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Milo De Escorpio por AMMU TEIKOKU YUDAINA

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Notas del capitulo:

Hola, mis terrones de azúcar.

Aquí mamá terrón de azúcar, publicando otro pequeño regalo de un terroncito de azúcar, que es... Por su cumpleaños, y espero que lo disfrute.

Y de paso comparte lo con tus hermanitos terrones de azúcar, ¿Si? Remis_01, que es de una de tus parejas preferidas a lo que he visto.

Recuerden que ahorita ando dando regalos a todos los terrones de azúcar que cumplieron en este año y no sabíamos antes de que sea su día, por lo cual, disfruten este pequeño mini especial por navidad y fin de año.

Debo decir que esto es un fragmento del fanfic que inicio todo... Así es, "Un Papá Para Kiki"...

Jajajajaja, digamos que veremos de repente como ha sido la vida familia de nuestros caballeros ya con sus bendiciones.

Disfrutenlo mucho.

Nos vemos abajo terrones de azúcar.

-Vamos mi pequeño bichito- Un joven hombre de cabellos cerúleos, le sonríe a un pequeño que lo mira atento, devolviéndole el gesto –Di, papá- Espera ansioso a que lo imite.

El pequeño de aproximadamente unos seis meses, abre su boquita, pero para hacer una mueca de gracia, cerrado sus ojitos, mostrando sus cejas similares a cierto acuariano.

-Di, papá… Pa-Pá… Pa-Pá…- Espera atento a que lo intente su retoño, mientras lo carga entre sus brazos, haciendo que se divierta durante el proceso.

Pero él bebe no parece para nada interesado, al contrario solo disfruta estar en la seguridad de los brazos de su padre.

-Ba, Ba… Daaa- Es lo que la criatura dice en son de balbuceo, divirtiéndose.

Como si creyera que está teniendo una conversación con el pelicerúleo.

Aunque no esté logrando su cometido, le da un sinfín de ternura escuchar esos dulces balbuceos de su retoño, es que no puede contener la emoción al sostener a su hijo, que hable de esta forma, le sonríe y que estire sus bracitos siempre.

Verlo tan tranquilo y feliz es lo que ambos habían deseado desde que nació.

-Camil, eres lo mejor que nos ha pasado a tu mami y a mí- Le dice estas palabras, sosteniendo al pequeño más cerca de su rostro, alzándolo por las axilas, quedando cara a cara.

El pequeño aguamarinó con ojos similares a los de su padre, mira fijamente al pelicerúleo, dándole confianza para estirar sus pequeños bracitos y que sus manitas van en búsqueda de tocar la cara del adulto.

Se deja hacer lo que sea, disfruta las risas de su bebe, quiere verlo siempre así.

Por eso se empeña tanto en animarlo hacer más cosas, aunque aún sea pequeño, siempre está intentando enseñarle todo lo divertido del mundo, que jamás crea que se perderá algo, por la pequeña condición que tiene por haber nacido de siete meses.

Por ende lo consiente bastante, aunque no es un niño remilgoso para tomar leche o cuando a probar algunos otros líquidos como jugos o tés, las probadas que siempre deseaba de algún alimento que sus padres comían, claro que fuera algo liguero que le pudieran dar.

-Ji, ji, ji, bu, mi… Us…- Le menciona estos balbuceos, hablando con su padre.

Aunque claramente el mayor no entiende nada, pero asiente feliz, porque sonríe el infante.

-¿Enserio?- Le pregunta, animándolo a seguir teniendo esa conversación.

-Ña, de ma… Guua- Mira atento al otro, mientras toca ahora los cabellos alborotados.

-No puedo creer que digiera eso- Sobre actúa sus expresiones, para volverse más gracioso -¿Y qué le dijiste?-

Para este momento el pequeño ya no presta atención a lo que hacía, ahora está más interesado en tocar el esponjoso cabello de su padre, mirarlo, sentirlo entre sus deditos, queriendo llevarlos a su boca.

Pues es el momento en que los pequeños ya exploran y quieren todo conocer por la boquita, obviamente es que deben tener cuidado. Sin embargo depende a veces de cada criatura.

-No, Camil… El cabello de papá, no se come- Retira con cuidado los mechones que el pequeño tomo, para mejor jugar con sus manitas, sonriéndole para que no llore -¿Tienes hambre?- Pregunta, curioso aunque ya es la hora indicada para esto.

