Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Can't fight instincts (Boku no Hero Academia) por BlackHime13

[Reviews - 0]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Aquí os dejo el segundo capítulo. Es bastante más corto que el primero, pero en este caso no se me ocurrieron  muchas cosas para escribir desde el punto de vista de Denki u.u

Sabía que su hermano mayor estaba actuando extraño. Últimamente pasaba demasiado tiempo al teléfono. Daba igual en qué momento del día le vieras que siempre tenía los ojos pegados a la pantalla. Él no era el único en notarlo. Sus dos madres también lo habían hecho. Sin embargo, ambas respetaban demasiado la privacidad de su hijo mayor como para curiosear demasiado. No obstante, sí que iban soltando ligeros comentarios para ver si el mayor respondería alguna de sus dudas.


Ese día, se encontraban los dos solos en casa, más específicamente, en el sofá de la sala de estar y él aprovechó para acurrucarse contra el bien trabajado pecho del pelirrojo. Ambos habían decidido ver una película al tiempo en que comían palomitas y hablaban de la escuela, amigos, etc.


Todo iba increíble, era un ambiente relajante y cómodo, hasta el punto en que cerró los ojos para disfrutar del momento con plenitud. Él amaba el poder tener toda la atención del mayor, el sentir el calor desprender de su cuerpo, el notar como uno de sus brazos le rodeaba la cintura con cuidado… pero su perfecta burbuja se vio interrumpida cuando el móvil del alfa sonó. Pudo oír la voz dulce de alguien decir el nombre de su hermano y sintió su mundo derrumbarse cuando este contestó con ternura en la voz y encima le dejó en el sofá para hablar con esa persona.


Minutos más tarde, el alfa volvió y él le miró restregándose los ojos, no por el sueño como seguramente pensó el mayor, sino por las fuertes ganas de llorar, y le susurró que saldría un rato. Él solo asintió levemente, sintiendo un suave beso contra su frente antes de que el pelirrojo se fuese y no volviera hasta la hora de la cena.


El resto de la tarde lo pasó sumido en pensamientos negativos. Temiendo que el único alfa al cual quería podría estar a punto de abandonarle por alguien más.


~/////~/////~/////~/////~/////~/////~/////~/////~/////~/////~/////~/////~


Después de aquel día, no sabía muy bien cómo comportarse con el mayor. Además, que su humor iba de mal en peor. Su mente no dejaba de conjurar escenario tras escenario, cada uno peor que el anterior y ya no sabía qué era cierto y qué no.


-Denki. ¿Por qué no le preguntas directamente si está saliendo con alguien? –sugirió su mejor amiga, una joven llamada Jiro Kyoka. Ambos se encontraban en el descanso para comer y ocupaban una de las mesas en el patio interior del colegio, alejados lo suficiente como para que nadie más pudiera escuchar de lo que hablaban.


-No puedo hacer eso. –gimió el omega dramáticamente.


-¿No puedes o no quieres? –cuestionó ella alzando una ceja.


-¡No quiero! ¡No podré seguir viviendo si resulta ser cierto! –exclamó al tiempo en que hacía un puchero.


-Drama Queen. –dijo ella a la vez en que negaba con la cabeza con exasperación.


-¡Kyoka! –se quejó el rubio.


-Seguro que no es nada de lo que imaginas Denki. Tu hermano es muy popular y sociable. Serán solo amigos. Además, que ni siquiera sabes si se trata realmente de un o una omega. –intentó animar al omega.


-Tienes razón. Me estoy poniendo en lo peor sin motivos reales. ¡Gracias, Kyoka! –habló con una sonrisa adornando sus facciones mientras le saltaba encima para abrazarla con fuerza.


~/////~/////~/////~/////~/////~/////~/////~/////~/////~/////~/////~/////~


Un día a mediados de junio, un par de semanas antes de su cumpleaños número 15, se encerró a llorar desconsolado después de enterarse que su hermano había salido a una cita con un omega. Sus más profundos miedos se estaban volviendo realidad.


~/////~/////~/////~/////~/////~/////~/////~/////~/////~/////~/////~/////~


Semanas más tarde, en su cumpleaños, recibió un maravilloso regalo por parte del alfa. Se sintió tan feliz por los mimos que recibió ese día que olvidó por completo lo que le había estado deprimiendo tanto durante esos días.


