Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

I Touch Myself por Gadya

[Reviews - 2]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

YA LO DIJE, KURUMADA, YA LO DIJE!!!! Todos estos personajes son tuyos, y que no gano dinero con ellos, te lo juro... ya no... XD

Notas del capitulo: Basado en la canción homónima de The Divinyls...

                                                     I TOUCH MYSELF

 

          Noche cerrada cubriendo mi habitación enferma de recuerdos urgentes, de memorias vanas atascadas en mi mente perversa de 31 años, esclava de imágenes de antaño que, en algún punto de mi triste vida, me consolaron en mis horas de vigilias absurdas alumbradas por un fuego que no podía apagar, un implacable fuego blanco que me quemaba las entrañas tal y como ahora que, rendido a los laberínticos paseos de mi mente, me pierdo en su potestad absoluta de dominios inconscientes. Sobre mi cuerpo, las albas sábanas de seda se enredan en mi desvelo a medias tintas, seducidas por el sudor que perla mi pálida piel, compitiendo con ella en blancura y encierro, en cobarde huida del sol griego que, perdiéndose en los intrincados recovecos de mi Templo, intenta quemarme con su calor, emulando el abrazo que me falta, el que, sin importar cuánto me esfuerce, jamás volveré a disfrutar como cuando era niño.

 

          Me revuelvo en mi cama, atorando mi mente con tu imagen descarada que, sin más, me inunda, me sofoca, y sin consideraciones, afiebra mi pobre alma atormentada en el secreto que tengo que esconderte a la luz de mil soles cada vez que preguntas por qué no he prestado atención a cada cosa que salga de tus labios, más preocupado en verlos describir los elegantes arabescos que forman cada letra pronunciada por tu voz. Y es que, acaso, nunca dejaste de ser mi amigo, y sin embargo, nunca lo fuiste; perdido yo en el calor que me embarga con cada sonrisa que tus labios me obsequien me olvidé de la amistad que supuestamente nos unía, dando paso a esta maldita urgencia que atenaza mis sentidos en tus ojos claros.

 

          Sutilmente me levanto de mi cama, guiado por la luz que entra por mi ventana, otra vez no podré dormir, y la soledad que agobia en mi habitación condensa el hastío de mis horas vacías de todo, llenas de nada, tatuadas con una sola idea flotando en el aire de la noche... tú, tú y tu maldita sonrisa embrujando por completo mis culpas, convirtiéndome en cobarde fugitivo de tus saludos vanos. Mis manos, frías a pesar del calor del ambiente, se tienden, agarrotadas, hasta el encendido del estéreo que, entre destellos plateados, adorna un rincón de mi cuarto, y el silencio de la negrura cae roto con una pegadiza canción de antaño.

 

                  I love myself I want you to love me

                  When I feel down I want you above me

                  I search myself I want you to find me

                  I forget myself I want you to remind me

 

          Regreso a mi lecho, a perderme en los ribetes de aquellas notas vacías que cantan mis verdades ocultas del mundo, degustando aquella letra escogida al azar que, sin embargo, parece fiel reflejo de mis penurias actuales como si, a propósito, el destino hubiese jugado con mi falta de sueño para, otra vez, castigarme por mi perdida confianza, mis amores callados, todos dedicados a ti, y en eterno claustro por respeto a la deuda que de seguro tienes con migo, una venganza que, aunque haya buscado, no he logrado encontrar en tus ojos cuando, por casualidad, los hallo.

 

          La luna persigue mi rostro cansado de escapar, de ocultarse de ella y su reinado de las sombras, y la almohada bienhechora que algún día me regalaste, acude en mi socorro, interponiéndose en el camino de su tenue luz que osa despertarme de mi bien merecida pesadilla de noches sin sueño. Y si es que cuando estabas muerto me torturabas entre sueños, más ahora que de nuevo vives, morando el Templo que desde siempre te perteneció, enredando tus ágiles pisadas en las derruidas escaleras que separan tu glorioso regreso de mi penoso temor de mostrarme ante ti, sabiendo que tan sólo una mirada podría ponerme en evidencia ante tus ojos. Suspiro, cansado de dar vueltas en mi cama, y tumbado de espaldas, cubro mis ojos con mi brazo, intentando sobornar al sueño, que parece querer torturarme con sus ausencias despechadas, invitando a tu recuerdo a habitar mi mente cansada durante el destierro del día.

