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Una Hora por el Planeta por chibiichigo

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Notas del fanfic:

Disclaimer: Naruto es propiedad intelectial deMasashi Kishimoto, y yo sólo los uso sin fines de lucro para el entretenimiento.

 

 

Notas del capitulo:

A todos los que me leen: de verdad lo lamento. No daré explicacionespor este medio acerca de lo que me orilló a escribir esta historia que dista de lo que hago generalmente pero, sé que es por una buena causa y por tanto me siento bien.

 

A todos: primero que nada, gracias por abrir esto, espero cumplir con sus espectativas. Este fic está diseñado para que conozcan más acerca de la campaña "Una Hora por el Planeta" y que, si les parece lo suficientemente importante (evidentemente, a mí me parece lo suficientemente relevante como para escribir un SASUNARU de ello) e invitarlos a unirse. 

Les dejo el link a un video para que se impregnen más de esta camáña

 http://www.youtube.com/watch?v=QTsohxsVsKs&eurl=http://www.wwfca.org/

Iba caminando descuidadamente por la acera mientras pensaba en lo que le había dicho Shikamaru momentos antes. No parecía tener sentido ni mucho menos ser más que una broma de mal gusto o un sordo intento de los ambientalistas por resaltar en una sociedad que no daba cabida a ellos. Finalmente, la supuesta noticia no había aparecido en los diarios ni en los, cada vez más habituales, noticieros nocturnos, ni en propagandas que ofrecían algunos jóvenes en la calle a los transeúntes.  Le parecía más una de esas bromas estúpidas que solía gastar el castaño para hacerlo quedar como un bobo; sin embargo la mera posibilidad de que lo dicho por el castaño fuera cierto le hacía mella y causaba en él un poco de la curiosidad típica en él. Después de todo, ¿cada cuándo pensaba acerca de su planeta?

Comenzó a  reflexionar acerca de la importancia que nunca le daba a ese enorme mundo que habitaba creyendo que siempre estaría ahí; intacto e imperecedero. Se dio cuenta de que, tristemente, las cosas no necesariamente serían así a menos de que alguien, de una forma u otra tomara cartas en el asunto. Se sintió mal tan solo de saberse una persona… alguien que no podría hacer la diferencia. Cerró los puños y apresuró el paso mirando fijamente sus pies, mientras volvía a darle la vuelta al asunto. Se había vuelto inevitable pensar en ello.

Caminó un par de calles más hasta encontrarse con el edificio en que vivía. Subió mientras recordaba lo que le había dicho su pareja, Sasuke Uchiha, esa mañana. Una sonrisilla boba, digna de aquel que está perdidamente enamorado, adornó sus tiernos labios mientras comenzaba a dar zancadas para llegar a casa lo antes posible. El acogedor recuerdo lo acompañó hasta el momento de colocar las llaves en el picaporte. Suspiró y decidió darse unos momentos; lo primordial era que el mezquino, rastrero y soberbio ser que amaba no se diera cuenta de lo ansioso que se sentía.

El recuerdo entonces, dio de lleno contra su mente.

--

El sol le picaba un poco en los ojos, y él se esforzaba por no abrirlos; buscando infructuosamente sus preciados cinco minutos más dentro de la cama. Se giró para quedar mirando al otro lado de la alcoba y poder conciliar el sueño de nuevo, incluso sabiendo que no lo conseguiría. Su compañero de sábanas casi nunca lo dejaba dormir más de lo estrictamente necesario.

Recordó con una sonrisa infantil y nostálgica la noche que habían pasado; hastiándose de pasión hasta caer rendidos y dormir profundamente. Todavía se sentía impregnado del aroma tan característica del Uchiha, semejante a las avellanas, mientras que intentaba encontrar a tientas su cuerpo.

No tardó mucho en dar con él; generando que diera un gruñido cansado y lo envolviera de nueva cuenta contra su pecho. Nunca se sentía tan seguro como cuando estaba entre los brazos de ese chico de actitud más bien parca; aunque, claro está, no se lo diría. Se acurrucó de nuevo en él y se quedó sumergido en el calor del pálido y esbelto cuerpo del mayor. Era de esos momentos que preferiría no acabasen nunca.

Se quedaron así unos momentos; diciéndose en silencio que se adoraban mientras sus respiraciones se acompasaban, como pocas veces ocurría. 

-¿Qué ocurre?- preguntó molesto el rubio mientras sentía el cuerpo de su amante levantarse del colchón.

-Ya es tarde- contestó parco el otro-.

