Situación resbaladiza
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Era una noche de diciembre, fría y lluviosa en la ciudad de Konoha. Mi novio insistió en que la fiesta de Navidad iba a ser sumamente aburrida así que me tuve que ir solo; todos mis compañeros de trabajo me molestaron porque yo era el único sin pareja esa noche.
Realmente lo odiaba por hacerme se ir a solas, pero bailé con unas cuanta veces con mis amigos para luego irme a sentar a la barra; bebí el resto de la velada.
Después de que el bar cerrara, me dispuse a tomar el camino para dirigirme a casa. Pero... para mi sorpresa, la ligera llovizna que caía hace algunas horas, se había en blanca y fría nieve que había cubierto todo. Apenas y podía caminar hacia mi vehículo.
-¡Genial!- Pensaba -¡Estoy borracho y completamente solo! Y lo peor es que no estoy vestido para esta clase de clima, traigo una camisa que apenas y me cubre, y la tela de estos pantalones no es muy gruesa - encendí el automóvil, lancé al sillón del copiloto mi chaqueta, encendí el parabrisas para quitar la nieve que cubría el vidrio de adelante.
Decidí tomar un camino mas corto para llegar a casa, además para evitar pueblo y la posibilidad de que me arrestaran por conducir en estado de ebriedad.
Quién sabe dónde, perdí el control del automóvil y patiné cuesta abajo a una zanja. Para mi mala suerte, mi celular no recibía señal. De modo que sin otra salida trepé al camino, cuando llegue a la carretera decidí empezar a camina hacia la última casa que había pasado. Parecía que caminé por kilómetros antes de llegar a una vieja granja, cuyo aspecto era bastante triste y depresivo, el lugar en su totalidad estaba cubierto por la nevada.
-,,¡Necesito ayuda! ¿Alguien está ahí?"- golpeé la puerta principal, me encontraba temblando en el pórtico de la residencia. Cuando vi una sombra que se dirigía a la entrada definitivamente me sentí un poco mas aliviado.
-¡gracias a dios! Hace un rato he tenido un accidente, y celular no funciona- le explique a la persona que había atendido mi llamado.
Cuando finalmente le preste atención a la persona que había abierto la puerta, me que frio ,,Debo estar soñando" pensaba cuando miré fijamente al hombre que se encontraba frente a mi, portando únicamente una toalla atada a la cintura. No podía evitar mirar fijamente este cuerpo musculoso. Era como de 1 metro 80 con un precioso cabello oscuro un tanto azulado y ojos de un negro profundo
-Estoy arrepentido de haberle molestarlo - dije mientras me daba media vuelta, sujetando mi chaqueta empapada contra mi pecho. Pero su voz me detuvo
-Entre, de seguro se debe de estar congelando, entre ¡por favor!- instó, dirigiéndome dentro. - ¡perdón por tardar tanto! Me encontraba en la ducha... tome un asiento y me dice qué le ocurrió-
No podía dejar de temblar; en cuanto entre y traté de explicar mi situación empecé a llorar, mis lagrimas caían sin poderlas controlar; él amablemente me llevó al sofá en frente de la chimenea, coloco una mullida frazada sobre mis hombros y se sentó a un lado de mí, rodeándome con su brazo. Me jaló cerca, frotando su mano subiendo y bajando lentamente por mi espalda. Levantó mi barbilla, empujó el pelo mojado que caía sobre mis ojos, y seco delicadamente mis lágrimas. Tras esta acción me fui calmando lentamente.
-¡Así esta mejor! ¿Puedo ofrecerle algo... café o vino?-mientras se alejaba de la anterior posición.
-Vino, creo que este me ayudaría un poco, aunque ya he bebido suficiente esta noche- pronto se acerco con un vaso de vino, por el frio que tenia me costaba un poco coordinar correctamente mis movimientos y poseía una tembladera, como si estuviésemos sincronizados él entendió eso y se acerco, para tomar la bebido apoye mis manos en las suyas por un segundo. En verdad esto era como un sueño. Indague un poco su mirada y al cruzarme con esas orbes oscuras, un calor empezó a recorrerme .
-¿Y.. usted no me va a acompañar con una copa?-me decidí a preguntar.
Mientras se formaba un silencio un tanto molesto en la sala, este se termino de servir, se reunió conmigo sobre el sofá con un vaso de vino. De pronto sentí un calor y la ropa me empezaba a molestar. Pienso que estaba vestido como para encenderlo por la proposición con doble sentido que insinuó.
Creo que esa ropa mojada debe de estarle molestando, será mejor que se la quiete. Eso ayudaría a que entre en calor.
Pero a lo que estaba pensando el se adelanto por mucho: de pronto se apoyó hacia dentro para besarme. Cuando nuestros labios se encontraron, mi cuerpo tembló de la emoción, esto se estaba poniendo afectuoso en todas partes. Su lengua exploró con ansias mi boca, gemí con el placer. Tomó mis manos y los puso alrededor de su torso descubierto.
Estuvimos de pie, lo sujeté del cuello para acércalo a mi y profundizar el contacto. Mientras el tomo mis pezones por sobre la camisa, esto me hizo estremecer.
-Sígame- pronuncio cuando rompió bruscamente el contacto.
