Ahora que la guerra habia terminado Quatre habia decidido casi obligado a vivir todos juntos en algún lugar pacifico y lejos del ajetreo de ciudad, no es que no le gustara pero desde que hace 1 año y medio Duo muriera en medio de una misión se sentía tan...solo.
Ese día antes de comenzar con la misión Duo habia dicho algo que lo habia dejado pensando, aun recordaba ese momento.
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-Hee-chan, que aras cuando acabe la guerra?- le preguntaba Duo, que se encontraba sentado en el suelo de la habitación donde el trabajaba en su computadora.
-no se- habia sido su cortante respuesta, sin siquiera voltear a verlo.
-yo si, tratare de que la persona que quiero me quiera de la misma manera- eso habia echo algo hiciera clic en su cabeza.
Recordaba vagamente que solo lo habia observado por el rabillo del ojo con una mirada tan fría y despreciativa que hasta ahora entendía que habia echo mal todo el tiempo. También recordaba como Duo habia ignorado aquella mirada y sonreía con ojos soñadores, como si lo que fuera a hacer fuera el reto mas grande de todos.
--------------------------------fin flash back-------------------------------------
Ya no habia nada que hacer para remediar lo que habia echo mal con el hermoso castaño, sabia que esa era su única oportunidad y la habia dejado pasar como agua entre sus manos, ahora ya ni lamentarlo valía, pero aun así no podía olvidar todo de el.
Su largo cabello al viento cuando con el apuro no podía hacer su trenza, su estilizado y fino cuerpo, su sonrisa y sus ojos como hermosas amatistas, y solo hasta que ya no podría verlo mas se daba cuenta de lo hermoso que habia sido y de cuanto amaba sus incesantes parloteos, y sus casi inexistentes silencios junto a el.
Pero nada podía ya hacer...
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- Heeroo! Ayúdame con estas cajas por favor - el pequeño rubio de ojos agua marina que cargaba con un montón de cajas tratando de entrar la casa de donde salio un moreno de exóticos ojos cobaltos para ayudarlo, seguido de un pelinegro de rasgados ojos ónice que de lejos se veía que era chino - hola wufei,
¿ vas llegando?
- Si traje algunas cosas que quedaron en la otra casa- respondió el pelinegro.
- genial, de ahí deberán salir las cosas que le faltan a Trowa - comento el rubio.
- Quatre, tu hermana te llama ocupa los últimos puntos a tratar con los inversionistas de Jasa - en esos momentos salía un castaño ojiverde de la casa con un celular en la mano.
- gracias Trowa atenderé dentro - tomo el teléfono y entro a la casa dejando solos a los otros tres.
- es la hora de comer y aun no hay víveres ¿que hacemos?-pregunto el chino.
- Tal vez tengamos que ir al pueblo - apunto el ojiverde.
- Es lo mas lógico, de camino acá pase por un restauran podemos ir ahí.
- Chicos -interrumpió el rubio de nuevo con ellos fuera de la casa - no será necesario mi hermana envió hace unos momentos a calim con el almuerzo.
- Adoro a tu hermana rubio!.- exclamo feliz el ojinegro.
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Mientras tanto en algún lugar del pueblo, mas especifico en un pequeño restauran...
- D-CHAANN!! - gritaron desde la cocina .
- ya boy Mama!!- entro un torbellino ala cocina cargado de platos sucios y los coloco en el lava trastes, después corrió hasta su madre y le recibió los platos servidos que le tendía y corrió de nuevo fuera de la cocina con ellos.
- señor tanaka aquí esta su orden de tallarines, un café para la mesa 3 ¿quien pidió los waffle?- del fondo del restauran alguien levanto la mano y le llevo el pedido. - karen-chan no debes comer mucho dulce.
- Ooow ... d-chan son mis favoritos- dijo la niña .
- Esta bien pero solo por esta vez -respondió sonriendo el lindo camarero, detrás de el, otros jóvenes lo observaban con mirada soñadora y uno que otro casi babeaba.
- D-chan que tal si hoy, aceptas salir conmigo- menciono un apuesto muchacho de cabellos negros y ojos almendras que iba entrando al restauran seguido por otros 3 corpulentos hombres en trajes negros cargando con 3 grandes ramos de rosas- y estas son para ti- menciono haciéndose aun lado para que apreciara los ramos.
- Gracias son muy lindas -sonrió adorable- claro key!! Para eso son los amigos!! - caída atrás departe de todos ¨ahh la inocencia ¨ fue el suspiro general.
Mientras era observado por su madre desde la cocina...
-parece que apenas fue ayer y no hace 1 año y medio cuando lo encontramos solo y sin recuerdos, en medio de la carretera ahora es todo un rompecorazones y ni siquiera se entera de que lo es - menciono su madre risueña que lo miraba desde la ventanilla de la cocina junto a una mujer mayor - ¿cierto madre?
- D-chan es una bendición que dios nos mando -respondió la mayor de las dos, en ese momento el chico volvió su hermosa mirada como amatistas a ellas y sonrió inocente a las miradas de deseo que muchas y muchos posaban en el.
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-¿Quatre a que hora se supone que llegaría la comida?-pregunto el oriental.
