Unos pasos ensordecedores podían oírse en el recibidor de la inmensa casa. Se acercaban lentamente hacia su presa, el ruido de una puerta al abrirse, seguido de un fuerte portazo, se pudo escuchar en la silenciosa casa.
En la habitación se podía observar la figura de un hombre ya mayor, observando a un chico de tez morena que yacía encima de la cama, su cuerpo desnudo mostraba grandes moretones y algún que otro corte, se podía apreciar a simple vista, que no todos eran recientes. Unos ojos azules como el cielo, se fueron abriendo lentamente, dirigiendo su mirada a ningún punto en concreto hasta que percibió la figura de aquel hombre en medio de la habitación. Sus pupilas se dilataron y el terror recorrió su cuerpo que comenzó a temblar presa del pánico. Lentamente la puerta se fue cerrando dejando un silencio mudo que fue roto por un chillido lleno de dolor.
Un rato más tarde, la puerta de la entrada se cerró dejando un silencio aterrador detrás de sus pasos. El silencio volvía a inundar aquel lugar, solamente interrumpido por unos sollozos que se iban incrementando a medida que el tiempo transcurría.
En medio de la cama, el rubio estaba acurrucado entre las sabanas, dejando al descubierto los nuevos golpes que le había dado su actual marido. Entre tambaleos se fue levantando de la cama, estaba medio inconciente pero su mirada mostraba una decisión que hacia tiempo había perdido, con pasos torpes pero decididos se acerco al baño con movimientos algo torpes, se aseo un poco y se dirigió al armario donde se vistió con lo primero que encontró, cuando estuvo listo, se dirigió al comedor donde estaba el teléfono y una llamada pendiente que debería haber echo hacía tiempo.
Unos segundos, que para el rubio fueron eternos, fueron los que tuvo que esperar, hasta que escucho la característica voz de Temari, la novia de uno de sus mejores amigos y también su mejor amiga, la cual sabia de su situación y muy en contra de su voluntad le había estado encubriendo durante todo aquel tiempo, lo que la hacía sufrir enormemente. Un silencio incomodo se formo en el ambiente, solo un hilillo de voz pronunciando el nombre de la chica acabo por romperlo.
- …Temari…
- Naru… ¡Naruto!
- …
- ¡¿Qué pasa?! ¡dime algo, por dios!
- ¿Podrías venir a recogerme… por favor?
Un sollozo seguido de una risa de alegría se pudo escuchar a trabes del auricular, seguido de un
- enseguida estoy allí.
Se pudo escuchar antes de que colgara la comunicación. Sentado en aquel ancho sillón después de seis meses por fin pudo sonreír, una sonrisa cubierta de lágrimas las cuales fueron tapadas por sus manos al tiempo que intentaba tapar los sollozos que incontrolables luchaban por salir.
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Estirado en una cama, Sasuke miraba el techo, sus pensamientos estaban muy alejados de aquel lugar, concretamente donde una figura familiar alargaba sus brazos hacia el, aquel chico rubio, que le sonreía zorruna-mente, pidiendo un abrazo que no podía darle, ya que solo era una mera ilusión.
Con este pensamiento en su mente recorría la pared de aquella diminuta habitación mientras una lágrima traicionera resbalo por su mejilla, seguida de un suspiro.
Un sonoro portazo se dejo escuchar, provocando que el moreno mirara molesto a su compañero, el cual parecía extremadamente nervioso, algo totalmente inusual en el.
- ¡Espabila!, Temari nos espera fuera ¡Rápido!
- Shikamaru, no molestes…
- No tengo tiempo para discutir con tigo, no protestes y mueve el culo. O el que pague las consecuencias será Naruto.
- ¡¿Cómo dices?!
- Te lo explicare durante el camino, ay muchas cosas que no sabes.
- Más te vale que me des una buena explicación, pero ahora mejor no perdemos el tiempo, ¡a que estamos esperando, venga vamos!
- De veras que eres problemático…
Los dos chicos se subieron al 4X4 que conducía la rubia, la cual ponía cara de estar a punto de matar ha alguien. Con una mirada fulminante hizo callar al moreno que la miro fríamente ya que nunca permitía que los demás conocieran sus verdaderas emociones, aunque por dentro estaba algo asustado y muy confuso. Con un asentimiento por parte de Shikamaru, la rubia, comenzó a narrar, todo lo que le había pasado a Naruto, después de casarse con Orochimaru. Mientras iba avanzando el relato la cara del moreno se iba ensombreciendo, al cual ya no podían verle los ojos ya que los ocultaba su cabello, pero sus manos cerradas temblaban de ira.
- Porque… no dijo nada
- Naruto es como es, ya lo sabes, no quería herirte, ni preocuparte.
- ¡Maldita sea! ¡y como se supone que no voy a preocuparme! es más Temari, ¡voy a matar a ese hijo de puta!
- Relájate Uchiha o empeoraras las cosas.
- hum…
- bien… ya hemos llegado.