Típico en Sasuke; tan poco acostumbrado como estaba a las muestras de afecto, prefería desasirse de cualquier contacto físico. Naruto hinchó sus mofletes, muestra del descontento por la actitud tan parca del Uchiha mientras se sentaba en la cama y le dedicaba una mirada que exigía atención. 

-Te lo compensaré después- prometió el moreno mientras se encaminaba a paso de plomo hacia el cuarto de baño -, sabes que la entrevista a la que debo ir es importante. De otra forma no podría cuidar de ti… y con lo torpe que eres, tú no encontrarás empleo por nada del mundo.

-Pero- intentó defender su posición el de ojos azules, como siempre a gritos. Casi podía ver la mueca de burla en la cara del azabache, y eso que estaba de espaldas-…cabronazo- murmuró.

-Ya, ya- escuchó la voz desde el otro lado de la puerta cerrada-… no te pongas así. Bobo…

-Cabrón- se levantó de la cama, revolviendo las sábanas más de lo necesario y buscando con los pies sus pantuflas. Ese…. ¡Ése! Siempre lograba que se molestara por las mañanas. No le sorprendería que algún día le diera una enfermedad por hacer corajes tan temprano. Entre murmuraciones y ofensas entre dientes se dirigió a la cocina. Necesitaba comer algo; su estómago se lo pedía casi a gritos.

-Debo recordar no acostarme sin cenar- dijo mientras abriendo el refrigerador, antes de exclamar- ¡Tampoco tener sexo sin haber comido nada!

-¿Qué boberías dices ahora?- preguntó el moreno desde la puerta de la habitación, cubierto únicamente por una toalla en la cintura. Naruto rodó los ojos.

-¿Qué? No me irás a decir que ya te bañaste…

El moreno sólo soltó una risita y se acercó a él por la espalda; en una faceta demasiado insinuadora. El rubio lo esquivó, mientras sostenía una botella de leche y una caja de cereal. Estaba enfadado por los comentarios tan poco atinados que tenía el otro, sobretodo los referentes a su aparente incapacidad de sostener algo sin romperlo o sin armar un alboroto por más de quince minutos.

-¿Estás enfadado?- bufó Sasuke, mientras se llevaba las manos a la cintura y lo miraba con cara de poco amigos. El chico ni siquiera se dio la vuelta para mirarlo; no se lo merecía.- Caray contigo Naruto, pareces una chica haciendo una rabieta.

Una cara de reproche y de odio sincero se dibujó en la cara del Uzumaki, quien solamente espetó mientras flagelaba con la mirada al emisor de esas palabras- ¡Pues peor tantito! ¿Cómo quieres que se me quite el enfado si lo único que haces es joder por las mañanas? El sexo te pone hostil, pedazo de cabrón de quinta.

Sintió que los brazos fuertes de su novio lo apresaban y no pudo disimular su sonrisa; que afortunadamente el Uchiha no vio por estar de espaldas. Incluso el de orbes color cielo estaba consciente que su relación era lo más semejante al “amor apache”, pero no le interesaba en lo más mínimo. Sólo se haría del rogar un poco más y perdonaría al inepto orador con quien vivía. El mayor comenzó a depositar suaves y castos besos, causando un estremecimiento en su cuerpo y que posteriormente relajara los músculos.

-Te dije que te compensaré cuando vuelva- susurró a su oído, con una voz aterciopelada y sensual.

 El menor sólo se dejó hacer y, cuando sintió que el otro se retiraba le dijo con una convicción bastante pobre:

-Sigo molesto…

Obviamente, ambos sabían que esa declaración era una mentira pero… ¿Qué más daba?

--

Suspirando de nuevo, abrió la puerta. Esperaba que hubiera llegado.

Se encontró con el apartamento a oscuras y evidentemente vacío. Dirigió la mirada hasta el lugar donde el Uchiha solía despojarse de la chaqueta o de cualquier otra prenda que considerara le estorbaba para dejarla en el suelo. Nada.

Rodó los ojos, sintiéndose casi un bobo por ansiar tanto el momento de “su recompensa”. Miró a ver el reloj en su pulsera y se percató de que no era todavía tiempo para que el Uchiha llegara todavía. Bufó hastiado.

Prendió las luces y se dirigió hasta lo que conocía como su santuario personal; la cocina. Abrió un pote de ramen instantáneo y puso a hervir el agua con que lo llenaría; así mataría un poco el tiempo y tendría es estómago suficientemente lleno como para dedicarse por completo a su soberbio y antipático novio. Sonrió un poco ante la imagen del Sasuke calmado y tranquilo que le hacía el amor; era impensable el cambio que sobrevenía el Uchiha cada vez que estaban a solas. 

