Sirius se detuvo ante una vitrina llena de peluches de Felpa, hacia frió y había nevado hace unas pocas horas, su aliento empañaba el vidrio, saco su mano cubierta con un guante de lana y limpio el vidrio para poder ver. Hace bastante tiempo llevaba ideando una forma de declararse al chico que le gustaba, pero era tan difícil saber lo que él pensaba, siempre le sorprendía y aun que creyera que lo conociese, siempre el salía con algo desconocido, él era misterioso, tierno, amable y encantador, aun que siempre andaba triste, a pesar que más de una vez le lograba sacar una sonrisa con las estupideces que hacia por solo verle sonreír, eran muy distintos lo que los llevaba a riñas continuas. Ya James había sido capaz de enamorarse y hacer que la chica que amaba le terminara correspondiendo, ¿Por qué el no?, Remus era un chico que rehusaba a las chicas, pero no era por que no le gustaran, si no por que el no sabría ocultar a alguien que amara tanto su estado, su enfermedad, por ello, él tenia una posibilidad y una esperanza. Sirius sabia que lo que sentía por Remus era imposible, eran chicos y también amigos, pero no lo había podido evitar, desde 3º que supo que Remus le atraía de una forma muy distinta al que el consideraba, como un amigo, se había negado así mismo que sentaría algo mas que amistad por Remus, quizás un sentimiento de protección, pero de allí nada mas, había sido tan bien educado por sus padres, que solo cruzársele la idea de encontrar a un chico atractivo era ridículo, ¿Cómo él, un Black, podía imaginarse tal cosa? Su padre lo desheredaría y lo borraría del árbol genealógico de los Black que había el un tapiz. Lo habían hecho con muchos de sus familiares, su prima favorita había sido borrada tan solo por casarse con un sangre sucia, que le quedaría a él si se había enamorado de un hombre, y no solo eso, un chico de familia pobre y que además estaba enfermo, de algo tan grave llamado licantropía. Pero eso era lo que pensaba cuando tenia 15 años, que le importaba a el lo que dijera su familia, ya hace un tiempo su familia le daba lo mismo, pues con la muerte de su padre que había sido el año anterior el se había ido de su casa, con solo 16 años, estaba arto de que su familia adorara tanto lo que hacia el señor tenebroso. Se había ido a vivir con James y su familia, esa era su familia, para el.
- ¿Qué haces?- La voz de un chico le llego lejana, se había perdido en sus pensamientos y aquel chico lo había sacado de su trance, Sirius levanto la vista y se sonrojo levemente, se trataba de Remus.
- Estaba viendo los peluches -Respondió Sirius con una sonrisa. Sirius miro a Remus atentamente y noto que llevaba una bolsa de papel, estaba bien abrigado y llevaba la bufanda que el le había regalado para navidad.
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- Toma- Murmuro Sirius acercándole a Remus una caja de regalo, el chico lo miro curioso y la recibió, le sorprendía que Sirius le hubiera hecho un regalo pues hace unas horas no se hablaban. La abrió y se sorprendió, era una bufanda de color blanco, muy suave y brillante. - No sabia que regalarte, así que se me ocurrió regalarte algo distinto, siempre te regalo dulces o chocolates -Murmuro Sirius mirando nerviosamente la forma en que reaccionaba Remus, la verdad es que en cuanto la había visto le había recordado a él y se la había comprado sin pensar en el precio, ni en nada, mas que envolverla y regalársela, para que la usara claro. Remus la hecho en la caja con el rostro inexpresivo y se la paso a Sirius.
- Gracias, pero no puedo aceptarla -Dijo serio, James y Peter lo miraron, estaban jugando ajedrez y hace un rato estaban pendientes de Sirius y Remus. Sirius sintió como si le apuñalaran el corazón, sentía un gran dolor. ¿Por qué no la quería?
- ¿Por qué no?- Gruño Sirius.
- Porque la vi en la tienda donde la compraste y es muy costosa, le vi el precio, no puedo aceptar algo que yo no puedo pagar -
- Es un regalo Remus -Dijo Sirius elevando la voz.
- Pero no puedo aceptarla, Sirius, por favor entiéndeme, es muy valiosa -
- ¡No! Entiéndeme tu, la compre para un amigo valioso, tu eres importante para mi, aunque riñamos diariamente -
- Pero Sirius...no puedo, quizás el dinero lo hubieras gastado en algo para ti, yo me conformo con que seas mi amigo -Sirius lanzo la caja contra la cama de Remus y salio de la habitación enfurecido, James inmediatamente se paro y fue tras el. Remus miro la bufanda, le gustaba, pero era un regalo muy costoso para que el lo recibiera. Luego de un día mas o menos en que Sirius no le hablaba a Remus y lo ignoraba completamente, Remus se disculpo y acepto el regalo, se había dado cuenta que después de todo el había hecho mal, si Sirius le regalaba algo no podía negarse a ello, pues después de todo, el había dicho que era para un amigo al cual consideraba valioso, ¿que importaba cuanto costara el regalo? Lo que importaba era que Sirius lo había comprado pensando solo en él.
