Destruidos cristales
Aún no podía articular movimiento ni palabra alguna…
Lo estaba viendo, sin embargo, no quería creerlo…
Era imposible imaginarme que aquella persona, por la que tanto luché, por la que tan mal pasé muchas etapas de mi vida; aquella persona que me hizo tanto reír, como llorar; que hizo me enamorara por primera vez y pretendiera que un romance como el nuestro tenía futuro…
Estaba engañándome…
Por alguna razón mi cuerpo empezó a temblar… Y en mis ojos ya no podía ver nada, pues estaban muy empañados…
Una lágrima de dolor corrió en mi mejilla…
Yo lo presentía, suponía que sucedería… Sin embargo, no quería siquiera especularlo… Después de todo… ¿Cuantas veces él le había rogado siquiera por una mirada? Un abrazo… Un gesto sincero… ansiaba una oportunidad para poder tenerlo a su lado…
Y parece que… se la estaba dando…
Si, yo podía ser muy despistado, me perdía de muchos temas, era muy torpe y dejaba pasar muchas cosas que no me agradaban…
Esa era una de ellas...
Pero se llevaban como “Amigos” se suponía que Gaara no debía verlo como más que eso… Pero hasta yo comprendía que era difícil… Después de todo ¡Naruto era divino! Uno de los chicos más agraciados de los alrededores… Sus cabellos rubios y ojos azules lo dotaban de perfección que, nunca yo le superaría…
Pensé, tontamente, que no le importaba eso…
Pensé que Gaara estaba conmigo, porque de alguna manera lo había enamorado, y ¡considerar eso me hacía feliz!...
…
“Quizás sea sólo un error” Pensé… Pero sería demasiado bueno para ser cierto… En este momento ser optimista no ayudaría en nada… Estaba frente a mí y no era una visión nada más.
El Uzumaki fue mi amigo… Tan considerado, que nunca, en mi ingenuidad, lo creí capaz… Me sentí contento porque estaba quedando con alguien… O eso era lo que creía… Un apuesto y alto chico de ojos y cabellos tan negros como los míos… Si, Sasuke tenía un carácter pésimo, pero Naruto lo podía controlar, hacían una pareja hermosa. ¿Qué había pasado para que se separaran? Me hubiera gustado ayudarlo si nada de esto hubiera ocurrido…
Mis rodillas amenazaron caer…
Era masoquismo seguirlos observando, ver como ambos estaban tan juntos, uniendo una y otra vez sus labios… Parece que Gaara intentaba abrazarlo…
Me encontraba un poco lejos, pero no me hacía falta una buena vista para notar que hacían lo que estaba ocurriendo…
Finalmente salí corriendo de ahí, tapando mi boca, de la que amenazaban salir alborotadores gritos de dolor… Me derrumbé en el primer árbol fuerte que vi…
Respiré rápidamente…
No lograba entender entonces porque hace tan solo un instante me tenía abrazado y diciendo palabras dulces, se suponía que no me quería… ¿Por qué hacía eso?...
No paró siquiera cuando Naruto –llegando de la nada- le había gritado; nos extrañamos por su presencia, y levemente nos molestamos… No queríamos apartarnos…
Gaara volteó a verme con sus hermosos ojos aguamarina, asentí sonriente empujándolo un poco en dirección a nuestro rubio inoportuno, pese a todo ¡era descortesía y egoísmo que no le hiciera caso sólo por mi culpa!
