Carta de un caballero.
Se sentó en un sillon frente a una mesa de madera. A su lado tenía papel y lápiz. Tomó los instrumentos y empezó a escribir. Se podía apreciar su elegante caligrafía que se extendía profusamente sobre aquella hoja en la que sus sentimientos salían a flote... sentimientos que se guardó durante mucho tiempo y que ahora quiere revelar en este simple pedazo de papel...
Hay un dicho: No se sabe lo que se tiene ,hasta que se pierde
***
Santuario, 04 de Octubre del 2008.
Apreciado Mu de Aries:
Me reprocho lo estúpido que he sido. Eramos la pareja perfecta, la más envidiada... teníatodo contigo y no supe apreciarlo. Estaba tan decidido a ganarme la aceptación de los demás, quienes me miraban con desconfianza después de todo el mal que hice... tanto, que dejé de lado lo más importante de mi vida. Algunas veces me pregunto si realmente merezco esta segunada oportunidad... empezar desde el principio nuevamente, después de recopilar esbozos de lo que fui anteriormente, antes de que Arlés se posesionara de mi cuerpo, dominándome a su antojo...
Aún recuerdo que después de volver a la vida nuevamente, fuiste la única persona que no me brindó una mirada de reproche, que no me juzgó por ser un traidor. Confieso que agradecí un poco de apoyo moral en ese momento... me dijiste que no tenía porque seguirme culpando y decidiste ayudarme a que mi existencia fuese un poco más llevadera en este Santuario. No sé cuando, ni cómo llegué a sentirme atraido por tu belleza... de tu sonrisa que era capaz de iluminar una habitación entera, de tu carácter dulce y tierno. Sospechaba que albergabas sentimientos hacia mí, pero tenía miedo de corresponderte. Irónico, no quería que sufrieras, pero terminé lastimándote... sin embargo, una noche no hubo necesidad de palabras, nuestros actos hablaron por si solos. Inevitablemente, nos convertimos en pareja.
Te vi llorar
Viviste la monotonía
Y te escuchaba hablar,
pero era él que te entendía
Y me robó ese tesoro de duende,
y ahora comprendo el valor
Que no se tapan los defectos con pretextos
en cambio siento rencor
Nuestro primer año juntos fue relativamente idilico... tu me dijiste lo mucho que me amabas, y yo nunca llegué a decírtelo. Creí que eso te bastaba, pero yo sentía que me faltaba "algo" para sentirme tranquilo... Las cada vez más seguidas misiones fueron la excusa perfecta para encontrar ese algo, que crei que era la aceptación. Estaba tan obsesionado por cumplir mi deber, que no me dí cuenta que nuestra relación se estaba volviendo predecible y monótona. Algunas veces llegué a percatarme de un brillo triste que afloraba en tus bellas amatistas, pero tu te esforzabas por actuar de forma natural. Supongo que debí de actuar, en vez de ignorar aquello. Tal vez, en mi subconsciente, asumí que todo iba normal, cuando la realidad era que estábamos distanciándonos, aquella fisura imperceptible entre nosotros se estaba convirtiendo a una vertiginosa rapidez en una enorme grieta que no pude... o no quise detener, y me odio por ello...¡¡¡No sabes cuanto...!!!
¡Ay, ve y dile que lo odio y lo detesto!
por tener lo que fue mio, aunque el culpable he sido yo
Que hoy lo considero un enemigo,
lamentando mi perdida en la batalla por tu amor
Recálcale que no duermo de noche
imaginando que en el sexo
el te devora con pasión.
Me resulta más sencillo culparlo a él, odiarlo con todas mis fuerzas por apartarte de mi lado; a pesar de que realmente, el culpable de tu sufrimiento fui yo, condenándote a vivir una vida vacía y aburrida... ¿Sabías que al caer la noche no puedo conciliar el sueño?... imágenes llegan a mi traidora mente, imágenes de ambos, entregandose con absoluta pasión. Los celos me carcomen, imaginando que el está en un lugar que es... era mío por derecho... él, haciéndote gemir de placer hasta que alcanzaras el éxtasis...¡¡¡Tal y como anteriormente lo hacías en mis brazos...!!!. Siento que algo dentro de mí se hace trizas al torturar mi cabeza con semejante posibilidad. Tengo complejo de masoquista...¿Cierto?