~/////~/////~/////~/////~/////~/////~/////~/////~/////~/////~/////~/////~


Julio llegó y él se encontraba en el jardín de su casa, disfrutando del día junto a la piscina con sus más queridos amigos, aunque su atención no estaba para nada en ellos sino en cierto alfa de cabellos rojizos sentado en una de las tumbonas del lugar, el cual, por descontado, no llevaba camiseta alguna que tapara su muy bien trabajado torso y brazos.


-Deja de babear, Denki. –comentó burlonamente Jiro, para sorpresa y vergüenza del rubio. Sus amigos, todos sabiendo de los sentimientos del omega hacia el alfa y apoyándole sinceramente, rieron con clara diversión por la situación.


-Ugh… no puedo evitarlo. ¿Tú le has visto? No, mejor no mires. No te lo permito. –respondió Denki haciendo un puchero. Sus palabras repletas de posesividad divirtieron a los demás los cuales rieron más fuertemente.


-¿Qué es tan divertido? –saltó en su sitio ante la repentina pregunta, sobre todo al reconocer la voz de la persona la cual la había hecho. Giró lentamente y, como temió, vio a Ashido Mina, una alfa de cabellos rosados la cual era la mejor amiga de su pelirrojo hermano.


-Nada, tonterías nuestras. –le cubrió Hitoshi y él le sonrió con absoluto agradecimiento al beta.


-¡Mina-chan! –llamó su omega madre, llamando la atención de todos hacia la morena mujer.


-¿Si? –dijo ella, sonriéndole a la morena la cual paró a su lado y le devolvió el gesto.


-¿Sabes por qué mi niño parece estar de tan mal humor? –inquirió ella, mirando en dirección al pelirrojo.


Denki frunció el ceño ante aquello. No había notado nada y ahora sentía preocupado por el alfa.


-Ah… debe ser por no poder pasar tiempo con Izu hoy. –comentó ella.


-¿Izu? –mencionó la mujer ladeando la cabeza con confusión y curiosidad.


-Midoriya Izuku. Hoy es su cumpleaños y se fue el fin de semana a la playa con su familia. –explicó Mina sonriendo ampliamente.


Denki sintió un nudo formarse en su garganta, su pecho comprimirse y su estómago revolverse. Temía el giro que había dado la conversación. ¿Podría ser que ese fuese…? No quería ni terminar ese pensamiento, aunque para su mala suerte, su madre no pensaba lo mismo.


-Mmm… ¿y ese Izuku es…? –cuestionó su alfa progenitora la cual había estado escuchando unos pasos alejada de ellos.


-¡El omega de Kiri, por supuesto! –exclamó Mina.


Sintió sus oídos pitar y sus ojos aguarse. No era consciente de las miradas preocupadas de sus amigos, más enfocado en intentar comprender lo dicho por la alfa de cabellos rosados. Volvió en sí cuando oyó a su omega madre preguntar por una fotografía del otro omega y, aunque sabía que lo lamentaría, su curiosidad le llevó a mirar la imagen. Su corazón casi se detuvo. El joven era hermoso con sus alborotados y rizados cabellos verdosos, adorables pecas adornaban sus mejillas, sonrisa deslumbrante y lo más atractivo, a su parecer, eran esos impresionantes jades que tenía por ojos.


Sintió el pánico embargarle, pero Kyoka le agarró de la mano para hacer que volviera en sí. Luchó por controlar sus sentimientos y no montar una escena. No se veía capaz de explicarles la verdad a sus madres si aquello sucedía y tampoco de mentir pues no era algo que se le diera especialmente bien.


No pudo soportarlo más cuando, más tarde, escuchó al omega en cuestión contarles una historia sobre algo que ocurrió entre su hermano y él. Sus celos se volvieron incontrolables cuando la conversación dio un giro y el alfa junto a sus amigos comenzaron a adular al omega.


Se marchó a su cuarto, sintiendo la sangre hervir. Kyoka y Hitoshi le acompañaron durante su estallido emocional, donde pasaba de la ira al llanto sin poder controlarlo. Para cuando lo notó, la noche había llegado. Sus amigos hacía rato que tuvieron que irse a casa, sus madres habían salido a comprar algo para la cena y su hermano se había despedido de sus dos amigos y ahora se encontraba en el baño.


Aprovechó para salir de su cuarto y dirigirse a la cocina con la intención de comer algo. Lo que pretendía era coger algo y rápidamente volver a encerrarse en su habitación pues no quería tener que hablar con nadie, mucho menos al saber el tema de conversación que de seguro saldría.