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- ¿Para alguien en especial?- Pregunto Remus curioso, Sirius asintió con la cabeza. Remus se entristeció y miro hacia la vitrina, uno le llamo la atención, se parecía a Sirius, era un osito pequeño de felpa de color azul, era muy tierno. - Ese de ahí estaría bien para tu chica, ¿no crees? -Comento Remus indicándole el peluche que le había gustado, Sirius lo miro y sonrió.
- Se parece a mí -Murmuro y Remus se sorprendió de que hubiesen pensado de la misma manera.
- Mmm, así ella te recordara con solo verlo -
- ¿Tu crees? -
- Claro -Sonrió Remus.
- Si, me convenciste lo llevare -Sirius entro y Remus lo siguió curioso.
- ¿Y quien es la chica, Sirius? Últimamente no te he visto muy entusiasmado con ninguna de ellas -Pregunto Remus mientras salían de la tienda.
- Ah, es que, no te lo puedo decir -
- ¿Por qué no? ¿La conozco? -
- Si y mucho -Rió Sirius ante la mirada de curiosidad de Remus.- Me declare esta tarde...-Remus lo miro sin poder creerlo y luego bajo la mirada al suelo.
- ¿Y si te rechaza, que piensas hacer? Pareces muy prendado a ella-
- Bueno...espero que no lo haga, me destrozaría el corazón y no podría volver a ver a esa persona a los ojos, me pondría muy triste y quizás la evitaría para no sufrir -Remus se sorprendió, Sirius estaba totalmente prendado a esa chica, pero ¿Quién seria la afortunada?
- Si ella te rechaza que espero que no haga, me regalarías el peluche que compraste, es muy lindo - Pidió Remus y Sirius lo miro.
- Esta bien - Caminaron juntos y comenzó a nevar, Sirius le invito a que se tomaran una taza de café hasta que dejara de nevar para volver a castillo. Sirius pidió los cafés y unos pastelitos para acompañarlos, se sentaron juntos en la misma mesa, Remus miro alrededor y vio a una pareja de novios besándose, se sonrojo al darse cuenta que Sirius y el parecían estar teniendo una cita, a pesar que su encuentro hubiese sido una coincidencia.
- ¿Qué te pasa? -Pregunto Sirius mirando a Remus preocupado, estaba levemente sonrojado y quizás se había resfriado.
- Estoy bien, no es nada -Respondió Remus sonriéndole, Sirius dirigió su mirada hacia la persona que vendría a dejarle el pedido para no estar tan al pendiente de lo que hacia Remus. Después de tomarse los cafés se fueron aun nevando pues parecía no querer parar.
Remus fue a la biblioteca pues tenia que devolver unos libros, Sirius había salido tiempo antes y supuso que se iría a declarar y que la afortunada no lo rechazaría, por lo cual Sirius no le regalaría el peluche. Mientras caminaba pensativamente se dio cuenta que Sirius estaba frente a la biblioteca parado, traía la bolsa en la cual le habían envuelto el peluche, miro y no había ninguna chica cerca de el, quizás esperaba a que saliera de la biblioteca, le sonrió y luego entro, habían muy pocas chicas, habían guapas como le gustaban a Sirius y unas cuantas no muy agraciadas, devolvió los libros y tomo uno para leer, se sentó cerca de la puerta para vigilar quienes salían y también para poder ver a Sirius. Desde que Sirius se había convertido en animago que le atraía, quizás era el hecho de que el fuese un perro y el un lobo, quizás había atracción animal entre ellos, pero Sirius le había sorprendido mucho el que lo apoyara como amigo con su enfermedad y no solo eso, el era un Black, un chico de familia adinerada, noble y sangre pura, era perfecto, buen estudiante, buen amigo, mujeriego, era bien parecido, todo con el combinaba, estaba rodeado de amigos, admiradoras, etc. Ya era muy tarde y ninguna chica se acercaba a Sirius, ya le empezaba a preocupar, quizás lo habían rechazado antes de que el llegara y él esperaba que uno de sus amigos le ofreciera un hombro en el cual apoyarse para llorar. Remus decidió ser el hombro de Sirius, se le acerco y Sirius lo miro.
- ¿Te encuentras bien? -Pregunto Remus tímidamente.