 

          Un ronco bufido escapa de mi garganta al verte presente en mis sueños velados, en los pueriles intentos del cansancio de someterme a su gobierno, y en ellos vuelvo a admitirme una vez más la terrible verdad que por más de 15 años me ha azotado... que eres todo lo que quiero, todo lo que necesito, todo lo que, si pudiese tenerte, completaría mi vida. Si, si tan sólo pudiese decirte todo esto que siento sin temor a que, por venganza de un pasado de malditos errores envenenados, me rechaces, destrozando cada atisbo de esperanza de, al menos, conocer por un segundo el significado de la palabra felicidad. Vuelvo a suspirar, al verte tan vívidamente grabado en mi mente, sonriendo, hablando, sentado a mi lado como cuando, aprendices, huíamos de los entrenamientos para divertirnos por un rato, y es en aquella fantasía en la que, juntando coraje, me atrevo a decirte lo que, a plena luz del día, no puedo menos que ocultar, que necesito tus brazos alrededor de mi cuerpo, tus palabras llenando mis oídos, tus labios sellando mi boca, tu amor, recuperando la poca cordura que ya no me queda, atada a tus lacónicos saludos cada mañana.

 

          Oigo tu voz por encima de la melodía que retiene mi atención ¿O es una ilusión? No importa ya. Si tan sólo entrases en mi habitación bajaría mi estúpida guardia que no hace más que retener este fuego que me consume por dentro, y te diría todo lo que llevo años escondiendo. Te diría que  el mundo desaparece cada vez que oigo tus pasos, que me pierdo en tus ojos que, lejanos, se posan en mi Templo en las mañanas, y que eres tú, tu y tus saludos enviados a la nada, el único motivo que me mantienen cautivo de esta soledad... confesaría que eres tú protagonista de mis fantasías, que te sueño sobre mí, cubriéndome de caricias con tus manos lejanas, robándote mis besos en pausa que sólo te pertenecen a ti.

 

                  I don't want anybody else

                  When I think about you I touch myself

                  Ooh I don't want anybody else

                  Oh no, oh no, oh no

 

          Te imagino una vez más, llenando mi lecho, y mis manos emulan el recorrido que en mi mente realizan las tuyas, comenzando en mi boca. Siento la humedad aferrarse a mis dedos, la calidez contrastando con el frío aire de la noche pegado a  mi sudada piel, y sueño que son los tuyos lo que, ahora, invaden mi Santuario de besos prohibidos. La femenina voz que canta me hace reír, describiendo con mágicas metáforas lo que en estos momentos siento, que el sólo imaginarte por unos instantes me hace necesitarte sobre mí, a mi alrededor, dentro de mí, acomodándote y, contigo, todas mis caóticas ideas. Sigo mi contacto con migo mismo, calando hasta mis huesos mi necesidad de ti, de confesarte esta urgencia  de tenerte, de amarte y que lo sepas, y siento por mi barbilla descender un cálido camino que corre a expandirse por mi cuello, territorio que, en tu nombre, ha pertenecido a muchas bocas. Varias veces me entregué a otros hombres, anhelando en sus brazos encontrar una cura a esta tortura de quererte, pero en vano calenté tantas camas, sólo a ti te pertenezco y fue entonces que lo supe. Desde entonces no hago más que amarte desde lejos, escondiendo esto que siento entre las voces de la noche que cantan mis secretos a los hombres.

 

                  You're the one who makes me come running

                  You're the sun who makes me shine

                  When you're around I'm always laughing

                  I want to make you mine

 

          Sigo descendiendo hasta mi pecho, amplio valle de cobijo a tus manos evocadas, y siento mi respiración entrecortada en las frases que, a borbotones, escapan de mi boca, intentando seguir la canción que tan fielmente me describe, pintando, a brochazos limpios, mi vergonzosa existencia a la sombra de tu imagen. La emocionada voz que escapa del estéreo se cuela en mi mente, regresándome recuerdos que creía olvidados, y en todos ellos tú, tus 14 años dándole sentido a mi adolescencia, tus ojos verdes gobernando, sin pudores, mis días vacíos sin ti.  Veo en mis memorias tu risa clara, alumbrando mis días cuando, casi niños, pasábamos las horas echados en el pasto, juntos, siempre juntos, dignos merecedores de las soberanas palizas que luego nos daban. Río, como quisiera regresar el tiempo, volver a ser el muchacho que, a tu lado, se carcajeaba de tus bromas sin sentido, sintiendo la vida correr rauda por mis venas sin responsabilidades que empañasen el momento. Por ti era feliz. El sol permanecía en su lugar, el viento mecía tu ondulada cabellera, los campos eran verdes y las aves, felices, gorjeaban en la copa de los árboles, y todo era por ti, porque, a tu lado, veía el mundo con otros ojos, te veía a ti con otros ojos. Y ahora aquí estoy, por verte diferente acabé oculto de la sonrisa que tanto me atraía, temeroso de que tu mirada ya no me acaricie con ternura como antaño.