No obstante, parecía que no había aprendido la lección todavía porque su mirada se posó sobre el móvil del alfa, el cual reposaba sobre la mesa de la sala de estar y el cual había vibrado unas cuantas veces y aquello era lo que le había llamado la atención en primer lugar.


Se mordió el labio inferior con nerviosismo, pero la curiosidad pudo más que la aprehensión. Lo agarró y desbloqueó sin problema, dado que el alfa seguía utilizando el cumpleaños del rubio como contraseña, cosa que le hizo sonreír ligeramente. Luego se adentró al chat bajo el nombre de “Zuzu”, recordando aquella vez en que le oyó llamarle con ese mote cariñoso, y frunció el ceño. Bloqueado. Decidió intentar desbloquearlo una vez y si no funcionaba lo dejaría estar.


Recordó el comentario de Mina, sobre como hoy era el cumpleaños del de ojos jade, por lo que probó poniendo la fecha. Hinchó los mofletes en un puchero al ver que había acertado porque ya no le parecía tan bonito ni especial el que el suyo fuese el de bloqueo de pantalla.


Suspiró y decidió centrarse y no pensar en ello demasiado. Tenía un objetivo y no sería buena idea que le pillaran con las manos en la masa solo por no ser capaz de enfocarse. Con algo más de decisión, su mirada volvió a la pantalla y sus ojos se abrieron enormemente ante lo que vio. Era un único mensaje acompañado de una fotografía.


“Él es mío.”  –decía y la foto…


En ella se veía a un chico rubio, de más o menos su edad, el cual se encontraba recostado sobre una cama, sin camiseta alguna por lo que se podía ver con claridad sus trabajados pectorales, abdominales y brazos. No obstante, su atención se centró más en la persona que parecía estar durmiendo sobre el pecho ajeno, alguien a quien reconoció de inmediato.


Se quedó estupefacto ante lo que sus ojos veían. No estaba alucinando ¿verdad? Esa imagen realmente se encontraba ahí, ¿no? Él no era tan retorcido como para imaginar algo como aquello, solo por celos, ¿sí? Una mano rodeando su cintura con suavidad le sacó del caos en que se había convertido su mente.


-Mmm… –oyó la profunda voz de su hermano y él se tensó, no sabiendo cómo reaccionaría el alfa ante lo ocurrido.


El pelirrojo rio con diversión y con su mano libre agarró el móvil. Rápidamente escribió y envió una respuesta, que él no pudo ver, para luego depositar el objeto sobe la mesa de nuevo.


-¿Estás bien, Denki? –preguntó el mayor y él se giró para mirarle sin comprender.


Tal vez fue el cúmulo de sensaciones que había experimentado aquel día, pero la voz tranquila del más alto le crispó los nervios.


-¿¡Qué demonios te pasa!? –exclamó enfadado a más no poder. Perdido como estaba entre sus arremolinados pensamientos y sentimientos, no notó la puerta de la calle abrirse y la presencia de otras dos personas adentrarse en la cocina. –¿¡Cómo puedes estar tan tranquilo?! ¡Tu omega está en la cama con otro alfa! –gritó, apretando los puños con ira desmesurada.


El alfa suspiró y negó con la cabeza. –Has malinterpretado algo, Denki. –dijo con calma.


-¡No! ¡No lo he hecho! ¡He visto esa foto! –vociferó mirándole con furia.


-Denki, estás equivocado. –intentó decir, pero el omega le detuvo al golpearle el pecho con fuerza, o al menos toda la que tenía en ese momento la cual no era demasiada que digamos porque el mayor ni se inmutó.


El rubio siguió gritándole al tiempo en que seguía propiciándole golpes, demasiado perdido entre la rabia y frustración que se había apoderado de su persona y la cual había hecho que sus ojos se aguaran, como para importarle el que estos no les estuvieran haciendo nada al más alto.


Sus palabras se vieron interrumpidas al ser sus labios besados con fuerza y pasión. El alfa no soltó su boca hasta cerciorarse que le había robado el aliento al rubio por completo. Al separarse, ambos con la respiración agitada, el pelirrojo le sonrió con dulzura.


-Es imposible que “mi omega” esté en la cama con otro cuando tú estás aquí conmigo. –dijo con una sonrisa adornando sus labios mientras acariciaba suavemente la mejilla del rubio.


