Era un precioso día de primavera y en una linda casita en el Londres mágico dos hombre tenían una entretenida discusión que desencadeno en la lágrimas del rubio y el malestar del moreno, quien diría que el inteligente moreno y un sensual rubio eran los que discutían y mucho menos QUE era lo que discutían.
-No te lo voy a perdonar nunca, oíste serpiente ¡nunca!-Grito un moreno mientras corría al baño.
-Cariño te juro por las bragas de Merlín que lo hice sin querer-decía el rubio apoyado en la puerta.
-¡No te creo!-grito el moreno-¡vete de mi casa!
-Esta bien iré a recoger mis cosas-dijo el Slytherin con su gran orgullo Malfoy.
El rubio se dirigió a la habitación –dejando a su pareja en el baño-y comenzó a sacar su ropa, con un gran suspiro se dirigió a la cama con pasos lentos y acariciando su pancita de seis meses se acostó.
De repente sintió que su querido moreno lo abrazaba y le daba besos mientras acariciaba a su bebe.
-Perdóname amor yo te amo tanto ¡no podría vivir sin ti!-dijo el moreno con gran amor y ternura hacia ese rubio odioso.
-Yo lo se amor, pero yo no tengo la culpa de lo que paso.
-Los dos tuvimos la culpa por no cuidarnos.
-Sí, lo que me anima es que los tuyos son morochos-reía el rubio.
-Después de que tengas a nuestra hija… ¡Te voy a lanzar un Avada Kedabra!
Los dos sensuales hombres reían en la cama, pronto su familia seria agrandada de sopetón pero a pesar de todo ellos eran felices, muy felices.
Lucius Malfoy y Severus Snape eran entes solitarios que pronto tendrían a sus bellos hijos para acompañarlos.
Repeticion del fic por falta de palabras.
Era un precioso día de primavera y en una linda casita en el Londres mágico dos hombre tenían una entretenida discusión que desencadeno en la lágrimas del rubio y el malestar del moreno, quien diría que el inteligente moreno y un sensual rubio eran los que discutían y mucho menos QUE era lo que discutían.
-No te lo voy a perdonar nunca, oíste serpiente ¡nunca!-Grito un moreno mientras corría al baño.
-Cariño te juro por las bragas de Merlín que lo hice sin querer-decía el rubio apoyado en la puerta.
-¡No te creo!-grito el moreno-¡vete de mi casa!
-Esta bien iré a recoger mis cosas-dijo el Slytherin con su gran orgullo Malfoy.
El rubio se dirigió a la habitación –dejando a su pareja en el baño-y comenzó a sacar su ropa, con un gran suspiro se dirigió a la cama con pasos lentos y acariciando su pancita de seis meses se acostó.
De repente sintió que su querido moreno lo abrazaba y le daba besos mientras acariciaba a su bebe.
-Perdóname amor yo te amo tanto ¡no podría vivir sin ti!-dijo el moreno con gran amor y ternura hacia ese rubio odioso.
-Yo lo se amor, pero yo no tengo la culpa de lo que paso.
-Los dos tuvimos la culpa por no cuidarnos.
-Sí, lo que me anima es que los tuyos son morochos-reía el rubio.
-Después de que tengas a nuestra hija… ¡Te voy a lanzar un Avada Kedabra!
Los dos sensuales hombres reían en la cama, pronto su familia seria agrandada de sopetón pero a pesar de todo ellos eran felices, muy felices.
Lucius Malfoy y Severus Snape eran entes solitarios que pronto tendrían a sus bellos hijos para acompañarlos.