Luego, comenzamos a caminar en la oscuridad trastumbando y agarrándonos en las paredes del vestíbulo. Me besó otra vez, cuando su mano empezó a su trabajo sobre mis pezones hinchados.
-Tendré que conseguir mas leña para mantenernos un poco mas calientes-
-¡Espera!- suplicó
-¿esta seguro que usted puede calentarme?- se fue hacia lo que parecía ser la cocina y regresó rápidamente con una carga de madera para alimentar el fuego de la chimenea. Mientras se dirigía a vigilar el fogón, yo aproveche para deshacerme de los incómodos zapatos y, luego lentamente deslicé los pantalones por mis muslos junto con mi ropa interior bajo la manta. Mi cara se puso colorada cuando imaginé lo qué estaba a punto de ocurrir. Apenas podía maniobrar debido al calor que se extendía dentro de mí. Estiré la mano hacia él, jalándolo llevarlo al sofá.
-¡Estoy ardiendo!- susurre mientras nuestros labios se encontraban en una nevisca llena de pasión y deseo. Nos besamos durante mucho tiempo, como si ninguno de los dos tuviese suficiente de ambos. En un movimiento salvaje retiro la manta de mi cuerpo observando con lujuria el mismo. Esa mira me puso aun más de lo que ya estaba.
-¡Por favor, Necesito mas! - mendigué cuando guié a su mano a mi entrepierna. Mi corazón estaba bastante acelerado que apenas y podía susurrar. Yo gemía por lo bajo al sentir el goce que su habilidosas manos me estaban brindando
Sin previo aviso se alejo de mí, tan solo bufe molesto al separarse de mí. Se puso de pie y se quitó su toalla exponer su gruesa y erecta hombría; un enorme sonrojo cruzo me tez al ver toda esa majestuosidad frente a mis ojos. Le sonreí hacia arriba para poder alcanzar su erección.
Lenta y delicadamente acarició mi pelo cuando lo llevé por completo a mi boca. Mi lengua se deslizaba por su eje duro de un lado a otro hacia adelante, hacia atrás, arriba abajo, el hecho su cabeza para atrás en un arco reflejo por el deleite que yo le hacia sentir; eso me hacia feliz. Gimió con el dele delicia mientras yo tenia un festín con su miembro. Peor... ¡ya no podía mas! lo quería dentro de mí. Por un momento me coloque de pie besé, presionando nuestras entrepiernas, para sentir esa parte tan firme contra el mío.
Guié una mano a mi pecho y lo demás a mi demandante abertura. Con la punta de su dedo medio empezó a juguetear con mi entrada haciendo círculos alrededor de esta. Luego introdujo uno de sus dedos sobre mi boca para que lo lamiese, lo cual hice con todo gusto. Pronto lo retiro y lo dirigió a mi trasero... arqueé mi espalda al sentir como este se abría paso dentro de mi, forzando mis caderas para poder llevarlo dentro de mí. Luego vino el segundo y el tercer dedo.
Me colocó el sofá. Besó mi cuello y masajeó y atrapo con sus cálidos labios cada de mi pezones, luego bajo con su lengua dejando un húmedo sendero que se dirigía hacia mi abdomen. Sus hábiles manos acariciaban mis muslos interiores luego mis piernas para revelar afectuosa entrada que pedía a gritos que entrara en mi. No podía estar tranquilo.
Empecé a retorcerme del deleite. ¡¡Por favor!! ¡cójame! Pensé. Antes que diera inicio a lamer mi hinchado pene. ¡En verdad... este hombre realmente sabe lo que esta haciendo! Puse mis piernas al sobre sus hombros mientras que lamia con los golpes largos, lentos, se burlándose de mi, jugueteando con migo hasta que estaba listo para estallar.
Jalé sus hombros; extendiendo la mano. El Miró hacia arriba y me dio una sonrisa libidinosa; como dándome a entender lo que venia a continuación.
Y ¡por fin! Deslizo su rígido miembro dentro de mí. Exploté de un clímax enorme mientras las ondas del placer circularon a través de mi cuerpo. Mientras continuaba acariciando mi miembro.
Lo besé, girando mi lengua con la suya. Con su pene rígido dentro de mí, luego salió de mí y comenzó a frotarse contra mi expandida entrada. Una y otra vez empujó su grueso y largo miembro muy hondo dentro de mí y tiró despacio afuera y adentro una y otra vez.
Me agarré su mango febrilmente y envolví mis piernas alrededor de su cintura, apretándolo con mis músculos interiores como acarició rítmicamente hacia dentro y afuera. Podía sentir como nos acercábamos al orgasmo. Lo sujeté fuerte y su cuerpo empezó a temblar mientras su polla palpitante explotaba dentro de mí. Estábamos tendidos silenciosamente, brindándonos suaves y deliciosas caricias.
Pero esa no fue la primera ni la ultima vez, estuvimos así casi toda la noche. Al día siguiente me ayudó sacar mi automóvil afuera de la zanja.
Le di un beso de ¡Hasta pronto! y cambiamos los números de teléfono. Me monte a mi auto y observe la tarjeta con y el nombre de este misterioso hombre:
,,Sasuke Uchiha"
Ése es un número que planeo llamar, pero con suerte el me llamara primero...
Fin.