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Abre Tu Corazon Al Mio por Nessa Yaoi

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Notas del fanfic:

Como lo pidieron,  repito pareja para este fic.

Pareja;  Sai/Naruto,  linda pareja.  Oneshot largo,  como les gusta a ustedes.

 

                  Abre Tu Corazón Al Mío

                                     Solo Tu Tienes La Llave

 

- ¡no empujes! ¡Se perfectamente el camino! - gritaba el gitsune a la tercera vez que Sai lo apresuraba a que avanzara.

Ambos se encontraban caminando a gatas en un túnel de roca hecho por el capitán Yamato,  a fin de entrenar bajo ciertas condiciones poco usuales para ellos,  ya que no podían usar sus técnicas acostumbradas,  tan solo el ingenio podría sacarlos de allí.

- es lo mismo que dijiste en la ultima vuelta - dijo el moreno a espaldas del gitsune - admítelo,  no tienes ni idea de a donde vamos - sentándose a descansar.

- ¡por supuesto que...! No tengo idea ¿contento? - admitía a regañadientes el ojiazul  volteando su cara.

- entonces no eres tan bueno como dicen - sacando una botella de agua de su mochila,  el rubio lo veía tomar tragando en seco ya que la suya se la había acabado como tres túneles atrás.

- tu no sabes nada... y lo que opines sobre mi,  me trae sin cuidado,  tengo algo mas importante que hacer que andar perdiendo el tiempo aquí contigo - reanudando su recorrido.

El moreno lo observo por un momento para después agarrarlo por la chaqueta deteniéndolo,  el gitsune volteo su cabeza con cara de pocos amigos  mostrando sus dientes,  Sai puso la botella delante del rostro del rubio.

- no la necesito - queriendo seguir avanzando.

- tómala - sin soltar la cacheta naranja - no quiero tener que arrastrarte si te desmayas - ofreciéndole de nuevo la botella,  la que el ojiazul agarro molesto por el comentario.

- exacto... soy de los que dejarías atrás si tuviera algún problema,  aunque me odiara,  al menos el me ayudaba cuando lo necesitaba - bebiendo algo de agua y devolviendo la botella al moreno.

- tanto que casi te mata - fijando sus ojos tan negros como la oscuridad misma en los brillantes azul cielo del gitsune - y aun así quieres encontrarlo - el ojiazul puso la mano en el pecho del moreno y lo pago contra la pared rocosa.

- ¡tu no lo sentirías aunque fuera un perro y te mordiera el trasero! ¿Acaso estas vacio por dentro? ¡Por tus venas no corre sangre,  sino tinta,  la misma que usas para hacer tus dibujos! - Recostándose en la pared frente al moreno - por eso no tienes amigos... por eso... - bajando su cabeza para ocultar las furtivas lágrimas que escapaban de sus ojos.

- no los necesito - poniendo la  mano en su pecho donde antes estuvo la del rubio.

- patrañas... todos necesitamos de alguien para sobrevivir a la soledad - recostando su cabeza en los brazos sobre sus rodillas.

- el pensaba diferente,  puesto que se marcho dejándote medio muerto - por primera vez desde que entro a formar parte del equipo siete sitio repulsión por el Uchiha al que antes solo consideraba,  indiferentemente,  un traidor.

- no quiero hablar de eso contigo... no es tu problema - poniéndose de nuevo en marcha.

- pero si el tuyo... ¿hasta cuando dejaras de seguirle el rastro? - deseando estar,  aunque fuera un poco,  en los zapatos del Uchiha,  quería la atención del rubio solo para el,  en ese momento aun no sabia bien el porque.

- date prisa,  no deseo estar mas tiempo del necesario encerrado aquí en tu compañía... si hubiera sido Sakura-chan pues... - murmuro por lo bajo.

- se esta ocupando de otras cosas - dijo el moreno.

- ¿Qué? - deteniéndose.

- hablabas de Sakura ¿no es así? - dijo impasible.

- ¿Qué tienes en las orejas? ¿Una antena incorporada o algo así? - pregunto sorprendido.

- ¿se te olvido que traemos receptores por si nos dividíamos en el camino? - el rubio llevo una mano al oído y la otra a su cuello.

- ¡no lo olvide! Solo estaba probando que tan buenos eran... jajaja,  olvidarme... - rodando sus ojos hacia el frente - ¿otra vez? - Al ver el túnel partirse en dos caminos - ¡demonios! ¡Quiero salir de aquí para la hora de la cena,  al menos! - pataleaba sentado en el suelo.

- yo elegiré esta vez - pasando sobre las piernas del gitsune.

Al pasar sobre el ojiazul este lo detuvo agarrando el brazo del moreno -  solo si me aseguras que en esta ocasión llegaremos a la salida - mirándolo directamente.

- estoy seguro que lo hare mejor que tu... eres muy malo para orientarte - sintiendo como si le hubieran arrancado un trozo de piel cuando el rubio retiro la mano de su brazo.

- presumido... - murmuro al seguir al moreno por el túnel de la izquierda.

- escuche eso,  Naruto - volteando hacia el.

- ¡ah,  demonio de aparato! - arrancándolo de su cuello.

- no te lo quites,  nunca se sabe lo que puede pasar,  si no quieres usarlo...  - dijo acercándose al rubio - tendré que... - estirando su mano.

- oye,  ¿Qué haces? - La mano de Sai agarro la suya con fuerza - ¿en que estas pensando? ¡No soy tu novia,  ni  esto es un paseo de campo,  baka!! - forcejeando con el moreno hasta que sonó un crack bajo la rodilla del rubio,  el receptor quedo totalmente arruinado.

- ahora no tienes opción - volviendo a agarrar la mano del ojiazul,  pero esta vez a conciencia,  quería asegurarse de que lo que había sentido antes no había sido producto de su imaginación,  aunque no lo entendiera del todo.

- ¡no voy a ir de esta manera! ¡Es ridículo,  suéltame te diaaaaaah!!! - Rodando por el túnel que de repente se había  convertido en una especie de tubo como los que hay en las piscinas,  solo que no era agua lo que aguantaría su aterrizaje - ¡rayos! ¿Qué es estooooo? - gritaba el gitsune.

Sus cuerpos se enredaban uno con el otro mientras rodaban por el extenso túnel en el que ni una sola vez el moreno había soltado la mano del ojiazul,  rodaron barios minutos,  o eso les pareció,  hasta llegar a la boca del túnel por donde salieron cayendo como a tres metros de altura sobre un montón de arena que amortiguo el golpe, saliendo ilesos,  Sai permanecía sentado sobre las caderas del rubio con su  mano, aun,   sujetando la del ojiazul,  y la otra descansando a un lado de la cabeza de este,  Naruto permaneció con los ojos serrados por un momento.

- ¿te quedaras ahí toda la vida? - Levantando su torso tan rápido que junto sus labios con los del moreno - la sorpresa fue tal,  que Naruto se arrastro hacia atrás tan rápido como le dieron sus piernas,  Sai no se movió de su lugar - ¡¿viste lo que hiciste?! - poniendo el reverso de su mano en sus labios.

- ¿lo que yo hice? - Sintiendo un cosquilleo extraño en sus labios - ni siquiera me he movido desde que caímos - sentándose en la arena con sus piernas cruzadas y observando al rubio,  en un momento la cara de Naruto parecía una estatua abstracta debido a los gestos que hacia.

- si dices algo sobre esto... lo negare todo,  además de que nadie te creería - señalándolo con el dedo.

- ¿todo de que? - pregunto muy tranquilo,  aparentemente,  el moreno.