Tras unos segundos entendió mi gesto, y me dejó recargado en el árbol, no sin antes posar sus tiernos labios sobre mí, en un pacífico y suave beso que me dejó extremadamente ruborizado…
Naruto lo tomó de la mano, y después de haberlo jalado tras unos árboles, yo no podía ver nada; no me preocupé, creí que conversarían chismes de compañeros o algo para el estilo, y aunque sonara un poco presuntuoso, sabía que pensaba en mí; todo el trayecto miraba hacia atrás, yo sólo reía, y me despedía de ambos con la mano… Regresarían…
Tras lamentarme un poco, comencé a pensar en él, en mi querido Gaara… En la comida que le haría, en el quehacer que llegando a casa llevaría a cabo, ¡tantos deberes!, sin embargo, cuando usamos ese árbol para descansar, se había convertido instantáneamente en un momento mágico... Del cual creí, no queríamos irnos…
Salí de mis cursis ilusiones cuando escuché la caída de algo, justo en la dirección donde, se supone, estaban. Asustado me deslicé entre los árboles, ¡Que tal si les había ocurrido algo malo! Me detuve secamente… Y sin querer, vi ésa triste realidad que ahora mataba mi corazón…
¿Por qué, de la nada, arrancaba mis esperanzas e ilusiones con una imagen que valía más que mil palabras?
Huí, intentando no hacer ruido…
Y ahora… Estaba aquí… Como un niño, llorando desconsolado, abrazándome a mi mismo por el temor de no tenerlo nunca más… ¿Que podía hacer?...
¿Ya lo había perdido completamente?
Mi único deseo era desaparecer de éste lugar, ¡ó regresar el tiempo y pretender que nada había pasado!
Sin embargo, ninguna de estas cosas, discerniría el profundo dolor que siento…
-Lee…- escuché que susurraba una gruesa voz que yo conocía a la perfección; recargó su larga mano en mi hombro; alcé la vista sin apartar su palma… lo vi, vi a Gaara, agitado, con un rostro horrible de preocupación, estuve a punto de lanzarme a abrazarlo… Quizás todo había sido un horrible sueño…
Pero me desalenté al ver sus labios hinchados, rojos, mojados… Incluso su camisa estaba mal acomodada…
¿Qué hacer ante éstas pruebas irrefutables?
-¡Aléjate!- Espeté mientras mis brazos lo intentaban tirar lejos; pero era imposible, en ésta condición no tenía ninguna clase de fuerza, todas se habían ido junto con la felicidad… En mi llanto.
Seguía queriendo abrazarme, y yo me resistía más y más…
¡No pretendía tenerlo cerca!
¡No podía ser que lo perdonara tan fácil!
Acercó sus labios a los míos… Y ese fue el detonante de mis sentimientos…
¿Porque era tan cínico?
-¡No!- grité desesperado, notando que sin querer había rasguñado su mejilla… Abrió sus ojos resignado y molesto… Yo no podía dejar de sollozar, pero ahora era menos difícil, ya teníamos distancia…
-Hay una explicación para eso que ocurrió…- susurró apenas en un respiro
¿Realmente creía que con sólo una explicación arreglaría todo? ¿Acaso creía que era tan tonto para creerme sus mal elaboradas excusas?
Algo me decía que jamás lo podría perdonar…
-No la hay…- respondí rápidamente… -Tu… ¡No puedo creer que me hayas echo esto!-
-¡Tienes que entender que no es lo que parece!- Era la primera vez que escuchaba su tono tan agitado… Pero no me conmovería…
Esbocé una sonrisa melancólica…
-Creo… Que debemos alejarnos por un tiempo…-
Sentí que algo se destrozaba dentro de mi ¿Qué era?...
No tenía idea…
Pero parecían millones de cristales destruyéndose tarda y sinuosamente…
Sí… tal vez eran mis sueños que se quebraban como el vidrio de un cristal…
Me paré del impávido pasto…
Caminé de espaldas a mi hogar, sobando mis brazos y tallando mis ojos; no voltee atrás en ningún momento, pero si alcancé a observar cómo apretaba su cabeza, desesperado… Tal vez ¿consternado?...
Lo amaba más que a nada en el mundo…
Pero eso no le daba derecho a dañarme de esa manera…
Naruto… Bueno… No le reclamaré, millones de amigos me han defraudado… uno más que hiere mis sentimientos…
¿Más lágrimas?... No paran de brotar, brillan como un diamante oscuro, que duele al observar…
Ojala un día volvamos, sin él… no creo continuar…
FIN