- se supone que ya debería haber llegado - ese momento sonó su celular, mostrando la entrada de un mensaje, rápidamente lo reviso - malas noticias al parecer no podrá venir a dejarnos los víveres, tendremos que pedir algo al pueblo-.
-mientras traigan comida lo que sea - menciono un ansioso Wufei sobando su estomago sobre la ropa
- ya empiezas con los antojos eh- aclaro el árabe sonriente a su pelinegro amigo.
- si bueno al 1er mes es normal-respondió el otro sonrojado aun con su mano sobre su vientre - pero en fin, a que esperan para pedir el almuerzo, mira que quiero también un pie de manzana - dijo amenazante los otros tres solo sudaron la gota gorda.
Desde que su amigo wufei resultara en estado, habia cambiado tanto su carácter que habia veces en que preferían mantener su distancia con el, solo se compadecían del pobre de Zech que tenia que soportar a su noviecito todos los días desde que lo tenia encargando y vivían juntos.
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Media hora después en el restauran...
- D-chan recuerda entregar el ultimo pedido antes de cerrar, de una vez que te acompañe Su-chan, nosotras cerramos- le dijo Cecil a su hijo.
- esta bien Mama, nos vemos mas tarde en casa, ¡vamos Susi-chan!- de la cocina salio una hermosa joven de cabellera morena y traviesos ojos mieles terminando de colocarse una cola de caballo.
- ¡estoy lista D-chan, Cecil-san, Moe-san hasta mañana! -se despidió la chica agitando la mano al aire, caminando aun lado del castaño.
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Estaban llegando a los terrenos de una hermosa cabaña que mas parecía mansión, el lugar al cual debían llevar el pedido, estacionaron la motocicleta frente a sus puertas y mientras Susi llamaba en la entrada, D-chan sacaba el pedido del compartimiento para transportar las ordenes.
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En ese momento en el que estaba en la cocina tocaron la puerta, supuso que seria la comida que habían ordenado así que salio se acerco a abrirla, ya habiendo abierto se encontró frente a una bonita muchacha.
- buenas noches le traemos su pedido - hablo risueña la chica, detrás de ella parecía haber otra persona pero no le tomo importancia y solo espero a que le entregaran los paquetes.
- Su-chan aquí tienes el paquete-se escucho detrás de la joven, tubo un repentino estremecimiento al sentir esa vos tan conocida pero mucho mas suave que la ultima vez que la habia escuchado tubo el impulso se apartar ala morena de un empujón pero controlando su ansiedad solo se asomo por su costado.
Estaba seguro que habia dejado de respirar en cuanto lo vio, pero es que ver esa hermosa mirada después de tanto tiempo de alguien que supuestamente debía estar muerto, solo se quedo plantado ahí sin decir nada, solo viendo ala persona frente a el que le tendía un recipiente de lo creía era la comida mientras el otro chico lo miraba algo apenado por la forma tan directa que lo miraba.
- ´´debe ser una ilusión ´´-pensó- cuanto es - opto por preguntar, observo con curiosidad como quienes estaban delante de el se sonrojaban levemente.
- son... 20 dlls, - respondió la joven mientras observaba el extraño silencio de su amigo
- esperen- los dejos esperando en la puerta mientras el iba a por el dinero.
Mientras regresaba lo ojimiel miraba interesada a su amigo.
-¿D-chan algo te ocurre?,-le cuestiono la chica, el castaño la observo aun algo ruborizado.
- mm... no estoy bien- volteó de nuevo el rostro ala puerta, habia algo en aquel chico que le parecía tan atrayente, como si lo conociera de antes, pero en realidad no lo sabia por la perdida de memoria,( que supiera su nombre era gracias al trozo de placa que colgaba de su cuello en la cual lo único que se podía distinguir era la ´D´), ademas sus ojos eran tan profundos que lo hizo sonrojarse con solo ellos y su voz profunda y ronca - ahhh! -suspiro, es que era tan apuesto, era la primera vez que notaba ese tipo de cosas en alguien.
-seguro que estas bien?-pregunto de nuevo su compañera.
-si es solo que... me pareció tan conocido- le explico.
- enserio, alomejor lo conociste antes de tu accidente en el que perdiste la memoria antes de llegar al... - en ese momento se interrumpió pues el ojos cobalto se acerco a ellos tendiéndoles el dinero.
Le entrego el dinero al chico y tomo la caja que le tendía.
- gracias- dijo el moreno observando fijamente a los ojos del pelilargo un tanto turbado, por algo desconocido para los jóvenes.
- emm... si de nada, buenas tardes, adiós- respondió la chica- vamos D-chan-llamo de camino ala motocicleta.
-¿que?, a si vamos-dijo-adiós.
Se despidió de el y corrió junto a su amiga.
Vio alejarse la moto y desaparecerse por el camino, cerro lentamente la puerta con la mirada agachada, se recargo de espaldas a ella y se fue resbalando por su superficie hasta quedar sentado en el suelo, así fue como lo encontraron los demás que entraban en la habitación.
-¿Heero, ocurre algo?-se acerco preocupado Quatre