“Antología de Recuerdos”
By Jeka
Capitulo único
Estaba fastidiado.
Miró a su izquierda y observó a su editora, este se removía algo inquieta. Bufó molesto, su paciencia estaba al límite, se suponía que debería estar festejando en Osaka con Shuichi pero no, se encontraba en esa engorrosa presentación de su libro. Una fugaz sonrisa se formo en sus labios al recordar la cara de terror que había tenido Misuki cuando le dijo que tendría que quedarse y él la quería asesinar con la mirada.
Pero trabajo era trabajo, suspiró lentamente para tranquilizar sus emociones.
-¿esta molesto?- preguntó Misuki.
-no - respondió escuetamente.
Esa mujer había sido una de las pocas personas que realmente podían ver sus emociones que ocultaba bajo su fría mascara de indiferencia.
-lo siento…- se volvió a excusar. Ya había perdido la cuenta de cuantas veces se lo había dicho ese día, siguió viendo hacia adelante- se que este día era muy especial para usted y Shindou-kun pero no pude cambiar la fecha del evento…
-ya, déjalo así, comprendo- suspiró y la miró.- se que no es tu culpa, pero si sigues disculpándote harás que me enoje enserio.
-entiendo, pero ¿hay algo que pueda hacer para no sentirme tan culpable?- preguntó acongojada.
-podrías callarte, eso ayudaría mucho.- Ahora la volvió a mirar molesto.
-pero…
Las palabras que iban a decir se quedaron en el aire, cuando una chica se le acerco y le dijo que el evento estaba por empezar.
Yuki miró el libro que tenia en la mano y recordó una parte de él que había escrito pensando en su pequeño amante.
-vamos, sensei. Sígame…- pidió amablemente, la chica comenzó a caminar pero el rubio se quedo en su lugar. Esta lo miro confundida.- ¿sucede algo?
-Misuki, hay algo que quiero que hagas…
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-¡¡NO QUIERO NADA, HIROSHIII~!!- gritó el vocalista de Bad Luck, se sentía de pésimo humor.
Debería estar con Yuki este día pero nooo~ el estúpido novelista le había dicho anoche que no iría. Y ahora Hiro le estaba tratando de levantar el ánimo. No quería saber nada, solo quería que su Yuki estuviera con él en su segundo aniversario.
No presto atención cuando su manager entro a la habitación.
-Big News! Shuichi-kun.- anunció el americano y vio que el pequeño no le hizo caso.- he dicho ¡BIG NEWS!- le apunto con su arma y le disparó, la bala quedo incrustada en la pared. Le había pasado rozando la nariz por un pelito.
-¡¿que te pasa loco?! Podrías haberme matado- le cuestionó.
- si yo quisiera si, pero no, solo era para llamar tu atención, además mi puntería es 100% efectiva.- declaró con una gran sonrisa.
-¡a nadie le importa eso!- vociferó.
Esto era el colmo, su loco manager lo quería matar, por que no entendía que quería estar solo unos momentos.
- well, ya conseguí tu atención, así que Hiroshi, enciende la televisión un momento en el canal 9 (A: no se que haya en ese canal xD).
El pelirrojo corrió al aparato antes de que K-san se decidiera a dispararle también.
Las primeras imágenes que aparecieron fueron de una joven que explicaba lo que acontecía. Volvió a ignorar todo pero algo le llamo la atención.
-dentro de unos instantes, Yuki Eiri-sensei hará la presentación de su nuevo trabajo- anunció- ah, ya vine…
La cámara cambio de enfoque y captó la imagen del rubio subiendo al estrado.
Su corazón saltó.
-¿esto es lo que querías mostrarme?- preguntó al rubio.
-yes… ¿no te agrada la idea?- miro al pequeño escéptico- mira con atención, a lo mejor algo bueno suceda.- sin mas se volvió y continuó viendo el evento.
-hmmnn…- gruñó y fijo su mirada en el televisor.