La diferencia es que el pequeño, cuando comienza a sentir hambre, se lleva cosas a la boca, incluso sus propias manitas para chuparlas, es su forma peculiar de comunicarse.

-Deja que te prepare tu leche- Animado, pues siempre que se trata de su familia, está dispuesto hacer lo que sea, como todo padre responsable.

A sabiendas que es peligroso estar con el pequeño cerca de la estufa, pues necesita hervir agua, decide dejar a su bebe en una cuna portátil, que si bien la puede llevar a donde sea, la cocina es una zona que ambos padres evitan, hasta el hermano mayor del bebe lo hace.

Camil, no es muy ruidoso, salvo cuando ríe, aunque sus pulmones no sean tan fuertes aun por nacer sietemesino, de a poco se ira recuperando de eso nadie tiene dudas.

-Quédate aquí, no intentes salir- Le indica a su pequeño, como si pudiera entenderlo, pero disfruta que este ladee su cabeza y sonríe, le provoca que su corazón se derrita –Escorpio, por favor cuida de mi pequeño- Le indica a la armadura que se encuentra a un lado de la cuna.

Curioso que Milo y Camil, tengan esta necesidad de tener a la armadura de escorpio cerca cuando están solos… Bueno el pelicerúleo cuando era un niño, disfrutaba tenerla a su lado, y ahora el hijo de él lo hace también.

Comprendiendo que todo estará bien, pues la comunicación con su armadura le indicara si algo llegara a pasar, es como tener una niñera que avisa de situaciones peligrosas.

La forma de verlo el actual escorpión es muy curiosa, pero sirve para mantener a salvo a su pequeño.

Sus pasos son dirigidos a la cocina, cuidando de no tropezar con algunos juguetes del niño, que si bien usualmente están ordenados, ha pasado la mañana con su padre, mientras Camus y Hyoga hicieron un viaje rápido hacia Siberia, que no tardarían mucho en regresar.

Por lo cual, pareciera que Milo fue quien más se divirtió con estos juguetes, mientras su pequeño lo acompañaba.

Lo primero, vierte un tanto de agua en un recipiente resistente al fuego, para ponerlo en la estufa, mientras va por la leche en polvo mejor conocida como fórmula, algo especial con suficientes nutrientes para el pequeño, que son necesarias mas por su padecimiento.

Un suspiro sale de los labios del Escorpión, no fue hace mucho que pasaron noches enteras en vela, cuidando de que su hijo estuviera bien.

Necesitaba cuidados especiales al momento que llego al mundo…

Los pulmones del bebe, sus vías respiratorias eran muy inmaduras, todo por el nacimiento prematuro.

Camus en el momento del parto corrió peligro de muerte como él bebe, gracias a la ayuda de la Diosa Ilitia, no paso a mayores, pero si debieron tener precauciones de que ese pequeño estuviera a salvo.

Su cuerpo frágil, mucho más que el resto de los niños de otros dorados, necesitaba que sus padres le bridaran algo de cosmos para ir madurando sus pulmones, también de algunas medicinas perfectas para criaturas de esa edad.

Lograron tener lo que necesitaban, gracias al apoyo de su Diosa, amigos, y claro que de repente como si fuera una pediatra la que fungió como partera de todos los dorados, siempre procuraba tener algo de tiempo para ver a Camil, que crecía sin duda para no poseer rastro de lo que alguna vez lo aquejo.

Era necesario que el pequeño siempre estuviera fortaleciendo sus pulmones, y su sistema respiratorio, el calor ayudaba mucho.

Tal vez por eso cuando se acurrucaba a su padre se sentía más a gusto, claro que cuando lo hacía con su mamá, Camus debía procurar que su frio cosmos se controlara, aunque intentaba usar una mantita tibia para cubrirlo, no quiera provocarle nada malo a su bebe.

No se lo perdonaría.

Recordar las veces que Camus se culpaba por no haberse cuidado bien, por haber permitido que su pequeño naciera antes de tiempo…

Las lágrimas caían, evitando que fueran sobre el infante.

