En aquel circo habían muchas personas vistiendo hermosas plumas, la pintura corporal estaba al orden del día y una nueva artista llegaba para debutar con su arte.
Ella gustaba de jugar con su imaginación... unir tonos frios con lo calido y así era su alma. Allí habían como ya mencione distintos tipos de personas, al fin y al cabo era un circo.
Las personas comenzaban a multiplicarse en la entrada peleando por una entrada para el magnanimo espectaculo que allí presentaban.
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Entre las contorsionistas de ropas ajustadas y coloridas se encontraba Eunice una bella flor con petalos de carmín por labios y una cascada de rubio por cabello, que se divertia de cuando en cuando con algún chico en medio del escenario, esto volvía loca a Europa la programadora de sonido que trabajaba hasta tarde y gustaba de satisfacer sus deseos imaginando el calor de Eunice en medio de ese escenario... ese escenario que de día miles veían asombrados. Europa quería dejar de ser expectadora y volverse protagonista.
Una noche sin luna cuando las estrellas se ven más bellas y claras en el espectaculo del firmamento, Eunice caminaba sola en medio del escenario buscando quien le ayudará a interpretar su idea de aquella noche, no había nadie allí más que la programadora del sonido aquella mujer que era su público todas las noches, la joven contorsionista se acerco a Europa y la tomo entre su brazos. Era lo noche debut.
Sin ceremonia Europa tomo el fragil y palido cuerpo de Eunice, lo sento en los controles de sonido... abrio la gruta de su blusa y acaricio aquellas dos esculpidas naranjas con dulces rosas coronandolos, senos que se derretian en pasión... los lamio como loca y succiono los dulces con hambre de amor... eso hizo recorrer en ambos cuerpos una descarga electrica que termino en humedad.
El cuerpo de Europa sedia al sudor y la lujuria con sus manos comenzo a subir por los muslos de su presa y acaricio la ya humeda entrepierna, le encanto la delicada braga de encaje que la cubría, arranco de un tirón aquel impedimento a sus manos y acaricio el suave interior de su fragil compañera de debut... un sonido de placer y luego silencio... Eunice hundio su rostro joven en la entrepierna de su compañera y la hizo dar incontables gritos de placer succionando, lamiendo y dando pequeños besos a un ritmo.
La mañana las sorprendio desnudas y sin la prueba de sonido para el espectaculo.
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La pintora de cuerpos dejaba volar su imaginación sobre aquel lienzo movil, una arlequin con cara de tristeza, su pincel ya rodeaba sus diminutos senos con pequeñas pinceladas allá y acá para dar un matiz de colores calidos a aquel frío cuerpo, el pincel se aproximaba al sexo cubierto por un una pequeña licra... nuestra pintora se complacio en notar que aquella figura no llevaba nada más que eso y se excito.
Con suaves lamidas comenzó a tomar a su lienzo que temblaba sin saber que era eso, el revés del pincel acariciaba los suaves petalos ocultos entre sus piernas, a un tiempo una mano asalto el ardiente sitio del deseo y un beso a la boca... el arlequin estaba rendido.
Despacio las caricias fluyeron por ambos cuerpos y el tocador de pintura se convirtio en cama -una muy dura si he de ser sincera- ambas salieron felices una a contemplar y la otra a ser el espectaculo.