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Invítame a tu habitación por sue

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Notas del fanfic:

 

Esta historia es basada en hechos reales, decidí cambiar el nombre de mi dulce morena por obvias razones (no sabe que me gusta o que alguna vez me gustó) pasó cuando estaba en el liceo hace como tres años, lo escribí en un cuaderno o diario… pero hoy he decidido compartirlo con mis bellos lectores. 

 

Notas del capitulo:

 

Holassss!! n_n  hacía tiempo que no escribía para éste género, pero es que mi actitud a cambiado un poco y lo que relato siempre son recuerdos y sucesos que me marcaron en su tiempo… espero que sea de su agrado, a mi me hizo desprender unas cuantas lagrimillas al acordarme T-T   

 

 

 

 

Sueños perturbadores inundaban mi mente. Como cada noche habitaba inmersa en miles de imágenes sin sentidos, olvidadas al instante de salir de mi descanso por la llamada de mi madre para ir al liceo. El agotamiento continuaba en mí y perezosamente abría y cerraba mis ojos buscando encontrar la nitidez del mundo exterior. Estaba de vuelta, otro día debía comenzar.       

 

Observaba con los ojos entrecerrados la figura materna salir de la habitación, lentamente alcé mi cuerpo de la cama dejando caer las sabanas e ignorando las arrugas y giros de mi pijama. Recogí mis rizos castaños con una coleta y arreglé mi cama.      

 

El cuarto se veía oscuro, era natural siendo las cinco de la mañana, pero para que entrara un poco de la luz que había, abrí la ventana y recogí las cortinas, un poco de frío se coló por los vidrios dándome a entender que no debía olvidar mi suéter ese día.       

 

Fui al baño a asearme, el agua fría me hizo despertar al sentir congelar mi piel. Al salir llamé a mi hermana y comencé a vestirme con el molesto uniforme escolar, al menos ahora la camisa era beige y no sería llamada de nuevo “azulejo”, me coloqué mi abrigo luego de peinarme con mi típica cinta en la cabeza y el cabello recogido, estaba lista. Observé el reloj marcando las seis y media, me hermana se adelantó pues sabía que iría a buscarla.   

 

Llené la taza con café, aquel vicio que tengo desde niña, aún era temprano para ir a su casa, sabía que al llegar ella no estaría lista, pero el sonido de las agujas del reloj del comedor era tan ruidoso. En un parpadeo y con ayuda de la cafeína pasaron quince minutos más, me levanté de la silla y recogí mi taza vacía.   

 

Me despedí de mi madre y de mi perro de nombre “niño”, tomé mi mochila y salí de casa.    

 

La niebla inundaba las calles de la urbanización, era la única caminando en aquel lugar vacío. Al levantar la mirada me percaté de la salida del sol, el amigable astro emanaba hermosos colores en el cielo.   

 

Llegué al sitio cuya entrada estaba cubierta por lindas cayenas rojas, flores que me recordaban a mi antiguo hogar. Tomé una entre mis manos y aspiré su dulce aroma… me olvidé de mi alergia, razón por la cual no uso perfume y obviamente una piquita incesante invadió mi nariz.  Me acerqué a la puerta y miré las flores blancas cerca de la ventana. Suspiré profundo y pensé “Hora de trabajar”, siempre yo iba a buscarla.      

 

- ¡¡BUENAAAAASSSSSSSSSS!! – Grité con mi voz no escandalosa aunque estuviese en ese tono.     

 

- Ya voy – Susurraron desde la ventana a mi izquierda.     

 

Froté mis manos buscando un poco de calor, imploré que se apresuraran en abrir la puerta, ya que el frío era casi insoportable. Salió la cuñada.     

 

- Hola – Dijo al tiempo de darme un beso en la mejilla, se hizo a un lado – Pasa.   

 

- Con permiso.    

 

Pasé al interior de la casa y sentí la calidez de la misma.    

 

- Siéntate – Me indicó la muchacha a lo cual accedí.   