Tan absorto estaba en sus pensamientos, que presionó el apagador de la pared y se quedó completamente a oscuras. En ese momento, rompiendo de lleno el hilo de sus pensamientos; las palabras de Shikamaru resonaron en su cabeza y, lo que hasta hacía pocas horas parecía imposible se volvía más tangible a su manera de ver las cosas.  

--

 

Iba saliendo de clases, sin mucha prisa pero sin deseos de estar en el campus de la universidad más tiempo del estrictamente necesario. Había tenido un día largo y agotador, sumido entre exámenes y deberes de profesores que creían que su materia era la única por la que tenía que preocuparse. Odiaba a esa clase de sujetos.

-Hola Naruto- saludó apático un chico de cabello castaño, recogido en una coleta-.

-¿Qué hay Shikamaru?- saludó el rubio con una sonrisa. Siempre le daba gusto poder charlar con ese hombre; aunque diera la impresión de no importarle nada ni nadie, en realidad era un activista consumado.

-Nada ¿Te enteraste de la campaña mundial “Una hora por el planeta”?- preguntó casual el Nara, como si fuera un evento del que todo mundo estuviese al tanto. Naruto negó con la cabeza, sabiendo que el chico frente a él no perdonaría esa falta de información.

-Qué problemático eres…

-¿Me vas a decir o no?- preguntó ya impaciente el rubio.

-Sí. Se trata de una manifestación contra el calentamiento global- tan solo pronunció esas palabras, Naruto dejó de dar crédito a cualquier cosa que pudiera emitir ese idealista; sin embargo siguió sonriéndole amistosa y educadamente.

<< La Hora por el planeta es un proyecto que se inició el 28 de marzo de 2007 en Sídney, Australia. Unos activistas, en conjunto con la WWF*realizaron una campaña para apagar todas las luces de la ciudad durante una hora; de 8:30 a 9:30.

Fue tan grande el impacto que causó a nivel mundial, que en 2008 se unieron más de 35 países y 50 millones de personas a la causa; desde España, Estados Unidos, Canadá y varios países en América Latina hasta lugares en África, todos apagaron las luces de 8:30 a 9:30 según su huso horario. Ha sido de los movimientos más grandes a nivel mundial >>

-Se espera que este año más personas se unan- dijo con tranquilidad el activista- Tú te unirás, ¿verdad?

Había dicho que sí, con el único fin de quitarse de encima a su amigo; cuando Shikamaru se fanatizaba con algo, se volvía un necio y nadie podía detenerlo; pero no sabía si era algo que iba en serio o no.

Ahí había comenzado su cuestionamiento acerca del mundo, que lo había acompañado toda la tarde.

--

Posó sus dedos de nuevo en el apagador y, pensándolo dos veces se detuvo. Unos momentos en la penumbra no le harían mal.  Comenzó a comer su sopa, absorto en sus pensamientos sobre la dichosa campaña mundial, cuando escuchó el débil chirrido de las bisagras de la puerta. Se detuvo en seco, esperando atisbar la expresión de su pareja al entrar.

-¿Qué demo…? – preguntó el Uchiha mientras buscaba a tientas el dispositivo y dedicaba a su pareja una mirada desconcertada y confundida.  

-Ya llegaste...- sonrió ante la imagen que tenía su novio; él comiendo un tazón de sopa instantánea a la mitad de la estancia, en completa oscuridad. Seguramente algo demasiado curioso de ver.

-Sí- contestó parco el Uchiha, apenas recomponiéndose de la escena-. ¿Por qué están las luces apagadas?- enarcó una ceja, su elegante gesto para demostrar su superioridad ante los demás.

-Porque… Pensé que sería divertido- mintió el rubio con una sonrisa; se preguntó qué diría Sasuke acerca de lo que le había explicado Shikamaru –el vago abraza árboles, según él- ; seguramente estallaría en una carcajada grosera y le restregaría en la cara su inocencia.

-Sin duda, eres demasiado bobo- contestó el Uchiha, más para sí mismo que para el rubio. Dejó un paquete sobre la mesa, antes de acercarse a besarlo. Naruto volvió a inflar las mejillas. Odiaba que Sasuke le dijera “bobo”, aunque en honor a la verdad su comentario anterior había sido muy poco hábil.

-No soy bobo- se quejó mientras se adelantaba un poco para rozar los labios de su novio y alcanzaba el paquete que éste había depositado en la mesa.