 

                  I close my eyes And see you before me

                  Think I would die If you were to ignore me

                  A fool could see Just how much I adore you

                  I get down on my knees I do anything for you

 

         Mis manos recorren mi vientre, dibujando sensualmente las líneas de mi cadera, deteniéndose, divertidas, en mi ombligo, y más allá, en la costura del pantalón que cobija mi humanidad por las noches. Las yemas, ásperas de manos de guerrero, rozan mi piel con descaro, intentando salvarse de aquel celoso guardián que me viste, que me guarda sólo para ti,  y le imprimo aún más fuerza a mis párpados cerrados al sentir como, sigilosos, mis dedos se escabullen más abajo...  Suspiro, temblando al contacto de la fría piel en mi cálida hombría, e imagino que es tu mano la que me aprisiona, la que, con un simple movimiento, me hace ver el paraíso. Te veo en mi mente cubriendo mi cuerpo, marcando en mi alma tus caricias imposibles, y muerdo mis labios para no gemir ante la imagen que asalta mi cabeza, tus ojos cerrados, tu rostro surcado por el placer de hacerme el amor en este perfecto imaginario. Si tan sólo tuviese el valor de enfrentarme a ti, a mi, a los temores que, en noches como esta, usurpan mis horas vacías, pero otra vez el miedo al rechazo inunda mi pecho, compitiendo mano a mano con el placer que mi mano está dándome en nombre de la tuya.

 

-I do anything for you...-

 

          La frase resbala por mis labios rotos de morderlos escondiendo la verdad, a la par de la mujer que, en el equipo, canta mis verdades a la noche oscura, y  mi mano huye de aquel sitio tan privado en el que, sin reparos, tatuó mi necesidad de tenerte, de sentirte, de ser sincero por primera vez y aceptar mis culpas con sabor a traiciones de sangre.

 

          Ruidos en la habitación de al lado, Kanon debe estar hecho un desastre. Acomodo instintivamente mi escasa ropa, mis sábanas, mis ideas, rogando por que, si mi gemelo llegase a entrar, pueda leer lo que he hecho sólo en mi mirada, aunque vano es que le oculte la verdad… lo sabe, y yo lo sé, Kanon sabe lo que siento, acostumbrado a ver en mí mas allá de lo normal, y por eso ríe cada mañana entre sueños, al escuchar el saludo que dispensas al eco de mi Templo, quizás aún por cortesía de saberme ausente.

 

                  I don't want anybody else

                  When I think about you I touch myself

                  Ooh I don't want anybody else

                  Oh no, oh no, oh no

 

          El silencio reina en la habitación, del otro lado de la pared, Kanon parece haberse calmado. Cierro los ojos y vuelvo a entregarme a mi tonto juego de mentiras con gusto a verdades, a imaginar que he sido valiente y tu eres mi premio, endulzando mis horas ahítas de penar mi cobardía.  Mis dedos corren a refugiarse en mi cabello, escapando del llamado que mi cuerpo, hambriento de placer, les grita, esperando suplantar con ellos tu ausencia. Mis manos se enredan en las finas hebras azulinas, anudando cada tanto los mechones como un modo de retener a tu recuerdo que amenaza con huir de mi  memoria y dejar sin tortura mis horas de vigilia. La voz sigue cantando, y ya no quiero escucharla, pero el peso de la nostalgia es demasiado como para que atine a levantarme de mi cama. Súbitamente siento como si  todo mi ser hubiese perdido sus fuerzas, y ya no pudiese moverme, tan sólo esperar... esperar a que tu recuerdo me devore esta noche mientras, tendido en mi lecho, lo espero.

 

                  I want you I don't want anybody else

                  And when I think about you I touch myself

                  Ooh, ooh, oo, oo ahh

 

          Tres golpes a la puerta de madera, la voz de la extraña mujer cantando aún se oye. Por mi ventana, el sol se cuela, dando de lleno en mis ojos cerrados del deseo de no querer despertar…¿Es que acaso todo fue un sueño? ¿La noche en vela no fue otra cosa que un juego de mi mente?

 

-Arriba, flojo, tenemos cosas que hacer!!- grita la voz de Kanon del otro lado de mi puerta, para luego tararear la melodía que ya leva varios momentos sonando, y es entonces que comprendo que, en verdad, lo he soñado todo.