 

Miré a la cuñada entrar en la habitación que sabía era de Ami (N/Sue: nombre cambiado), escuché su voz y me impacienté, parecía el propio chico esperando a que su novia se terminara de arreglar. Jugaba con mis dedos al no encontrar en qué distraerme. Finalmente ella se dignó a salir a recibirme. Al alzar la cortina que simulaba la puerta de su cuarto se mostró su hermosa figura ante mí.     

 

- ¡Hola! ¿Cómo estas? ¡Chévere! – Me besó en la mejilla y aspiré el olor de su cabello.   Me sonrió, no recuerdo de que rayos me habló, no soy buena recordando conversaciones.    

 

El hermoso cabello liso de color negro le llegaba hasta las caderas, siempre los llevaba suelto y eso me fascinaba, lo agitaba y lo peinaba con sus dedos. Se sentó a mi lado y en ocasiones me tomaba del brazo, no sabía en aquella época a que se debía su modo de actuar y proceder, no comprendía lo que quería transmitirme.   

 

Se levantó de su asiento y alegremente continuó arreglándose, el reloj ya marcaba la hora de entrada y yo estaba sentada esperando a la morena de exquisita cintura.     

 

Finalmente salí del lugar, observé desde afuera como se despedía de su madre y de su cuñada, noté además como su bolso separaba sus pequeños pechos… ah, mis inicios antes de terminar siendo una pervertida incurable.    

 

Al sentir el frío de la mañana fue en busca de un suéter, estaba declarado, llegaríamos tarde otra vez y para colmo me había levantado a las cinco de la mañana para evitarlo, y es que no podía evitarlo, no hago las cosas apuradas y me gustaba ir en su búsqueda.     

 

Al pasar por el parque entre su casa y la parada de autobuses, comenzamos a charlar, su hermosa risa me ponía muy nerviosa y sus móviles cabellos bailaban con la brisa.    

 

Como siempre, al llegar estaba todo el mundo afuera, esperan do a que abrieran para dar inicio a la rutina de estudio, nos sentábamos juntas y yo me deleitaba con su compañía. Ya costumbre admiraba mis manos y la llegada de nuestro amigo y compañero de clases me salvaba de tanta presión, aquel muchacho para ella su medio hermano se notaba que yo le gustaba (N/Sue: en serio n_nUu no es que me lo ande inventando, soy muy perceptiva en estos asuntos XD), no sabía entonces acerca de mi atracción por las mujeres, pero lo que si sabía era que los hombres no me inculcaban nada.   

 

Sonó el timbre y nos dirigimos a nuestros respectivos salones. Ami entraba siempre a elegir nuestros asientos, me ubicaba a su lado, adelante o detrás suyo… como fuera tenía que estar cerca.      

 

A la hora de la salida nos íbamos juntas, la dejaba justo en la puerta de su casa y no emprendía la marcha hasta verla entrar en su querido hogar, luego iba a mi morada a desprenderme de tantas ideas y a relajarme un poco, pero era difícil con la actitud en esa época bipolar de mi madre. La sentía molesta y eso me perturbaba, recordé que tenía la casa de mi morena cerca y las constantes invitaciones que ofrecía sonriente ¡Decidido! Iría a visitarla.     

 

Ella no tenía celular, no se usaban tan exageradamente como ahora que hasta el perro tiene uno, no podía avisarle que llegaría pero que más daba, necesitaba buscar una excusa para largarme de allí a “estudiar”fue mi boleto hasta la vivienda vecina.    

 

Me alisté y calculé la hora que necesitaría para repararse del arduo día de análisis escolar. Fui al sirio en cuestión como a las cuatro de la tarde, vestida con una camisa sin mangas y libre de un sostén, no lo necesitaba pues no se notaba si lo llevaba o no. Al tocar, Ami se alegró de mi visita, ella vestía igual de cómodo y su cabello largo remataba la escena, simplemente no sé como no me di cuenta.    

