Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Gajos de naranja por Megumi Chan

[Reviews - 11]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Capitulo II  

El día lunes llegó…finalmente. Tenía que estar a las seis en la cafetería, Lucy no parecía querer escuchar si podía ir o no. Parece una persona muy estricta, aunque eso solo la hace mas linda.

Me levanté muy temprano por la mañana, como siempre tenía que irme directo al la multi-tienda a mi trabajo como promotora hasta el mediodía. Luego de eso me quedaba tiempo para comer e ir a la tienda de discos para mi trabajo por la tarde, tuve que hablar ayer con el jefe para que redujera mi horario para así poder llegar a tiempo a las clases con Lucy.

Me apresuré a salir lo mas rápido posible, me había perdido pensando en como serian las clases que ya estaba con la hora justa.

 

*             *             *

 

Me desperté a las 9Am, asomándome por la ventana me encontré con el con el maravilloso día de lluvia que había, era una lluvia suave, por lo que no tendría problemas para irme a  la universidad.

Me duche y vestí lo mas rápido que pude, los días de lluvia se hace un tanto difícil tomar el autobús así que mejor irme rápido y luego compraría algo para el desayuno en la cafetería de la universidad.

Por suerte el primer autobús que paso y me serbia me paró y pude subir con mi zapatilla izquierda totalmente empapada por haber pisado una poza de agua. Malditas pozas de agua, si el pavimento estuviera bien hecho los pobres peatones como nosotros no tendrían por que ir serpenteando por la calle para evitarlas. Oh bueno, es demasiado temprano para dedicarme a maldecir el camino. Baje del autobús y abrí el paraguas corriendo rápido para poder llegar a salvo dentro de la universidad. En el trayecto mi otra zapatilla sufrió las consecuencias. Me  adentre por los pasillos y me compre un café al llegar a la cafetería dejándome caer sobre la silla más cercana. Estaba tan calentito que eso mantendría por lo menos el calor normal en mi cuerpo hasta que acabara la clase para poder comprarme otro, claro que mis pies no verían el calor hasta que volviera a casa.

La clase de ingles era aburridísima, odiaba tener que enfrentarme a esta clase, podía hablar el inglés fluidamente, pero el proseo para eximirme de ella era tanto papeleo que ni yo entiendo, que mejor dejarlo así, además de que no me vendrían mal las buenas calificaciones en este ramo.

El profesor hablaba mientras yo trataba de demostrar interés en la clase, ciertamente creo que hay algo que he olvidado, pero no ha de ser nada importante supongo, siempre anoto todo lo que tengo que hacer por mi torpe memoria.

Luego que la clase acabara prácticamente volé a la cafetería  a comprarme otro café, el frio y la humedad en mis pies me estaba calando los huesos, si esto seguía seguro que acabo enferma. Después de la clase de inglés solo tenia taller de actuación, y si tenia suerte podría deshacerme de mis zapatillas durante la clase.

Y  gracias a dios fue así, a la profesora le gusta hacernos las clases dinámicas y sin zapatos, las deje lo mas cerca de la ventana para que se secaran. Luego de que la clase acabara ahora si que volé a la parada del autobús, lo que menos quiero es pescar un resfria-…ay no acabo de estornudar, eso solo puede presagiar una cosa…acabo de pescar un resfriado.

Llegue a mi casa, me cambié de ropa, almorcé unos fideos instantáneos, y me fui directo a mi cama. El frio me calaba los huesos y comenzaba a sentir como mi garganta se iba infectando y me dolía cada vez más. Esto es terrible, odio en lo mas profundo resfriarme es una molestia y una real perdida de tiempo. Y faltar a las clases no es algo que me agrade.

Creo haber dormido bastante, precisamente al mirar el reloj eran las seis treinta PM…mmm ¿hay algo que yo debía hacer no?

¡Oh maldita sea! ¡Se me olvidó por completo las clases con Rin!

Me levanté de un salto y me vestí lo más rápido que pude, agarre mi morral que había dejado listo con algunos libros el viernes y baje rápidamente. Tuve que sacar mi bicicleta, llovía como nunca pero llegaría más rápido.

Pedaleé a toda mi potencia y me resbale un par de veces yendo a parar contra arboles, postes de luz y personas, pero logré llegar y mantener a salvo el morral del agua.

 

*             *             *

 

Llevaba un buen rato allí esperando, ya me estaba comenzando a preocupar, con esta lluvia pudo haberle pasado algo, o simplemente había decidido no venir, pero Lucy no parece de ese tipo de personas. Miré el reloj y eran cerca de las siete, cuando veo la puerta de la cafetería abrirse de golpe y a Lucy entrar  completamente empapada, parecía bastante agitada.