Me falta valentía para admitirle
que a tu lado fui un chiquillo
y su hombría superó
agrégale que hoy yo me revelo
envidioso, egoista, impulsivo sin control
por creer que yo era el único
que tu amarías que estúpido fulano
con el premio y yo el perdedor
Varias emociones se agolparon en mi interior: celos, rabia, envidia, dolor... Celos, porque él ahora es el centro de tu atencion. Rabia... conmigo mismo porque permití que las cosas llegaran a este nivel, contigo, porque cediste a sus encantos... y con él, porque no supo respetar una relación de pareja; te confieso que siento el impulso de caerle a golpes cada vez que me topo con ustedes. Envidia, porque ambos tienen ese "algo" que yo estúpidamente me negue contigo. Dolor, porque no soporto verlos tan juntos.
Lo vi llegar
y no pensé que importaría
y te empezaba a conquistar
convirtiéndote en mi enemiga
y me robó ese tesoro de duende
y ahora comprendo el valor
que no se tapan los defectos con pretextos
en cambio siento rencor
Supongo que esto era de esperarse. Si, admito que me hice el ciego al percatarme de las miradas que él., Milo de Escorpión, te empezaba a regalar. Las ignoraba, porque me repetía constantemente: "Mu no sería capaz de traicionarme...¡El me ama...!". las miradas se convirtieron en flirteos cada vez más descarados... y el resto ya lo sabemos. La confianza está sobrevalorada en estos días, ¿Verdad, mi bello carnero?.
No debería culparte, la fama de conquistador de Escorpión es legendaria. Se dice que todos caen en sus redes, y toma lo que necesita de ellos hasta que posa sus ojos en la siguiente victima. Sin embargo, parece que contigo va enserio... fue capaz de dejar sus correrías por ti ¿No?... eres muy afortunado, estoy seguro de que lo sabes. No me gustó que las cosas terminaran de ese modo, con una sarta de lamentos y recriminaciones por parte de ambos, pero tienes razón en algo: El amor es como una planta, necesita de las cosas más básicas para sentirse viva, que de verdad le importa a alguien. Si esta se descuida, termina marchitándose. Y eso fue lo que pasó, maté el amor que sentías por mi.
¡Ay, ve y dile que lo odio y lo detesto!
por tener lo que fue mio aunque
que el culpable he sido yo
Que hoy lo considero un enemigo
lamentando mi perdida en la batalla por tu amor
Recálcale que no duermo de noche
imaginando que en el sexo
el te devora con pasión.
Sé que debo parecer un niñato egoísta por tener esta clase de pensamientos, pero ...¿Qué puedo hacer?. Soy así y no puedo evitarlo... y ahora elijo la salida del cobarde: Huir de mis problemas en vez de encararlos, porque eso haré. Pedí un permiso al patriarca y a la Diosa par ausentarme por un buen tiempo del Santuario.
Sería hipócrita desearte felicidad junto a Milo, estás consciente que no puedo soportar un segundo màs al estar en el mismo lugar que ustedes. Sin embargo, el es afortunado porque se llevó un premio valioso: ¡Tu vales oro, Mu! Y yo nunca supe apreciar eso... y yo... sólo soy el perdedor en esta historia. Dejo esta carta expresando mi verdad, porque te lo debo, nunca me abrí contigo del mismo modo en que lo hiciste conmigo.
Se despide de ti, un hombre que te ama y te aprecia.
Saga, Caballero Dorado de Géminis.
***
Dejaba el sobre a las puertas del templo de Aries, y se acomodaba mejor la mochila que cargaba en su espalda. Caminaba sin mirar atrás, con la esperanza de encontrar un poco de paz, por el bien de su salud mental... No sabía cuánto tiempo tardarían en sanar sus heridas, pero intentaría lograrlo.
Me falta maduréz
para admitirle que a tu lado
fui un chiquillo
y su hombría superó
agrégale que hoy yo me revelo
envidioso egoista impulsivo sin control
por creer que yo era el único
que tu amarías que estúpido fulano
con el premio y yo el perdedor.
*Fin*