Aquel verano había sido especialmente bochornoso, era imposible conciliar el sueño, notaba como el sudor empapaba su cuerpo y por mucho que intentara dormir aquella pesadilla esperaba pacientemente para poder aparecer en el preciso momento en el que bajara la guardia.
Cada vez que cerraba los ojos podía verlo perfectamente, los cuerpos de sus padres y el de su hermano mayor, tendidos en el asfalto, cubiertos de sangre, con los ojos fijos en el, como si le culparan de su muerte. Sus puños aferraban fuertemente las sabanas mientras con los ojos bien cerrados pedía en apenas un susurro que la pesadilla desapareciese.
Apenas podía contener el llanto, el reloj impasible tocaba la una de la madrugada. Ya habían pasado dos años desde el trágico accidente. Unos pasos rompieron el hilo de sus pensamientos, el leve gemido de la puerta al abrirse le aviso de que alguien se había colado en la habitación.
Unas manos pequeñas se aferraban al borde de su cama mientras retorcían con nerviosismo la sabana convirtiéndola en una especie de bola llena de nudos. El niño se giro lentamente para enfrentarse con el intruso, sus ojos se iluminaron al reconocer al dueño de aquellas manitas que amenazaban en convertir su sabana en algo irreconocible.
- ¡No hagas eso Naru!
- No te enfades Sasuke, Naruto estaba muy solito en su habitación…
Mientras decía esto el niño ya se había metido en la cama, cubriéndose con la sabana, sus bracitos habían rodeado el cuello del mayor para reposar su cabecita en el pecho de este. El moreno dejo escapar un suspiro mientras correspondía al abrazo del rubio que le sonreía tiernamente.
- … Naruto, sabes que no esta bien que hagas eso, tío Iruka nos reñirá, si lo sabe.
- Pero papa, dijo que no pasaba nada cuando abrazas a la persona a la que quieres. Y yo te quiero sasu, es que tu no…
El rubio le miraba con aquellos ojos de cachorrito, notaba como comenzaba a ruborizarse, rápidamente jiro la cara para que el otro no lo notase.
- Naruto, ya eres mayorcito para andar diciendo tonterías.
- ¡Sasuke Idiota!
- ¡no seas molesto, tonto!, ¡y déjame dormir ya!
- … Sasu
- Hum…
- ¿Sasu te as enfadado?, Naru lo siente mucho, no volverá a hacerlo ¿vale?
Una lágrima se escurría por el rostro del pequeño mientras decías esto. El mayor se giro para abrazar al pequeño, que hundió su cabecita en su pecho abrazándole aun más fuerte.
- No estoy enfadado contigo naru, yo también te quiero. Creo que tío Kakashi volverá a reñirnos mañana. Al pequeño se le escapo la risa, mientras se separaba del moreno para poder mirarle a los ojos.
- Sasuke mañana es mi cumpleaños no pueden reñirme. Además mañana ya seré mayor, cumpliré 5 años.
- Yo ya tengo 7, aun eres un crió Naruto.
- ¡Tonto! ¿Qué me vas a regalar Sasu?
- Es un secreto, ahora duerme, ya es muy tarde, ¿no querrás perderte la fiesta verdad?
- ¡No!, ¡que haces charlando Sasu idiota!
- … Tonto, anda duérmete de una vez.
- ¡Buenas noches!
- Buenas noches.
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Un chico de unos veinte años, moreno, de piel algo pálida, pero muy apuesto dormía a pierna suelta.
Lucia especialmente agotado y de vez en cuando un leve gemido de dolor escapaba de sus labios, como si una pesadilla horrible le estuviera amenazando.
La puerta de la habitación se abrió, aunque no provoco ninguna reacción en el moreno.Un chico bastante alto con el cabello recogido en una coleta, miraba algo cansado el panorama.
Últimamente le tocaba despertar a su compañero de trabajo, lo que según el hera de lo mas problemático, había ido a su departamento, aunque no era una tarea especialmente complicada ya que eran vecinos, pero para el moreno cualquier cosa que se saliera de su rutina era algo realmente problemático, casi tan problemático, como tener que despertar a Sasuke Uchiha.
Todo seria más fácil si el rubio no se hubiera marchado. Ya hacia siete meses que Naruto Uzumaki se había casado, y al moreno parecía como si lo hubieran matado literalmente, aun se acordaba de la fuerte discusión que habían tenido aquel par por ese asunto.
Aunque sabía perfectamente que Naruto solo había accedido a casarse porque aquella había sido la última voluntad de su padre, algo que no llevaban nada bien ninguno de los amigos del rubio especialmente Hinata, ya que ella era su mejor amiga aunque el que sin duda lo llevaba peor era el Uchiha, apenas dormía, parecía un fantasma, se arrastraba por el local como anima en pena. Muchos de los clientes estaban preocupados por el chico, apenas comía y lo cierto es que lucia un aspecto lamentable y pensar que hacia apenas siete meses todo era tan distinto.
El día en el que Sasuke se entero de que su rubio se iba a casar se encerró en su habitación y no hubo forma de sacarlo de allí. Lo único que se podía escuchar era un gran estruendo, cosas rompiéndose una y otra vez.Nadie pudo convencer al moreno de que saliera de la habitación hasta que llego Naruto.
- Sasuke habré la puerta, por favor.
- ¡NO!, ¡VETE!
- Vamos…
- ¡He dicho que te largues, Naruto!
- ¡Y yo te he dicho que me habrás la condenada puerta Uchiha!
La puerta se abrió lentamente, el moreno mostraba un aspecto descompuesto, una mueca de dolor cruzaba su rostro. Naruto intento acercarse pero este retrocedió bruscamente.
- Sasuke…
- ¡Por que te vas!
- Boy a casarme.
- ¡Esto es una locura, tú no le amas, no deberías casarte con alguien, solo por que ese fue el deseo de tus padres
- Debo hacerlo… Orochimaru no es mala persona, se que acabare queriéndole.
- ¡eso es absurdo!
- Porque dices eso…
- ¡porque tú me quieres a mí!
- Basta, Sasuke.
Naruto le había cruzado la cara al moreno el cual lo miraba confuso.
- Lo siente, pero debes entenderlo.