-Lucy-san, que bien, creí que te había pasado algo- Me acerqué rápidamente a ella, todas las miradas estaban sobre ella.

-Los…los-libros- Dijo con la voz agitada, intentando recuperar el aliento, se abre la chaqueta y tenía contra el pecho un morral, comprendí inmediatamente y lo tome antes de que callera al suelo.

-Lucy, ¿Qué fue lo que te pasó? ¿Dónde está tu paraguas?- Llegó diciendo un chico de apariencia similar a Lucy, ha de ser su hermano.

-Daniel, dame algo caliente o moriré de hipotermia-Rugió Lucy con una cara graciosa.

-Está bien, pero estas mojando el piso y espantando clientes, vamos a la cocina- 

*             *             *

 

-Ok, ven Rin- Mi voz temblaba por el evidente frio que tenía, esto no le hará nada bien a mi resfriado, debí pensarlo antes.

Entramos a la cocina y agarre un piso y me senté cerca del horno, Ana y los otros tres meseros que se hallaban dentro me miraron alarmados.

-V-vas a resfriarte, t-ten- Julieta, una niña de dieciocho años, cabello rizado y a la altura del hombro, extremadamente tímida, trabaja aquí de mesera desde este año para ahorrar y pagar sus estudios; me entregó un gran tazón de chocolate caliente.

-Gracias-Le di un sorbo y sentí como el cálido líquido bajaba por mi garganta, y la taza me abrigaba las manos; los demás volvieron a sus labores, incluyendo mi hermano. Rin me miró preocupada, parecía sentirse culpable por mi estado.

-Si tenías problemas para venir me lo hubieras dicho y te habría ido a buscar-

-No tengo tu celular-

-Hubieras llamado a tu hermano-

-Bueno pero ya no lo hi- ¡Ashu!-

-Con esa ropa pescarás una pulmonía, ven te llevará a tu casa- Me tomó de la muñeca llevándome fuera de la cocina, apenas si alcance a dejar la taza en la mesa.

-N-no, está bien, yo puedo irme sola, de veras- Dije tratando de soltarme pero fue imposible, ¿De dónde saca tanta fuerza?

-No, no dejaré que te vallas sola, si te pasa algo no me lo perdonaré-

- ¿P-pero y mi bici?-

- ¡Yo me encargo de ella!- Gritó mi hermano guiñándome un ojo, maldito, ¿Qué se cree que está insinuando?

-Vamos Lucy-san o te resfriarás-

- ¿S-san? Oye que no estamos en Japón- Dije al tiempo en que entraba al auto.

- ¿Entonces prefieres “Sensei”?- Me preguntó dulcemente mientras ponía en marcha el auto y encendía la calefacción.

-Solo Lucy esta bi-¡Ashu!-en- Odioso resfriado, oh Dios mi pobre garganta

Le indique por dónde estaba mi departamento y llegamos en menos de diez minutos. Fueron inútiles mis intentos de deshacerme de ella tras aceptar que me acompañara hasta la puerta para asegurarse que no me desmayara por la fiebre. Insistió en quedarse hasta que me bajará.

Así que allí estaba yo, con una fiebre que me hacía zumbar los oídos y un dolor de garganta terrible; tapada hasta la nariz en mi cama y con Rin intentando encontrar entre mi desordenado departamento alguna medicina para bajar la fiebre.

-L-Lucy-san, iré a la farmacia a comprar algo, creo que será más rápido que si busco aquí- Lo dijo en un tono amable como para que no me sintiera mal por el desorden, oh vamos hasta yo se que ni un elefante se podría encontrar allí.

-Esta bien-

-Bien, no te muevas de allí-Como si pudiera hacerlo,  salió disparada fuera de la habitación y sentí cuando cerro la puerta del departamento.

Ahora que lo pienso debí haber llamado a un taxi, me hubiera ahorrado todo este problema, y en estos momentos estaría en la cafetería estudiando con Rin y no en mi cama a punto de alucinar con elefantes rosa por la fiebre.  Me voltee en la cama para acurrucarme en posición fetal, en ese momento suena el teléfono. ¡A maldición! ¿Por qué cuando una esta tan calentita en la cama suena el teléfono? De mala gana me levanté y conteste.

-Diga- Masculle irritada.

-Lucy, ¿ya llegaste, que paso con la chica?- Era la voz de Daniel.

-Fue a la farmacia a comprarme algo para la fiebre, ¿solo para eso llamaste?- Mi hermano y sus tontas preguntas, yo aquí agonizando junto al teléfono y el preocupado por su intento de coquetear con Rin.

-Tranquila, si con ella no hay posibilidad de que me haga caso-

- ¿Qué quieres decir con eso, acaso tiene novio?-Tengo frio, ¿Por qué no acaba con el tema rápido?

