Una explosión de risas le siguió mientras se deslizaba fuera del Gran Comedor. Dejando atrás la celebración, Harry escrutó el pasillo vacío en busca de signos de vida. Estaba seguro de que había visto a Severus tomando ese camino… El sonido de unas rápidas pisadas alejándose le dio una idea de la dirección por la que el hombre se había ido y Harry fue tras él, sus pasos ahogados por las zapatillas de deporte.
Ya casi estaba en las mazmorras cuando divisó a Severus, con su túnica azotando dramáticamente el aire tras de sí mientras se disponía a cruzar rápidamente por unas paredes de piedra.
- ¡Severus!- llamó- ¡Espera!
Severus se paró, pero no se dio la vuelta.
- ¿Qué quieres?- espetó, de espaldas a Harry.
- Quería darte las gracias por todo lo que has hecho. - jadeó Harry, tratando de recuperar el aliento- Si no hubiera sido por ti, puede que nunca hubiéramos podido ganar esta guerra…
- Supongo que debería mostrarme agradecido de que reconozcas que otros también han tenido una parte importante en el conflicto. - Severus sonrió con desprecio- Muy bien. Ya has cumplido con tu deber. Ahora vuelve con tus aduladores amigos.
- No, yo…
Severus se dio súbitamente la vuelta, acercándose a Harry tan rápidamente que éste se echó para atrás, chocando contra la pared.
- ¿Por qué sigues aquí?- siseó- ¡Lárgate!
- ¡No!- Harry se enderezó hasta su máxima altura, mirando a Severus a la cara- No hasta que hablemos de lo que pasó.
Los oscuros ojos se estrecharon. Severus dijo sedosamente:
- No pasó nada. Nada importante, de cualquier forma. Eran tiempos de guerra. Las emociones pueden vencer al mejor de nosotros en esas circunstancias. No hay razón para que ninguno de los dos pensemos que nuestra… asociación significó algo más que…
- Significó mucho para mí.- susurró Harry. Sus ojos escrutaban la cara de Severus como buscando sus secretos.
- Todo lo que hicimos fue follar.- espetó Severus- No era una proposición matrimonial.
- Hicimos el amor.- corrigió Harry- Y no, no hubo ninguna proposición. No entonces.
- ¿Qué estás diciendo? ¿Que deberías haber hecho una?- los ojos de Severus se estrecharon- No juegues conmigo, mocoso.
Harry alzó lentamente una mano temblorosa y apartó un mechón de pelo de la cara de Severus.
- No es un juego para mí.- dijo.
El aire entre ellos se había vuelto pesado por las palabras no dichas. De pronto, Severus rompió el silencio con un gruñido:
- Allá tú, entonces.
Arrojando a Harry contra la pared, Severus capturó sus labios en un fiero beso. Lucharon por el control, labios y dientes y lenguas batallando, hasta que finalmente Harry se rindió con un gemido; aferrándose con sus manos a los hombros de Severus.
Poco a poco, los besos se dulcificaron; volviéndose más ardientes, más sensuales, más profundos. Las ropas cayeron cuando las manos rasgaron y despedazaron el tejido, desesperadas por llegar a la cálida piel que había bajo ellas.
Con la camiseta colgando de cualquier manera sobre sus hombros, sus pantalones un mero recuerdo, Harry trató de aproximarse lo máximo posible a Severus, arreglándoselas finalmente para envolverle con una de sus piernas. Severus succionó sucesivamente una serie de besos maliciosos en el cuello de Harry, de una parte a otra de su mandíbula, por toda la piel que podía alcanzar; curvándose después para que Harry pudiera rodearle con ambas piernas.
Un encantamiento susurrado le preparó y Harry ahogó un grito en el hombro de Severus cuando fue finalmente penetrado. La parte superior de su espalda chocaba contra la pared, y Harry sólo podía colgar allí y agarrarse mientras Severus le jodía una y otra y otra vez; sintiendo las ropas ásperas de Severus arañando su piel descubierta.
- ¿Qué estamos haciendo ahora?- jadeó Severus mientras retrocedía, marcando un furioso ritmo.
- Estamos haciendo el amor- dijo Harry. Echó la cabeza para atrás y cerró los ojos cuando sintió que Severus rozaba su próstata.
- Maldito...- gruñó Severus, y cubrió de besos la cara de Harry al tiempo que él convulsionaba alrededor suyo, corriéndose entre ellos. Severus le siguió unos momentos después, enterrando su cara en el cuello de Harry mientras explotaba con un estremecimiento y un gemido.
Se derrumbaron juntos en el suelo, y Severus atrajo hacia sí a Harry con una ternura que desmintió sus anteriores protestas.
- Mocoso idiota.- susurró, recorriendo con sus largos dedos el cabello alborotado del muchacho- Yo estaba perfectamente satisfecho viviendo mi vida como era.
Harry apoyó su cabeza en el pecho de Severus, escuchando los calmados latidos de su corazón.
- Pero yo no lo estaba.