Milo las limpiaba y entre ambos, sobre la cama, sostenían a su hijito, mientras la labor de brindarle algo de cosmos se realiza como el tratamiento indicado por la Diosa Ilitia, le dedica palabras dulces, que entendiera que esto fue algo que nadie pudo controlar, que solo paso, pero no por ello se darían por vencido.

---Flas Back---

-Nuestro pequeño escorpioncito estará bien- Susurra esto a su amado Camus, mientras el pequeño se acurruca en brazos de su mamá para dormir cómodamente.

-Eso deseo más que cualquier cosa…- Mirar al indefenso bebe, descansar junto a él.

Camil a esa corta edad de vida, sabe que jamás habrá lugar más seguro que con sus padres, que lo aman y protegen tanto.

-Te aseguro que así será…- Sonríe para acariciar las pálida mejillas de su amado- Tú también debes descansar mas mi cubito- Le suplica con cuidado, mirando preocupado a quien es el dueño de su corazón.

-Lo intento, pero… Me angustia tanto… Camil, es tan pequeño y…- No puede evitar sentir culpa, malestar porque cree que el hecho de que se adelantara el parto.

-Ey, Cubito… Tranquilo- Sonríe, le dará la confianza necesaria a su amado, para que no se sienta para nada mal –Fue el destino, que nuestro bichito hermoso, naciera en Escorpio- Orgulloso sonríe –Él debía nacer bajo la constelación de su padre, esa es la razón… No quiero que pienses más en ello, ¿Si?- Le suplica a su manera, mirándolo atento.

Ambos entienden que la situación en que Camil naciera prematuramente, fue el hecho de una terrible angustia que Camus padeció al momento en que su alumno o mejor dicho, hijo no llegara de una misión.

Las emociones del peliaguamarino no estaban del todo estables y una angustia así le hizo tanto impacto, cuando en todo momento se le indicó que de todos, Camus era el único que debía tener todos sentimientos bajo control.

Pero a veces las cosas no resultan como se planean, sin embargo no por ello significa que sea para mal.

Las lágrimas salen de esos orbes violetas, sonriendo apenas, mientras aferra a su bebe contra su pecho, necesita tenerlo cerca, cuidándolo, era la única forma de sentirse calmado, asintiendo, respirando agitado para regular su ritmo cardiaco.

-Te amo tanto Milo… Gracias…- Tiembla un poco, pero firme pues debe mantener descansando a su hijito, mientras su cosmos es dado en parte a él.

-Y yo a ti mi cubito…- Se acerca lo más posible a ambos, encontrándose cara a cara con el peliaguamarino y en medio su pequeño dormilón, sintiendo la protección de ambos –Amo a nuestra hermosa familia- Besa esos labios algo fríos del onceavo guardián, para al terminar, besar la frente de su amado.

Disfruta tanto darle estos cariños, se merece todo lo bueno del mundo, según lo que piensa Milo, y se lo hará saber a toda costa.

---Fin de Flash Back---

Los primeros cuatro meses fueron algo difíciles, y complacidos para la pequeña familia…

Incluso el rubio, que siempre ha sido considerado más que alumno por Camus y ahora también por Milo.

Pues ambos lo ven como su hijo mayor…

El pobre chico, se disculpó un sinfín de veces, pues igual que Acuario, se cree el culpable de que su hermanito naciera fuera de tiempo. También intentaba velar todo lo posible por él bebe, aunque no era su responsabilidad, pero si su querer.

Claramente con el paso de los meses y ver que Camil se recuperaba de una forma adecuada, tal vez aún se tardaría un tanto más, pero al menos ya podía ser tratado con mayor libertad de salir fuera de Escorpio, pues en Acuario era demasiado frio para él.

Todos los integrantes de la familia Acuario-Escorpio, lograron calmar su angustia y ver felices que el menor de ellos, se encuentra mejor y con una alegría insuperable, aunque la sobreprotección de Camus es evidente e inevitable.

Al estar junto a su bebe, no se aleja, no permite tenerlo fuera de su vista, pues siente que podría morir de angustia.

Aún sigue trabajando en ello, por eso, misiones en donde debe salir de su templo, son de maravilla para ir ayudándolo, claro que sin dejar al bebe solo sin ninguno de sus progenitores.

Claramente todos han sido comprensivos con los hechos de las nuevas familias.

-¡¡¡LISTO!!!- Sonríe orgulloso, pues el biberón de su pequeño ya está listo, agitándolo un poco, vaciando unas gotas en su antebrazo para ver si está bien de temperatura y no esté muy espeso.

