has dicho.

Alejandro se vio acorralado cuando escuchó aquellas palabras.

-¡Eso! ¡Eso…!

Sin más se levantó de golpe de su asiento y sin siquiera terminar su oración, se marchó de aquel cuarto donde se encontraban reunidos. Kyon suspiro un poco mientras dejaba la taza de té que sostenía para levantarse, pero en mitad de su tarea se detuvo para mirar atrás… ¿Acaso había sido su imaginación ese frío que recorrió su espalda?

No, cuando se encontró con la mirada de Akio entendió que no fueron cosas suyas. La mirada que le dedico el chico dejó perfectamente clara su posición, así que Kyon regreso a su lugar sin volver a moverse. Llevó su mirada a Anuel, como si con hacerlo pudieran tener alguna especie de conversación, Anuel suspiro mientras negaba con su cabeza.

-No puedo seguir esperando para toda la vida.

El chico de tez oscura soltó sin moverse de su lugar. Ahora los que cruzaron miradas fueron Kari y Dewis, siendo el segundo quien dejó escapar un suspiro antes de levantarse e irse de la sala.

-¿Eso significa que llegamos a un acuerdo?

El emperador de nuevo entraba para que recordaran el punto principal de esa reunión. Akio se movió de detrás del mueble y se sentó al lado de Kyon.

-¿Eso es lo que verdaderamente quieres?

El que hizo la pregunta fue Akio.

-Sí –dijo de manera tranquila -. Todos ustedes… de cierta forma han logrado conseguir aquello que quieren o han encontrado lo que desean hacer, pero yo…

Anuel hizo una pausa.

-Simplemente no puedes seguir quedándote atrás.

Fue Akio quien terminó la frase del otro chico, quien asintió con la cabeza ante su comentario. Estar rodeado de personas que estaban logrando sus metas una detrás de otras y que él no tuviera ni siquiera una sola, hacía que se planteara lo que estuvo haciendo hasta ahora.

-Quiero encontrar cuál es mi camino y lo que tengo que hacer.

-Entiendo –dijo Akio cruzándose de brazos -. Lo único que diré es que regreses vivo, sino te buscaré traer de la muerte y seré yo quien termine con tu vida por segunda vez.

Anuel dejó escapar una suave risa ante las palabras de su primo.

-¿Esta bien para ustedes dejar a Lak solo?

Kari tuvo curiosidad sobre aquel asunto. Kyon dejó escapar una leve risa ante aquello, no creía que Lak quedara descuidado si Anuel se iba y ellos se quedaban en la capital.

-No se preocupe, aún tenemos a Nami.

-Sienta más compasión por los nobles que por el territorio mismo.

Anuel asintió con la cabeza ante las palabras de Akio.

-Ella es más malvada que Akio, así que estará bien.

Kyon soltó aquello aunque se ganó que Akio lo pateara debido a ello. Con eso quedaba plasmado que las palabras del rey de Lak eran ciertas, no tendría que preocuparse por aquel territorio, el cual lo hizo cuando tomó la decisión de usar a Kyon como su reemplazo.

-Me alegra oír eso –dijo en un suspiro -. Pero volviendo… ¿Eso significa que su caballero viajara conmigo?

-Sí –dijo Kyon -. Él quiere ir, así que no lo detendré.

Anuel se levantó de su asiento con emoción.

-Gracias –dijo el chico -. Iré a preparar todo.

Luego de decir eso, Anuel se retiró de la sala quedando solo ellos tres. Al momento en que su primo dejó la sala, Kyon dirigió su mirada al emperador.

-Aunque emperador…

Kari lo miro al oír que lo mencionaba.

» Tendrá que incluir a dos personas y no una sola.

-¡Oh! ¿Cómo están tan seguros de eso?

Como si supiera a lo que se estaban refiriendo, Kari pregunto aquello.

-Lo hará –dijo Akio -. Alejandro también irá.

-Además, usted no parece sorprendido de oírlo.

Kari dejó escapar una risa al verse atrapado, suponía que lo delato el hecho de que mando detrás del otro chico a Dewis.

-Supongo que solo lo sabía.

Fue lo único que dio como respuesta el emperador.

-Me aterra averiguar qué cosas conoce y no dice en voz alta.