- pues...de eso,  que yo... que yo te bese,  accidentalmente,  claro - titubeando y rojo como la grana.

- ¿lo hiciste? - ladeando su cabeza como quien no entiende,  en realidad trataba de poner en apuros al ojiazul.

- ¡por supuesto que si,  idiota!!  ¿Acaso no junte mis labios con los tuyos? Fue lo mismo que con...  - apretando sus labios.

- ¿el Uchiha? - enterrando molesto sus dedos en la arena sin saber porque.

- el uso su...  ¿Por qué te digo todo esto? ¡No te interesa!! - Levantándose y sacudiéndose la arena de la ropa - ¡quiero salir de aquí! - caminando erguido ya que la altura del techo de la cueva se los permitía.

-  ¿uso su que? - insistiendo,  quería saber.

- ¡no voy a decírtelo!! ¿Qué pasa contigo? - caminando a grandes zancadas al otro extremo de la cueva,  el moreno se acercaba lentamente con sus manos atrás de la espalda.

- curiosidad -  el rubio lo miro por un momento antes de toparse de nuevo con otra bifurcación en la pared de roca.

- ¿Qué he hecho para merecer esto? - Apoyando su cabeza en la pared y dejando colgar sus brazos a los lados de su cuerpo - ¿Qué? - Rotando un poco su cabeza hacia el moreno como si fuera un tornillo - ¡no,  no y,  no...  olvídalo!! - el moreno señalo los dos agujeros el la pared.

- uno de ellos es la salida,  el otro,  otro laberinto - dijo muy seguro de si mismo.

- ¿y que con eso? - pregunto el gitsune.

- si me dices lo que quiero saber,  te diré cual es el correcto - apoyando su espalda en medio de las dos entradas... o salidas.

- la buscare yo mismo... no necesito tu ayuda - paseando su mirada de un hueco al otro.

- adelante - señalando con las manos ambos agujeros.

- ¡la lengua!!  ¡Metió su lengua en mi boca! ¿Contento? - dándole la espalda avergonzado.

- Umm... ¿me dejas probar? - dijo como si estuviera preguntando como esta el clima.

- ¿Qué cosa? ¿El aire de aquí dentro te atrofio el cerebro? - retrocediendo unos pasos.

- solo quiero saber como es...  acariciar mi lengua con la tuya - avanzando los pasos que Naruto había retrocedido.

- esperare a que Yamato-sensei venga a buscarnos - acabándosele el espacio para retroceder pegando su espalda a la pared contraria a donde estaban las salidas.

- no vendrá,  nos lo advirtió ¿recuerdas? no pusiste atención,  como de costumbre - A dos pasos del rubio - no es gran cosa lo que te estoy pidiendo - avanzando otro paso.

- ¿pedirme? ¡Pero si me estas chantajeando! - con el cuerpo completamente pegado a la roca.

- no lo harías de otra forma - apoyando sus manos a ambos lados de los hombros del ojiazul.

- aléjate - poniendo sus manos en el pecho del moreno,  de nuevo la sensación  de calor intenso recorrió el cuerpo del ojinegro haciéndolo estremecer.

- no,  hasta que te bese... con mi lengua - agarrando la cara del rubio con sus manos.

- ya termina con esto... ¿no te das cuenta que soy un hombre? ¿No te importa eso? - tratando de alejarlo con sus manos.

- el Uchiha también lo es ¿acaso te importo a ti? - mirándolo a los ojos azules.

- no confundas las cosas,  eso fue un accidente... justo como contigo - la situación se estaba tornando seria,  el gitsune repasaba las opciones en su mente,  quería salir de allí y quería hacerlo rápido.

- ¿y bien? No me molesta este lugar...  puedo seguir aquí por horas ¿y tu? - dijo Sai tranquilamente,  cono si estuviera en su propia casa.

- solo si fuera un murciélago...  demonios,  si vas a hacerlo... hazlo de una vez y,  cuando salgamos de aquí olvidaremos todo esto - dijo serrando sus ojos.

Los pulgares del moreno acariciaban las mejillas del ojiazul con una ternura que jamás antes había sentido,  luego esos dedos pasaron a los labios hasta sentir los del moreno sobre los suyos y la lengua de este intentando irrumpir dentro de su boca,  el gitsune apretó sus ojos y entreabrió sus dientes,  antes apretados,  herméticamente como una caja fuerte tratando de guardar un tesoro,  el musculo tibio de Sai,  o sea,  su lengua,  busco a su inerte compañera tratando de que ambas iniciaran el juego,  el rubio pensó que si cooperaba todo acabaría mas rápido... error,  a medida que las lenguas danzaban una con otra las ansias crecían dentro del cuerpo del ojinegro,  este inconscientemente trataba de pegar su cuerpo al del rubio,  pero la barrera de las manos de Naruto lo mantenían alejado de su similar.

- es... es suficiente - dijo casi sin aire al apartar al pelinegro.

- eso fue... ¿relajante? - dijo sin saber si esa era la palabra correcta.

- la salida...  ¿Cuál es? - pregunto caminando hacia los dos huecos frente a el,  con las piernas algo temblorosas,  pero trato que el moreno no se diera cuenta de ello.

- por aquí - tomando el túnel de la derecha.

Diez minutos después salían a la luz de la tarde,  cuatro horas les tomo salir del laberinto que el capitán Yamato había hecho para el entrenamiento,  lo encontraron sentado en una roca al salir.

- tardaron demasiado ¿Qué los entretuvo tanto? - Dando un salto y parándose ante ellos - Naruto,  estas sudando mucho ¿te encuentras bien? - poniendo la mano sobre la frente del rubio.

- no me agradan mucho los sitios serrados - mirando de reojo al moreno.

- al parecer a ti no te afectan para nada - dirigiéndose a Sai.

- soy como los murciélagos... nos gusta la oscuridad,  aunque... ya no estoy tan seguro de eso - mirando al rubio.

- es todo por hoy,  recuerden que mañana es el cumpleaños de Kakashi-sensei,  nos veremos en la fiesta ya que no tendremos misión - desapareciendo en una nube de humo.

- Naruto... - acercándose al rubio.

- no,  no quiero oírte...  al menos en este momento - tomando rumbo hacia su casa.

- te veré mañana... en la fiesta - dijo a espaldas del rubio.

Estuvo parado en el mismo lugar hasta que el ojiazul desapareció de su campo de visión,  se subió en la roca donde antes estuviera Yamato-sensei y,  se sentó abrazándose así mismo tratando de guardar el calor del gitsune en su cuerpo,  a la vez que apretaba sus labios para sellar el sabor de la boca de Naruto en la suya propia.

- no puedo creer que me halla obligado a hacer esto... definitivamente ese lugar tenia algo extraño,  peor aun así... ¿Por qué se lo permití? - dejando las llaves sobre la mesa y entrando a su habitación y, luego de sacarse la ropa se metió al baño a darse una reconfortante ducha,  por primera vez no había hecho su parada acostumbrada en el Ichiraku,  hasta lo había olvidado.

Por otra parte,  el moreno permanecía en la oscuridad de su habitación con los ojos serrados trayendo,  a propósito,  las imágenes y sensaciones que había experimentado al besar al ojiazul,  dulces,  placenteras,  y a la vez... arrolladoras. Sabia lo que era el sexo,  lo había leído en un libro de la biblioteca al integrarse al equipo de Kakashi,  aunque por motivos diferentes,  pues dicho libro hablaba de relaciones humanas en general,  pero nada de lo que había leído explicaba lo que sentía en ese momento o cuando beso al gitsune.

