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Frágil por AOI SALUJA

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Notas del fanfic:

Este fue la primera historia tiene algunos años que la escribi. Solo que no he logrado avanzarla. Y pensé, tal vez si la subo me inspire para terminarla. Ya me pasó así con mi fic de "rompecabezas" y quien sabe, igual chicle y pega ;) 

Notas del capitulo:

Gracias 

*mayu-san 

*megu-chan 

*duraznito-chan 

*y a ti por leer

# Capítulo 1: Cambio de planes. #


Alexander por fin iba a tener un viaje a solas con su novia. Todo era perfecto, no por nada había estado planeandolo desde hace tiempo.

-Amor- se acerca a él su novia, una hermosa mujer. Recién íba a cumplir veinticuatro años y ese viaje era más bien un regalo por la fecha.

-¿Qué sucede?-. Alexander cortó la distancia a ella y depósito un beso en sus labios. Ya tenía dos años de relación con Susana. Una mujer unos años menor que él, la cual sabía manejarlo a su antojo. Ella no se había enamorado de él desde el inicio. No había caído con su gran altura, ni con su trabajado cuerpo. Tampoco con esa sensual voz. Lo que a ella la enamoró fue su forma tan entregada de ser, de amar.

-¿Me esperas un segundo?- sonríe dulcemente-. Olvidé mi cámara, pero mi amiga me dijo que me la traía, yo creo que ya casi llega.

-Claro, tú tranquila. Estamos bien de tiempo.

-¡Gracias amor!- da un brinco y lo abraza con piernas y brazos- por eso te amo.

-¿A dónde van?- pregunta Miguel, el único sobrino de Alexander, con el cuál no se lleva bien. El sobrino con diecisiete años pensaba que su tío era como su padre, un par de amargados resentidos con la vida. Mientras que el tío con veintiocho pensaba en su sobrino como un mocoso insolente.

-No preguntes, vete a la casa. Mi hermano se va a enojar contigo.

-No creo que lo pueda hacer enojar más - mueve su cabello y señala un tremendo chichón que tenía en la frente.

-¡¿Qué te pasó?! -pregunta escandalizada la novia.

-Pues...

-¡Santo cielo! ¡Mira nada más! 

-Ven, vamos adentro en lo que Susana espera a su amiga.

-¿Para qué?

-¿Cómo que "para qué"? Tengo un poco de verdura congelada, eso ayudará a bajarte un poco la hinchazón... o al menos eso espero.

Alexander llevó a Miguel a la cocina, abrió el congelador y sacó la bolsa de verduras. La colocó en donde se encontraba el chichón y empezó a escurrir agua.

-Ah~ que mal. Te mojé la playera. Quítatela, voy por una toalla.

-No.

-¿Qué? No seas absurdo, te vas a enfermar. Voy por una toalla y por ahí creo que tengo algo a tu medida.

-¡No!

-¡¿Qué demonios?! ¡Quítatela ahora!

Alexander se desesperó y le quitó a la fuerza la playera.

-Tú... -el tío miró horrorizado el torso del chico, este estaba lleno de cicatrices de diferentes tamaños y grosores.

-¡¿Satisfecho?! ¡¿Querías humillarme?! -le reclamó Miguel entre lágrimas -seguro piensas que me lo merezco.

-No -se quitó la camisa que llevaba puesta y con ella cubrió a su sobrino. Éste le miró con asombro, no esperaba un gesto así.

-Gracias -le dijo en un susurro y el tío en respuesta acarició su cabeza.

-¿Le has contado de esto a alguien?

-¿A quién? Mi padre me pega, mi madre lo sabe. Además, no quiero sentir vergüenza con algún amigo. Odio que sientan pena por mí. Yo... estoy a unos meses de cumplir la mayoría de edad. Creo poder aguantar hasta ese entonces, no quiero que esto se haga grande.

-Entiendo -respondió cabizbajo-. Ten.

-¿Unas llaves?

-Son de mi casa. Estaré dos semanas de vacaciones con mi novia. Puedes estar libremente por aquí todo el tiempo que necesites.

Miguel lo miró aún más asombrado, jamás creyó que su tío fuera alguien tan amable.

-Iré por una camisa a mi habitación, no quiero andar de exhibicionista -Aunque Alexander tenía un cuerpo de envidia, lo cierto es que era tímido y no andaba por la vida sin algo que le cubriera.

......

Unos minutos después bajó con una prenda más a la medida de su sobrino.

-¿Pero qué? -Alexander soltó a reír cuando vio a su sobrino con la camisa puesta. Le quedaba grande y se veía tremendamente adorable.

-¡No te burles! En poco tiempo estaré igual que tú.

-Lo dudo. Para empezar eres muy delgado y tus rasgos son finos. Desde ahora puedo darme cuenta de cómo serás en el futuro.

-¡Anda ya! ¡Vete con tu novia que te está esperando!