-No, pero parece que le gusta alguien-

- ¿Estuviste coqueteando con ella antes de que llegara?-

-No, pero me di cuenta de cómo te miraba-

- ¿¡Qué que!? ¿Qué idioteces estas diciendo? Yo no puedo…- ¿Y si tiene razón?, aa creo que estoy mareada.

- ¿Lucy?-

  

*             *             *

 

Lugo de comprar la medicina me fui rápidamente al departamento de Lucy, al abrir la puerta la encontré tambaleándose de un lado a otro con el auricular del teléfono en sus manos. Me apresuro y la logro sujetar antes de que caiga al suelo.

- ¿Lucy?- Oí una voz desde el teléfono.

- ¿Mochi-mochi? Soy Rin-

- ¿Qué pasó con Lucy?-

-Creo que se mareo por la fiebre, pero no se preocupe, yo la cuidaré-Colgué  el teléfono y lleve a Lucy a su cama. Parecía mareada y balbuceaba algunas cosas que no logré entender. Le di las medicinas y le puse una toalla húmeda en la frente para ayudar a bajar la fiebre.

Se quedó dormida luego de unos minutos, me quedé prendida mirándola, luce tan adorable.

 

*             *             *

 

Abrí los ojos lentamente, la cabeza ya no me daba vueltas, seguro la fiebre ya había desaparecido. La lámpara de mi velador estaba encendida, pero Rin no estaba en la habitación, miré el reloj y eran las tres de la mañana, seguro ya se habrá ido a su casa. Mi garganta estaba seca, al parecer mi nariz estaba congestionada y por respirar por la boca mientras dormía estaba totalmente seca. Me levante y me puse mis pantuflas que sorpresivamente estaban junto a mi cama ordenadas y alineadas. Salí de mi habitación y a medida que avanzaba por el pasillo hacia la cocina mis ojos se iban llenando de sorpresa, Dios, no me lo puedo creer, esa tonta de Rin se tomo la molestia de limpiar y ordenar todo mi desastroso departamento; tal vez haya sido por el resfriado, pero mis ojos se irritaron y se me izo un nudo en la garganta, creo que el gesto  me conmovió.

Al entrar a la allí estaba ella, sentada en una silla con el rostro y los brazos sobre la mesa y una taza de café a medio beber junto a ella, esta completamente dormida. Otra vez mis ojos hicieron su amenaza llenándose de lagrimas esta vez, todo por culpa de este tonto resfriado. Pero la verdad es que hace mucho tiempo que alguien no hacia esto por mi, solo cuando era niña mamá solía cuidarme y estar conmigo cuando estaba enferma, pero luego de la muerte de papá ella pasaba ocupada con su trabajo y yo no tenia el derecho de ser egoísta y pedirle un poco de tiempo solo para mi. Odiaba resfriarme y estar enferma por que yo tenía que cuidarme sola, bueno mi hermano a veces me ayudaba, pero el también estaba ocupado. Es extraño que alguien que apenas conoces te regale un poco de su tiempo para cuidarte. Supongo que se lo tendré que agradecer haciendo que saque un excelente puntaje en los exámenes.

Rin se acomodó en la mesa y yo desperté de mi trance refregándome con los puños de mi pijama amarillo los ojos para eliminar los rastros de lágrimas. Cruce la cocina hasta la nevera y saque una botella de agua mineral y bebí un poco. Luego con botella en mano, para ahorrarme otra vez el viaje, me dispuse a salir de la cocina, pero se me estrujo el corazón al pensar que Rin podría pescar un resfriado también, después de todo paso toda la tarde conmigo y si pescaba un poco de frio estaría igual o peor que yo.

Dudé un poco y me tragué las gotas de orgullo, acercándome a ella, la remecí un poco del hombro para que se despertara. 

-Hey, Rin, despiertaaa-La remecí otra vez, y vi como lentamente habría los ojos.

-¿mm? ¿Lucy-san?- Me miro con cara somnolienta, quien como ella, aun media dormida y con el cabello desordenado se ve bien.

-Que solo me llames Lucy… e-..Este…s-si te quedas aquí te vas a resfriar… ¿p-por que no vas y te recuestas en el sofá?... es un sofá-cama y hay unos cobertores en el armario- Mire hacia otro lado cuando le hablaba, mientras mi cara se enrojecía, esta vez no por la fiebre, estaba avergonzada, ella me trajo a casa, me cuido y aseó mi departamento, y yo solo le ofrecía un duro sofá-cama para dormir. Además no estoy acostumbrada a este tipo de situaciones, ¿de que manera debería agradecérselo yo?