- me gusta... me agrada mucho esta sensación ¿me dejaras sentirla de nuevo,  Naruto? - decía tocando sus labios.

Una mañana esplendorosa,  así amaneció el día del cumpleaños del peligris,  Naruto salió de su casa temprano pues aun no había comprado el regalo del cumpleañero,  siempre dejando todo para ultima hora,  no disponía de mucho dinero así que recurrió a su arma secreta,  guardada para emergencias como esta,  exactamente...  la ultima edición del libro favorito del peligris,  la que había quitado a Ero-sennin una semana atrás tras su visita a la aldea,  lo único que necesitaba era un buen papel de regalo y un moño.

- listo,  con esto...  de seguro se le saldrán los ojos a Kakashi-sensei - dejando el libro ya envuelto en el papel de regalo sobre la mesa.

Se dispuso a vestirse con un pantalón vaquero negro y una camiseta color azul oscuro,  que alguna vez le regalara Sakura,  unos zapatos,  parecidos a deportivos,  también negros,  sacudió su cabello con las manos y se coloco el pendiente que la Gondayme le obsequio en el cuello,  se miro al espejo y quedando satisfecho con la apariencia tomo el regalo y salió a la calle,  la reunión tendría lugar en el salón de fiesta de la posada,  y allí se dirigía nuestro querido rubio cuando...

- ¡Hey,  Naruto! - Grito Kiba al verlo - ¿vienes con nosotros? - el rubio volteo a ver al grupo.

- únete al enjambre - dijo Shikamaru,  el grupo estaba conformado por Neji,  Lee,  y Sai,  mas los que antes había hablado.

- ¿Dónde están los demás? - sin mirar a nadie en particular.

- esperándonos... supongo - comento el cachorro poniendo su brazo sobre los hombros del rubio.

- ¿nos vamos ya? - pregunto Sai mirando atravesado al Inuzuka.

- ¿Qué le pasa? - susurro en el oído del gitsune,  Sai se les acerco.

- se nos hará tarde... no es correcto ¿cierto? - metiéndose entre el rubio y el cachorro separándolos por los hombros.

- no es para tanto,  además tenemos toda la noche - dijo Kiba caminando junto al rubio por el  lado contario a Sai - Naruto,  prométeme que hoy me enseñaras el paso que bailaste el año pasado en el festival de primavera... por favor,  por favor,  ¡es genial! - rogaba el cachorro juntando sus manos.

- ¿baile? - pregunto el moreno con curiosidad mirando al ojiazul.

- no es la gran cosa - quitándole importancia al asunto.

- ¿Qué no es la gran cosa? No seas modesto,  mas de unas y unos,  incluyéndome,  estuvimos a punto de saltar sobre ti esa noche - dijo Shikamaru al tiempo que se quejaba del codazo que Neji  le dio en las costillas.

- ¿así es de grandioso? - pregunto Sai molesto por el comentario del Nara.

- tendrías que verlo,  se te derretirán hasta las medias - comentaba Kiba riendo.

- no exageres,  además... no bailare esta noche - decidido.

- ¡no puedes hacer eso! Seria como cometer un pecado mortal - dijo Lee con entusiasmo.

- Naruto... ¿quieres pasar la noche atado a un árbol? - pregunto Shikamaru con tono de amenaza,  bromeando,  claro esta.

- vamos,  no serian capaces de... - mirándolos,  todos,  menos el anbu,  asintieron con su cabeza,  el rostro serio de Sai lo hizo decidirse - ustedes ganan... bailare - llegando a la puerta de la posada.

Shino y Chouji los esperaban en la entrada,  pasaron al interior del salón donde la música y el bullicio eran abundantes,  colocaron los regalos en una mesa dispuesta para ello y se acercaron a Kakashi-sensei a darle sus felicitaciones de cumpleaños.

- gracias muchachos,  disfruten de la fiesta... no se acerquen a la mesa de licores,  la del ponche esta de este lado - señalando con su mano - los estaremos vigilando... que no se les olvide - señalando con la otra mano a Yamato-sensei a su lado.

- si, si... lo sabemos - dijo el cachorro con aburrimiento.

- ¡por aquí,  muchachos! - grito la Haruno desde una de las mesas,  donde todas las chicas estaban.

- ¡allá vamos,  chicas! - grito el chico perro.

- ¿a que se debe tanto entusiasmo? - pregunto Shino agarrándolo por la ropa.

- el ambiente... supongo,   amor,  deja los celos aparte y divirtámonos esta noche - dijo agarrándolo de la mano y caminando hacia la mesa,  de todos era sabido la relación entre ellos,  al igual que la de Neji y Shikamaru,  incluso la de Kakashi y Yamato,  a nadie le importaba.

Relaciones de las que Sai estaba enterado,  aunque eso no le quitaba la mala sensación que sentía cuando  alguno de ellos se acercaba demasiado al gitsune,  tan bien sabia que había dos personajes que siempre habían estado tras los huesitos del rubio,  ellos eran Lee y el Kazekage de Suna,  uno estaba lejos y el otro no representaba amenaza alguna ya que Naruto no estaba interesado. Tuvieron que juntar dos mesas para dar cabida a todos los del grupo.

- ¡hay bastante comida! - decía el gordo pasando el brazo por su boca.

- solo piensas en comida - comentaba Ino.

- ¿hay algo mejor en esta vida? - preguntaba Chouji agarrando varias lonjas de jamón de la bandeja en la mesa.

- el amor - dijo el Nara agarrando la cara de Neji y besándolo en los labios,  esa palabra resonaba en los oídos de Sai mientras observaba al rubio frente a el.

- ¿no son lindos? - decía Ino con estrellitas en los ojos.

- Ino... -  dijo Sakura serrándole la quijada a la rubia.

- pero lo son ¿a que si? - rodeando el cuello de la Haruno mientras descansaba su cabeza en el hombro de esta,  la Haruno le rodeo la cintura con su brazo y beso su frente.

- si dependiera de nosotros,  la próxima generación estaría en extinción - decía Kakashi mirando hacia la mesa donde los muchachos estaban - que se ocupen los demás de eso ¿no te parece? - abrazando a Yamato por la espalda y mordiéndole una oreja.

- estoy de acuerdo - acariciándole el rostro a su pareja.

- ¡a bailar!! - grito Ino jalado de la mano de Sakura y,  esta a la vez de la mano de Naruto.

Uno tras otro jalaba de la mano de alguien hasta que todos,  menos el moreno,  dejaron la mesa para dirigirse  hasta el centro del salón,  donde comenzaron a mover sus esqueletos a ritmo de la alocada música,  Sai contemplaba el cuerpo ondulante del rubio haciendo que se le secara la garganta,  de vez en cuando Naruto miraba disimuladamente hacia el pensando en lo sucedido en la cueva,  esa era la razón por la cual había estado evitando su mirada desde que se encontrara con el y los demás muchachos,  lo hacia sentir extraño y,  eso le molestaba. La música cambio de rítmica a suave,  lo que hizo que Naruto saliera de entre las parejas que copaban el sitio de baile,  se acerco a una de las ventanas y sacudió su camiseta a modo de darse aire para secar su sudor.

- esto ayudara - dijo el moreno poniendo un vaso de ponche delante del rostro del rubio.

- eso creo... gracias - tomando el vaso sin mirar al moreno - no hagas eso - sintiendo la mano del moreno pasar por su frente.

- solo quitaba el sudor... te arderán los ojos - tomando una servilleta de papel de la mesa junto a el y entregándosela al rubio,  este se limpio la cara con ella para después arrugarla dentro de su puño y dejarla en la mesa al retirarse de la ventana y regresar a su silla,  el moreno lo siguió.