-¿Qué? –susurró este sin comprender. El contrario rio.


-Eres adorable. –mencionó soltando una risita divertida. –Zuzu y yo no estamos saliendo. Si, es cierto que ambos nos llevamos de maravilla, pero nuestra relación no es para nada romántica. La verdad es que los dos compartimos el mismo secreto. –habló con voz suave.


-¿Cuál? –murmuró el omega.


-Que ambos estamos enamorados de nuestros respectivos hermanos menores. –confesó el alfa sonriendo con timidez.


Denki sintió su cerebro cortocircuitarse. ¿Había oído bien? ¿Su hermano había dicho realmente lo que creía que había dicho? ¿Esas palabras habían salido de esos labios de verdad? ¿Labios que habían besado los suyos hacía nada? ¿El alfa estaba enamorado de él? ¿En serio? Entró en pánico cuando le oyó suspirar y comenzar a alejarse por lo que le rodeó el cuello con fuerza y le besó. Si esta era su única oportunidad, no iba a desperdiciarla ni de broma. Se besaron con pasión y desenfreno durante varios minutos, el omega dejándose devorar por el mayor.


-¿De verdad me quieres? –susurró una vez se separaron para recuperar el aire.


-Desde y para siempre. –contestó el alfa.


-Yo también... Eiji yo… –no pudo seguir pues fue interrumpido por alguien carraspeando. Ambos saltaron y miraron son sorpresa, y creciente pánico, al ver a sus progenitoras observarles desde la puerta.


-Parece que tenemos mucho de qué hablar. –dijo la alfa en tono cansado.


La omega les señaló la mesa y les sonrió al verlos tan tensos. Ellos se relajaron considerablemente al notar que ninguna de ellas parecía molesta ni disgustada por la situación.


Tal vez… las cosas irían bien.


~/////~/////~/////~/////~/////~/////~/////~/////~/////~/////~/////~/////~


Minutos más tarde, se encontraban los cuatro en la sala de estar, relajándose y viendo una película en familia después de sincerarse y hablar de todo lo que debían aclarar.


El móvil del alfa menor vibró y poco después rio a carcajadas. Cuando notó las miradas curiosas sobre su persona, les sonrió y enseñó el mensaje recibido.


“Estoy a cinco minutos de 1: ser hijo único y 2: tener una madre en la cárcel.”


Junto al mensaje, venía una foto adjunta. En ella se podía ver a una mujer rubia perseguir a un joven rubio con un bate de béisbol en la mano. Su cara adornada por una mueca repleta de ira.


Los tres rieron sin que pudieran evitarlo. Denki se acurrucó más contra su alfa.


-Me gustaría conocerle. –susurró contra el pecho ajeno. El pelirrojo sonrió contento al oírle decir aquello y le besó la frente dulcemente en respuesta.


El rubio no pensó que un día querría conocer al omega que una vez creyó ser la pareja de su hermano, ahora novio, y sentirse emocionado por la idea. Sin embargo, así es como se sentía en ese momento.


Eijiro les había dejado leer los mensajes intercambiados entre el omega y él y Denki comprendió por qué ambos se llevaban tan bien. El chat se encontraba repleto de fotografías de sus hermanos, coincidentemente ambos eran rubios, junto a confesiones de amor. También había bastantes quejas sobre situaciones en las cuales ambos se sintieron celosos por algo, lo cual resultaba bastante divertido de leer.


Su corazón se aceleró cuando llegó a la parte de hace menos de un mes, donde ellos hablaban de su propio cumpleaños. Se sintió cálido por dentro al comprender que el alfa nunca tuvo una cita con alguien más, sino que en todo momento solo había estado pensando en la felicidad de Denki y nada más. Al igual que Izuku, pues ese joven de esmeraldas por ojos, parecía animar siempre al alfa y su preocupación hacia su persona parecía genuina en todos aquellos mensajes.


Admitía que quería pasar tiempo con el peliverde y conocerle mejor. Después de todo, ahora que no se encontraba cegado por los celos, el otro omega le parecía una persona muy interesante. Se sentía emocionado ante la sola idea de conocerle. Esperaba ansioso a que ese momento llegara.


FIN

Notas finales:

¿Qué os ha parecido? Me gusta el como Denki no sabe gestionar lo que siente hasta el punto de acabar abrumado por todo lo ocurrido.

El siguiente capítulo creo que es obvio sobre quién va a tratar ¿no?


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).