Todo un profesional ya en la materia.

Con esto ya preparado, solo será cuestión de ir con su pequeño bebe, para darle de comer.

Es muy feliz con esta nueva vida que ha tenido la fortuna de tener.

Una vida de padre de familia, con su amado cubito y dos hijos, uno que si bien no es de sangre de ninguno, es querido como si lo fuera y el retoño que es una combinación de ambos, hasta el mismo nombre lo es.

Con cuidado va directamente hacia donde Camil se encuentra, en aquella cuna, junto a su armadura para mayor seguridad.

Nota como el pequeño está jugando con ese pequeño peluche de escorpión de color rojo que tiene, sujetándolo con su manita y luego apretarlo, le gustaba lo suave de las cosas, lo hacia reír siempre.

-Mi bichito hermoso- Lo llama con cuidado, sonriente, para cárgalo nuevamente –La comida esta lista- Emocionado, pues al tener al bebe contra su pecho, sujetándolo con un solo brazo, mientras su mano libre dirige el biberón hacia la pequeña boquita del infante.

Sabe perfectamente que hacer, ya tiene hambre y quiere comer, se emociona un poco, abriendo su boca para recibir el alimento que tanto ansia.

Aunque no es remilgoso, si nota perfectamente la diferencia de la leche materna, pero no se queja, solo come, disfrutando de algo tan rico está bebiendo.

No se cansara nunca de ver ese lindo rostro infantil concentrado en su alimentación, con esas cejas tan similares a su cubito, con el mismo color de él, aunque los ojos y textura del cabello son igualitos al padre.

El frio y el veneno crearon a un ser tan hermoso y bonito, algo frágil por obvias razones, pero… Está bien, todo lo está ahora.

Sabe que mientras estén con él, Camil nunca sufrirá, ni le pasara nada malo, es lo que más desean ellos, el siempre cuidarlo, mimarlo y que sea tan fuerte como está destinado a ser.

Pues, según las estrellas ese bebe, nacido del caballero dorado de Escorpio y el caballero dorado de Acuario, crecerá para ser el sucesor para el octavo templo.

Claramente el tiempo transcurrirá y revelara, si es completamente digno o no.

Por ahora, ambos bichitos solo deben esperar a que llegue mamá y el patito, para comer en familia, aunque Camil ya se ha adelantado a esto.

Notas finales:

Buenos días, tardes, noches ¿Que hora es? ¿Quien me ha robado el reloj? ¿Como están mis terrones de azúcar?

¿Bien?

Eso espero, que sigan disfrutando sus vacaciones, o bueno por lo menos estar con menos estrés, por que se que en estas fechas uno anda vuelto loco con tantas cosas que se deben hacer.

Jajajajaja, yo por lo menos, estoy disfrutando mi semana de vacaciones, en donde no estoy dando terapias, ni yendo a al escuela, jajajajaja así que me verán mas tiempo por aquí.

Y ¿Ya saben que volveremos el próximo lunes tres de Enero, así que... Sabrán las continuaciones de los demás fanfic's semanales.

Sin mas me paso a despedir mis terrones de azúcar, pero no sin antes de recordarles que...

Feliciten al terrón de azúcar al cual va dedicado este capitulo de este especial del bichito...

Así es, hablo de Remis_01, terrón comparte tu pequeño detalle con tus hermanitos, espero que sea de tu agrado y sonrias al leerlo.

Por favor terrones de azúcar, sigan cuidándose mucho de lo que esta ocurriendo en el mundo, no se arriesguen de mas, traten de usar y tener en cuenta las medidas de higiene, y que no por divertirnos significa que no podamos cuidarnos.

Tomen eso en cuenta.

También les agradezco tanto que disfruten la lectura que es dedico, la verdad me hacen enormemente feliz por estar conmigo siempre, leyéndome, dejando votos, comentarios y siguiendo, la verdad es algo que me ha hecho sumamente feliz.

Son los mejores terrones del mundo mundial y sigamos haciendo la familia terrón de azúcar tan grande, que algún día llegaremos hasta los la cantidad mas alta de terrones de azúcar.

Los quiero mucho mis terrones de azúcar.

Nos leeremos después.

Ammu se va, 


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