- Naruto... - comenzó el moreno.

- ¡júntense,  chicos! - Gritaba Sakura a todos - ¡vamos a cantar el cumpleaños! - atrayéndolos hacia donde estaba el pastel.

Después de la concebida canción,  las felicitaciones por parte de todos y,  abrir los regalos,  la fiesta continuo.

- ¡señoras y señores,  Naruto va a bailar!! - grito Kiba con las manos a los lados de su boca como si fuera un altavoz.

Los aplausos de todos no se hicieron esperar,  Naruto negaba con la cabeza,  pero Ino y Sakura lo tomaron de las manos y lo arrastraron hasta el centro del salón donde todos hicieron espacio para la actuación del rubio.

- vamos,  te acompañaremos - dijo Ino.

- ¿Cómo? - pregunto sorprendido el ojiazul.

- hemos practicado... ya veras - secundo la Haruno.

- ¿Qué pretende? ¿Mandarnos a la ducha a todos? - Preguntaba Gai-sensei junto a Kakashi y los demás,  Sai  escuchaba atentamente cerca de ellos - el año pasado mas de uno fue a parar al rio... hasta yo - bebiendo un trago de sake.

La música disco comenzó haciendo que los tres cuerpos en el centro del salón comenzaran sus movimientos como si de un cuadro de bailarines profesionales se tratara,  las palmas los acompañaban junto con el ritmo de la música y los pasos que los llevaban a recorrer todo el salón como espigas al movimiento caprichoso del viento,  a pesar que las dos féminas eran sumamente atractivas todas las miradas se centraban en los sensuales movimientos del ojiazul,  muchas gargantas se secaron y otras tantas se hacían nudos,  el ambiente se caldeaba esparciendo feromonas alocadas por todo el lugar,  las miradas deseosas de muchos sobre el gitsune encendieron la sangre de Sai hasta un punto crítico,  las ansias de agarrar a Naruto y sacarlo de allí iban en aumento,  se agarro fuertemente con sus dos manos al espaldar de una de las sillas para no hacer lo que su mente y cuerpo le pedía a gritos.  El baile termino con vítores y aplausos y,   con la resistencia de algunos,  que se pintaron de colores en cuanto la música seso,  o sea, desaparecieron  del salón.

- necesito un trago... tal vez dos - decía Gai-sensei mientras se dirigía a la mesa de los licores reservada solo para adultos,  junto con Kakashi,  Yamato y...  también medio salón. 

- por Kami,  ese muchacho es el pecado en persona - comentaba sudando uno de los invitados cerca del moreno.

El ponche desapareció al igual que las sodas y el hielo,  el sake tardo algo mas.

- ¡eres genial,  Naruto... ustedes tampoco estuvieron tan mal! - refiriéndose a las compañeras de baile del rubio.

- si... grandioso - dijo Sai con ironía en la voz y ganas de golpear a todos esos idiotas con cara de lujuria.

- bueno,  nosotros nos despedimos,  tenemos misión mañana - decía Shikamaru tomando la mano de Neji.

- también nosotros - dijeron Kiba y Shino.

- nos vemos,  chichos - se despidió el rubio.

- ¿ustedes? - pregunto Shikamaru.

- no,  al parecer les dieron un día mas libre - contesto Sakura mirando hacia Kakashi y compañía - nosotras nos quedaremos un rato mas - poniendo su brazo en la cintura de Ino - ¿Naruto? - esperando que se quedara con ellas.

- no,  ya cause demasiado revuelo por aquí... me voy a casa a descansar - despidiéndose de las chicas.

- ¿Qué te parece si nos vemos mañana en el rio? Pasaremos todo el día divirtiéndonos,  nosotras llevaremos la comida - Propuso la pelirosa.

- Umm... no es mala idea,  de todas formas no tengo más nada que hacer - de acuerdo con el plan.

- ¿puedo acompañarlos? - se escucho la voz de Sai a espaldas del ojiazul.

- claro,  por supuesto y,  ustedes llevaran las bebidas - dijo Ino señalando a ambos.

- ya que estamos de acuerdo,  nos veremos mañana - entrando de nuevo al salón.

- ¿Por qué me sigues? - deteniéndose a media calle con el moreno a su espalda.

- quiero asegurarme de que llegues bien a tu casa,  es todo... solo te protejo - dijo calmadamente aunque en su interior sentía un remolino que mezclaba todas sus emociones a la vez.

- ¿protegerme de que? - Reanudando su marcha - ¿crees que soy alguien que necesita que lo protejan? - Sin voltear ni una sola vez,  no quería verlo - "esa fue una muy mala,  mala idea,  pasar un día entero a su lado... se me eriza el cabello,  después de lo de ayer... quien sabe lo que se le ocurrirá luego" - procesaba su mente a todo galope.

- mas de lo que crees y,  después de ver en la forma que te miraban durante tu baile... no se ni como sigues intacto - sin detener su paso tras el rubio.

- porque me temen... soy Kiubi ¿recuerdas? Lo sabes... se que lo sabes - subiendo los escalones hasta el ultimo piso - y a pesar de eso,  algunos se me han insinuado de todas formas,  a veces hasta he pensado en... - fue jalado y pegado contra la pared del pasillo a unos metros de la puerta de su casa.

-¡no! - grito el moreno sujetándolo por la camiseta a la altura del pecho y clavando sus ojos en los del rubio.

- que te quede bien claro una cosa,  lo que paso ayer,  no se repetirá... jamás - agarrando las muñecas de Sai.

- al menos conmigo ¿no es así? - Sujetando la cara del gitsune con una de sus manos - escuche a alguien decir que eres el pecado en persona,  entonces... déjame ser tu pecador - tomando la boca del rubio con la suya y,  pegando su cuerpo al del prisionero entre sus brazos.

- "¿Por qué dejo que haga esto de nuevo? ¿Por qué me siento sin fuerzas cuando me toca? Esto... esto no... esta bien,  me siento como perdido en algo que no comprendo del todo... ¿Por qué? Me molesta sentirme débil... algo que me pasa solo con el"  ¡ya basta! - empujándolo lejos de el - la próxima vez que lo intentes... te matare - algo dicho llevado por el momento,  mas no era lo que pensaba en realidad.

- adelante,  será la única forma... de que te deje en paz - dijo el moreno abriendo sus brazos - te has convertido en una obsesión para mi y...  en alguien a quien considero mío - y diciendo estas palabras desapareció por los tejados.

- por Kami-sama,  creo que acabo de ganarme un obseso en potencia,  eso me pasa por andar exhibiéndome con bailes subidos de tono,  ellos me obligaron y... ahora tengo a mi diablo guardián particular tras mis talones - serrando la puerta con seguro,  algo que nunca había hecho - ¿Qué puede ser peor? Que me guste... no, no, no ¡sácate eso de la cabeza! - Serrando la ventana de la habitación también con seguro - ¿pero que rayos estoy haciendo? Si quisiera entrar... esto no lo detendría para nada,  suficiente,  me voy a dormir - abriendo la ventana de nuevo.  

Unos ojos negros vigilaban su ir i venir por la habitación mientras  hablaba solo agitando sus brazos,  el moreno sonreía mientras lo observaba,  al apagarse la luz de techo de la habitación se marcho pensando en el paseo del día siguiente con las chicas.