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-buenas tarde, soy Yuki Eiri- los grititos de emoción no se hicieron esperar.- este día me encuentro aquí para presentar mi nueva novela, titulada “Antología de Recuerdos” – el murmullo se volvió mas intenso, guardo silencio unos instantes para que volviera a la calma el lugar.- este libro lo escribí con ayuda de algunas anécdotas personales. Por esa misma razón, quiero compartir un fragmento del mismo con ustedes- la multitud de fans gritaban de excitación.
Nunca había hecho algo así pero ese día era especial.
El rubio saco sus lentes de lectura de la pequeña bolsa de su camisa azul. Se coloco los lentes con los que lucia mas guapo (A: Dioos~ Yuki Eiri con lentes me mataa~ es tan sexy *¬*), abrió el libro y busco la pagina que había marcado segundos antes. Tomo aire y con voz clara y profunda comenzó su lectura.
“para amarte necesito una razón, y es difícil creer que no exista una más que este amor. Sobra tanto dentro de este corazón, porque todo el tiempo que pasé junto a ti…”
“Aprendí a quitarle al tiempo los segundos”, para poder detenerme y poder pasar mas tiempo contigo.
“Tú mi hiciste ver el cielo aún más profundo”, cuando juntos mirábamos el cielo, que a mi siempre me había parecido aburrido, pero junto a ti, me parecía sumamente interesante.
“Con tus tantos dulces besos repartidos”, cada vez que me encontrabas distraído aprovechabas para robarme un beso, cosa que me encanta que hagas.
“Desarrollaste mi sentido del olfato”, ya que toda nuestra habitación tiene tu olor a vainilla impregnada, es olor es tan hermoso, que me ayuda cuando estas lejos de mi a recordarte.
“Despegaste del cemento mis zapatos, Para escaparlos dos volando un rato…” hiciste que mi monótona vida fuera cada día mas alegre, con tus locuras y alegría, nuestro departamento se volvió a cada día, un lugar al que podía llamar hogar.
“Y descubrí lo que significa una rosa”, nunca supe por que a las personas les gustaba, pero cuando vi tu hermosa sonrisa al regalarte una descubrí su verdadero significado.
“Me enseñaste decir mentiras piadosas, Para poder verte a horas no adecuadas;” las horas que te escapabas del trabajo por mi culpa. Fueron de las mejores que hemos vivido.
“Y a reemplazar palabras por miradas”, las tardes en que estábamos los dos solos en la sala, sin decir una palabra pero hablándonos con la mirada.
“Y conocí más de mil formas de besar,” por que nunca me canso de saborear tus pequeños labios sabor a fresa.
Y lo más importante. “Fue por ti que descubrí lo que es amar”
Cerró el libro y sonrió ligeramente, todas las personas presentes habían guardado silencio mientras el leía.
Miro a la cámara de televisión...
-feliz aniversario, baka…- sin mas, bajó del estrado y camino hacia la salida.
La muchedumbre había estallado en gritos de emoción mientras el bajaba.
Al menos esperaba que Shuichi haya visto el programa sino, se había mostrado cursi delante de todo Japón… siguió su camino evadiendo las interminables preguntas de los reporteros.
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Todos se giraron a ver a Shuichi, este estaba aun con la cara de sorpresa, y poco a poco, sus ojos comenzaron a llenárseles de lágrimas.
No lo podía creer, ¡Yuki prácticamente se le había declarado de nuevo por televisión!
Las lágrimas resbalaban sin control sobre sus mejillas, estaba muy feliz, era el mejor regalo de aniversario que pudiera pedir.
Rápidamente busco su celular y marcó el numero del rubio.
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Apenas logro subirse al automóvil, su celular comenzó a sonar con el timbre que le había puesto cuando Shuichi le hablara, lo sacó de su saco y lo miró. Decidió no contestar…
Cuando dejo de sonar, marcó otro número. Espero a que sonara, apenas escucho el saludo de la persona, habló.
-necesito que me hagas un favor- pidió con una sonrisa.
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-¡NO CONTESTAAAAA~!- gritó Shuichi. Ya le había marcado 234 veces al escritor y todas las veces lo mandaba directo al buzón de voz.- Hiroooooooooooooooo~- gimoteó - ¿donde esta Yuki?