 

Resumiendo lo que hicimos y porque no lo recuerdo mucho, jugamos ajedrez, a pesar de lo analítica que era no me favorecía el juego, nunca me llamó la atención aprender a jugar, pero ella lo hacía muy bien, su padre que era policía le inculcaba las más complicadas estrategias por lo que siempre mostraba un puchero al perder piezas, a lo que Ami sonreía bastante. Me legré cuando por fin su madre me libró de aquel juego desafiante de mi conocimiento ¡Yo sabía de física, de calcular el movimiento de los cuerpos, no el de unas piezas en un tablero! Pero entonces, la mayor me confesó que su hija me nombraba en todo momento ¡Maldita confesión que palpitó en mis recuerdos por años!              

 

- Es increíble como Ami habla siempre de ti – aquello me sorprendió de sobremanera – Dice Sue esto, Sue aquello… hay un chico en esta misma cuadra al que le gusta ella pero Ami no le para…. Para mí que está enamorada de ti.    

 

Sé muy bien que la mujer lo dijo a modo de broma, y es que esa señora tenía pinta de no estar en sus cabales, pero muy dentro de mí estaban muy presentes sus palabras y más el rostro enrojecido de mi morena, debido a mi timidez sólo era oyente y mantenía mis labios sellados. Para sacarme de aquel espectáculo de trapitos al sol, Ami me tomó de la mano y me llevó hasta la puerta de su cuarto, quería enseñarme sus cosas más preciadas. Levantó la cortina y mis ojos se toparon con un cuarto todo rosa lleno de calcomanías y dibujos en la pared, era muy lindo, demasiado infantil para mis gusto, pero lindo.     

 

- ¡Pasa! Que no te dé pena.    

 

Entré y admiré el lugar que compartía con su hermana, toda son riente me señaló sus dibujos favoritos, personajes conocidos pero que a mi no me gustaban, lo mío es la animación  japonesa y todo lo referente al tema, pero los bocetos de trajes confeccionados por su hermana me llamaron la atención, buenos dibujos que expresaban su adoración por la moda, el corte y la confección.   

 

Ami me dio un mini resumen de la vida de su adorada hermana mayor, hablaba tan lindo de ella que me sentí un poco celosa… ¿Para que mentirles? Estaba fúrica, celosa por los cuatro costados, su admiración por la susodicha era grande.     

 

Inconscientemente mis ojos cayeron en las camas, la suya era loa más grande y se lanzó sobre ella rebotando hermosamente el suave colchón. Mi corazón palpitó aún más fuerte, estaba en su cuarto y me llamaba a acostarme a su lado.    

 

- Ven, acuéstate- Me sonrió pícara.     

 

- Hay… que hacer el trabajo de castellano – Me senté al borde de la cama - ¿Cuándo lo vamos a hacer?    

 

- Um… no sé, pero hoy no.      

 

Buscó entre sus cosas y fue mostrándome sus pertenencias, aquello me brindó loa confianza suficiente como para terminar acostándome a su lado. La cabecera de su cama servía muchas veces de estante en el que depositaba figuras variadas. Mi mirada halló una de mis cartas que personalmente le había entregado días atrás, una que decía como sello “Mejores Amigas X Siempre”. Ella sonrió al tiempo que tomó la carta entre sus manos.     

 

- Está muy bonito lo que me escribiste. Te voy a escribir algo también.    

 

- … - No supe que responder por lo que sólo sonreí.      

 

Plasmé mis sentimientos en papel, sabía que no podría decírselo frente a frente. Mi morena sacó unas revistas de su hermana y comenzamos a criticar a los delgados y esqueléticos cuerpos pertenecientes a prestigiosas modelos, pronto nos hallamos riendo muy a gustas con nuestra compañía, ya no sentía nada de pena y su rostro tan cerca del mío sofocaba mis mejillas.   

 

En un instante de silencio mis manos se hallaron en su cabello, con los dedos rocé cada extensión hasta la punta suavemente, como si se tratase de largos metros de hilos negros, miré sus labios ¿Acaso sería capaz de besarla? ¿Era lo que ella quería? ¿Qué la besara?   