- perdóname por hacer esto... pero tu tienes la culpa,  nadie logro nunca sacarme de balance hasta que te conocí,  las sensaciones que experimento,  solo tu las provocas... y no dejare que eso se termine,  Naruto,  te quedaras conmigo... quiero tus miradas solo para mi y,  todo el que se oponga... sabrá quien es Sai,  el anbu de la  "Raíz" - algo drástico,  diría yo,  pero lo que sentía era demasiado fuerte para ignorarlo o dejarlo pasar.

Otro hermoso amanecer para disfrutar de un día de campo junto al rio,  rodeado de arboles,  naturaleza y,  mucha diversión. Las chicas llegaron primero cargando unas cestas con comida mantel a cuadros y unas mantas,  que colocaron bajo un gran árbol para el que quisiera dormir una siesta después de la comida.  Naruto salió del departamento a eso de las ocho con un pantalón corto y una camiseta sin mangas,  una toalla en el hombro y un poco de resignación,  iba a estar con Sai,  tomo aire y lo soltó en un gran suspiro antes de dirigirse a la tienda por las sodas,  caminaba por el puente que daba al bosque por la parte del rio con la bolsa de las bebidas en su mano cuando se encontró con el moreno del otro lado,  Sai lo esperaba apoyado en la baranda ataviado también con un pantalón corto una camisilla de tirantes y unas zapatillas de goma.

- ya era tiempo... tengo rato esperándote - el ojiazul lo paso de largo.

- primero que nada se dice buenos días y,  en segundo,  que yo sepa no te dije que iría contigo - poniendo la bolsa sobre sus hombros a fin de que descansara en su espalda.

- tienes razón,  pero,  si te dijera buenos días...  seria de un modo que no te agrada y,  en cuanto a lo otro,  sabias perfectamente que te acompañaría... si es que entendiste lo que te dije anoche - poniéndose a la par del rubio - no voy a dejarte y... - poniéndose delante del rubio rozo sus labios en un rápido beso - buenos días - pasando su mano por el sorprendido rostro del ojiazul.

- ¿estarás con este absurdo jueguito todo el día? - pregunto molesto.

- tal vez - agarrando la barbilla del rubio y acercando su rostro,  este se dio la vuelta para ir de regreso a la aldea - ¿tienes miedo? ¿Temes el que pueda llegar a agradarte? - eso le sonó a reto y,  el nunca rehuía un reto... nunca.

- te demostrare que por mucho que te esfuerces...  "¿pero que estoy haciendo? Si me deja sin voluntad cada vez se me acerca demasiado,  estoy entrando en un juego que no estoy seguro de ganar... esto es una catástrofe,  pero... no perderé" - su orgullo estaba en juego al igual que su resistencia,  de lo ultimo,  aun,  no estaba enterado.

- lo supuse... ¿nos vamos? - esperando que el rubio se pusiera a su altura para continuar caminando.

- quiero que me saques de una duda... ¿desde cuando te gustan los hombres? - pregunto como si fuera una conversación casual.

- no me gustan - dijo el moreno con seguridad.

- o sea... que soy un capricho, no,  espera... una obsesión,  según tus propias palabras - dijo Naruto con ironía.

- primero,  no me gustan los hombres,  me gustas tu,  segundo,  no eres un capricho... eres vida para mi y,  por ultimo,  todo es una obsesión hasta que se obtiene... después se convierte en algo verdadero y palpable - explicaba sus puntos el moreno,  algo que por el momento agrado al rubio hasta que recordó la frase... no voy a perder.

- Umm... paradójico - susurro al pensar en su propia obsesión por convertirse en Hokage,  el resto del camino lo hicieron en silencio.

- ¡chicos! - gritaba Sakura a la vez que levantaba su mano para llamar su atención.

- buenos días,  Sakura-chan,  Ino - saludaba el rubio besando las mejillas de las chicas,  el moreno miro hacia otro lado molesto.

- ¿ya desayunaron? - Pregunto la de cola de caballo - permíteme,  las pondré en hielo - tomando la bolsa de las sodas de nabos del rubio y la de Sai.

- no... y muero de hambre - quitándose las sandalias y sentándose sobre el mantel de cuadros.

- en esa cesta hay emparedados y algunas frutas,  sírvanse... nosotras nos vamos a bañar - y dicho esto la Haruno tomo la mano de Ino y se metieron en el rio.

- ¡enseguida estaré con ustedes!! - mordiendo el pan con el suculento relleno.

- ten - dándole una soda al sentarse enfrente del rubio,  este inconscientemente le paso un emparedado - gracias... gitsune - dijo el moreno sonriendo.

- ¿Por qué me dices así? - pregunto serio.

- es un apodo apropiado para ti ¿no te parece? Un hermoso zorro - queriendo alcanzar el rostro del rubio estirando su brazo,  Naruto se inclino hacia atrás.

- m-me voy a bañar - dejando el emparedado a medio comer sobre el mantel,  por supuesto que el moreno no iba a dejar que se fuera solo.

El ojiazul se adentro en el rio y nado hasta las chicas que chapoteaban en el medio de este, estuvieron lanzándose agua por un rato,  descansando otro tanto en la orilla,  conversaron de todo un poco hasta que las chicas comenzaron a hacerse arrumacos,  caricias por aquí,  besitos por allá,  el ojiazul las miraba algo incomodo por la situación.

- me voy de aquí - levantando su trasero del suelo de piedras de la orilla.

- ¿Por qué? - pregunto la Haruno.

- estar delante de ustedes,  es codo dar un pedazo de pan a alguien que no tiene dientes - mirando de reojo al ojinegro sentado un poco mas allá de el,  se metió de nuevo al agua.

- ¡envidioso! - grito riendo Ino.

- ¡solo porque quiero!! - Contesto el rubio desde dentro del agua - "¿cierto,  Sai? Si por ti fuera,  estarías encima de mí en todo el momento" - pensaba mientras veía disimuladamente al anbu.

Sacudió su cabeza alejando esos pensamientos y se sumergió en el agua,  al salir de nuevo a la superficie miro hacia donde antes permanecía sentado el moreno,  ya no estaba allí,  una sensación de vacio recorrió su cuerpo,  giraba en el agua tratando de ubicar a Sai a en alguna de las dos riberas del rio.

- ¿Dónde,  donde se metió? - al tiempo que era jalado por la cintura debajo del agua.

La burbujas salían de la boca del rubio junto con el aire de sus pulmones,  hasta que Sai pego la suya dándole del suyo y besándolo a la par,  con sus brazos rodeo el cuerpo del gitsune, girando juntos,  para alejarlo del campo de visión de las chicas,  aunque ellas estaban ocupadas en otras cosas como para notarlo.  Cincuenta metros rio abajo ambos emergieron a falta de oxigeno cerca de unas grandes rocas al lado contrario de donde estaban en un principio.

- jaaah... ¡casi me ahogas! ¡La próxima vez avisa primero! - grito pegando su espalda a la roca mientras tomaba grandes bocanadas de aire.

- ¿Qué dijiste? -  pregunto sorprendido por las quejas y...  un tal vez del rubio.

- ¡que!! - sacudiendo su cabello como perro mojado.

- dijiste... la próxima vez - apoyando sus manos en la roca a ambos lados del cuerpo del ojiazul.

- no dije tal cosa... lo imaginaste,  con esa mente calenturienta que tienes,  no te pegues... hace calor - poniendo su mano en el pecho del moreno para que no se acercara mas.

- estamos dentro del agua... ¿no es eso una contradicción? - agarrando la mano del gitsune y sujetándola por la muñeca contra la pared rocosa - deseaba tenerte solo para mi... aunque fuera por un momento - poniendo la otra mano del rubio tras la espalda de este y pegando sus cuerpos - aquí  va mi aviso... voy a besarte hasta que me ardan los labios - abriendo su boca y comiéndose los  del rubio.