-a mi que me preguntas…- respondió cansinamente, hacia horas que estaba así, ya se estaba hartando y para colmo, la única persona que lo podría calmar, había desaparecido misteriosamente.
-Hirooooo~-volvió a llamarlo lastimeramente.- ¡Quiero ver a Yuki!
-ya te dije que…- no terminó la oración por que el sonido de su celular lo tomo de sorpresa.
Lo busco rápido entre sus jeans y contestó.
-¿bueno? ¿K-san?- preguntó extrañado- ¿Shuichi?- miró a su amigo y este le devolvió una mirada confundida- aahh~ entiendo. Ok, yo le digo.
-¿Qué pasa?- preguntó el pelirrosa preocupado.
-Dice K-san que te arregles, salió un compromiso de improviso.- trató de ocultar una sonrisa- pasa por ti en 45 minutos.
-¿solo por mí?- preguntó extrañado.
-sip, te requieren solo a ti.- sin mas, se giró y en sus labios se formó una amplia sonrisa.
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Observó todo de nuevo…
La mesa estaba cubierta por un pequeño mantel blanco, encima de el, había un hermoso arreglo de rosas rojas. Los platos, vasos y cubiertos estaban escrupulosamente arreglados para servir la cena y finalmente, a un lado de esta, una champagne estaba esperando.
A los costados de la habitación había pequeños candelabros donde las velas alumbraban tenuemente la habitación. Y el gran ventanal de esta estaba abierta y cubierta por una fina cortina que se mecía suavemente con el aire, en el balcón de la habitación, se podía apreciar una maravillosa vista de la ciudad.
Pensó “todo en orden” y pasó distraídamente una mano por su cabello. Se sentía nervioso, todo lo había planeado con poco tiempo pero al menos esperaba que saliera bien.
Eran casi las ocho de la noche, y apenas hacia tres horas había bajado del jet privado de Seguchi. En un momento de locura, apenas había terminado su evento, pensó que no quería estar solo ese día, así que llamo a su cuñado pidiéndole ese favor, este accedió rápidamente a su petición.
Durante el viaje se sentía ansioso por no saber que hacer, así que también se comunicó con el manager de Shuichi. Este le sugirió que hiciera una cena. Además de que el americano se ofreció a ayudarlo.
K-san hacia unos veinte minutos había ido a buscar a Shuichi, repaso todo con su mirada. Decidió salir al balcón y esperar.
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-¿A dónde vamos?- preguntó por milésima vez el líder de Bad Luck.
-ya te dije que a una entrevista.
-¿pero, por que tan tarde?
-por que quieren tener una cena contigo y después viene la entrevista.
El menor ya no contestó nada. Solo siguió caminando junto a su manager. Ambos llegaron al lugar; el rubio tomo el picaporte de la puerta y dudo unos segundos, después abrió la puerta.
-pasa- le ordenó.
Shuichi miro el lugar con recelo. No vio a nadie en lugar, solo noto la mesa y las velas de alrededor.
-entra- le pidió su manager y le dio un empujoncito para que caminara.
Se quedó plantado en el suelo y solo escuchó la puerta cerrarse, se giró y vio que K habia desaparecido, se alarmó.
Rápidamente tomo el picaporte para salir de la habitación.
-espera…- pidió una voz.
El vocalista se quedo congelado en el preciso momento que escucho la voz, esa voz que tanto amaba y hacia que se derritiera con susurrar su nombre.
Giró sobre su propio eje buscando a la persona que mas amaba. Notó su silueta en la entrada del balcón. Sin pensarlo dos veces corrió a su encuentro.
-Yukiiiii~- gritó de felicidad, mientras rodeaba con sus brazos al escritor cuando lo tuvo a su alcance. Este por su parte, también lo abrazo.- Yuki, viniste- sintió como sus ojos comenzaban a llenársele de lagrimas de felicidad.
-…- Eiri no dijo nada, solo se dejo abrazar por su amante.
Había pasado mas de un mes que no lo veía por que esta de gira con su grupo, pero no había notado como extrañaba a su pequeño. Lo abrazo con mas fuerza y hundió su rostro en esos sedosos cabellos con olor a vainilla. Aspiró ese olor embriagante.