-Si, si -se va aún entre risas. Al llegar a su coche, encontró a Susana hablando con su amiga.

-Hola Erika.

-Hola Alex.

-¡Amor! ¡No voy a poder ir al viaje contigo! Mi amiga tiene un problema.

-¿Yo qué? -menciona la chica alzando una ceja.

Todos quedaron en silencio hasta que alguien más se agregó a la reunión.

-¿Miguel está aquí? -rompe el momento incómodo el hermano mayor de Alexander quien recién llegaba al lugar.

-Sabes que no nos llevamos bien. ¿Por qué estaría aquí?

-Sé que aunque ese sea el caso, Miguel gusta de seguirte.

-¿En serio? -de pronto sintió una punzada. Jamás había notado que su sobrino necesitaba ayuda, que buscaba su apoyo.

-Entonces me voy, gracias.

-Si, ve con cuidado nos vemos después. Iré de vacaciones con mi novia.

-Diviértete.

-Gracias.

El hermano se fué. Quedaron unos minutos más en silencio hasta que Miguel salió de la casa.

-Gracias por no delatarme -mencionó con un ligero temblor.

-No volveré a darte la espalda, lo prometo.

-¡Amor! -les interrumpe Susana- te decía que no voy a poder ir de viaje contigo.

-No hay reembolso.

-¡Llévame! -le pide suplicante el joven- por favor.

Alexander miró a su sobrino. Recién le había prometido que no le daría la espalda. Y claro que debía de cumplir su palabra aunque no estaba convencido, después de todo, estaba a punto de cometer una irresponsabilidad.

-Entonces voy a realizar una llamada. Necesito que se hagan unos cambios en la reservación.

-¡Ay vamos cariño! ¡No exageres tanto! Solo es una cabaña.

-Susana, tú sabes lo difícil que fue convencer a los dueños. No querían aceptarnos por el simple hecho de que no estábamos casados.

-Pero dos hombres... -menciona Erika- no creo que sea bien visto. Ya ves cómo se pusieron con ustedes. Incluso Susana me dijo que tuvieron que mentir diciendo que iban a casarse y allí sería su luna de miel.

-Si...

-Pero... -la amiga observa de pies a cabeza al chico- podemos arreglar eso -toma una gran petaca de su coche y se lleva a Miguel al interior de la casa.

......

-Chico, ¿harías cualquier cosa para viajar con Alex?

-Si.

-Entonces no se diga más. Ponte esto.

-Bien.

Miguel se fue a otro lugar a cambiarse. Al regresar puso una cara de inconformidad.

-¡Esto es ropa de mujer!

-Lo sé. Pero es discreto y te queda muy bien.

-Pero...

-Vamos, sólo faltan los últimos detalles.

Erika iba al trabajo. Tal vez si se apuraba llegaría apenas a tiempo a la cita y perdería algo de su material, pero no iba a permitir que sus planes se estropearan. Además no dejaría que ese chico se deprimiera.

-¡Listo! Mira al espejo.

Él se acercó sin mucho ánimo, pero al verse se sorprendió. ¡Realmente parecía una mujer! Y una muy hermosa por cierto. Seguro si él viera a alguna chica así la haría su novia.

-¿Te gustó?

-Si. Muchas gracias.

-No hay porqué. Y lo mejor es que puedes hablar normal. Tu voz es neutral.

-Ahora vamos, quiero ver la cara de Alex.

Miguel entre cerró los ojos con desagrado.

-Oh, vamos.

Al salir vieron a la pareja molesta en total silencio.

-¡Aquí esta! -Erika llamó su atención. Ambos quedaron sorprendidos. Susana se veía molesta mientras que Alexander se acercó a su sobrino.

-¿Estás bien con esto?

-No creo acostumbrarme tan rápido, pero haré mi mejor esfuerzo.

-No tienes que hacerlo sino quieres.

-Estoy bien. Además no quiero causar más molestias.

-¿Bromeas? No sabes el favor que me haces.

-Lo único malo es que no tengo más ropa para ti -menciona con gran pesar Erika.

-Descuida, le compraré ropa allá. Ya hiciste bastante por nosotros, gracias.

-Todo un placer. Ahora corran o se les va a hacer tarde.

-¡Gracias!

Susana baja las maletas del coche de Alexander y ellos finalmente se van dejando solas a las chicas.

-Vaya, que amable. Con peluca y todo -menciona cizañosa Susana.

-Si, ya sabes que soy estilista de famosos. Algunos de ellos tienen que usar pelucas para sus personajes.

-Lo disfrutas, ¿cierto?

-Ahora más que nunca. Mira que querer enredarme en tus problemas. Alexander merece conocer a alguien mejor. Este viaje espero le sirva para encontrar a una buena mujer, no como tú.

-Entrometida.

-Gracias a ti. Adiós. Por cierto cuida de no morderte o morirás.

-¡Idiota!
Notas finales:

Gracias por leer;)


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