Naruto forcejeaba un poco,  lo que era nada,  si consideramos lo que podría hacer si llegaba a enfadarse de verdad,  se quedo inmóvil pero su cuerpo temblaba al contacto con la piel del ojinegro,  aunque trataba de disimularlo,  se le estaba haciendo muy difícil controlarse.

- estas temblando... dijiste que tenias calor - besando el cuello de suave piel.

- desiste... Sai - tratando que su voz sonara serena - n-no lo conseguirás - apretando sus ojos.

- tu eres el que tiene que desistir... esa barrera que pretendes poner ante mi,  tiene muchos agujeros... déjate seducir,  Naruto - rosando sus labios por uno de los hombros del ojiazul.

- eso ya lo escuche antes... y no fue agradable - serrando sus ojos y haciendo memoria.

- ¿de que estas hablando? ¿Quién se atrevió a...? - Deteniéndose al ver unas lágrimas brotar de los ojos serrados del rubio - Naruto... - abrazándolo tiernamente a su pecho y a la vez sintiendo la rabia recorrerlo por completo.

El ojiazul se cobijo en los brazos de Sai rodeando la cintura de este,  escuchando el fuerte golpetear del  corazón en un pecho que respiraba agitadamente debido a la ira que sentía hacia la persona que había intentado...   creía saber de quien se trataba.

- ¿fue el? - no queriendo ni pronunciar su nombre.

- ya no importa... estoy bien - separándose del moreno y nadando hasta la orilla.

- maldito,  Uchiha... no lo olvidare - dando un fuerte puñetazo en la roca cuarteándola.

Después de calmarse un poco Sai regreso al sitio donde las chicas y su adorado gitsune estaban,  Sakura e Ino se habían quedado dormidas y abrazadas en una de las mantas,  Naruto, por su parte, se hallaba dormitando recostado en una similar  a los pies de otro árbol como a diez metros de las kunoichis,  el moreno se seco bien con la toalla y se cambio de ropa,  no pensaba volver a meterse en el agua por ese día,  lo mismo pensaba el rubio puesto que también se había cambiado antes de acostarse,  Sai lo observo por un rato antes de decidirse a acompañarlo en la manta y en el sueño,  delicadamente acariciaba los cabellos rubios y el rostro del rubio,  su espalda,  hombro y brazo ya que estaba de lado y Sai a su espalda.

- Sai... - murmuro el rubio.

- solo duerme... no pienses en nada,  déjame acariciarte mientras lo haces... déjame,  al menos, soñar a tu lado... mi gitsune,  mi razón de vivir - susurraba en el oído de Naruto como una canción de cuna,  el rubio no escucho ni la mitad,  se había quedado dormido debido a las atenciones del ojinegro.

Pasadas un par de horas el gitsune abrió sus ojos de un placentero sueño,  el brazo de Sai rodeaba su cintura y,  su cabeza descansaba en la mejilla del rubio mientras dormía,  Naruto no se movió. De cierta forma quería prolongar el momento rodeado del calor del moreno,  de sentirse cobijado bajo aquella agradable sensación de cariño por parte de alguien como Sai.

- "¿podría...  rechazar a alguien que demuestra su interés de manera tan franca y abierta? Puede que sea tan solo un espejismo en el desierto de mi soledad... ya me paso antes,  no puedo confiar tan fácilmente en palabras que si no se dicen con el corazón... son solo palabras" -  quitando el brazo del moreno de su cuerpo y levantándose camino hasta la toalla que se secaba sobre una roca.

- ¿Naruto? - al sentir el frio del vacio donde antes estaba el cuerpo de su adoración,  miro a su alrededor para luego acercarse hasta el rubio viendo que estaba recogiendo la toalla - ¿nos vamos? - pregunto a su espalda.

- no es "nos",  "yo" me voy - poniendo la prenda de tela sobre su hombro.

- entre tu y yo,  siempre habrá un "nos"... aunque así no lo quieras,  no podrás,  jamás, sacarme de tu vida - poniendo su mano en la espalda del rubio.

- escúchame bien,  si quieres, aunque sea,  un poquito de mi atención... no me presiones - comenzando a retirarse - fue suficiente por el día de hoy,  nos veremos mañana - levantando su mano.

- ¡no fue suficiente... nunca es suficiente el tiempo a tu lado! Pero... are lo que me pides,  dejare de molestarte...  por hoy - apretando sus puños mientras serraba sus ojos.

Naruto se detuvo y volteo a verlo,  regreso sobre sus pasos acercándose al moreno y puso su mano sobre la mejilla de este,  Sai apoyo su mejilla en la palma de la mano del rubio buscando su calor.

- la soledad tiene mi nombre. Tal vez,  solo tal ves,  eres tu... el destinado a cambiarlo - depositando un suave caricia en el brazo  del moreno - descansa... y ya veremos si ese eres tu - dándole la espalda para marcharse.

- todavía no - agarrando la muñeca del gitsune lo jalo hacia el y lo beso con desesperación motivado por las palabras de este - Naruto,  permíteme quedarme contigo esta noche... te prometo que no intentare nada...  que tu no quieras... por favor - jadeaba el moreno mientras hablaba.

- te dije que no me presionaras - separándose del ojinegro.

- tienes razón,  eres demasiada tentación para mi,  ni todo el entrenamiento que tengo podría impedir que saltara sobre  ti - dijo respirando hondo.

- al menos... tú lo entiendes  "será mejor así,  pues si se queda conmigo,  tal vez sea yo el que salte sobre el" - comenzando a caminar de nuevo.

- solo una cosa mas,  el día que lo encuentre... no será un simple saludo lo que reciba de mi - dijo el moreno con rabia y decisión - espera,  iré contigo - apresurándose a recoger sus cosas.

- Sai - dijo el rubio en tono de advertencia.

- solo hasta la puerta de tu casa,  lo prometo - emprendiendo el camino con el gitsune - ¿y que hay de ellas? - mirando hacia atrás donde las chicas estaban aun dormidas.

- nos disculparemos mañana con Sakura-chan - siguiendo su camino.

Los siguientes días fueron de misiones sencillas en las que el moreno no perdía cualquier oportunidad que se le presentara para acorralar al ojiazul y demostrarle lo mucho que lo amaba dándole besos,  caricias y,  abrazos a los que el gitsune aun no respondía del todo.

- Naruto... ¿Qué sucede entre Sai y tú? - preguntaba la Haruno sobre la rama de un árbol desde donde vigilaba junto con el gitsune.

- ¿Por qué lo preguntas? - sentándose con las piernas colgando.

- desde el día del paseo al rio no deja de observarte todo el tiempo,  conozco esa mirada... puesto que yo misma veía así a Ino,  a pesar de que siempre nos la pasábamos peleando... por un tiempo también mire así a Sasuke-kun,  hasta que me di cuenta de que solo era un capricho - sentándose junto al rubio - le gustas,  de eso no hay duda - poniendo su mano en el hombro del gitsune.

- pero yo aun tengo las mías - balanceando sus piernas en el aire.

- olvida lo que paso con...  deberías darle una oportunidad y,  dártela a ti mismo... no rehúyas la posibilidad de ser feliz junto a alguien que te ama sinceramente - ya están aquí - refiriéndose a Kakashi y Sai que volvían de hacer un reconocimiento por los alrededores.

- sean quienes fueran los que andaban por aquí,  ya se marcharon - dijo el peligris al llegar a la rama donde Sakura y Naruto estaban - hora de regresar a casa Sakura... Naruto,  Sai,  Yamato los espera en el campo de entrenamiento - dicho esto dejaron el lugar.

