Voy a admitirlo… Estaba nervioso.
Jimin me había pedido salir con él.
Seguro ya sabía de mi relación actual.
Tenía un monologo interno en el que enumeraba una y otra vez las cualidades de Tae y las razones por las que me amaba y yo lo amaba a él. Pero cuando lo vi entrar por la puerta del café, sonriéndome y saludándome toda la lista se esfumó de mi cabeza.
Lo primero que hizo fue llegar a abrazarme y la felicidad me contagió.
– Hobi –. Su enorme sonrisa, la sentía tan sincera… podía jurar que nunca había visto esa sonrisa en su cara.
– Jimin… –.
– Antes de contarte lo que he venido a contarte. Quiero disculparme contigo –.
– ¿Disculparte? –.
– Si. Yo… siempre juzgué el cómo te sentías respecto a Tae, no quería volver a verte roto y triste pero nunca me di cuenta que te negaba la felicidad con él –.
¿Qué?
¿De verdad Jimin me estaba diciendo aquello?
– Sabes… nunca me negué a sentir o al amor o a una pareja –. Tal vez la confusión se notaba clara en mi cara, siempre me han dicho que soy terriblemente expresivo. – Yo solo me negaba a… una relación falsa, basada en vínculos extraños que no entendía. Yo sé que sales con Tae, Kook me lo contó, me dijo que te vio en una cita con él hace unos días. Quiero que sepas que tienes mi apoyo completo y que te deseo una felicidad inmensa.
Vaya, eso me tomó por sorpresa aún más. Siempre creí que Jimin se negaba a salir lastimado por algo “no necesario” como una relación amorosa, ya que tenía cariño y comprensión de amigos y familiares, creí que no podría aceptar que otras personas no aceptaran su forma de pensar, hasta pensé que en cierto punto… y al final solo era miedo a que los sentimientos no fueran reales… que le mintieran o lo engañaran… y solo quería evitar que esto nos pasara a todos…
– Jimin… Gracias… –. Ese “gracias”, lo sentí como… un ”gracias por cuidarme” más como de “apoyarme”, y la sonrisa que él me dio… supe que lo había entendido como ambas.
– ¿y que venías a contarme? –. Dije después de que ambos bromeamos y nos pusimos un poco al di, comimos pan con café.
– Yo… estoy saliendo con alguien –. Mordió sus labios y sonrió, contento con esas palabras y sé que mi cara de sorpresa fue la que lo hizo reírse.
– ¿Con quién? –.
– Se llama Yoongi –. Una nueva risa se escapó de sus labios. – Sí, es el Yoongi que crees –.
– Pero… es el alfa más alfa que nunca vi, tan alzado y creído por ello –.
– Lo sé… y al principio lo creí también, más por cómo se comportó cuando… nos dimos cuenta que éramos una pareja destinada. Fue molesto e insistente, casi parecía obsesionado conmigo. Luego… no sé qué lo hizo portarse diferente, fue tan lindo, comprensivo, guarda sus feromonas cuando estamos juntos, es… detallista y me di cuenta de que no solo me ve por mi segundo género, no ha vuelto a mencionarlo, es, no sé cómo describirlo, de verdad siento que lo que pasa entre nosotros es real, y el ser pareja destinada solo lo hace más fuerte. Tuvimos muchas citas, y llevamos saliendo oficialmente una semana, sé que es poco, yo, me da vergüenza incluso aceptarlo, la verdad, pero siento que es lo que quería, una relación real –.
– Jimin –. Lo llamé mientras sonreía y él me miró fijo por primera vez desde que inició su monologo–. – Estoy realmente feliz por ti. No te había visto de esta forma nunca, él hecho de que aceptes tus sentimientos y los expreses… que no te niegues a sentir como siempre creí que hacías, es, increíble, me siento feliz por ti, tienes mi apoyo por completo –.
Siempre supe que Jimin era uno de mis mejores amigos, después de esta ocasión, sé que, sin duda, es el mejor.
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Llevaba ya de bar en bar, de antro en antro, de fiesta en fiesta las últimas semanas, bebía todos los días, me sentía perdido. Estaba más ebrio que lucido, descuidé las clases. Ya no sabía más de nada. Creí que era fuerte para poder renunciar a él y al final me vencí al alcohol.
– Es la tercera vez en la semana que estás aquí –. Volteé hacia la voz que me llamaba, era un… uno de esos chicos que llevan las bebidas a las mesas… ¿Cómo se llaman? – ¿Quieres que rellene tu bebida?
Le tendí el vaso y supe que era momento de irme cuando no pude pronunciar el “por favor” claramente y el vaso fue hacia la nada en lugar de su mano extendida. Me levanté con dificultad y una risilla se escapó de mis labios.
– Vamos, es hora que vayas a casa –.
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El dolor de cabeza por la luz solar dio de golpe en mi cabeza y me desperté con… ¿aroma a miel en el aire? Me senté con dificultad y… ¿un vaso de agua estaba esperándome en la encimera del cuarto?
Pero qué ra…
– Ya despertaste –.
¿Quién dia…?