 

          Abro los ojos, y pesadamente me incorporo en mi cama sonriendo... todo fue un sueño, y sin embargo, que delicioso sueño fue, a pesar de la angustia acorralándome en mi cama. A prisa me visto, sin mirar el calendario, la ropa de siempre estará bien... hoy he decidido salir, por primera vez, y enfrentarme a su mirada. El espejo en el interior del guardarropas se ríe de mi lamentable estado, evidenciando mis cabellos anudados, de seguro entre sueños, y con un cepillo hago frente a su afrenta, desvaneciendo todo ridículo nudo de mi cabellera,  para luego correr a quitarme este mal sabor de boca del alcohol de más que tomé anoche. Sé que, quizás, no me perdonarás, que tal vez ni te molestes en mirarme, pero aún así quiero verme decente, para, así al menos, evitar que te rías de mi aspecto.

 

-Oye, Saga, date prisa!!- Vuelve a gritar Kanon, y su voz, un tanto histérica, desempolva mis risa oculta bajo tantas hipótesis con color de paranoia. Miro mi sonrisa reflejada curvarse en un tonto gesto de fastidio, y suspiro, sintiendo como, por fin, mi vida regresa a ser mía, luego de tantos meses de pertenecerle a mis temores. 

 

          Mis pasos cansinos me llevan hasta la cocina, desde donde la voz de m hermano me llega, trabada en amena charla con alguien a quien no alcanzo a reconocer. Curioso, entro sin hacer ruidos, deseando saber a quién pertenecen las palabras que Kanon parece tanto disfrutar, y me quedo estupefacto al comprobar que mis sospechas eran ciertas... Cabello castaño cayendo despreocupadamente por detrás de sus oídos, sujeto en aquella mítica banda roja que toda mi vida he soñado desatar, su cuerpo recargado en la silla, casi echado sobre ella, tal y como yo le recordaba...

 

-Aioros…- susurro, helado por tan inesperada visita. Tú te giras y me miras, y aquella sonrisa que tanto deseaba por fin resplandece a la sombra de mi Templo

 

-Así que si estabas aquí, después de todo. Me cansé de esperar a que vinieras a verme... - me reprochas con tus modales infantiles, y puedo ver en tu mirada que todo el pasado no ha cambiado nada en ti, en la amistad que, alguna vez, juraste que sería para siempre -¿Por qué tanto tiempo encerrado?- te cruzas de brazos, y puedo percibir una sonrisa mal oculta en los labios de mi gemelo... si, es el momento, pero la cobardía otra vez me detiene, aún a sabiendas de que no me odias, de que, el rencor pasado, ha quedado olvidado para ti.

 

          Tu palabrería llena el silencio de la cocina, arrancando algunas carcajadas ahogadas al pesado de mi hermano que, sin poder disimularlas, se gira a seguir con su labor. Resoplo, sabiendo que, si no te cayo, jamás dejarás de hablar, y camino hacia ti, aguantándome la risa, planeando mi tonta confesión sin palabras. Tomo tu rostro con ambas manos, tu sigues hablando despreocupadamente, y con una sonrisa me robo tus labio, que por fin dejan de emitir palabras... Cierro los ojos, y me dejo perder en la sensación de tener tu boca junto a la mía, de sentir este beso que por años anhelé, y cuando por fin te suelto, caigo en la cuenta de lo que he  hecho.

 

-A ver si así te callas- disimulo mi atropello desviando la mirada, sabiendo que, si me miras, acabaré todo rojo de la vergüenza.

 

-Pues ya era hora, hombre- dices entre risas - ¿O cuánto más pensabas tardarte?-

 

          Te miro, asombrado por lo que acabas de decirme, y en tu mirada me pierdo, encontrando secretos que creía inexistentes, sueños forzados a tus noches semejantes a las mías, y una muda declaración de amor que ya jamás pronunciarás. Tus manos toman mi rostro, acariciando mis mejillas sonrojadas por la pena de verme descubierto, y tus labios emboscan a los míos, borrando  urgencias sublimadas en la oscuridad por tu recuerdo. Sonrío entre besos y me abrazo a tu cuello, a tu cuerpo, mi eterna compañía en soledad, y entregado a tu potestad te confío mis secretos, mientras, simulando distracción, Kanon se marcha de la cocina, silbando bajo esa canción...

 

                  I don't want anybody else When I think about you

                  I touch myself Ooh I don't want anybody else

                  Oh no, oh no, oh no

 

Notas finales: ...

Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).