-¡Qué…! Dámelo- exigió el azabache tan pronto se dio cuenta de lo que había hecho. Naruto movió con agilidad sus brazos e impidió que el otro recuperara lo que fuera que tuviese sostenido. Lo abrió, sin que su novio pudiera hacer nada al respecto y…

-¿Velas?- preguntó desencajado, al tiempo que era tomado por el Uchiha y le eran arrebatados esos pequeños cilindros de cera. ¿Por qué Sasuke querría ocultarle algo tan inofensivo como unas velas? A menos que…

- Querías hacerme una cena romántica, ¿me equivoco?- dijo en tono socarrón.  Era poco típico, por no decir la antítesis del más alto, tener esas muestras de afecto. Era cómico siquiera pensar que el adusto y sobrio Uchiha pudiera hacer eso.

-Te equivocas, como siempre- contestó molesto, mientras le dirigía una mirada fría y se guardaba sus comentarios.  Naruto seguía sonriendo con sorna ante la mera idea de que eso pudiera pasar.

-¿Entonces para qué son?- le instó a contestar con un tono de reto.

-No te importa- contestó con una indiferencia demasiado forzada, lo que el rubio pudo identificar como una demostración de vergüenza- Eres bobo y no lo comprenderías.

-¡No me llames bobo!- gritó.

-Entonces no te metas en mis asuntos- contestó el moreno parco-.

-¿Qué asuntos puedes tener con unas velas?- preguntó cabreado. No entendía cuál era el gran misterio que podía tener alguien con un estúpido pedazo de parafina.

-Eso a ti no te interesa. Además de bobo; metiche.

-Eres un…¡un cabronazo! Dime de una maldita vez qué es lo que te traes con esas cosas.

- Las necesito para el sábado por la noche- contestó el  chico, aparentemente considerando que no valía la pena incordiar al voluble y enfurecido rubio- ¿Feliz?

Naruto se cruzó de brazos, como si esperara una respuesta más completa; cosa que, claro está, no obtendría del menor del clan Uchiha.  De pronto, las piezas cayeron en un extraño orden mental y se atrevió a formular una pregunta que incluso se le antojaba estúpida.

-¿Sabes qué es “una hora por el planeta”?

-Claro que lo sé- contestó el de piel pálida recuperando su pose soberbia- No pensé que conocieras el movimiento…

-No lo hacía; me contó hoy Shikamaru- contestó un poco apenado el rubio ¿Cómo era que Sasuke conocía e incluso se interesaba por ese movimiento? Incluso se había planteado la posibilidad de rogarle para que aceptara ser parte de la manifestación… Lo último que esperó era que fuera él quien tuviera la iniciativa de hacerlo.

-Vaya, eso es bueno. Me ahorró mucho trabajo- contestó mientras se aflojaba el nudo de la corbata- . La idea es que el sábado tengamos las luces apagadas a las 8:30. Es la primera vez que se toma una acción real contra el calentamiento global a mi parecer; los otros sólo dicen que necesitan salvar el mundo pero nunca hacen nada- hablaba con un poco de hartazgo-.

-No me imaginaba que tú fueses partidario- Naruto estaba desencajado- ¿De verdad crees que se haga una diferencia?

-Por supuesto; si hasta hace unos años no se hacía nada al respecto de un problema tan grande era porque las personas se sentían demasiado pequeñas como para lograrlo- la seguridad en las palabras del Uchiha se clavaba en su pecho.

-Pero- comenzó-…

-Naruto- le interrumpió su pareja, con una madurez y empatía que pocas veces había visto en él- Acuérdate que la playa está hecha de pequeños granos de arena.

Se quedó callado unos segundos, analizando las palabras que había emitido el otro. Creía entenderlo finalmente…

Si muchas personas se unían y llevaban a cabo una pequeña colaboración; poco a poco se haría una gran diferencia. Ejemplo de ello era la campaña de “una hora por el planeta”.  Ahora sí estaba seguro de querer ayudar y poner ese “granito de arena” para el mundo en que había nacido, y a final de cuentas; el único que tenía.

 

 

*WWF: World Wildlife Fund

 

Notas finales:

 

 Muchas gracias por leer. Espero que haya sido de su agrado, o cumplido sus espectativas por lo menos. Les pido de nuevo que recapaciten acerca de la importancia de esta campaña, que si bien no es muy grande ha llegado a muchos países y... en lo personal a mi corazón. 

Lo único que amo más que al yaoi es a mi planeta, y si escribiendo historias puedo hacer que se interesen por la causa; estaré encantada  siempre. Les dejo el link aquí abajo también. Por favor, si les interesó o les pareció que vale la pena, corran la voz. 

http://www.youtube.com/watch?v=QTsohxsVsKs&eurl=http://www.wwfca.org/

 

Ya pasados a todo esto, me agradaría un review de su parte para evaluar que tan buena o mala fue la historia. 

Gracias

.C.


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