– Buenas tardes –. Es la segunda vez que interrumpía mis pensamientos en 5 segundos, pero el aroma de la comida que emanaba del plato que el extraño llevaba en sus manos me distrajo, intenté tomarlo y lo hizo a un lado. – Esta es mi comida –. Sonrió y fue entonces que lo noté, cabello rubio clarísimo, ojos almendrados y azules, de piel blanca, casi como la nieve. – No quiero que vomites todo apenas empieces a comer –. Me dio la mano y me llevó hacia la puerta, me preparó tostadas con miel y un vaso de agua. – Necesitas algo más ligero –.
Comimos en silencio y luego le ayudé a recoger un poco por ahí y por allá.
– Gracias ... –. Terminé agradeciendo aquel gesto que tuvo hacia un borracho. aunque la frase quedó a medias, ya que no conocía su nombre
– Haneul. Choi Haneul. – Asintió. –No te preocupes, no fue nada –.
¿Qué no había sido nada? el chico incluso me acogió en su casa, no estoy seguro de que pasó exactamente despues de entrar al bar esa noche, pero me sentía freco y descansado.
– Entre nosotros... –. No supe como terminar esa frase, lop cierto es que aunque estaba perdido en alcohol ninca me había despertado con un extraño en su casa.
– No –. Me sonrío. – No pasó nada, dormiste solo en la habitacion, de echo es la habitación de huespedes, yo dormí en la mia, practicamente te dejé quedarte porque no respondiste sobre tu dirección, incluso salí temperano del trabajo, soy yo el que debe agradecerte.
– Pero, incluso me preparaste el desayuno, debería... –.
– Kook, de verdad no es nada –.
Lo miré sorprendido cuando me llamó por mi nombre y por la sor´resa en el suyo sé que su intension no era llamarme por así.
– ¿Nos conocemos? –.
Suspiró y asintió.
– Estudio Historia, con Jimin, estamos en el misom grado, diferentes aulas, te veo practicamente todos los dias, y cualquiera en nuestro departamento sabe quien eres –.
Aquello si que no lo esperaba.
– Tranquilo, todos saben que un alfa como tú no volteará al pasillo buscando a alguien más que no fuera tu preciado omega. Todos los omegas y alfas de la academia, en cierta parte, tienen envidia de su relacion –.
– Jimin y yo no somos pareja. Somos amigos solamente –. Mi respuesta fue inmediata, no dudé un segundo en corregir aquella suposición.
Lo vi sonreír un poco y luego tragó en seco.
– Bueno, eso responde el porque hemos visto a Jimin con alguien más estos dias. Creí que habían terminado y por eso estabas embriagandote en el bar por tercera vez en la semana –.
– Eso es diferente ¿Cómo que ha estado con alguien más? –.
Su risa no me fue inadvertida.
– Si, tal vez ya te lo hubiera contado si estuvieras yendo a la escuela, tienes un mes que no asistes –.
– Vaya, al mparecer me prestas mas atención de la que dices –. y solo despues de hablar me di cuenta que aquello debía haberse quedado para mi mismo.
El sonrojo en su cara no pudo ocultarse debido al color de la piel.
– Tu piel... es así por naturaleza –.
Y entonces el chico corrió al espejo de la habitación. el sonrojo fue aún mayor al secubrir su imagen en el reflejo.
– Yo... se supone que no debías verme así –.
– ¿Eres albino? –. La sorpresa en esa pregunta me hizo parecer mas tarado de lo normal. – Te recordaría si fueras albino –. Que idiota... claro que lo eres... pero... porque no recuerdo verte en los pasillos.
– Uso maquillaje y peluca en el campus y en el trabajo. Siempre se burlaron del color de mi piel y cabello, ahora tengo complejos con él –. Respondío aún del color de un tomate, parecia una grosella ahora que lo veo bien.
– ¿Y por qué no debería verte así? –.
Solo me miró, fijamente, sin decir más... sonreí y me acerqué a él.
– ¿Te gusto? –. El tono en que pregunté fue más una afirmacion y la forma en que bajó la mirada y negó tan rápido que seguro le daría un mareo.
– ¿Entonces? –. Se quedó todo en silencio. – Yo creo que sí –.
– Y si fuera así... ¿Harías algo a respecto? – Me encaró, aún rojo. –. Soy beta, cuando encuentres un omega me dejarás, prefiero verte de lejos que ser solo un pasatiempo para ti –.
Esas palabras me sonaron a Jimin.
– Tenías razón cuando dijiste que estaba en el bar por el corazon roto –. Me senté oara estar a su altura y poder verlo al hablar de forma más cómoda.
– Encontré a mi pareja destinada –. La sorpresa en sus ojos no fue lo unico que noté tras decir esas palabras, también una capa ligera de lágrimas. – Salía con una persona importante para mí, así que renuncié a él para que fueran felices –. Me encogí de hombros al notar el cambio de expresión. – Supongo que no soy tan fuerte como creí –.
Mi mano se extendió hasta tomar la ajena.
– Sabes... me gustaría conocerte mejor Han, ¿tú qué opinas? –.
Su mano se cerró alrededor de la mia y solo me sonrío mientras asentía.
– Me encantaría conocerte mejor, Kook –.
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Las hojas del libro pasaban una tras otra, lento, sin prisa.
Las manos de mi esposo recorrían las páginas con tanto cariño, parecía que temía romperlas o arrugarlas.
– ¿Todo en orden, Jimin? –. Tomé su mano dejando nuestros anillos de boda cerca uno del otro.
– Sí, todo está bien –, correspondió el agarre –, Yoongi.