- ¿otra vez? ¿Cree que tendremos una guerra contra los topos? ¿Y tú de que te ríes? - preguntaba mientras avanzaban por las ramas.

- estaremos solo bajo tierra...  de nuevo y,  espero que sin receptores esta vez - el gitsune lo miro de lado.

- no te hagas ideas raras... o juro que te golpeare - llegando al campo de entrenamiento.

- puedes hacerlo si gustas,  pero... no desistiré,  lo sabes - caminando ambos hacia donde se encontraba el capitán Yamato.

El mismo entrenamiento que en días anteriores...  pero con una pequeña diferencia,  ambos ninjas se quedaron observando la pared de roca,  que en esta ocasión,  no tenia una sola entrada,  sino dos.  El capitán Yamato miro hacia ambos lados y luego a los chicos.

- interesante ¿no creen? - los dos ninjas se miraron entre si.

- ¿para que dos entradas? - pregunto el rubio con curiosidad.

- hoy jugaremos al gato y al ratón,  uno de ustedes entrara por el túnel de la izquierda y el otro por el de la derecha,  como a cincuenta metros los dos túneles convergerán en uno solo, desde ahí empezara la cacería,  ahora bien... ¿Quién será  el gato y quien el ratón? - pregunto Yamato-sensei mirando de uno al otro.

- yo seré el gato - dijo el moreno con decisión.

- ¿Por qué tienes que ser tu el gato? - mirándolo con desaprobación.

- porque quiero,  además... tu eres el de los lindos bigotes de ratón - guiñándole un ojo al gitsune.

- lo jugaremos a piedra,  papel o,  tijeras - serrando su puño para comenzar.

- como quieras - haciendo lo mismo.

- ¿Quién me mandaría a mi a sugerir ese juego? Siempre pierdo - mientras corría por el túnel que en esta ocasión eran espaciosos como para mantener una lucha de ser necesario.

- no te preocupes,  en cuanto te alcance te daré tu queso - se escuchaba la voz de Sai por el receptor.

- ¡JA! Ten cuidado no sea yo,  el que te arranque los bigotes - contesto al tiempo que tomaba otro túnel a la derecha.

- estas cerca,  puedo olerte... te propongo algo - viendo las dos entradas,  con una sonrisa de triunfo tomo el de la derecha.

- de seguro será algo beneficioso para ti - contesto el rubio apresurando el paso.

- para ambos,  amor... para ambos - susurraba el moreno por el receptor.

- ¿Qué tienes en mente? Aunque ya me lo imagino -  dijo susurrando con el corazón acelerado.

- quien sabe,  tal vez estamos pensando en diferentes cosas... ¿tu que dices? - sintiendo el aroma del gitsune a unos metros de donde se encontraba.

- escucho sugerencias - doblando en el túnel de la izquierda.

- si te atrapo... y se que lo hare,  dormiré contigo esta noche - visualizando la chaqueta naranja adentrándose en otro de los túneles.

- ¿crees que puedas? - sonriendo con picardía,  el juego se estaba poniendo divertido.

- eso se hará realidad... ¡ahora! - Abalanzándose sobre del gitsune,  el cual se convirtió en humo - ¿un bushin? - las risas del rubio se escuchaban a lo lejos - con que quieres que sea de la forma difícil... entre mas tarde en encontrarte,  mas me desquitare después... lo que quiere decir... que yo gano - pintando en su pergamino un sinnúmero de ratones de tinta y los distribuyo por los diferentes túneles para rastrear al ojiazul.

- la próxima vez que me encuentres... ¿seré yo en realidad? - Corriendo por los túneles dejando barios clones por el camino - ¿Qué demonios...? - viendo a lo lejos unos pequeños bultos negros que se desplazaban a gran velocidad,  no solo por el suelo sino también por las paredes.

- veamos como te las arreglas con mis amiguitos,  Naruto - mientras dibujaba algo mas en su pergamino.

- ¿no tienes algo mejor? Rayos,  debí traerme una ratonera - dejando manchas de tinta por todas partes al pisar y golpear a los pequeños come queso.

- no importa lo que hagas,  no podrás con todos - tenia razón,  entre mas derrotaba,  mas aparecían.

Los clones del rubio iban desapareciendo ante la marabunta de bigotes que llenaban los túneles,  a duras penas,  el gitsune corría por ellos ya fuera por suelo o por el techo,  estaba empezando a agotarse puesto que no importaba a donde corriera siempre se topaba con ciento de pequeños ojos en todas las direcciones.

- ¡¿Qué nunca se le acaba la tinta?! -  gritaba el ojiazul sacudiéndose a las pequeñas molestias.

- ¿no sabias que puedo clonar lo que dibuje todas las veces que quiera? - siguiendo el camino que sus fieles animalitos le mostraban.

- ¡se te olvido mencionarlo,  baka! - ya no le quedaba lugar a donde ir.

- Upss... que memoria la mía,  solo aguarda,  enseguida estaré contigo... mi ratón - no muy lejos de donde el rubio se encontraba.

- todavía no he perdido - sujetándose de algo en el techo - ¿Qué es esto? ¿Ramas,  aquí? - Mirando con atención el objeto del que se sujetaba - ¡aaah,  serpientes!! - el grito del rubio se extendió por todo el lugar.

- te atrape - llegando hasta Naruto,  que colgaba del techo sujetado por numerosas reptiles de tinta - esta noche dormiré contigo... o quizás,  no duerma para nada - deshaciendo el jutsu de tinta.

- solo fue suerte,  salgamos de aquí - empapado con la tinta de pies a cabeza haciéndolo lucir como un carbonero.

- ¿Qué tal un besito antes? - con una sonrisa picara en sus labios.

- ¡Sai!! - grito el rubio apuntándolo con su puño.

- de acuerdo,  de acuerdo,  salgamos - señalando el camino.

- cielos,  Naruto ¿encontraste petróleo? - Mirando al rubio,  que ya no era rubio - por lo que veo... el gato consiguió atraparte - dijo el capitán Yamato puesto que estuvo escuchando todo lo que se decían por los receptores.

- aun no... aunque... - susurro entregándole el aparato al mayor.

- pueden ir a casa,  hay alguien que necesita ponerse en remojo - desapareciendo como era habitual.

- ¿me dejas que te frote la espalda? No saldrá con tan solo agua y jabón ¿sabes? - el rubio lo miro con escepticismo.

- ¿a que te refieres? - acercándosele y agarrándolo por la ropa.

- la tinta tiene un componente especial para el que solo yo tengo el desvanecedor - guiñándole un ojo.

- y no vas a dármelo ¿cierto? - El moreno miraba a lo único que destacaba en el cuerpo del gitsune gracias a la tinta que lo bañaba,  sus ojos - andando - caminando rumbo a su casa con el moreno a su espalda.

El gitsune se escabullía por los tejados ya que no quería escuchar bromas o comentarios de las personas que se cruzaran en su camino debido a su negro aspecto,  no estaba de humor para eso,  rápidamente llegaron a la puerta del  departamento.

- ¿podrías sacar...? - señalando el bolsillo donde guardaba la llave.

- será un placer - pegándose a la espalda del rubio y metiendo su mano en el bolsillo del pantalón naranja.

- ¿Qué haces? Eso no es la llave ¿quieres quedarte sin mano? - sintiendo el rose de la del moreno en su muslo a través de la tela y dirigiéndose hacia cierto lugar - no hagas eso - sujetando a la intrusa antes de que llegara a su entrepierna.

- no me culpes por intentar... mi zorrito - susurrándole en el oído.

