-¡Hiro-san!- llego a su casa, gritando entusiasmado el nombre de su enamorado, cuanto deseaba verlo y decirle lo mucho que lo amaba.
-¡Hiro-san!- volvió a llamarlo, pero no obtenía respuesta alguna, no se extraño al no verlo ya que antes había hecho lo mismo. Si no estaba en la sala seguramente estaría en su habitación leyendo algún libro de su colección tan maniática.
-Hiro-san…- dijo entrando a su recamara, con la esperanza de que ahí estaría, pero no era así. Dejo su maleta de viaje sobre la cama y se dedico a buscarlo en el baño, nuevamente no estaba ahí. Así que pensó que aun no llegaba de su trabajo como profesor, se dirigió a la sala de nuevo, se sentó en uno de los sillones y se dio cuenta de que en la pequeña mesa de centro estaba una hoja de papel doblada en cuatro partes, la abrió con cuidado y al leer el titulo se alegro bastante:
“Para Nowaki”
-Hiro-san ^///^- se dijo a si mismo abrazando aquel papelito, siguió leyendo y ese sentimiento poco a poco fue cambiando por el de tristeza:
“Tarde… es demasiado tarde para los dos, no habrá otra oportunidad para nosotros, creí que toda la vida te amaría, pero no era así.
Aunque no lo creas extrañare tus besos, tus caricias, tu tibieza y tu dulce voz diciendo mi nombre. ¿Quisiera que esta herida me quemara?
Todo acabo, ahora encontré a alguien mas, tal vez no se puede comparar con lo que tu me diste, pero con el es diferente, me ama.
Si, ya se que tu hiciste lo mismo y eso me hizo muy feliz, de verdad, pero siento que el puede darme mas, solo lo siento…
Aun así, no tengo el valor para decírtelo en la cara, para que de una vez despejes tus dudas, te evito mas de lo acostumbrado, no te hago caso, me molesto contigo para que de una vez por todas dejes de amarme…
¿Qué si estos siete años juntos no significaron nada? Estas equivocado, esos fueron los mejores años de mi vida, de hecho desde que te conocí cada día era maravilloso.
¿Qué quien es mejor que tu? Nadie, tu me diste tu vida y tu cuerpo, yo era lo mas importante para ti y eso me hacia muy feliz… Pero llego un tiempo en el que ya no me atraías como antes. Y así llego esa persona…
¿Qué nunca lo aceptaras? Pero si yo no quiero que lo aceptes, es mas, me hace feliz el que me sigas queriendo aun. Pero yo lo tengo a el ahora.
Entiende, yo termine contigo, no tienes que disculparte por algo que yo hice.
Aunque no lo demostrara también eras lo mas importante para mi, perdóname si alguna vez te trate mal. Siempre te recordare, porque fuiste a la primera persona que de verdad ame. Al principio solo pensaba en ti como el remplazo de la persona que no me correspondió, pero llegue a quererte de verdad, aunque este feliz siento un poquito de tristeza.
De verdad te amaba…
Tu voz, Nowaki, tu voz que siempre me llevaba.
Lo siento, ya no nos podemos ver…tienes que seguir sin mi…
Una ultima cosa…
Si decidieras tomarme a la fuerza, hacer que regrese contigo o buscarme eso nunca te lo perdonaría, te odiaría y eso no lo quiero hacer…
Adiós, Nowaki
Kamijou Hiroki”
El de ojos azules dejo caer la hoja de papel impactado por lo que acababa de leer. Quería saber si era cierto eso que leyó, y para saberlo debía ver a Hiroki, pero no podía, porque la carta lo decía claramente.
Se sentó de nuevo en el sillón de antes con los ojos muy abiertos, de estos comenzaron a brotar pequeñas lagrimitas y en su pecho sentía como su corazón se rompía a la mitad.