Ella me miró con esos grandes y amables ojos azules, y por primera vez me sentí perdida en un inmenso mar, luego me sonrió para poner su mano sobre mi frente y la otra sobre la suya.

-Ya no tienes fiebre, que alivio… aunque aún tienes la cara colorada- Volvió a sonreír, ella… ¿estaba realmente preocupada por mi?... ¿Porque?

- ¿No escuchaste lo que te dije? Vas a resfriarte si te quedas aquí-

- ¿Y no puedo dormir con Lucy-san?-Mi rostro enrojeció ante la pregunta, ahora vengo a acordarme de lo que me dijo Daniel, ¿y si yo de verdad le gusto? ¿Qué debo hacer? Nunca le he gustado a nadie. (off: parece preocuparle mas eso que el hecho de que Rin sea una chica)

- ¡Noo!... ¡yo aún estoy enferma, s-si duermes conmigo te voy a contagiar!-Insistí.

-Esta bien, solo bromeaba, tampoco quiero que te sientas culpable si me enfermo- Se levanta de la silla, y yo tengo que levantar la mirada para poder verle la cara.

- ¿Cuánto mides?- Ya no podía retener mas esa pregunta.

-Uno ochenta- Me sonrió, para luego cubrirse la boca con la mano derecha para bostezar.

-Bueno, voy a ir a armar el sofá-cama, ve a acostarte o te volverá la fiebre-

-De acuerdo- Iba a dar la media vuelta pero ella se agachó un poco y me dio un suave beso en la frente.

-Buenas noches Lucy-san- Y tras eso salió de la cocina.

Ella…es tan amable.

Me fui a acostar a mi cama, y tras asegurarme de que no había ningún ruido que diera indicio de que Rin seguía despierta cerré los ojos y me dejé vencer por el sueño.

Al día siguiente, o mejor dicho, horas después, la alarma del reloj me despertó. Me levanté y me vestí, no tenía pensado faltar a clases aunque la garganta apenas me dejara hablar. Del desayuno me ocuparía al llegar a la cafetería de la universidad, si metía ruido despertaría a Rin. Camine de puntitas hasta la puerta, y la abrí con sumo cuidado, entonces es que siento una mano sobre mi hombro.

-Lucy-san, ¿a dónde crees que vas?- Rin me miraba desde arriba con una cara siniestra, su cabello revuelto cubría sus ojos lo que le daba una apariencia encantadoramente aterradora. Un escalofrío  me recorrió, entonces se quitó el cabello de los ojos y allí estaban, sus ojos azules me miraban amablemente. Creo que estoy muy alterada.

-Me voy a clases- Me di la vuelta dispuesta a salir, no creo que sea capas de…

- ¡No! Hoy te quedarás aquí a descansar-…obligarme a que me quedase en casa. Cerró la puerta y me tomo de la mano llevándome a rastras a mi cuarto.

-Iré a hacerme cargo del desayuno, cuando vuelva quiero verte en la cama- Y salió de mi cuarto, yo estaba de cuadritos, acababa de descubrir que Rin a pesar de tener una voz suave podía ser demandante cuando lo quisiera.

No me quedó otra que resignarme, me sentía demasiado débil como para comenzar a hacer maniobras para intentar huir de casa, así que me volví a poner el pijama y me acosté.

A los minutos después Rin llegó con el desayuno, comimos en silencio mientras veíamos un aburrido programa de farándula de la mañana en la Tv, es increíble como gente se gana la vida hablando sobre la vida de otros.

-Oye…Rin, ¿no tienes nada que hacer? Trabajo o algo así- Supongo que ha dejado algunas cosas de lado por quedarse conmigo.

-Pedí permiso en mi trabajo de la mañana, pero debo irme ya- Dijo sin darle mucha importancia, mientras tomaba la bandeja del desayuno y se la llevaba a la cocina.

Me recosté sobre la cama y comencé a sentir una oleada de sueño que me invadía, la medicina estaba haciendo efecto.

Los ojos me pesaban por lo que los cerré esperando el momento de quedarme dormida, sentí a Rin entrar a la habitación, y acercarse a mi para cerciorarse de que dormía.

-Lucy-san, ya me voy- Me susurro, yo no le respondí, me sentía demasiado cansada como para hacerlo.

Fue entonces que pasó, pude sentir su respiración cerca de mí, y como sus labios se posaban suavemente sobre los míos. Se alejo rápidamente y salió de la habitación, segundos después sentí cerrarse la puerta del departamento, Rin ya se había ido.

Me senté de golpe en la cama, no me lo podía creer, Daniel tenía razón, ¿Cómo se supone que deba reaccionar yo?

Notas finales: Comentarios, criticas, sugerencias, tomates (u.u), lo que sea pero comenten.

Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).