El moreno saco las llaves y abrió la puerta,  ahora también estaba manchado de tinta por el roce con el gitsune,  en la entrada,  Naruto se quito su ropa quedándose tan solo con su prenda interior,  el ojinegro no le quitaba la mirada y eso lo ponía algo incomodo,  camino hacia el baño dejando huellas negras sobre el piso de madera,  Sai al igual que el rubio,  también se despojo de la suya y lo siguió hasta allí después de sacar un pequeño frasco de su mochila.

- ¿es ese? - observando el frasco en la mano del ojinegro.

- aja... ¿caliente o fría? - apartando las cortinas de la ducha.

- ¿no pretenderás...? Solo tienes que dármelo y yo me ocupare de lo demás  "si se comporta así,  viéndome con ropa ¿Qué no haría si me ve desnudo? Esto es preocupante... por no decir peligroso" - tendiendo su mano para que el moreno le entregara el dichoso frasco.

- no pretendo,  voy ha hacerlo... ¿caliente o fría? - nada lo haría desistir.

- tibia - pasándole la esponja y quitándose lo único que le quedaba puesto.

- dios,  eres hermoso aun cubierto de tinta - observando el cuerpo desnudo del ojiazul.

- limítate a lo que viniste aquí... estoy cansado,  tengo hambre y,  quiero dormir un rato - dijo metiéndose bajo el agua - tus ratones me hicieron correr bastante - mirando de reojo al moreno mientras se deshacía de su ropa interior - "oh, rayos... ¿Por qué me puse en esta situación? Respira profundo y solo ignóralo... Kami-sama, esto va a ser difícil" - sintiendo las manos de Sai recorrer suavemente su espalda y hombros,  la esponja se hallaba olvidada en el piso.

- tu piel me vuelve loco - pegándose a la espalda del gitsune mientras frotaba su pecho - deseo hacerte el amor con locura - no pudiendo evitar la erección de su entrepierna mientras besaba y daba pequeños mordiscos al cuello del rubio.

El ojiazul reaccionó empujándolo a la pared contraria de la ducha  con sus manos,  inconscientemente impulsado por el recuerdo de la mala experiencia vivida con el Uchiha,  solo se trato de un acto reflejo a lo que creía era solo deseo,  aun no estaba  del todo convencido que lo que el moreno sentía por el,  era amor verdadero.

- quédate ahí - señalando con su dedo al moreno pegado a la pared.

- no importa las veces que me rechaces... seguiré intentando llegar hasta ti,  sin importar el tiempo que me tome - recogiendo la esponja del piso y  llenándola del liquido quita tinta - ten... esperare hasta que termines,  prometo que no volveré a tocarte hasta que tu me lo pidas,  incluso si tengo que hacer del agua fría mi compañera permanente - sonriendo con pesar y maldiciendo al Uchiha mil veces.

Después de quitarse hasta el último rastro de tinta del cuerpo,  Naruto salió del baño dejando solo al ojinegro,  se coloco unos pantalones cortos y una camiseta y se echo en la cama pensando en las palabras de Sakura y al mismo tiempo en sus propios sentimientos hacia el loco moreno,  quien poco a poco había sabido ganarse su confianza,  y porque no reconocerlo,  su amor. El cansancio sumado al estrés de los últimos días a causa de su indecisión hicieron que se quedara dormido,  el admitir algo siempre quita el peso de los hombros y del corazón haciéndonos sentir liberados y mejorando nuestro equilibrio emocional,  relajando nuestro cuerpo y mente. El moreno salió del baño después de estar largo tiempo bajo el agua,  se acerco a la cama no pudiendo evitar acariciar los cabellos del ojiazul. Se puso de nuevo su ropa,  al fin y al cabo era negra y la tinta,  ya seca,  no se notaria. Salió del departamento hacia el Ichiraku,  luego de pedir barias órdenes de ramen volvió de nuevo a la casa del rubio,  se sentó en la cama junto al cuerpo del ojiazul...  al que estuvo observando por tres largas horas mientras dormía.

- el tiempo que tenga que esperar por ti no importa... tan solo deseo que me quieras... aunque sea un poco y,  si eso no es posible para ti,  al menos... permíteme permanecer a tu lado,  aunque me consuma en el fuego que siento con tan solo mirarte... te protegeré,  no me importa que antes hallas sido del maldito Uchiha,  mi amor hacia ti... no cambiara,  el es pasado y... yo estoy aquí ahora,  mi amor,  mi zorro de ojos de cielo,  mi luz... mi todo - susurraba acariciando la mejilla del rubio con sus dedos.

- nunca fui suyo... no se lo permití,  y créeme,  me costo bastante - abriendo sus ojos azules.

- ¿aun... lo amas? - apretando sus labios.

- no lo dije en ese sentido...  me resistí,  al punto de que casi me mata - viendo la cara de extrañeza del moreno siguió con su explicación - me lo pidió a cambio de regresar a la aldea,  naturalmente me opuse,  yo en ese tiempo creí estar enamorado de Sakura-chan... me pareció una locura - el moreno se sentó en el borde de la cama mientras escuchaba.

- te dejo inconsciente ¿Por qué no...? - preguntaba con alivio el moreno.

- supongo que no le pareció divertido si no me resistía - dijo mirando el techo.

- ya veo - levantándose.

- ¿A dónde vas? - pregunto el rubio sujetando su muñeca.

- te dije que no te molestaría hasta que tu... - fue jalado hasta caer sobre el cuerpo del gitsune - Naruto... - sorprendido por la acción del rubio.

- siempre pensé que el trabajo duro... rinde sus frutos - acariciando el rostro del moreno y acercándolo con sus manos para besarlo - te amo,  Sai... en estos pocos días me has demostrado mas amor del que he tenido en toda mi vida - dejando caer unas furtivas lagrimas.

- estoy despierto,  se que estoy despierto... no es un sueño,  quiero escucharlo de nuevo - besando el rostro del rubio por todos lados.

- te amo,  te amo,  mi loco anbu... y seré tuyo por el resto de mis días - abrazando  la espalda del moreno.

- no dejare que mueras antes que yo... no podría seguir viviendo sin ti... no podría - besando cada pedacito de piel expuesta del rubio - deseo poseerte,  hacerte mío... eres para mi como un buche de agua en el desierto mas ardiente,  mi zorro - quitando la estorbosa camiseta.

- cambiaste el nombre a mi soledad dándoselo a la felicidad... por eso te amo y,  estaré por siempre dándole gracias a la dicha... por haberte puesto en mi camino,  mi guardián de alas negras - dejándose amar y amando.

Esa noche consumaron por primera vez el acto mas hermoso que puede haber entre dos personas que se aman  con el corazón haciendo del deseo de los cuerpos algo secundario,  aunque bastante placentero,  solo una caricia,  dada con amor puede llevarte al cielo sumergiéndote en sentimientos verdaderos hacia la persona a tu lado,  entre gemidos y muchos te amo en el aire,  en el que sus mundos individuales se habían convertido en un solo universo para ambos quedo sellado el compromiso de hacerse feliz el uno al otro sin importar nada mas,  despertarían juntos los siguientes amaneceres por el resto de sus días.

 

FIN

                                                          Nessa Yaoi

 

Notas finales:

¡Hola a todos! de nuevo aqui con una de mis historias,  de las largas,  creo que ya me acostumbre a eso y,  ustedes no tendran que estar esperando por el final.

escriban sus comentarios como siempre y nos veremos de nuevo.

Cuidense mucho y besossss para todos.  Chaitoooo

                                                Nessa Yaoi


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