Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Antídoto por bourocks

[Reviews - 9]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Mi regalo anual de San Valentín.

Sean felices. 

Notas del capitulo: Muchas gracias por leer, espero este año vuelen de amor~

Han pasado tres minutos exactos desde que la última palabra fue dicha y aun estás en la misma posición viéndome con una lastimera expresión. La fría brisa proveniente de la ventana abierta choca contra mi nariz y la urgencia de retirarme del lugar me hace desesperar.

 

 

-¿Lo ves?, no tienes idea, esto no vale la pena.- te mofaste con una sonrisa, la situación rayaba en el patetismo.

 

 

-Akira, yo…

 

 

-No digas nada, al fin y al cabo no puedes responder, no lo intentes.- Mi trasero estaba adolorido y tu paciencia había llegado al límite.

 

 

Desde que esa descabellada relación había comenzado, ambos entendimos que no tenía sentido alguno y aun así continuamos, como drogados en un éxtasis de alucinógenos que les hacen querer entregar a sus abuelas enfermas como pago para conseguir tres gramos más de aquella sustancia que les ha hecho felices.

Los abrazos eran adictivos, los besos se hicieron necesarios, tu olor me hacía falta a penas y cuando nos acabábamos de despedir en una parada de autobús.

 

Se nos había salido de las manos, de eso no había duda.

 

Las cosas iban mal desde hace tiempo, perdíamos tanto tiempo besándonos con los ojos cerrados que nunca notamos que ese brillo estúpidamente romántico se había ido cómo el sol de verano en Diciembre. No lo aceptábamos, como una crisis de esquizofrenia, las cosas iban bien y punto, ese era nuestro pensamiento aunque el mundo estuviese siendo invadido por extraterrestres con penes de treinta metros en época de reproducción.

Debíamos aceptarlo, dábamos vueltas en círculos y no llegaríamos a ningún lado, éramos dos personas ajenas en sueños ahogados en un mar de mierda que se aproximaban a un torbellino gigante de olvido.

 

La esperanza no servía, porque sabíamos que era en vano.

 

El día en que dejé de verte, no pude conciliar el sueño, ya que el despertar significaba un infinito dolor, porque un día nuevo sabiendo que lo que yo consideraba la felicidad estaría ausente, no era vida.

 

 

-¡Taka! No te marches, te arrepentirás después…

 

 

Esas fueron tus últimas palabras, las gritaste esperando que me volteara a verte, no lo hice, me sentía humillado.

 

Y se repiten una y otra vez en mi cabeza aún cuando mucho tiempo ha pasado ya de eso, ¡Déjame, estoy cansado! ¿Acaso eres Nostradamus? Acertaste maldito engendro, aquí estoy arrepintiéndome como imbécil sobre la cerámica del baño.

Ni siquiera sabía el por qué de mi arrepentimiento tan horripilante, nuestra relación no era un cuento de hadas, de hecho, había comenzado simplemente como una entretención, un simple pasatiempo para ti, una forma para dejar de pensar en personas que nunca tendría para mí. Ambos habíamos lanzado nuestros sentimientos y raciocinio al barro, no, mejor aún, los habíamos lanzado en una pequeña burbuja hasta un agujero negro creado por una fisura en el tiempo.

 

Nos encontramos antes de que las burbujas hicieran el despegue, y lo retrasamos de una manera exagerada.

 

¿Tú me querías verdad?

 

Sí, al igual que yo a ti.

 

Habías sido el antídoto ante el inmenso y grotesco veneno que fue inyectado en mí luego de algo que nunca pudo ser, de un amor que yo perseguía con los ojos vendados y que por consecuencia, había perdido.  ¿Qué debo esperar entonces? ¿Pretender encontrar otra persona y utilizarla como un nuevo y mejorado antídoto? ¿Llevar a la realidad aquel dicho de “Un clavo saca otro clavo”?

 

Nada me deja satisfecho, vivo de recuerdos y preguntas; hay días en que preferiría dormir hasta que mis parpados se sequen por las lagañas y así nunca más verme al espejo y repetirme cuan perdedor era por haberte dejado ir, a pesar de que teníamos un maldito amor correspondido. ¿¡Qué nos pasó Akira!?... Ah, ya lo recuerdo, habíamos olvidado cómo hablar, gritar era muchísimo más fácil ¿verdad? Verte cada mañana me producía un amargo sabor en la boca, que bajaba por mis entrañas y me hacía no querer verte jamás.

 

¿Sabes? No puedo recordar el verdadero motivo por el cual estaba molesto aquel día, recuerdo que no te dejé hablar, ¿Qué fue Akira? ¿Olvidaste mi cumpleaños?, ¿No me llamaste cuando estuve enfermo? ¿Estuviste con otras personas? Dime Akira, ¿Por qué te odio y aún así te extraño tanto?

 

 

 

Si lo pienso bien, la verdad es que nunca dijiste esa frase, yo solo cerré la puerta y tú te quedaste adentro del apartamento, dando por terminado el capítulo, matando toda fe en cualquier emoción.

 

 

 

 

Me recosté y dormí por horas, a pesar de mi hábito de no hacerlo. Supongo que mi cuerpo estaba cansado, mi cerebro exhausto. Salí del apartamento solo tres días después, Shima me preguntó por ti, no supe que decirle, unos días luego asumimos que estabas de vacaciones.

 A pesar de todo, de que te siga queriendo y de que tus palabras se hayan cumplido, yo estoy muy feliz de que no estés aquí para verme en este estado, aquí, en el lugar más bajo que existe porque ya dejé de tropezar, simplemente, nunca más me levanté. Caí muy bajo, bebí más de la cuenta, inyecté sustancias que me hacían feliz en mis venas, me acosté con muchas personas… En realidad eso nunca sucedió, solo perdí medio año completo esperándote, dejé pasar el tiempo pacientemente con el simple sueño de que alguna vez me respondieras esa llamada que nunca me digné a hacer.

 

Cuando el invierno llegó, yo ya no soportaba más, estaba realmente ahogado en mi propia angustia. Nadie me soportaba, yo solo pasaba mis días con la cabeza gacha, intentando recordar que demonios había sucedido. Pensé que solo me cabía hundir todas aquellas preguntas en rencores, deseaba aborrecerte, deseaba olvidarte, por supuesto, no lo logré. Me dejé arrastrar por ese nevado invierno hasta una increíble pena, me dolía Akira, me dolía mucho y era aún más doloroso el saber que no estarías para abrazarme y decir que yo era un llorón.

Shima me consoló una vez, diciendo que no había amor que el viento no se llevara, pero se equivocó, el amor por ti parecía tatuado en mí, algo permanente, que siempre estaría allí.

 

Mi cumpleaños llegó un día frío, yo no me congelé como solía hacerlo, tú estabas aquí para abrazarme y cubrirme del hielo en el aire.

 

No recuerdo cómo fue que regresamos a hablar, como decidimos encontrarnos frente a frente otra vez, como acabamos abrazados a punto de volver a tocar nuestros labios una vez más, pero eso fue sin duda lo mejor que me pudo haber pasado.

 

Medio año había sido demasiado, pero el calor que me brindaste casi cómo regalo había sido el bálsamo que me faltaba para sacudir la mierda que había sobre mi.

 

Dame la mano Akira, si tu me dejas apoyar podré dar el impulso que me falta para salir de aquí. Dame una dosis de tu antídoto nuevamente.

Notas finales:

Está dedicado a mi antídoto personal ♥ [Ridículamente romántico]
 

 

Muchas gracias por leer.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).