Kyon soltó aquel comentario junto a una risa que fue acompañada por la de Kari, puesto que estaba consciente que ese hombre menor que él aparentaba una cosa y terminaba siendo otra. A veces se preguntaba si le gustaba mostrarse menos capaz de lo que realmente era. Para nadie estaba siendo un secreto el hecho de que el emperador podía ser mucho más aterrador de lo que se mostraba delante de la gente, porque este tenía una inteligencia quizás un poco por encima del promedio, algo que calzaba perfectamente con un emperador.

Por otro lado, luego de que se le ordenó de forma indirecta, Dewis había seguido a Alejandro, al cual no le llevo mucho tiempo encontrarlo, el chico se detuvo a mitad del camino para agacharse en el pasillo. Por poco se lo llevó por delante y causaba un accidente, pero lo vio a tiempo para impedir que pasara algo malo. Realmente que no terminaba de comprender a ese chico.

-Si tanto te va a afectar… ¿Por qué no solo le correspondes?

-¡Cállate! Alguien como tú no lo entendería.

-Tampoco lo haré si no lo explicas.

Aunque Alejandro lo miró con fiereza, esta se perdió ante la respuesta que recibió, teniendo una expresión acomplejada.

» Es mejor que nos movamos de este lugar.

Tuvo que esperar por un par de minutos, porque parecía que Alejandro no deseaba moverse, aunque terminó por hacerlo, obedeciéndolo cuando le señalo un camino para seguir. Así es como terminaron en una banca en mitad del jardín. Dewis creyó que iba a estar llorando o algo así, pero no lo hizo, a pesar de su expresión, no soltaba ni una sola lagrima.

» No quieres que se vaya, pero tampoco quieres dar tu brazo a torcer… ¿No estas siendo cruel?

Vio a Alejandro tensar sus hombros ante sus palabras.

-¿Cómo podría corresponder a alguien tan molesto?

Dewis se dio cuenta que aunque dijera eso, no pensaba por completo de esa forma. Alejandro se encontraba en una batalla interna.

-¿Por eso estas molesto de que decidiera ir a la embarcación?

De nuevo esa tensión que demostraba lo contrariado de lo que se sentía.

-¿Acaso las cosas no solo se pueden quedar tal cual?

Sabía que la pregunta no iba dirigida en específico para él. Suspiro mientras dejaba un intervalo de tiempo para su respuesta a ver si comentaba algo más, al notar que no lo haría decidió dar su opinión.

-Alejandro… Las cosas nunca se quedan estancadas.

Se dio cuenta que sus palabras volvieron a afectar al castaño.

Al darse cuenta que no diría más nada, se levantó de su asiento. El chico parecía tampoco saber qué es lo que quería hacer a partir de ese punto, tal parecía que Anuel no estaba siendo la única persona estancada, ahora entendía un poco el motivo de que el otro tomara tan drástica decisión. Dio unos pasos hacia adelante y se giró para poder quedar cara a cara con Alejandro.

» Alejandro –dijo para que el nombrado le mirara -. Si no tienes una respuesta a tus dudas, entonces… ¿Por qué no vienes también a la embarcación?

-¿Qué?

Alejandro estaba incrédulo ante lo que escuchaba.

» Tu… ¿Acaso eres idiota?

Dewis rió, aquella seguramente no sería la última vez que le diría eso.

-Para nada, pero las cosas seguirán avanzando si no haces nada, así que… ¿Por qué no buscas una manera de que se queden como tú quieres?

Tal parecía que con su comentario logro agarrar la atención del otro chico. Se acercó de nuevo para mirarlo un instante mientras sonreía.

» Solo tienes que seguirlo y hacerle darse cuenta que tú tienes razón. ¿No crees que sea un buen plan?

Alejandro pareció dudar por un momento, pero al final su raro argumento logro convencerlo, se levantó de la banca para mirarlo de manera determinada.

-Entiendo, haré eso.

Ni espero una respuesta cuando le dejó completamente solo, Dewis dejó escapar un ligero suspiro.

-Ni siquiera se da cuenta que también puede suceder lo contrario.

Suspiro de nuevo para encogerse de hombros.

Ya tenían nuevos integrantes que formarían parte de la tripulación, las cosas estaban marchando perfectamente para cuando se diera el viaje. Nada les lograría arruinar sus cometidos.

Notas finales:

Alguien me dijo en la anterior parte que Kari y Dewis anduvieron escandalizando territorios.. Así que decidí incluir ese hecho jajaja

Ahora todos confirmaron que si estan juntos jaja

nos vemos en el otro capítulo <3


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