Poco a poco se separaron sin querer, pero tenían tanto tiempo sin verse el uno al otro. Shuichi le regalo una radiante sonrisa, y el respondió con una tímida sonrisa.
-vamos cenar- invitó el rubio. Shuichi asintió con la cabeza.
Ambos se acomodaron alrededor de la mesa.
La cena pasó con relativa tranquilidad, de vez en cuando rota por las rosas del cantante cuando le contaba a su amante las locuras que hizo con Hiro, las veces que los paramédicos atendieron a Sakano-san. Las veces que K-san lo amenazó con una de sus armas para que “trabajara” adecuadamente.
Eiri solo se dedico a contemplar a su niño y cada gesto que hacia, como sus ojitos brillaban con emoción, su cara de irritación cuando recordaba cosas que le había hecho K y demás emociones… sonreía con disimulo ante ello.
Al final de la cena abrieron el champagne, Eiri sirvió un poco en un par de copas… miro a Shuichi profundamente y este le devolvía la mirada con la misma intensidad.
-Feliz aniversario, Shu-chan- dijo el rubio y acerco su copa a la de su amante para entrechocarlas levemente en un ademán de celebración.
-Feliz aniversario, Eiri- respondió con una traviesa sonrisa.
Los dos tomaron de su copa sin quitarse la mirada ni un segundo. Después de vaciarlas, el mayor tomo una de las manos del chico que estaba sobre la mesa, y sosteniéndola lo invitó a levantarse de su lugar. Este obedeció mudamente.
Sus cuerpos se acercaron lentamente…
El sonido del celular del novelista interrumpió la atmosfera, soltó la mano que sostenía y busco el aparato.
“mataré a quien se atreva a interrumpirme” pensó mientras contestaba de mala forma.
-¿bueno?- preguntó exasperado.-
- la voz hablo rápidamente.
-¿uhm?- exclamó con sorpresa.-
Su interlocutor siguió hablando con prisa.
-¿el balcón? ¿Que salgamos?- preguntó extrañado. Estuvo a punto de preguntar más pero la persona colgó.
-¿Quién era?- preguntó curioso Shuichi.
-tu manager, dice que salgamos al balcón.- y miró la puerta entreabierta del mismo.
-¿Qué será?- dijo extrañado.
-no se… pero dijo que era urgente.
Shuichi esta vez fue quien tomo la mano del rubio y ambos caminaron hacia el balcón…
La vista de la cuidad les impacto unos instantes, las luces brillantes opacaban a las estrellas del cielo. Shuichi se acerco a la baranda y se asomo para ver si lograba ver que quería mostrarles K-san; Eiri se acerco despacio y atrapó al pequeño entre la baranda y él. Shuichi se giró lentamente disfrutando la poca distancia que los separaba y cuando ambos se inclinaban para darse el ansiado beso de reencuentro un sonido los interrumpió…
Miles de chispas de colores estallaron en el cielo asemejando flores multicolores, después de casi desvanecerse por completo, le siguió otro destello colorido.
De nuevo el celular del rubio sonó, lo saco y leyó el mensaje de texto que había recibido.
“Espero disfruten los fuegos artificiales, siempre son un buen detalle para un aniversario” más abajo continuaba.
“dile a Shuichi que lo espero mañana temprano en el ensayo, sino iré personalmente a buscarlo.”
Ambos se miraron con complicidad. Otro destello multicolor apareció en la noche.
Se acercaron lentamente, acortando la distancia de sus labios, hasta que se unieron en un suave beso.
Shuichi rodeo con sus brazos el cuello del escritor y este lo tomo de la cintura con fuerza, el beso se volvió mas apasionado con el transcurrir de los segundos...
Cuando el aire les hizo falta se separaron con suma lentitud.
-te amo, Shuichi- dijo mirándolo directo a esas orbes amatistas que le encantaban.
-y yo a ti.- respondió con dulzura.
Y otro haz de luz surco los cielos, abriéndose como una flor en primavera.
Fin~
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