 

De repente su hermano mayor nos halló en el cuarto. No hacíamos nada pero el insinuó burlesco que si.   

 

- Oigan, cuidado con algo ahí – El muchacho se dirigió a mi – Mira que Ami es una regalada, el otro día casi la cacho con Angie (N/Sue: Angie es su hermana mayor ¬¬)      

 

La morena peleaba, riendo con su hermano al insinuar una posible presencia de incesto, yo por mi lado me moría de la vergüenza.    

 

- ¡Y que no, y que no! – El chico hablaba en tono divertido – Mira, te voy a contar algo… - Se acercó hasta donde yo estaba – El otro día escuché en el otro cuarto unos ruidos extraños…    

 

Ami reía y mandaba a callar a su hermano al imitar lo que supuestamente había oído, parecido a gemidos, parecido porque el chamo sinceramente era malo en eso. Unos golpes con almohadas fueron suficientes para alejarlo y terminar la tortura.     

 

- Si van a hacer algo… No hagan ruido que hay gente… aunque creo que esas uñas te van a estorbar un poco.     

 

Lo último que mencionó fue más que suficiente para buscar la forma de asesinarlo mentalmente, yo estaba de colores y como era tan ingenua no sabía muy bien a que se refería… ahora que lo pienso con detalle me hubiera encantado sentir la tibieza de su hermana en mis dedos en aquella ocasión.                    

 

Por fin el ser desapareció de la habitación y me dejó con una húmeda morena, giré la vista y la hallé como impaciente, era obvio que yo no sabía nada de lo que pasaba por su mente en aquel instante, la presión era demasiada para mí, no sabía que debía hacer y para colmo de males Ami mostraba todas las cualidades de la pareja que toma el papel pasivo, ella quería que tomara la iniciativa, y no tenía idea de que hacer, en ese momento de mi vida era capaz de sacra cualquier cálculo de química, explicar a la machimberra las leyes del Newton o cualquier cosa…. Pero estaba raspada, reprobada en la materia de amar… de querer… de demostrar afecto, era sin duda un cubo de hielo con patas. (N/Sue: ¡¡¡¡Ashhhh!!! Que oportunidad desperdiciada T-T)    

 

De repente me avisaron que mi madre me estaba buscando, toda furiosa reclamaba la hora que era., no muy tarde para una chica, pero si muy tarde para mí.   

 

Mi morena se levantó y me escoltó hasta la entrada en donde me esperaban insistentemente. Giré a ver a la morena y me despedí de ella con el beso en la mejilla, el aroma de su cabello me embriagó por un momento. Me alejé con mi madre con destino a nuestro hogar, no presté atención a sus comentarios, mis pensamientos estaban en torno a lo ocurrido, no me di cuenta aquella noche de lo que sentía ella por mí y lo que quería yo de sí, no lo comprendí porque no lo analicé y pagaría como consecuencia de mi mal pensar, perderla con otra chica más audaz en el arte de ligar…             

 

 

 

 

 

Fin del recuerdo…   

 

 

 

 

Notas finales:

 

 Quiero aclarar que en esa época yo creía que estudiar era mi único objetivo y me veía a mi misma como una sabionda n_nUu ya entenderán porque en varias ocasiones mencionaba eso de mi “conocimiento” XD gomen, estaba equivocada, ahora soy mucho más inteligente porque he aprendido de la vida, además que antes yo era… como una resentida social u algo así n_nUu… me da pena hasta admitirlo XD Bueno,  les agradezco el haberse tomado la molestia de acompañarme en éste, uno de mis recuerdos… espero poder recordarlo en el futuro de una forma alegre y sin lágrimas de por medio n_n ¡Cuídense mucho mis amores! Y si es de su agrado dejar un comentario se los agradeceré de todo corazón, besos y abrazos… Bye Bye    

 

 


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