- Si, ¿por? -
- Es que ninguna chica se te ha acercado -
- Ah -Sirius rió divertido. Y Remus lo miro curioso. - Te digo un secreto -Murmuro Sirius y Remus asintió con la cabeza. Sirius se le acerco y le susurro al oído: no se trata de una chica. Remus lo miro sorprendido y Sirius se llevo su dedo a los labios indicándole a Remus que callara lo que había escuchado. Remus decidió esperar a su lado para saber quien era el ahora afortunado. Sirius sonrió ante la postura de Remus, pues se había parado a su lado muy firme y serio, con los brazos cruzados y parecía molesto. Pasaron las horas y Sirius no se acercaba a nadie, solo permanecía parado, miraba de vez en cuando su reloj, pero no parecía preocupado por la hora. Los pasillos se empezaron a vaciar y Remus se preocupo e inquieto, tenia mucha curiosidad y también estaba muy enfadado por el hecho de que Sirius estuviera enamorado de un chico.
- ¿Me acompañas?- Pidió Sirius y Remus asintió, caminaron juntos, hasta llegar a un aula vacía donde lo hizo entrar, Remus lo miro curioso, quizás le pediría que se escondiera o que estuviera presente para ayudarlo cuando fuese a declararse, su corazón le latía furiosamente, revolvía a cada rato el cuello de su camisa y no veía a nadie entrar, Sirius se le acerco tomando un poco de aire, estaba nervioso.
- Remus, eres alguien a quien aprecio mucho y lo sabes ¿verdad?, pero no he podido evitar lo que siento ahora, con lo que te voy decir no quiero que me evites ni nada por el estilo, soy tu amigo después de todo y quiero que esa amistad quede intacta, independiente a lo que te voy a decir hoy -
- Sirius...- Remus estaba ruborizado, pues Sirius estaba tan cerca de el que cualquier movimiento en falso y sus rostros estarían muy juntos y sus labios unidos.
- Remus yo siempre te considere un amigo ante todo, aun que riñéramos y todo... -
- Te quiero -Murmuro Remus sin pensar.
- Déjame terminar, por favor, Yo, Remus me he enamorado... ¿Qué dijiste?-
- Te quiero, Sirius -El pelinegro abrió ligeramente la boca, pero de ella no salio palabra alguna.
- Se supone que yo debía de decírtelo -Murmuro Sirius y Remus sonrió.
- ¿En serio?-
- Claro que si, debía decirte que me había enamorado de ti -
- Lo siento, yo no pensé que se trataba de mí...-
- Claro que si, lleve mucho tiempo ideando la forma de declararte mis sentimientos y tu me lo dices así no más -
- Creí que era el momento adecuado para decírtelo, estabas muy cerca mío, hablándome bajo y estaba muy nervioso por ello, así que me atreví a decírtelo-
- Bueno...-Sirius tomo la bolsa y se la paso. - Es para ti -Sonrió Sirius y Remus lo abrió, saco el peluche y sonrió.
- Se parece a ti -Rió Remus, Sirius se le acerco aun más y cerrando los ojos unió sus labios con los de Remus, este quedo muy sorprendido, Sirius profundizo el beso y Remus lo correspondió.
- Le voy a llamar Paddy en tu nombre -
- Ese no es mi nombre...-
- Pero es tu apodo, Padfoot, Paddy, ves -
- Esta bien -
- Sirius...-
- ¿Mmm?-
- No estas jugando conmigo ¿verdad? ¿No soy una especie de apuesta o quizás un capricho que te dio ahora ultimo para ver tu nivel de virilidad? -Pregunto Remus parando de repente, Sirius también paro y lo miro preocupado.
- ¿Por qué crees eso? -
- No lo se, Sirius, todo esto parece un sueño y no me gusta soñar con cosas tan reales -
- No Remus, por lo menos, lo que siento no es mentira ni un juego, James esta de testigo de que lo que siento por ti es real, te amo -Remus dejo escapar unas lagrimas y Sirius se las seco con sus dedos.
- Es tan difícil creer que tu te pudieras fijar en mi, no soy un chico guapo y además estoy enfermo... -Sirius sonrió mientras se acercaba a el, le beso en la frente provocando un rubor en las mejillas de Remus.
- Yo te quiero como eres, tonto -Dijo Sirius cariñosamente y Remus se tapo la boca, quizás era cierto, pero Sirius era el príncipe azul de toda chica y que le viniera a decir a el, que era un chico, que lo quería, era mucho para él. Remus lo abrazo y Sirius le correspondió el abrazo. Se volvieron a los dormitorios y se acostaron, estaban cansados como para cruzar palabra alguna, James dormía y Peter, al parecer también, pues estaba todo tapado como siempre.
Sirius después de un rato de no poder dormir por lo que Remus le había dicho, se levanto y fue a su cama, sonrió al verlo dormir abrazado con su peluche, miro el peluche y envidio su suerte, el también quería estar entre los brazos de Remus, sin pensarlo si quiera se metió a la cama del chico y lo abrazo, por el calor del cuerpo de Remus, se durmió fácilmente.
Fin...Susan Black.